Capítulo Veintiocho
Holi, actualización doble por que los amo mas que ha mi vida.
Y oficialmente ya solo queda un capítulo y el Epílogo, no teman, tal vez y no soy tan mala.
Ahora si los dejo leer, besos en las nalgitas.
4 meses después
KAROL
Me miré en el espejo una vez más, estaba tan nerviosa, nunca me imaginé casarme, si me hubiesen hecho está pregunta cuando era adolescente, lo más probable era que la rechazará.
Todo iba de maravilla, aquí en California podía ver a mis padres cuando quisiera y Annie estaba super feliz.
El vestido blanco me caía en una cascada, era esponjoso, Connor y yo tuvimos nuestras diferencias, pero lo importante es que sabemos usarlas a nuestro favor.
—¿La novia está lista?. —Alanna abrió la puerta de la habitación, mi vista se centró en lo hermosa que se veía con ese vestido rosa que le llegaba a las rodillas, tenía decorativos y aunque tenía ya una tripa notable le quedaba hermoso.
—Estoy lista. —Suspiré. —¿Ya lo viste? ¿Y si se arrepiente? ¿Y si..
—Hey, tranquila, todo saldrá bien. —Se puso de puntas, ya que siempre fue más baja que yo y me dio un beso en la frente.
—¿Annie está lista también?, hay Dios mío estoy muy nerviosa. —Agité mis manos a ambos lados.
—Todo está listo, acaba de llamarme Luke a avisarme que ya nos esperan en la iglesia. —Aclaró, me tranquilicé un poco.
—Hay no, ¡ya quiero casarme!. —Chillé emocionada.
—¿Dónde quedó la Karol, "No quiero casarme, que pereza amarrarse a alguien"?. —Bromeó.
—¿Dónde quedó la Alanna, "Tener hijos es para perdedoras"?. —Le devolví el chiste.
—Esa debe de estar por allí en algún lugar. —Señaló detrás de ella, yo no pude aguantar la risa.
—Te amo, tonta. —Murmuré.
—Te amo más, boba. —Sonrió dulcemente. —El carro nos espera afuera.
Ella tiró de mi mano saliendo de la casa hermosa , la abuela Luz tenía muy buenos gustos en lo que era casas, autos y decoración.
Al llegar al auto, que digo auto, eso parecía un bus, era enorme, entré en la parte de atrás, Alanna abrió la puerta del copiloto para adentrarse en ella.
—Con cuidado amor. —Susurró Liam a su lado ayudándola a cerrar la puerta.
—Descuida Señor exagerado. —Bromeó aquella, Liam volvió la vista al frente y encendió el motor empezando el trayecto a mi futuro.
No me alcanzaban las palabras para decir lo muy, muy emocionada que me sentí en éste instante, es una sensación única.
—¿Ya estaban todos allá?. —Me mordí una de mis uñas.
—No te muerdas las uñas, te dañaras el manicure. —Me recordó mi mejor amiga cuando se giró para mirarme.
Saqué los dedos de mi boca, el viaje lo sentía eterno, mis dedos se movían en el asiento haciendo sonar mis uñas contra el.
—Me da risa lo rápido que quiere llegar. —Se burló Liam.
—A mi me da risa tu cara y nunca digo nada. —Anuncio a la defensiva.
—Pobre Connor, se lo dije.
—Déjala en paz. —Alanna le golpeó el hombro haciéndolo reír.
Siguió manejando hasta la iglesia, aparcó en un lugar despejado y salió del auto para abrirle la puerta a Alanna.
—¿Ya está mi padre allí?. —Los brazos de Alanna me ayudaron a bajar del auto, golpee el vestido para que no se arrugara.
—Si. —Tiró de mi brazo, Liam caminó rápido hacia adentro, imagino a avisar que habíamos llegado, mi padre estaba parado en la puerta.
Alanna caminó a mi lado mientras llegamos al portón de la iglesia.
—Estás tan hermosa. —Mi padre, no, no el de sangre, pero si el que nos había ayudado a salir de toda la mierda en la que estábamos metidas.
—Gracias Padre. —Hablé formalmente, él entrecerró los ojos.
—Iré adentro. —Susurró Alanna soltandose de mi brazo.
—Ok. —Mi padre me sostuvo de la mano, le dediqué una sonrisa cálida.
Cuando me paré con el frente a la puerta se me llenaron los ojos de lágrimas, Annie estaba en la puerta con un vestido blanco precioso y una canasta de flores. Muy en el fondo sabía que quería ésto desde siempre.
Tal vez si, me equivoqué y bastante, pero de los errores no siempre salen cosas malas, creo que los errores son parte de vivir.
Cuando di el primer paso hacia adelante un montón de recuerdos pasaron por mi mente, desde aquella primera vez, hasta sus pruebas de cariño, tal vez sufrí bastante también, pero yo no era Alanna, yo siempre supe superar y salir adelante, sola o con ayuda, pero quedarme atascada eso jamás, y me alegra que Alanna esté empezando a captar ello.
Connor y yo no eramos de tener sexo todos los días, nuestra conexión va más allá que eso, no necesitamos hacerlo todos los días, por que con solo un beso nos saciamos, tal vez él si era el hombre para mi, me gusta follar, claro que sí, pero para mí es exagerado hacerlo todos los días y a cada momento, no digo que esté mal, simplemente no es mi ritmo.
Di un segundo paso hacía adentro del salón, Annie empezó a dar brincos, esparciendo los pétalos de flores por todo el lugar.
No había notado ni cuando llegamos al lugar donde estaba Connor y el padre.
—Te entregó a mí hija, cuídala por favor, lo haz hecho muy bien, pero si me entero que le haces algo...
—Tranquilo padre, lo sabe. —Mis manos sudaban, mi cuerpo estaba temblando. Observé los ojos color miel que me miraban de arriba a abajo con una sonrisa dulce.
—Estás hermosa. —Su mano toma la mía, una corriente eléctrica se esparce por todo mi cuerpo que me tranquiliza, siempre ha sido así, me hace sentir tan bien, tranquila, su energía es tan dulce que sientes la necesidad de ser cursi cuando lo tienes cerca.
—Empecemos. —Murmura el padre frente a nosotros, por inercia giré mi cabeza hacia atrás. Nunca imaginé ver a toda mi familia junta solo para ver como seré feliz.
Mi mamá con mi papá en primera fila, Alanna al lado de Liam, éste último reposaba su mano acariciando la tripa de mi mejor amiga, Luke con su chico sentados al lado de Alanna, Emma y Jake en la segunda fila con Linda y Dayan.
Todo era demasiado bonito.
La única persona que faltaba para que fuera perfecto era Luz, a pesar del poco tiempo que conviví con ella, quería verla aquí. Pero tal vez si estaba aquí, solo que yo no podía verla.
El padre empezó a recitar algunas oraciones y palabras, mis manos no paraban de sudar.
Connor estaba tan tranquilo, que me daban ganas de pisarle un pie para ver si era humano.
—¿Connor Leings, aceptas a Karolina Smith como tu legítima esposa, amarla y respetarla, de hoy en adelante, en lo próspero, en lo adverso, en la riqueza, en la pobreza, en la enfermedad y en la salud, hasta que la muerte los separe?.
Lo vi dudar un momento, pero luego al ver mi cara de tragedia me dedicó una sonrisa divertida.
—Claro que acepto.
—¿Karol Smith aceptas a Connor Leings como tu legítimo esposo, amarlo y respetarlo, de hoy en adelante, en lo próspero, en lo adverso, en la riqueza, en la pobreza, en la enfermedad y en la salud, hasta que la muerte los separe?.
—Acepto.
—Los anillos, por favor. —Recita el padre.
Annie se acercó y me tendió ambos anillos, yo le puse uno a Connor en la mano y nos giramos quedando frente a frente.
—Recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti. —Quitó el anillo de compromiso que había en el dedo anular de mi mano derecha y pasó el de bodas por allí.
—Recibe esta alianza en señal de mi amor y fidelidad a ti. —Repetí su acción poniendo el anillo en su dedo.
El padre le tendió las trece arras bendecidas a mi casi esposo, él las recibió.
—Recibe estas arras como prenda de la bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a compartir. —Me las tendió, yo las acepte con una sonrisa.
Luego el padre me tendió las mias en la otra mano y repetí las palabras y la acción de Connor.
—Por el poder que me otorga Dios, los declaro marido y mujer, novio puede besar a la novia. —Finalizó.
Connor me agarró de la cintura pero fui rápida en inclinaron hacia atrás y besándolo como si él fuera la princesa, todo el mundo aplaudió mientras yo me separaba riéndome como una tonta.
—¡Felicidades!. —Mi mamá llegó hasta nosotros, me dio un fuerte abrazo y me besó en la mejilla. —Estoy tan orgullosa de ti.
—Gracias mamá. —Susurré, Alanna se acercó a mí y me abrazó.
—¡Fiesta!. —Gritó mi prima Valeria y después de eso todos se levantaron de las bancas dirigiéndose a la puerta.
—Ya sabes, la fiesta. —Murmuró Alanna detrás de mi empezando a correr, Liam corrió detrás de ella cómo siempre diciendole que tuviera cuidado con el bebé.
Es tan sobreproctetor, bueno en conclusión Connor también, pero Liam lo es más.
Connor me sostuvo de la mano llegando al establecimiento.
—Lleva a los niños a casa. —Alanna le dio unas llaves a su chófer, Alfonso.
—Como pida señora. —Observé a mis espaldas como ella le daba el celular a Annie para que mirara YouTube con Jake, Emma subió al coche concentrada en su lectura.
Algún día sabré que tanto lee esa niña en su celular.
—Ya sabes, dile a Jazmín que los cuide.—Advirtió ella sacando las otras llaves que supongo eran las de la casa.
Observé como se subió al auto negro de Liam con su ayuda.
—Entra. —Me invitó mi esposo señalando nuestro auto gris.
Entré en aquel y adentro me bajé la cremallera del vestido, lo pasé por mis pies quedando en solo un sostén y bragas.
Me incliné hacia atrás buscando el otro vestido que iba a utilizar, también era blanco, solo que esté era uno más corto.
—¿Te acuerdas el día en que hablamos por primera vez?. —Me preguntó encendiendo el motor del carro.
—Si.
—Te acercaste con esa sonrisa inocente en el rostro, no sabía con que intenciones venias pero, no me arrepiento de nada. —Me dedicó una sonrisa llena de ternura, empezó a manejar mirando al frente. —Luego pasó Annie y me enamoré todavía más de ti. —Continuó. —Es lo que me encanta de ti, vas sonriendole a la vida como si no te doliera nada de lo que te ha pasado y te admiro, por eso cuando te vi por primera vez me dije a mi mismo "necesito que esa mujer se casé conmigo.
—Gracias por aguantar tantos celos. —Solté. —Ni siquiera yo misma me entiendo aveces, pero tú eres tan predecible.
—Te amo Karolina.
—No me llames así. —Le pegué una palmada en el hombro. —Odio mi nombre completo, suena raro.
—A mi me parece hermoso, solo si lo llevas tú. —Aclaró.
—Tambien te amo Alexis. —Me burlé de su segundo nombre el rió.
—A mi no me ofende, me haz dicho cosas peores. —Estacionó el carro frente a un enorme salón que ponía grande en la entrada.
"Recién casados".
Salí del auto observando las luces color neón que alumbraban adentro, aún era de día pero adentro estaba oscuro.
—¡HOY VA A HABER UNA FIESTA GRANDE UHHH!. —Gritó Alanna eufórica llevando una copa de vino a su boca.
—El embarazo. —Advirtió Liam bajando su mano que contenía la copa.
—Ya sé, ya sé. —Ella lo tomó del cuello y lo besó. —¡Primero abre los regalos!. —Sugirió cuando se separó de su prometido.
—¿Regalos?. —Ella me señaló un rincón del salón, las puertas se cerraron dejando todo por dentro como si fuera una fiesta en la noche.
—Oh.—Musite. —Prefiero festejar primero, es que son muchos.
—Entonces abre el que te damos Liam y yo. —Me tendió una caja pequeña.
—Oh Alanna que celosa, ¿me vas a pedir matrimonio también?. —Entrecerré los ojos, ella soltó una sonora risa.
—Nop, solo ábrelo. —Pidió.
Abrí lentamente la caja de terciopelo, fruncí el ceño cuando me encontré con un llavero con cuatro llaves diferentes.
—¿Y ésto?. —Pregunté aún confundida.
—Una abre tu casa. —Afirmó. —La segunda, la puerta de un local, la tercera un auto McLaren último modelo y la cuarta una casa de juguetes de tamaño real para Annie.
Cuando ella finalizó la miré con la boca muy abierta, sabía que tenía su dinero, pero nunca pensé que tendría todo eso yo.
—¿Todo eso?. —Aún estaba captando la situación.
—Es lo menos que puedo dártelo, por que como dijo Luz, ni siquiera ésto podrá pagar todo lo que haz hecho por mi.
—¡Demonios!. —Grité. —¡Gracias, gracias, gracias, Te amoooo!.
—Y yo a ti. —Ella aplaudía y reía como una foca retrasada, yo solo hacía un baile raro.
***
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