Capítulo Diecisiete

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—Hey, Profesor Livingston, ¿dónde nos ubicamos nosotros?. —Preguntó Liam a un profesor calvo con demasiadas arrugas en su cara.

—Su Camping está por allá, escojan uno y pónganlo en el lugar libre que deseen. —Dicho de eso nos dió la espalda para responder las dudas de los estudiantes de la noche, ya que no reconocía a nadie.

Liam y yo fuimos hasta el lugar y yo escogí un camping púrpura, en ese momento otra persona tiro de el y no era nada más ni nada menos que Kendra.

—Yo lo agarre primero, sueltalo. —Susurró ocultando  su voz extremadamente chillona, si hablara más fuerte me parte los tímpanos.

—Es mío. —Enfaticé tirando de la tela hacia mi.

—Ya te dije que no. —Ella tiró de el y yo de un momento a otro lo solté, inmediatamente cayó en el pasto llenándose de barro.

—Ok, es tuyo. —Hablé sacudiendo mis manos con los ojos cerrados, Liam solo se reía mientras observaba la situación.

Agarré otro camping, este era de color celeste, era mi segundo color favorito, tomé a Liam de la mano para que me siguiera, él seguía sonriendo divertido, yo lo miré y al igual sonreí.

—Que lindo lo que hiciste allá, ¿no?. —Preguntó Liam mientras yo leía las instrucciones de como armar el camping.

—Se lo merecía, además, en conclusión solo solté el camping no te niego que sabía que se iba a romper el culo contra el suelo pero no tengo La culpa de que ella haya tirado de el. —Levanté los hombros restándole importancia.

Liam me ayudó a armar el camping, habíamos decidido armarlo al lado del lago donde estaba aparcado el auto.

Ya estaba cayendo la noche así que ya era hora de ir con todos, también llegaba era la hora en la cual expresaria mis sentimientos.

Entré en el auto y me cambié de ropa, opté por un vestido azul claro, que me quedaba como anillo al dedo, era corto pero no tanto, después de la cintura tenía varias capas de tela brillantes, dejándolo un poco embobado.

Bajé del auto y Liam estaba con Luke, Karol y su mejor amigo esperándome al lado del camping, Karol me sonrió acercándose a mi, ella traía un vestido rojo corto, que le quedaba bastante bien con las botas negras que tenía puestas, Luke me miró de arriba a abajo con una sonrisa coqueta, yo le guiñé el ojo, el tal Luis me miró también, pero no le presté atención, le pegó con el codo a Liam para que este último me mirara.

—Nunca había visto una chica tan hermosa, y lo digo en serio. —Susurró caminando hacia a mi, esbocé una sonrisa y le di mi mano para que tirara de ella y me besara.

—Pero no coman delante de los pobres. —Habló luke en modo de broma, Karol río empujando a Liam, el cual se hizo a un lado frunciendo el ceño.

—Es mía, así que echa para allá, chu, chu. —Karol Hizo un ademán echándolo con su mano.

—Diosa, eres toda una... Diosa. —Hice una reverencia.

—Gracias, gay rompecorazones. —Bromee.

—Bueno, tenemos que ir a formarnos, por si no lo han notado. —Habló Luis atrás, rodé los ojos tomando la mano de Liam, que seguía mirándome como si fuera una modelo.

—¿Eh?... Ah... Si. —Susurró mi chico saliendo de su trance.

Tiré de la mano de Liam, Karol se me pegó al brazo, así que tenía que lidiar con ambos, mientras Luis y Luke socializaban atrás de nosotros.

Fuimos donde estaban todos nuestros compañeros y no compañeros, en la fogata, nos sentamos en unos troncos que estaban al rededor.

Lo miré nerviosa, él me miró.

Estaba un poco avergonzada, se sentía cuando veías a un niño lindo en la calle y cuando pasaba mirabas hacia atrás y él también te miraba, si, es muy incómodo.

Le quité los ojos de encima y miré hacia mi mano que cargaba una pulsera que contenía mi nombre, me la había regalado mi papá para un cumpleaños, desde siempre la tenía pero cuando salía la guardaba en el cajón para que no se perdiera.

Liam tomó mi mano y la entrelazó con la de él, aquella acción llamó la atención de algunos de mis compañeros de clase, que se nos quedaban mirando asombrados.

Me tomó de la barbilla, obligándome a levantar la mirada y encontrarme con sus hermosos ojos intensos de color azul oscuro.

—No sabes lo feliz que me haces. —Me sonrió, haciéndome grabar en mi mente ese gesto y palabras.

—¡Quiero un chorizo!. —Chilló Karol a mi lado levantándose rápidamente, Luke y Luis se habían perdido, Luis no parecía el tipo de chico gay, en realidad se creía muy varonil y toda la cosa.

Observé como mi mejor amiga se tiró encima de Connor, rogándole que le diera un chorizo a lo que él le contestó algo en el oído haciéndola reír.

Yo por mi parte respiré hondo, jugando con la punta de mi flequillo, nerviosa...

—Liam, quiero que sepas que... —Me moví un poco para estar mas cerca de él. Pero de repente...

Sentía mucho calor en mis piernas...

Liam me miró con una cara de horror.

—¿Que pasa?. —Pregunté mientras el señalaba la parte baja de mi vestido.

Por Dios.

Que estúpida soy. Me acerqué mucho a la fogata y ahora estaba quemándome. Corrí como una loca por todo el campamento.

Solo escuchaba burlas, y gente diciendo "¡se está quemando!" , justamente en este día me pasa, no estaba pensando, solo cuando vi el lago me tiré, pero luego recordé algo.

No soy muy buena nadando.

—¡AYUDA, ME AHOGO!. —Chillé sintiendo como el agua se introducía en mi boca, observé a lo lejos como Liam se quitó su camiseta tirándose al lago.

Trató de sacarme, pero de un momento a otro estaba manoteando conmigo en el agua.

—!NOS AHOGAMOS!. —Gritó muerto de miedo.

Al final opté por calmarme, respiré hondo dejando que mi cuerpo se relajara y me permitiera flotar.

Liam seguía gritando como un imbecil, ¿ese era el chico del que me había enamorado?.

Todos estaban riendo, al final, Karol nadó hacia mí lugar y Luis sacó a Liam riendo, salí escupiendo agua y mirando la cara de las diferentes personas que nos miraban expectantes, había algunos que tenían vibras de preocupación incluyendo a Liam que me miraba tosiendo por la sonora risa que estaba soltando, sentía demasiada vergüenza.

—Alanna, super fracaso, Liam, super fracaso, el uno para el otro. —Habló sosteniendo el celular en sus manos.

—Yo solo estaba fingiendo y Alanna no es un fracaso. —nos defendió Liam.

—Ajá. —Ironizó la teñida.

—¿Ya estas bien?. —Susurró Karol pasando su mano por mi espalda, tratando de tranquilizarme.

—¿Quién te dió permiso para grabarme?. —Pregunté levantándome del pasto húmedo, ella se encogió de hombros encendiendo más mi ira.

—Puedo hacer lo que quiera.

—¿A sí?.

—Si. —Respondió.

Alanna, calmate por favor.

A la mierda la calma, esa calva teñida me tiene harta.

Agarré su poco cabello en un puñado, haciéndola gemir de dolor cuando apreté mis dos manos en el acto.

Caminé los pocos centímetros que habían de alejamiento de la laguna.

—Entonces yo también haré lo que quiera, maldita hija de perra.

—Hija de perra será ot...

Mi mano se estrelló contra su cara dos veces, haciéndole sangrar la nariz por la fuerza utilizada.

—¡Alanna!. —Intentó intervenir mi mejor amiga, Luke estaba a su lado mirándome con cara de terror y cientos de cámaras me estaban grabando.

No había notado el círculo de gente que se había formado en el lugar, dejándome como la agresora protagonista cuando la lancé de cabeza al lago, Connor fue el primero en tirarse por ella, seguido de Luis y otros chicos más.

Yo por mi parte me dí vuelta mirando a Karol, que me fulminaba con la mirada.

—¿Qué?. —Pregunté a la defensiva.

—Esa no es la forma de actuar. Me estas decepcionando...

—Me cansé de hacerle caso a todo el Jodido mundo. —Me adelanté a intentar pasar entre la gente.

Pero Kendra me detuvo por el brazo, pegándome una cachetada que me dolió hasta el culo.

—¿Como te atreves?. —Preguntó en un hilo de voz, con sus ojos llorosos. —Lila sufre de asma, donde la hayas matado...

Demonios... Juro que no lo sabía.

—Me importa poco. —Mentí.

—Diosa... —Habló Luke detrás de mi.

—Tu cállate, no estás conmigo cuando mas te necesito entonces no opines sobre nada. —Él retrocedió negando con la cabeza, le dolían mis palabras.

Cuando noté que Lila había salido a la superficie sacando toda el agua que tenía adentro, corrí hacía el automóvil, me sentía fatal, entré al auto mojada y recogí mi cabello en un moño alto, tratando de no llorar, cambié mi ropa por la que tenía antes y luego salí para abrir la cremallera de la tela y entrar en el camping.

Unos 15 minutos después Liam entró en silencio, se acostó a mi lado sin inmutar una sola palabra.

—Soy un desastre, no entiendo como pudiste enamorarte de mi, debería estar en una cárcel, casi mato a esa chica, te juro que no sabía que tenía asma, de haberlo sabido quizás no la hubiese lanzado. —Murmuré tapandome la cara de la vergüenza que sentía.

Él retiro mis manos y se volteó para poder verme.

—Sentías ira, además ella está bien, supongo que solo fue algo del momento.—Susurró esbozando una sonrisa.

Eso me tranquilizó, no se como podía verle el lado bueno siempre a las cosas que yo hacía. Era tan tierno, tan él , tan Liam.

Me acerqué lentamente tomándolo del cabello para besarlo.

—Gracias por hacerme sentir bien todo el tiempo, a pesar de que mis acciones hoy no fueron las más indicadas. —Le sonreí y empecé a juguetear con los mechones mojados que le caían en la frente mientras él acariciaba mi mejilla.

—No hay problema. —Susurró contra mis labios, cosa que me hizo entreabrirlos.

—Sé que tengo miedo. —Comencé a hablar. —Pero quiero intentarlo, esta vez... de verdad, quiero que lo intentemos y lo hagamos oficial. —Él sonrió ante mis palabras y asintió suavemente con su cabeza. —No se como lo tomará Dayan, espero que lo entienda porque no quiero lastimarla.

—Cuentaselo, con calma cuando volvamos, explicale todo desde el principio. —Explicó, me quedé un rato mirando sus hermosos ojos, esos que me tenían tan hechizada.

Nada de esto era fácil, ni siquiera desde el principio, no era fácil.

Decirle que nos conocimos porque me acosté con él no era la mejor opción, además me tocaría contarle a mamá también y sé que ella no lo aceptará.

—N-no puedo. —Tartamudee, él asintió besándome suave de nuevo.

—Si quieres voy y doy la cara también. —Habló, yo me limité a reír.

—¿Enserio quieres dos cachetadas en un día?. —Solté una leve risa ante la idea de imaginarme a Dayan golpeandolo y luego mi mamá, sería gracioso.

—No, la idea es hacer que nos entiendan, solo saltemonos la parte en la que tuvimos sexo y ya. — Indagó, yo asentí con la cabeza poniendo mi pierna por encima de la suya, el dirigió una de sus manos a aquella empezando a acariciarme.

Nos quedamos en silencio unos segundos y luego él volvió a hablar.

—Pensé que estabas jugando sobre lo de nadar, por eso también imité estar ahogandome...

¿Qué?.

¿Qué?. —Repetí lo que pensé en voz alta. —¿Fingiendo? Joder Liam, me estaba ahogando de verdad. —Expliqué, el sonrió como un angelito.

—Lo siento, lo siento. —Se disculpó cuando observó que empezaba a alejarme un poco de él.

—Serás imbecil.

—Sinceramente Ally, lo soy. —Habló como si tuviera que estar orgulloso de eso.

—Mi imbecil. —Pasé mis manos por sus ojos, él los cerró dejando que acariciara sus párpados.

—¿Puedo hacerte una pregunta?.

—Esta bien, supongo...

—¿Como es tu nombre completo?.

Joder...

Respondo todo menos eso.

—¿Algo en el que no te guste?.

—Mi segundo nombre, es horrible.

—Prometo no molestarte. —Puso una mano en su pecho.

Confiar en él no sería tan malo supongo...

—Alanna Yisel Juliens Russo. —Hablé. —Ese es mi nombre completo y ni te atrevas a llamarme Yisel que te arranco la cabeza.

—Esta bien fiera, no voy a llamarte así. Pero Yisel, como la princesa de la película.

—Así es, niño infantil.

—¿Como que infantil? Si yo soy un chico mayor de edad muy maduro.

—Ajá.

—¿Puedo hacerte otra pregunta?.

—Ok.

—¿Hace cuanto que no tenemos sexo?. —Susurró subiendo su mano hasta mi sexo y apretando un poco allí, cuya acción me hizo reír un poco.

—Hace 3 o 4 días. —Dije mostrando con mis dedos, él asintió lentamente con la cabeza antes de empezar a mover mis shorts a un lado.

—Eso es mucho tiempo. —Susurró en un tono sexy, subiendo mi libido sexual.

—Tonto. —Hablé frunciendo mis labios, él correspondió, acercándose a besarme.

Hizo un desdén y de un momento a otro estaba sentada encima de él, besándolo con urgencia pasando mis manos por su pecho.

—¿Lo sientes?. —Contonee mis caderas asintiendo con la cabeza.

Estaba tan duro que podría romper una pared con eso.

—Que rico. —Susurré moviendo mi cabello a un lado, el se movió hacia el centro, ampliando el lugar para poder tocarnos más.

Moví mis manos a la pretina de su pantalón, bajando su cremallera con una sonrisa torcida que él correspondió guiñando su ojo derecho.

—Demonios, estas ardiendo. —Respiré pesadamente cuando pasó las manos por mis pezones que se trazaban por encima de la tela delgada de mi camisa.

—Espera... —Hablé intentando quitarme la blusa, pero el se movió más rápido sacándola por mi cabeza, dejando a la vista mi brasier rosado oscuro.

—Ven te quito eso. —Reí moviendo mi cabello hacia mi hombro izquierdo, dejándole vía libre para que desabrochara el sostén.

Tiró aquel en algún lugar de la colchoneta y tomó mis pechos entre sus enormes manos, haciendome sentir pequeña y sometida.

—Dios...

—No nombres a Dios en nuestras cosas. —Bromeó haciendome reír.

Ni en el sexo dejaba sus bobadas.

—Sácate el pantalón. —Hablé poniéndome en cuatro para poder tener más facilidad de sacar las bragas y shorts por mis piernas.

—Yo quería sacarte esas bragas de pitufos.

—Soy una niña infantil.

—Entonces voy a follarme a esta niña infantil. —Aseguró tirando de mi cabello hacia atrás.

—Fóllame duro, si no me conseguiré a alguien que esté a mi nivel. —Bromee a lo que él rió.

—Como ordene señorita Juliens.

Luego de eso entró en mi de una estocada que me hizo chillar un poco, demonios...

Empecé a gemir como perra en celo cuando se movió dentro de mí, sus testículos no chocaban contra mi, ya que tenía la leve impresión de que si me penetraba del todo, iba a romperme.

—¿Te gusta?. —Preguntó inclinándose hacia adelante sin dejar de moverse.

—¡Si!.

—¿Si qué?. —Susurró mordiendo la piel de mi oreja.

—¡Me encanta!.

—¿Qué te encanta?.

Hay, papi canson.

—¡Me encanta que me folles, Liam Coulds!.

—Y a mi me encanta follarte. —Susurró dando una fuerte palmada a mi trasero.

Sus movimientos no cesaron, al contrario, se hicieron más fuertes, dándome permiso para explotar, él también se permitió hacerlo.

Salió de mi suavemente, dejando un eso en mi columna vertebral, sonreí tirándome boca arriba en la colchoneta, exhausta.

—¿Alguien está cansada?.

—Cállate... —Reí regularizando mi respiración.

—Me encantas. —Habló de repente haciéndome girar para mirarlo.

—Tú también me encantas. —Sonreí estando segura de mis palabras.

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Advertencia ⚠ :
Este libro contiene escenas no aptas para todo público, como lenguaje explícito o escenas +18 , te sugiero que si no te gustan éste tipo de libros, no lo leas.

NO OLVIDES VOTAR SI TE HA GUSTADO, UNA ESTRELLITA ME AYUDA MUCHO.

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