Capítulo 29
Hoy me tomé el día para poder organizar los últimos detalles. Estoy despierto desde las 8 am, y mi casa es un lío. Con mi tía, estuvimos arreglando los últimos detalles en el salón y revisando que estuvieran todos los invitados avisados. Mis primos ayudaron cuidando a Bruno y bañándolo, para que no quede a lo último.
Ahora, estamos teniendo un almuerzo tranquilo, no con mucha comida ya que, dentro de unas horas, será la fiesta y habrá una gran variedad de alimentos. He puesto mucho empeño en su cumpleaños, a pesar de haber salido algo costoso, pero quiero que tenga el día que se merece.
Meli: ¿Qué me pongo? ¿Vestido o pantalón con camisa?
Mi amiga me manda mensajes desde su cuarto, como si fuera que no puede venir al mío a preguntarme.
—¡Sebas! —Escucho un grito que, no solo me asusto a mí, sino que a Bruno también. Me miro con sus ojitos bien abiertos y comienza a reír.
—Tia Meli —dice parándose en su cuna tratando de bajar.
—Tranquilo pequeño salvaje, yo te ayudo a salir. —Lo saco y sale corriendo, a pensar lo apoyo en el piso. Voy tras él y veo como entra a la habitación de mi amiga. Al entrar, se encuentra sentado en el centro de esta, mirando como Meli sigue sacando ropa de su mueble.
—¡Wuou! Nunca creí que tuvieras tan ropa. —En su cama, hay una montaña de distintas prendas.
—No te llame para que me critiques. —Se acerca y apoya su cabeza contra mi pecho. —No sé qué ponerme.
—Hey. —Levanto su rostro desde el mentón. —No importa cómo te vista, te verás hermosa de todas formar. —Beso su frente. —Iré a bañarme y luego me tengo que ir con Bruno a un lugar.
—¿A dónde? —pregunta.
—Si todo sale bien, después te cuento. —Me separo de ella y levanto a mi hermano para ir a nuestro cuarto. —Bien hermanito, te quedas aquí, después iremos a visitar a unas personas especiales. —Beso su frente y me voy a dar una ducha.
Antes de entrar a bañarme, afeito mi barba y corto un poco mi cabello; me gusta tenerlo prolijo y ordenado, corto a los lados y un poco más largo arriba. Una leve sombra queda alrededor de mi rostro, señal de que mi vello facial ya no está.
Sentir el agua recoger mi cuerpo, es mi parte favorita del día.
Solo faltan dos horas para que el cumpleaños comience, por eso, le pedí a mi tía que me trajera a un lugar y, después de aquí, iríamos para el salón. Mi hermano lleva un pequeño traje, es su día y quiero que esté precioso. Por mi parte, opté por un pantalón oscuro y una camisa, algo sencillo.
—¿Seguro que no quieres que los venga a buscar? —pregunta antes de irse.
—Seguro tía, no sé cuánto tardaré, pero a las 5pm estaremos en el salón. —Me despido y comienzo a caminar con Bruno en brazos.
El sendero está rodeado de árboles, y a lo lejos, distintas placas se encuentran en el verde pasto. Aquí descansan varios seres queridos de distintas personas, cualquiera diría que es un parque, por toda la vegetación que hay, sin embargo, es el lugar más tranquilo donde uno puede visitar a aquellas personas que no están físicamente.
Desde el accidente y el entierro, que no vengo a verlos. Venir aquí siempre me resultaba difícil, pero hoy es un día que ellos merecen estar presentes, aunque sea desde el más allá.
Bruno me mira sin entender dónde estamos, le sonrió y le doy algo de confianza, los lugares nuevos lo ponen nervioso, pero sé da cuenta que todo estará bien cuando me regala una sonrisa.
"Aquí descansa Javier García. Padre, marido y hermano, amado eternamente."
"Descansa en paz Estefania Navarro Madre. Esposa y hermana, recordada por todos sus familiares."
Ver nuevamente esas placas, me provoca un nuevo en la garganta y un fuerte dolor en el pecho. Mi hermano, me mira sin entender qué está pasando y por qué mis ojos se llenan de lágrimas. Me agacho, lo apoyo frente a ellos y me pongo de cuclillas a su lado.
—Hola mamá y papá. —Me mira confundido. —Hoy es un día especial, nuestro chiquitín está cumpliendo su primer año. —Mis mejillas están mojadas. —Sé que les gustaría estar en este momento con nosotros, y no se dan una idea cuanto los necesitamos, todo este tiempo sin ustedes fue demasiado duro. —Bruno se sienta y toca las placas, como si las estuviera acariciando.
—¿Papá? —pregunta señalando el objeto de mármol. —¿Mamá?
—Sí, hermanito ellos están ahí, pero también están acá. —Agarro su manito y la apoyo en su lado izquierdo del pecho. —Ellos nos aman mucho, hicieron tantas cosas para que nunca nos haga falta nada y hoy, debemos demostrarle que somos unos hijos fuertes. —Trato de reír para ocultar mi dolor.
Nos quedamos en silencio unos minutos, observando nuestro alrededor y, finalmente, juntos apoyamos nuestras manos en las placas.
—Es hora de que nos vayamos. —Me mira con el ceño fruncido. —Sí, Bruno, nos están esperando. —Como si fuera coincidencia, una frisa nos acaricia el rostro; algunos dirían que es por el viento que provocan los árboles, pero yo lo tomaré como que son mis padres despidiéndonos.
Me pongo de pie y lo alzo. —Adiós, los amo y prometo volver más seguido. —Él, estira su brazo y los saluda. Esta acción me partió el corazón, aún no se da cuenta de lo que sucede y, mucho menos, que nuestros padres no están físicamente, pero tengo la esperanza de que podrá enfrentarlo a medida que crezca.
Mientras volvemos por el camino, escucho que mi hermano se va riendo, como si fuera que alguien le hace caras. Me giro y no veo a nadie, lo observo a él y pone sus dos manos en mis ojos, como si intentara taparme la visión.
—Deja de jugar Brunito o llegaremos tarde. —Quito sus manos de mi rostro.
Continuamos nuestro camino. En la entrada, busco la parada del bus, por suerte hay uno que nos lleva directo a nuestro destino.
Durante el trayecto, los dos estuvimos callados y tranquilos, sin duda la visita a nuestros padres nos afectó de distinta manera. Lo observo, y está pensativo, hace distintas expresiones como si tratara de entender algo. A esta altura, no sé qué pensar al respecto, mi hermano puede pasar de ser el bebé más serio que conozco, al más simpático y vivaz.
Una señora, se acercó a él y comienzan a jugar, como muchas veces dije, de grande será muy sociable.
Tú: Estamos cerca.
Le envío un mensaje a mi amiga, cada vez estamos más cerca y quiero saber si está todo bien.
Meli: ¡Genial! Faltan que lleguen algunos invitados, pero ya está todo listo.
Me alegra saber que la tengo para ayudarme con todo esto, desde que ella se vino a vivir con nosotros, las cosas han sido más fáciles, a pesar de algunos tropiezos que tuvimos juntos.
—¡SORPRESA! —gritan, mientras una ola globos asciende hasta el techo.
La carita de sorpresa, de Bruno al ver tanta gente, causa mi mayor felicidad de hoy. Sus ojos observan a todos los que están allí y, su alegría, la muestra riendo y dando pequeños aplausos.
—Feliz cumpleaños, sobrino. —Mis tíos llegan a donde estábamos y lo saluda.
—Recuerdo cuando llegaste a la universidad y me comentaste que tendrías un hermano. —Mi profesor se coloca a mi lado. —Siempre supe que serías un gran hermano, feliz primer año Bruno y también a ti, querido Sebastián, feliz primer año siendo un hermano mayor. —Bromea y me da un golpe leve en el hombro.
—Muchas gracias Roberto, sin duda usted ha sido un gran compañero en esta travesía y, sin usted, yo no estaría en la empresa del señor Rossi.
—¿Alguien me nombró? —Mi jefe con su hija, se unen a la ronda que se formó. —Pero miren este chiquitín, todo un galán con ese traje.
—Están hermosos los dos —dice Amelie al lado de su padre.
—Gracias, sin duda ustedes tres han hecho de todo esto un poco más fácil. —Sonrío mostrándome sincero.
—Yo le agradezco a Roberto de haberte recomendado, sin duda hemos contratado a un gran joven y próximo, arquitecto.
—Tía Amm —pronuncia Bruno.
—¡OH DIOS MÍO! Me dijo tía —grita emocionada y me lo quita de los brazos. —¿Por qué eres tan hermoso? —Mi hermano ríe.
—Disculpen, yo también quiero saludarlos. —Escucho a Meli decir, tratando de llegar hacia donde estábamos. —Miren a los hermanos eh, están más bellos que nunca. —Ella lleva un vestido blanco con flores de distintos colores.
—Tú también te ves hermosa. —Sonrío al notar sus mejillas coloradas.
—No sé ustedes, pero yo me voy a la mesa porque en seguida van a servir la comida —dice el hermano de mi mamá.
Todos lo siguen y quedamos solos con mi amiga.
—Tu tía me contó a donde fuiste, me alegra que los hayas ido a visitar, imagino que habrá sido difícil, pero era hora que vayas.
—Me hubiese gustados que vinieras, pero lo pensé y mi hermano debía saber dónde estaban.
—Y sé que ellos están aquí con nosotros. —Pasa su brazo por mi cintura y quedamos una al lado del otro observando la gran mesa que se encuentra, allí están toda mi familia, no solo familiares de sangre, sino aquellos que se sumaron a mi vida por elección de la vida y, hoy me acompañan desde su lugar.
—Es hora de que todos se vayan a dormir —grita mi tía desde el cuarto en que duerme. —Apago la luz. —Y la oscuridad se hizo presente.
En mi cama no me encuentro solo, además de Bruno, Meli se ha adueñado de una parte y se quedó dormida. Los tres, acurrucados respiramos tranquilos, sabiendo que tuvimos un hermoso día y, por mi parte, me encuentro tranquilo sabiendo que mi hermano, conoció el lugar donde están las personas más importantes para nosotros.
Ahora, me toca descansar, a partir de hoy debemos pensar en el juicio. César, no quiso hablar del tema durante la fiesta, prefirió dejar ese tema para mañana y que disfrutáramos. Me tiene aliviado saber que él está al mando del caso, sin duda, gracias a su amor por su oficio, sé que esos criminales pagaran por lo que hicieron.
Me acomodo, cuidando que ninguno de los dos despertara. Apoyo mi cabeza cerca de la de mi hermano y Meli me abraza por la espalda, los tres cómodos listos para dormir y recuperar energías para lo que está por venir.
- - -
Hola bellezas ¿cómo están?
El capítulo de hoy estuvo lleno de sentimientos, no voy a negar que algunas lágrimas aparecieron cuando escribí la parte que Sebas y Bruno fueron al cementerio.
Hablando de cumpleaños, quiero que me dejen la fecha de sus cumpleaños, yo los voy a anotar y, ese día, les dejaré un mensaje saludándolos ♥
Espero que les guste, y no olviden comentar y/o votar si lo merece. Además, los invito a unirse al grupo de lectura, allí estaré contando sobre el segundo libro. (Dejo el banner con el nombre)
Sin más nada que decirles, les mando un beso y un abrazo grande desde Argentina ♥
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top