Capítulo Veintiséis
LIAM
El padre dijo unas palabras para bendecir a todos, probablemente era un amigo de la señora Luz.
Alanna a mi lado estaba tan nerviosa que se podía sentir su tensión, se que se estaba reprimiendo, por que todo ésto le dolía demasiado. En realidad a todos nos dolía, pero Luz para Alanna había sido la persona más cercana a lo que debía de ser una madre ejemplar.
Emma estaba poniendo atención con una sonrisa triste, mientras Jake acumulaba las lágrimas en sus ojitos azules, el resto estaba atrás de nosotros, con la cabeza abajo.
—¿Alguien necesita decir algunas palabras antes de guardar su ataúd?. —Sin saber ya habíamos pasado más de una hora, Alanna se giró para mirarme, asentí en modo de aprobación.
Estaba apuntó de levantar la mano cuando una chica la interrumpió, era la misma que decía ser hija de Luz en el hospital, también estaba su hermano a su lado, fruncí mi ceño tomando la mano de mi mujer, la chica al otro lado nos miró con superioridad.
—Yo quiero decir unas palabras a mi difunta madre. —Se limpió la nariz como si hubiese estado llorando.
—Adelante, señorita Fonseca. —Murmuró el padre que traía el rosario en la mano.
—Bueno. —Ella se movió para quedar al lado del ataúd. —Primero que todo, gracias a los familiares y amigos por estar aquí, la pérdida de mi madre es algo muy fuerte para mi, nunca había imaginado que mi madre un día estaría conmigo y al otro no.
Notaba como Alanna apretaba mi mano con fuerza, no me molestaba en realidad, pero si seguía con esa ira tal vez le haría daño al bebé.
—Mi mamá para mi fue todo, mi mejor amiga, mi aliada, mi ejemplo a seguir, y muchas cosas más, por eso espero que tenga un descanso sano, y que en esos últimos momentos allá sido feliz.
—Si, fue muy feliz. —Habló bruscamente Alanna a mi lado, sabía que si ésto se me salía de las manos podría haber una pelea en éste lugar.
—Hey, cálmate. —La tomé dulcemente de las mejillas, ella asintió con la cabeza.
—No quiero que diga esas mentiras, ella no estuvo..
—Ya lo sé mi amor, pero si no te calmas, ten por seguro que harás un escándalo aquí y sé que ese chico... —Señalé al imbécil hermano. —Se meterá y yo no podré contenerme, así que no quiero hacer un alboroto el día del entierro de la abuela.
—Está bien. —Suspiro pesadamente poniendo las manos en mi cuello. —Un beso. —Frunció sus labios, Sonreí con ternura recibiendo sus suaves labios entre los míos.
Sonrió antes de separarse de mi, sus labios como siempre eran exquisitos.
Mi celular empezó a vibrar en mi bolsillo y apreté los dientes a la idea de que fuera Luisa, no había dejado de molestar por dinero incluso después de que le diera para mantenerse un mes.
Sabía que Ally es extremadamente violenta cuando quiere, tampoco quería contarle por qué iba a sacar conclusiones pero incluso iba a informarle de la última vez que le di dinero a esa aprovechada.
—... Nosotros si amamos a mi mamá, no como esa gente que solo quiere su dinero. —Finalizó la chica.
—Esa puta... —Susurró, acaricie la palma de su mano tranquilizandola.
—Tranquila, no pasa nada. —Mascullé.
—¡Pero... ¿POR QUÉ TIENE QUÉ DECIR MENTIRAS?!.—Arrugue la nariz, Alanna ya estaba gritando sin darse cuenta.
—Tienes que tranquilizarte. —La tomé por los hombros pero ella retiro mis manos con brusquedad.
—¡No Liam, NO DEJARÉ QUÉ ESA MALDITA PERRA VENGA A DÁRSELAS DE BUENA HIJA, CUANDO NUNCA LO FUE!. —La señaló, todo el mundo ya nos estaba mirando raro.
Y aquí el defecto más grande de Alanna, no saber controlarse a sí misma, y las hormonas se le ponían peor embarazada.
—Cariño, estamos en el velorio de Luz, tienes que respetar....
—¿POR QUÉ?, Si ella viene a decir mentiras. ¿POR QUÉ TENGO QUE CALLARME LA VERDAD?. —Hizo un ademán en sus manos.
—Solo eres una puta ardida por que la herencia irá para nosotros. —Habló su hermano, sentí la sangre hervirme, más sin embargo no me moví, solo puse mis manos en los hombros de ella una vez más.
—No pasa nada, solo olvidalo. —Susurré, froté sus hombros lentamente.
—Falta ver si no le dieron veneno para que se muriera. —Oh chica, no debiste decir eso.
—¡SERÍA INCAPAZ!. —Se giró con tanta rabia que temía ponerle los brazos encima de nuevo.
Probable y me soltaba un puñetazo a mi también.
—El estar aquí haciendo el ridículo me comprueba que eres capaz de todo.
—Entonces...voy a hacer más el ridículo. —Bajó sus manos a sus tacones y los quitó con una rapidez increíble, los lanzó a un lado y no pude detenerla cuando se lanzó encima de la mujer.
Dios mio Alanna.
Ambas cayeron al suelo, solo que Alanna fue más rápida en posicionarse encima de ella, le agarró algunos mechones golpeandola en el suelo.
Sé que a la abuela le hubiese encantado ver ésto.
La otra chica no se quedó atrás, también agarró los cabellos de mi prometida tirando de ellos hacia atrás, la soltó de repente cuando Alanna le dio un puño en la nariz haciéndola sangrar.
Allí fue cuando reaccioné.
—¡Liam, ayúdale!. —Mi suegra me estaba agitando de los hombros, observé como Luke y Connor intentaban quitar a Ally de encima.
Dios que salvaje,joder, me encanta.
Me acerqué a ella y la tomé de los brazos, lo único que recibí de eso es que me metiera una cachetada que me reinicio el windows.
—Demonios...—Me sostuve la mejilla, Connor se empezó a carcajear y Luke grababa con su celular también riendo.
Volví a intervenir, solamente que esta vez la tomé de la cintura levantándola en mi hombro.
—¡Liam, Sueltame!. —Gritó en mi espalda pero no hice caso a ello, solo la volví a poner en el lugar dónde estábamos.
—Ya basta. —Murmuré. —Deja de comportarte así, mira a Jake y Emma.
Ella giro su cabeza hacia ellos, sus mejillas coloradas y las lágrimas que tenían en ellas la tranquilizaron.
—Yo...
—Solo comportate. —Sorbio sus mocos puso las manos en mi camisa.
—Yo no quería que ella muriera, nunca intenté nada contra su vida, lo juro. —Arrugó mi camisa en sus manos y su llanto me quebró por dentro.
—No es tu culpa. —Susurré poniendo mis manos en su cabello.
—Debí haber sido mas estricta y no dejarla comer tanto dulce. —Sorbio su nariz de nuevo. —Ella no está aquí Liam.
—Creo que ahora sí, prosigamos a meter a la señora Wilson en su lugar. —Habló el padre adelante de mi, asentí con la cabeza, casi reí cuando observé a la mujer arreglarse el cabello como podía.
—Quiero verla. —Habló mas para ella que para mí.
—¿Pueden abrir un momento el ataúd?. —Interrogué, él asintió con la cabeza.
Alanna se desprendió de mí y comenzó a caminar detrás del señor, el con una llave pequeña abrió una pequeña apertura que había en la parte de arriba del ataúd, solo empujó un pequeño cuadro hacia atrás para dejar un vidrio descubierto.
Me acerqué a ella cuando sus piernas flaqueron y la tomé de los brazos por detrás,Ally acarició el vidrio.
Luz estaba con sus ojos cerrados, tenía algo de maquillaje en su cara, y una camisa de una taza de café.
—A ella le encantaba con azúcar extra... —Murmuró y rompió a llorar de nuevo, sabía que ésto pasaría, pero en éste momento ella necesitaba sacar todo ese dolor para poder vivir feliz más adelante.
—Ella sabía que algún día tenía que pasar.
—Yo no quería que fuera tan pronto. —Susurró. —Yo te amo, ten por seguro que seré feliz por ti.
—Exacto, ella quisiera que lo fueras.
—Ahora está con mi papá.
—Ahora está con tu papá. —Afirmé.
—Ya puede proseguir señor. —Habló ella, debo admitir que eso me sorprendió bastante. —Ella debe descansar.
El señor asintió y de un silbido llamó a otros tres chicos, cada uno tomó una punta, Alanna volvió a sostenerse de mi camisa, sonreí cuando noté que ya no estaba triste.
—Me alegra que estés aprendiendo a soltar. —Aseguré.
—Es difícil, pero tienes que asimilarlo. —Me giré para mirar hacia atrás, Luke lloraba como un pendejo, Annie abrazaba a Luke, Emma y Jake se abrazaban a Karol, que debo admitir, también era un mar de lágrimas, mientras la madre de Alanna y Connor no tenían expresión alguna.
Chicos sin sentimiento.
Debo admitir que me duele, esa vieja era demasiado fácil de querer, te hablaba una vez y ya la adorabas, además de decir que tenía un humor tan positivo que te contagiaba la risa.
Ya cuando todo el ataúd estaba adentro del nicho, pusieron la lápida en su lugar y la sellaron con cemento.
Luego varios de los que estaban en el lugar dejaron sus flores, Alanna se dirigió a su madre y sacó algo de su bolso, se acercó y puso una taza de café junto a las flores. Sonrió con melancolía cuando se alejó de allí.
—Vamos, tenemos muchas cosas que empacar. —Susurré, ella asintió.
—Vamos mis bebés. —Le habló a Emma y a Jake tendiendoles la mano.
Ellos las tomaron sin ningún problema y sin protestar.
—Vamos grandulón. —Hizo un ademán con la cabeza, Karol la agarró del hombro y le sonrió con ternura.
Yo empecé a caminar detrás de todos, el celular en mi bolsillo ya me estaba molestando, así que lo saqué disimuladamente y mire el nombre de Luis en la pantalla.
—¿Qué pasó imbécil?. —Pregunté divertido.
—Luisa está... —Escuché como sorbio sus mocos. —Ella está en el hospital.
Se me paró el corazón un momento, no era que estuviera enamorado de ella, si no que había estado para mí en los peores momentos.
—Estoy con mi familia. —Aclaré.
—Tiene una enfermedad letal. —Abrí grande los ojos, ¿si a ella le pasaba algo quien cuidaría al bebé?.
—Veré si puedo ir. —No esperé su respuesta solo colgué el teléfono. Cuando subimos al auto seguía pensando en que aquella chica se podría morir.
Tal vez no sería mi culpa, pero si puedo hacer algo para tratar la enfermedad y no lo hago me sentiré culpable, por más que se haya aprovechado de mi dinero, el bebé no merecía quedar huérfano.
—¡Liam!. —Gritó alguien a mi lado, giré chocando contra la mirada de Alanna. —Ponme atención por favor.
—Si. —Hablé por lo bajo.
—¿Viviremos en el apartamento?, digo no es gigante como la casa pero si nos arreglamos seria bueno.
—Yo ya tengo ese asunto arreglado.
—¿Enserio?. —Frunció el ceño.
—Si, compré una casa a un amigo de mi papá. —Afirmé. —De eso también quería hablar, vamos a ser vecinos de mis padres.
—Bueno, no sería malo, pero ¿tú papá...
—Él ya está recapacitando. —Aseguré.
—Pues eso es bueno... Supongo.
—Lo es.
Cuando llegamos a la casa de la señora Linda lo primero que hice fue quitarme los zapatos.
—¡Alanna!. —Rodé los ojos al ver a su hermana lanzarse a sus brazos.
No es que me cayera mal Dayan, solo que se me hacía demasiado hipócrita.
—Bueno, supongo que iré a ducharme para quitar el hielo del cementerio. —Me dirigí a las escaleras y me encaminé al cuarto de mi mujer.
—Tambien voy. —Escuché antes de entrar, dejé la puerta abierta con una sonrisa torcida.
Si así íbamos a estar todos los días, yo más que encantado.
Empecé por quitarme el pantalón, no me di de cuenta cuando entró, sentí sus manos tomar el borde de mi camisa.
—A mi me gusta desnudarte. —Susurró en mi espalda, noté lo rápido que se me endureció la polla.
—Entonces desnudame. —Me giré hacia ella, sus manos dieron en los botones de mi camisa y suspiré pesadamente cuando bajó a mis bóxer.
—Voy a hacerte un rico sexo oral. —Bajó mi ropa interior sin ningún rodeo.
Eso me prendía mas, que siempre sabia lo que quería y a la hora de quererlo, no se iba con juegos tontos, ella iba directo al grano.
Se pasó la blusa por la cabeza y sacó el pantalón por sus piernas.
Me besó antes de arrodillarse en el suelo. Su lengua tocó la punta de mi miembro saboreando el líquido que ya empezaba a salir de a gotas, no tardó mucho tiempo en meterlo en su boca.
—Joder...—No pude contener el Jadeo.
Sus lamidas eran increíbles, su manera de hacer todo lo que hacía me encantaba.
***
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