2. Muestras de afecto.

- Nathalie - Le dijo por tercera vez Adrien

- Perdón ¿Qué me decías?

- Pregunté acerca de mi horario de hoy

- Oh si, lo siento

- ¿Está todo bien?

- Si, lo está

- Humm... ¿No será mi padre la razón principal de todo?

Carraspeo, nerviosa - N-No, para nada. Con respecto a tu horario, solo tiened después de la escuela tu clase de esgrima y a las 6:30 la de chino, tu sección de fotos se pospondrá hasta mañana en la tarde

- Gracias, pero sabes, no deberías fingir que no sabes de lo que estoy hablando, pero bueno no debo meterme en tus asuntos aunque me muera de la curiosidad - Le sonrío y después se dirigió afuera donde el auto ya lo estaba esperando

Era obvio que Adrien era demasiado listo como para darse cuenta de que su padre y su asistente se habían vuelto cada vez más cercanos.

Terminando los primeros trabajos asignados estaba dispuesta entrar a la oficina de su jefe cuando notó que él veía la pintura de Emilie.

- Te extrañamos demasiado, mi amada

Nathalie cerró cuidadosamente la puerta.

«¿Podré soportar más tiempo ocultar mis sentimientos?«

[...]

A pesar de que ya habían pasado un par de meses desde que el médico le había dicho que podía volver a sus actividades laborales, la realidad era que volvió a sentirse un tanto fatigada desde hace un par de semanas decidió ocultarselo a su jefe aunque sabía que en la descubriría tarde o temprano.

Esa misma tarde se la había ocurrido acomodar un cuadro del pasillo que daba a su habitación ya que éste estaba un poco inclinado. Se subió a un banco y cuando estaba por bajarse se mareó un poco provocando que perdiera el equilibrio y se cayera por suerte Gabriel llegó justo a tiempo logrando cargarla en sus brazos.

- ¡Te tengo!

Ella respiró profundamente - G-Gracias

- ¿Qué hacías arriba del banco? Pudiste haberte lastimado seriamente

- Quise acomodar ese cuadro y me dio un pequeño mareo

- Te llevaré a tu alcoba

«Me siento tan bien entre tus brazos«

Ya estando ahí la depositó sobre la cama con mucho cuidado incandose a su lado.

- ¿Regresaron tus mareos?

- Si, pero estaré bien

- No, debo llamar al doctor

- Para nada, te dije...

- Se trata de tu salud, así que quieras o no lo llamaré, ya que técnicamente es culpa mía que estés así

- Gabriel, te he dicho muchas veces que no es tu culpa, yo elegí ayudarte y lo seguiré haciendo. Haría cualquier cosa por ti - Le acarició el rostro con ternura

Él cerró los ojos disfrutando de su muestra de afecto pero se separó luego de un par de segundos y se levantó.

- Bueno, será mejor que descanses un poco por hoy has terminado. El doctor te revisará más tarde y conforme a su diagnóstico seguirás trabajando o no - Dicho ésto se retiró

«¿Qué será de mi sin ese hombre?«

[...]

Después de un chequeo médico el cual no había resultado tan mal, el diseñador le llevó a su amiga algo de comer y beber además de las vitaminas que el doctor le había recetado.

- Oh no es necesario que me traigas la comida hasta la cama

- Claro que lo es, debes comer aunque sea un poco

- Pero de seguro debes tener mucho trabajo por hacer

- Cancelé todo por hoy y mañana, voy atenderte como lo mereces. Ahora antes de que pruebes bocado toma tus vitaminas

- Si jefe - Ambos rieron

El hombre la observaba con detenimiento no se daba mucho el tiempo de verla aprovechando que la tenía bastante cerca. Sus ojos eran una de sus cosas favoritas en la fémina, seguido de su cabello, mejillas y labios aunque no sólo su rostro era hermoso.

«¿En qué estás pensando?, si es linda, pero no debes tener esos pensamientos«

- Gabriel ¿Estás bien? - Le pregunto tras no haber obtenido respuesta alguna

- Eh, si, lo estoy ¿Qué me decías?

- Que puedes poner la bandeja a un lado, he terminado de comer

- Oh, si claro

- ¿Seguro que te encuentras bien?

- Por supuesto, además soy yo el que debería preguntarte eso

- Yo estoy perfectamente bien, incluso hasta puedo volver al trabajo ahora mismo

Estaba por levantarse, pero se lo impidieron.

- No fingas, Nathalie, debes estar en reposo unos días

- ¿Y el evento en Barcelona?

- Según el médico si la próxima semana te sientes mejor podrás viajar a España sin problemas

- Ok, es bueno oír eso

- Ya es algo tarde y estoy un poco cansado, debo irme a dormir

- De acuerdo, descansa Gabriel

- Tu igual, descansa, Nathalie

Ya estando en su habitación suspiró.

- ¿Qué me está pasando, por qué me siento tan raro?

[...]

Nuevamente se había sentido mal, así que no dudo que llamar al rubio quien rápidamente llegó.

- ¿Qué pasa?

- M-Me duele mucho la cabeza

- Espera - Tomó la caja de unas pastillas para el dolor y le dió una además de un vaso con agua - Tomate esto y te sentirás mejor dentro de poco

- Gracias - Le hizo caso y en un par de minutos se estaba sintiendo bien poco a poco

-¿Ahora cómo estás?

- Bien por ahora, te lo agradezco

- De nada

Ahí se percató de algo, él no traía camisa puesta, provocando que se sonrojara.

- ¿Quieres que me quede?

- Amm... Deberías irte a dormir, son más de las 3 am y...

- No podré dormir tranquilo sabiendo que podrás sentirte mal de nuevo - La tomó de la barbilla y le acarició la mejilla con su pulgar - Me quedaré aquí por si me necesitas

«Oh claro que te necesito«

- Está bien - Sus ojos lograban hipnotizarla

Él decidió dormir en el sillón al lado de la cama, con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¿Qué sucede, por qué sonríes?

- ¿Quieres que me ponga una camisa?

Y nuevamente se había sonrojado solo que está vez fue por sus palabras.

- Yo... no lo sé, es decir... Hace un poco de calor así que...

Rió - Es cierto, hace calor, pero si te incomoda...

- Como tu gustes, no me incomoda para nada. Además, siendo totalmente honesta, se nota que te ejercitas - Se volvió a recostar y le dió la espalda, un tanto apenada por lo que acababa de decir

Gabriel nuevamente rió y le dió las buenas noches.

Ambos tenían tanto por decirse y a la vez tenían miedo de hacerlo, así que optaron por permanecer callados hasta caer a los brazos del morfeo.

Al día siguiente, recién el reloj había marcado las 8 am. Nathalie fue la primera en despertarse y cuando se dió la media vuelta se dió cuenta de una cosa. Gabriel Agreste estaba dormido a un lado de ella.
¿Cuando y a qué hora había cambiado de lugar?

El diseñador despertó un minuto después, lo primero que vio fue a una Nathalie paralizada de los nervios.

- Buenos días

- B-Buenos días ¿Por qué estás...

- Oh, honestamente no fue tan buena idea dormir en el sillón, era demasiado incómodo así que decidí cambiarme a la cama ¿Te molesta?

- Yo...

En ese momento alguien tocó a la puerta.

- ¿Estás despierta, Nathalie?

Se trataba de la voz de Adrien a través de la puerta.

- ¡Carajo! - Musitaron al mismo tiempo el par de adultos

Estaban en su serio problema, si el chico veía a su padre en la alcoba de su secretaria sería el momento más incómodo de sus vidas.

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