Capítulo Dieciocho
Nota de autora.
Hola bebés, espero que estén bien, este capítulo no estaba en la primera actualización de todo por ti, los que están releyendo sabrán que esto nunca estuvo, más sin embargo esto es parte de reescribir, espero que no se achicopalen, no cambiaré la historia, porque la técnica es la misma, solo agregaré mas cosas, suspenso, problemas, y lo que les gusta a los ardientes... Sexo.
Sin más, los dejo, besitos.
LIAM
Estaba aburrido con todos los cambios de clase, tenía bastante sueño, más sin embargo trataba de no quedarme dormido frente al profesor de Física cuántica.
Luis bostezaba a mi lado, mientras yo me frotaba los ojos, tratando de seguir escuchando la voz del profesor.
Al final lo logré y para cuando salimos, seguía despierto.
Luis era un poco difícil, no era malo, pero le costaba tomarle confianza a las personas, especialmente a las chicas, por eso casi nunca se le vio con una novia, solo eran chicas que se follaba sin ningún compromiso, lo que teníamos Alanna y yo antes.
Le pediré que sea mi novia, oficialmente, en un restaurante lujoso en el cual ya separé nuestra mesa.
Sabía que a ella le encantaba comer, fuera donde fuera, no le importaba si la llevaba a un carrito de hot dogs, o si la llevaba a cenar en la torre Eiffel.
Ally no es interesada en el dinero y eso es lo que me encanta, que si está conmigo es porque está empezando a quererme y no por lo que tengo, porque para empezar, no ha preguntado de donde saco dinero para comer.
Mi padre, un emprendedor, soñador, levantó su propia editorial de libros a tan solo sus dieciocho años, mientras yo, Liam Coulds aún sigo siendo el mantenido de la familia.
Ni Renata llegó a tanto.
En realidad también he estado en trabajos de medio tiempo, no es que no sepa trabajar, pero mi padre y yo no tenemos ninguna diferencia, me crié en un ambiente un poco áspero los tres años que estuvo golpeando a mi mamá, por el simple hecho de que se estaba poniendo ropa corta para un trabajo en una línea de modelos.
Para mi padre, vestirse corto, mostrar las tetas, que se te vea la raya, todo eso, es vulgar, para él es una falta de respeto y eso es lo que odio. Las mujeres tienen derecho a elegir sobre que quieren vestir y al que no le guste, que no la mire.
Alanna es una chica que le encanta vestir corto y yo no tengo ningún problema, la ropa le queda excelente, no podría haber nada mejor que ver a Alanna con un escote pronunciado.
Y claro, meter mis manos por el...
Mmm...
Ok, tenemos que centrarnos.
Mi hermana no viste corto, porque no le gusta, odia a la mayoría de los hombres, excepto al imbecil que el sospecho que la golpea así ella lo niegue.
Ahora mi madre, sigue los pasos de mi papá al pie de la letra, si él le dice que se quite eso, ella se lo quita, dejó de trabajar en lo que más amaba solo porque él se lo pidió.
—¿Qué tanto piensas?. —Preguntó mi mejor amigo abriendo la puerta de su casa.
—Pienso... Digo, quiero pedirle a Alanna que sea mi novia... Oficial.
—Liam... —Habló en tono de advertencia y me preparé para no enojarme con lo que iba a decir. —Esa chica no es para ti, metete en la cabeza que no es de un solo hombre, no van a pasar ni dos meses y ya se abrá acostado con todo el instituto.
—Alanna no es así, la he conocido más de lo que pensé, ella no es así.
—Mira esto. —Habló, entramos en su casa y me tiré en el sofá café que estaba a la izquierda, él hizo lo mismo en el derecho buscando su teléfono en el bolsillo de sus Jeans.
—¿Ahora, que?.
—Este video me lo enviaron el viernes. —Tardó un poco en reproducirlo.
Cuando al fin empezó, pude notar a Alanna, encima de un tipo que yo no conocía, simplemente estaba saltando como loca mientras él solo hacía caras de dolor, luego de que él le dijera algo al oído ella se levantó un poco disgustada y ahí termina el video.
—Eso debe ser de hace mucho...
—Si lo enviaron el viernes, ¿crees que fue hace mucho?, ten por seguro que ya te conocía cuando se lo folló.
—Yo...
—Y no me digas que también haz estado con otras chicas, porque sé que no es así.
—Ahora es diferente, ella es diferente.
—¿Por qué?, porque quiere sexo, le das lo que quiere, tienes dinero, estás como un estúpido enamorado de ella, solo está jugando contigo entiende.
—No, entiende tú, ella es increíble, si tan solo la conocieras...
—Acabo de verle el culo, dime, ¿crees que hay mas por conocer?.
—Déjala en paz. —Hablé y cuando menos lo pensé estaba tenso apretando los puños a cada lado de mi cuerpo.
—No te merece, eres demasiado para ella, mereces a alguien que te quiera, te comprenda.
—¿Alguien como Luisa? Superalo, Luisa no está, entiende eso.
—¿Y si volviera?.
—Estaría bastante ocupado con Ally como para prestarle atención a ella.
Me miró negando con la cabeza. Sabía que a él no le gustaba que me lastimaran, pues era mi mejor amigo, y le dolía verme destruido.
—Ya no quiero hablar mas de esto, terminaremos peleando como la otra vez y eso no.
—Como quieras. —Fue lo único que respondí.
—¿Cómo está Renata?. —Indagó cambiando de tema.
—Bien, un poco apretada con el montón de tareas, sabes que está asistiendo a cuatro tipos de escuelas diferentes, no se ni para que está aprendiendo a hablar mandarín, apenas entra unas dos o tres clases y ya lo habla de corrido y nosotros los normales duramos mas de un año para aprender algunas palabras.
—Exacto, tu hermana es cool, me agrada.
—Mi hermanita va a llegar muy lejos, a pesar de que ahora papá no le ve importancia a lo que hace.
—Tengo la certeza de que es su favorita.
—No lo sé, Henry quiere mucho a Renata, pero supongo que es mas la favorita de mamá.
—¿Y tu qué? ¿Eres favorito de alguien?.
—Claro, yo soy tu favorito. —Le guiñé un ojo haciéndolo reír.
—¿Nos casamos o qué?. —Habló y yo asentí con la cabeza divertido.
—Los anillos por favor. —Pedí, él volvió a reír.
—¿Tienes algo de comer?. —Pregunté, él señaló la cocina, yo me levanté de un tirón abriendo la nevera.
Saqué la leche y tomé el cereal de la alacena, nos serví a ambos y caminé al sofá comiendo cucharadas grandes.
—Que hambre. —Habló levantándose y tomando su plato para traerlo junto a mi.
—Así es.
—Oye Liam, ¿te imaginas a nosotros siendo padres? Eso sería cósmico.
—No quiero ser padre, al menos no todavía, espero que no lo sea hasta dentro de diez años.
—Que aburrido, yo quería sobrinos.
—Pues un hijo es difícil, no es algo que se tome a la ligera ni que desaparezca de la noche a la mañana, un hijo es para siempre, no solo para un rato.
—¿Y tú cuantos hijos quieres tener?.
—Supongo que solo uno, no quiero estresarme con tantos niños.
—¿Niño o niña?.
—No me importa eso, ambos deben tener el mismo trato, la niña requiere de mas cosas por los accesorios del cabello y cuando sea adolescente la regla y eso.
—Ya nos vi de cuarenta años. —bromeó llevándose otra cucharada a la boca.
—No me subas tanto, solo tengo diecinueve. —Me llevé una mano al corazón fingiendo estar asustado.
—Está bien.
—La llevaré a un lugar lujoso.
—¿A quién? Hace rato no me invitas a comer. —Se cruzó de brazos indignado.
—Prometo hacerlo mi amor. —Le lancé un beso bromeando, él rió de nuevo. —A Alanna, la llevaré a un restaurante.
—¿Algún detalle para darle?.
—Una cadena... —Me interrumpí metiendo la mano en mi bolsillo sacando una caja de terciopelo. —De oro blanco... —La abrí dejando ver el hermoso artefacto.
—Demonios del infierno... —Susurró. —¡Es hermoso! Le va a encantar, Dios, se ve tan caro y tan brillante.
—Así es, la mejor parte es que tuve que comprarla de mis ahorros, no quería gastar dinero de mi padre en un detalle para ella, todo corre por cuenta mía. —Cerré la caja sintiéndome orgulloso.
—Ya estas creciendo. —Se llevó una mano al pecho y la otra a la mejilla fingiendo limpiarse lágrimas falsas.
—Idiota, tenemos la misma edad.
—Bueno, ya vete. —Habló poniendo el plato vacío en la mesa.
—Nunca pensé que me echarías de tu casa, pero al parecer me equivoqué. —Me levanté del sofá divertido.
—Voy a dormir y a ti no te gusta dormir con tu futuro esposo así que, vete para tu apartamento.
—Ya te dije, voy a ir a una cena con Ally.
—Pues vete que ya son las nueve.
Miré la hora en mi reloj, dije que pasaría por ella a las diez y ni siquiera me he cambiado de ropa.
—¡Adiós!. —Hablé apuradamente saliendo de su casa, caminé rápido hasta mi auto y me subí en aquel.
Conduje hasta el estacionamiento apurado, al llegar subí rápido por el ascensor y llegué a mi puerta con pasos rápidos.
Introduje la llave en la apertura y la giré rápidamente, mi puerta se abrió dándole paso a mi vista de observar todo bien organizado, la mujer que había contratado hoy para que hiciera el aseo lo había dejado todo tan bien que le di una propina. Cerré la puerta dando un portazo.
—Joder... —Hablé solo sacándome los zapatos y la camisa. Los boté en algún lugar del sofá y entré en la ducha.
Me bañé y cepillé como pude, para luego salir y empezar a ponerme el maldito esmoquin, no sabía ni atar una corbata, pero aún así quería este traje para esta ocasión.
Me puse los zapatos negros brillantes y acomodé mi traje frente al espejo.
Tomé una peineta y empujé mi cabello hacia atrás. Era un poco difícil ya que mi cabello es super rebelde, pero al final logré mas o menos el resultado que quería. Me miré una última vez en el espejo llenándome de mi loción favorita.
¿Cómo estará vestida ella? Con lo que se ponga está hermosa pero, quiero ver con que ropa la follaré el día de hoy...
Salí rápidamente abriendo la puerta, pero antes de cerrar recordé algo.
La cadena...
Empujé de nuevo entrando en el apartamento, buscando el pantalón en el sofá, lo encontré tirado detrás de este, lo tomé metiendo la mano en su bolsillo, sacando la caja.
Demonios, estaba nervioso...
¿Y si me decía que no?.
Metí la caja en el bolsillo de mi traje y me acomodé la corbata por última vez, sospecho que no está bien puesta pero me vale poco.
Caminé a pasos rápidos hacia mi auto, conduje hasta la esquina de su casa, esperando a que bajara por la ventana, a lo lejos la vi caminando hacia aquí, Dios...
El vestido blanco le quedaba pegado a la cintura, dejando ver un escote no tan pronunciado en ls parte de sus senos, las mangas cortas con adornos en las puntas, como si hubiese salido de una película de los 80s, su cabello está recogido en un moño de lado, trenzado y envuelto, cuando llegó a la ventana y se subió al auto sin decir nada la pude reparar mas.
Su cara traía un maquillaje muy básico, sombras de ojos brillantes, su labial no traía un tono, simplemente resaltaba el natural de sus labios carnosos, el rimel estaba perfectamente aplicado al igual que el delineado.
Se me quedó mirando de arriba a abajo, nunca nos habíamos visto vestidos de esta forma, mis ojos fueron a sus pies, identificando unos tacones blancos de punta delgada, con algunos brillos a su alrededor.
—¿Qué?. —Preguntó divertida al ver que yo no reaccionaba.
—¿Los Umpa Lumpa están de fiesta hoy?. —Bromee, cosa que funcionó porque la hizo sonreír, mostrando su perfecta sonrisa.
Y no se como ella se puede preguntar el como me enamoré de ella, si se viera en un espejo tendría la mitad de la respuesta, si se conociera tuviera el resto.
—¿Vamos?.
—Si. —Puso el bolso de Channel blanco en medio de nosotros, dándome a entender que ella no era de vestir básicamente.
Sabía que ponerse para cada ocasión.
—¿Así que a un restaurante caro, eh?. —Habló cuando empecé a conducir hacia el lugar.
—Así es.
—Bien, estuve mirando el protocolo de...
—Ally, linda, hermosa, mi vida, no tienes que seguir ningún protocolo, come como te sientas mejor, no tienes que hacer todo correcto.
—Pero y si te avergüenzo...
—No lo harás, yo quiero que te sientas cómoda, no haciendo un montón de cosas que no harías tú.
Me dió un beso en la mejilla dándole inicio a la larga noche...
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Advertencia ⚠ :
Este libro contiene escenas no aptas para todo público, como lenguaje explícito o escenas +18 , te sugiero que si no te gustan éste tipo de libros, no lo leas.
NO OLVIDES VOTAR SI TE HA GUSTADO, UNA ESTRELLITA ME AYUDA MUCHO.
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