1: Sentir y callar.
Otro día en la ciudad de París. Como era planeado, Nathalie debía estar lista muy temprano para atender a los Agreste, pero para su mala suerte su despertador no sono, así que ya llevaba hora y media de retraso, se levantó, se ducho y luego de vestirse subió las escaleras para toparse con su jefe quién al verla tan apurada no pude evitar sonreír, ella respiraba agitada y estaba un poco apenada.
- B-Buenos días señor - Carraspeo - Una disculpa
- Buenos días Nathalie, veo que te quedaste dormida, pero no te preocupes que no te diré nada por ahora ve con Adrien proporcionale horario, luego de eso ven a mi oficina ya que hay algo que debemos hablar, es de suma importancia
- Entendido - Dicho esto se fue
Hizo lo que le pidió, luego fue a su oficina y cuando tuvo el permiso de pasar la mujer respiró profundamente, siempre hacía eso con tal de no hacer o decir algo incorrecto y/o absurdo.
- Te agradezco que vinieras, en fin, lo que tengo que decirte es verdaderamente importante ¿Recuerdas que en la otra semana tenemos el evento en Barcelona?
- Si, lo recuerdo
- Pues también te deseo que me acompañes aunque no como mi asistente sino como mi acompañante para la gala del sábado
Aquello en definitiva no se lo esperaba ¿ir con él a una gala y no en modo laboral? tuvo que aguantar las ganas de saltar de alegría ante la noticia.
- ¿Ir con usted?
- Por favor, ha llegado el momento de que dejes aunque sea por esta vez de ser mi asistente y disfrutar de la fiesta conmigo ¿Qué dices, aceptas?
Sonrío - Claro que acepto, no sin antes debo buscar un vestido .. lo siento es solo que estoy algo emocionada. En fin, con su permiso me retiro
- Ok, te llamaré si necesito algo
Asintió y se salió de la oficina. Se fue a trabajar con una sonrisa dibujada en sus labios y totalmente feliz.
Mientras tanto, Gabriel terminaba de preparar algunas cosas para su salida del país al mismo tiempo en que recordaba la reacción de Nathalie, y así se le ocurrió darle una "pequeña" sorpresa para el día de la gala.
[...]
Eran las 9 pm, Nathalie al haberse desocupado se dirigió a la cocina para finalmente poder cenar. Por lo regular solía comer a solas, pero esta vez no sería así.
- Hola - La voz de Gabriel lo asustó un poco, él se dio cuenta de aquello - Lo siento, no fue mi intención asustarte
- No, descuide señor
- Oh vamos, sabes que puedes hablarme de tu, en fin, supuse que te gustaría tener algo de compañía mientras cenas ¿te molesta?
- No, para nada, adelante - Todo el tiempo tuvo la cabeza agachada - Por lo regular cenas en tu oficina
- Es bueno cambiar la rutina diaria ¿No lo crees? incluso he decidido prepararme mi propia comida
Se puso frente a la alacena sacando todo lo necesario para hacerce de comer, luego de eso volteó a verla y con la mirada le preguntaba si le gustaría que le preparase algo, de inmediato le respondió.
- Si, por supuesto - Se colocó un mechón detrás de la oreja - Hace años que no te he visto cocinar
- Eso es porque tengo mucho tiempo sin querer cocinar, no desde que...
No era necesario que terminara la frase ya que era bastante obvio.
- Entiendo, pero también es bueno volver a retomar las cosas que antes hacíamos ¿verdad?
- Cierto, tienes razón.
- Bueno, dime preguntarte algo Gabriel
- Dime, soy todo oídos
- ¿Por qué me pediste ser tu acompañante para la gala?
El diseñador dejó de hacer lo que estaba haciendo para poder responderle, una sonrisa ladina se hizo presente.
- No me imagino ir con alguien más, digo los conocemos desde hace muchos años, sería mucho más cómodo y sobre todo divertido asistir juntos. Tu me has apoyado en todo y viceversa
Se sí tío feliz al escucharlo, sabía perfectamente que la aprecio mucho, pero ¿sólo era eso?
«Claro que lo es, si sigue siendo Hawk moth es por una simple razón desea volver a estar con su esposa«
Durante el tiempo que ha estado ayudándolo se trataba de convencer que lo suyo jamás llegaría a ser, aún así no perdía la esperanza. Aunque cualquier forma le era fiel a su frase de "sentir y callar"por su bien.
- Oh vaya pues me alegra que digas eso pues siento lo mismo, admito que no sé qué hubiera sido de mí sino me hubieras contratado
- Pues contigo puedo hablar de cualquier cosa, confío plenamente en ti como para guardar secretos, en cosas de trabajo o hasta incluso en la seguridad de mi hijo, eres buena opción Nathalie, te admiro demasiado, nunca lo olvides
Luego de aquellas dulces palabras y disfrutar la cena, ella se ofreció a lavar los trastos y el estar tan inmersa en sus pensamientos terminó por mojarse el rostro cosa que a Gabriel le causó risa.
- Oh ¿Eso te pareció gracioso?
- Un poco, si
- ¿Ah si? Pues...
Lo salpicó un poco, él no quería quedarse atrás e hizo lo mismo.
- Nos estarán si nos ven desperdiciando agua - Dijo la mujer en medio de una risa
- Pues tendrá que ser nuestro secretito - Le guiño el ojo
Siguieron jugando y riendo un poco más, no se percataron de que Adrien había ido a la cocina por un vaso con agua los observaba con una sonrisa de oreja a oreja.
- Se lindos juntos ojalá se dieran una oportunidad - Se dijo a si mismo y volvió a su habitación
[...]
Después de Qué divertido momento entre ellos, Nathalie se fue a su habitación y luego de ponerse sus ropas para dormir se sentó en su cama y se puso a leer uno de sus libros favoritos aunque un tanto cliché le fascinaba mucho.
[...] "Ella lo miraba con sumo amor mientras el hombre termina organizar sus documentos de trabajo. La mujer estaba viviendo un amor tan común, pero a la vez imposible. El amor hacia su jefe, una secretaria enamorada de alguien inalcanzable " [...]
Aquel párrafo del libro la hizo sentirse identificada, parecía como si ese libro estuviese dedicado para ella.
- ¿Será buena idea acompañarlo a la gala?
Tomando en cuenta de que ya le era más difícil no caer en la tentación de besarlo o solamente de abrazarlo, no le parecía "correcto" ser su acompañante. Todo podría pasar, desde un rechazo o hasta que su relación amistosa y laboral se viese afectada de algún modo.
«¿Por qué tuve que enamorarme de alguien casado y sobre todo de alguien que hace de todo para recuperar a su esposa?«
Obviamente le gustaba ayudarlo con todo eso de obtener los miraculous, pero el saber que seguia amando a Emilio y que no descansaría hasta recuperarla, la lastimaba poco a poco.
«Tu solo disfruta de la gala, verás que si mantienes la calma todo saldrá bien, ya verás «
Respiró hondo. Debía de hacerle caso a su mente, debía dejar de atormentarse y estar feliz por poder pasar por un evento de ese tipo al lado de quién no solo era su jefe, sino también de su mejor amigo y confidente.
En el primer piso de la mansión, Gabriel finalmente optó por descansar. Mientras se dirigía a su habitación pasó por la de Nathalie.
«¿Por qué no dejo de pensar en ella? Solo es tu asistente y amiga, además estás casado «
Y no era la primera vez que tenía ese pensamiento, pero cada vez le resultaba más difícil de creercelo.
- No, no puedes hacerle esto a Emilie, Nathalie es solo mi amiga y ayudante, no puede pasar nada más. No le seré infiel a mi esposa.
«De cualquier forma no puedes sacar a Nathalie de tu cabeza, acéptalo, ella ha causado un gran impacto en ti que difícilmente vas a olvidar«
- Ya dejate de tonterías, enfócate en volver con los planes para recuperar a tu esposa
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