Capítulo Veinticuatro
***
La luz del sol me hizo abrir los ojos inmediatamente, pasé mis manos por la cama buscando a Liam, chocaron con su pecho y me límite a esconder mi cabeza en él.
—Liam... —Le di dos golpes pequeños.
—Mm... —Gruñó.
—Cierra la cortina. —Susurre.
—Hazlo tú.... —Susurró de vuelta.
Menudo tonto.
—No dejaré qué me folles por...
—Ya voy, ya voy. —Sentí su peso salir de la cama, sonreí satisfecha al ver qué la molesta luz se desvanecía.
Volvió a la cama, lo abracé con fuerza, él posó sus manos en mi espalda y mis piernas se entrelazaron con la de él, no tardó en sonar la alarma qué daba a entender qué era hora de bajar a hacer el desayuno a mis niños.
—Liam..—Susurré.
—¿No quieres hacer el desayuno?. —Preguntó con la voz raposa.
—No.
—Está bien, deja yo lo hago. —Salió de la cama, sonreí mirándole el culo mientras él buscaba su ropa interior.
—¿Me está acosando, señorita Juliens?. —Preguntó aún de espaldas mientras pasaba sus bóxer por sus piernas.
—Si soy tu prometida, no se llamaría acosar, si no observar lo qué es mío. —Me quité las sábanas de encima y busqué mi pijama en el suelo, cabe aclarar qué ni siquiera tuve qué utilizarla.
—¿Desde cuando tan posesiva?.
—Desde qué complaces todos mis caprichos de ninfómana.
—¿Vienes?. —Pregunta ofreciéndome su mano, terminó de ponerme el pantalón suave y me subo a la cama.
—Llévame cargada, me duelen los pies. —Extendí mis brazos, él suspiró.
No protestó, sólo se acercó tomándome de la cintura, sonreí envolviendo mis piernas en su cadera.
Empezó a caminar conmigo encima, sin mentir me veía cómo un mono colgado.
—Huy... Erección. —Murmuré al notar la cosa que crecía por encima de su pantalón. Soltó una pequeña risa y bajó las escaleras.
—Por cada escalón me darás un beso. —Masculló frunciendo los labios.
Bajó el primero y se acercó a mis labios, me pegó contra la pared y mordió aquellos haciéndome jadear, sonreí cuando se separó de mí y bajó rápidamente él segundo, repitió la acción.
—Iugh, ¡Dios, que asco!. —Miré hacia arriba y el ver a Emma tapando sus ojos, aquello me causó risa.
—No molestes Emma. —Bromea Liam. —Tu mamá y yo estamos...
—Pero por favor frente a mi no. —Bajó las escaleras a nuestro lado, yo no paraba de reír hasta qué él volvió a succionar mi labio inferior.
Bajó el resto de los escalones dándome un beso ardiente en cada uno, al llegar a la cocina me sentó en la encimera de aquella, observé cómo se colocaba el delantal.
—Mañana será el entierro de Luz. —Susurré bajando la cabeza, aún quería llorar, más sin embargo todos tenían razón, habría que dejarla descansar.
—Quería hablarte de eso. —Agarró un sartén de la alacena.
—También yo.
—Cómo sabrás ella tiene pagada la funeraria en california.
–Así es, la pagó hasta hace unos 10 años.
—A lo qué vengo es qué sería mejor enterrarla en california, no podemos transferir el cuerpo hasta aquí de nuevo. —Pensé por un momento, si pasaba eso, no podría ir a verla muy seguido.
—Pero...no podría verla todos los días.
—Eso es lo qué quiero decirte, pienso qué sería mejor vivir en California. —Lo considere un momento, más sin embargo mis inseguridades se encendieron y frunci el ceño.
—¿Pará qué puedas enredarte con Luisa?, no gracias.—Iba a bajar del mesón pero el me detuvo cuando se giró, tomándome de las piernas.
—¿De qué hablas?, ahora me vas a atacar con celos otra vez.—Me tomó del mentón obligándome a mirarlo, me hablaba con seriedad más su mirada estaba llena de diversión.
—No son celos... —Susurré.
—Alanna... —Suspiró. —¿Tu crees qué si quisiera algo con ella, estuviese ansioso por casarme contigo?.
—Pues no.
—Entonces ya deja esos celos tontos. —Me agarró de las mejillas dándome un pequeño beso en los labios.
—Tambien había pensado lo del entierro, aunque eso de llevar a los niños a vivir a California no me convence, están acostumbrados a estar aquí, y aunque el inglés lo tienen bien desarrollado sería... no sé, me da miedo qué no puedan adaptarse.
—Estoy seguro qué lo harán. —Murmuró. —Sabes qué ahí muy buenas escuelas, además Emma quiere conocer a Renata y pasar tiempo con ella, Karol y Connor tienen su familia allí, Annie tenía amigos, nosotros necesitamos volver a casa.
—Qué lindo discurso. —Ironicé.
Se alejó de mi un momento para meter una tortilla en el sartén.
—Piénsalo. —Sugirió.
—Tienes razón, igual creo qué ya transfirieron... —Se me hizo un nudo en la garganta. —El cuerpo.
—Tranquila. —Me Susurró dándome un pequeño beso en los labios. Luego se giró para voltear la tortilla.
—Buenos... Días. —Giré mi cabeza encontrándome con Jake qué acababa de bajar las escaleras bostezando.
—Hola mi amor, ¿dormiste bien?. —Pregunté, él asintió no muy convencido.
—Tuve una pequeña pesadilla. —Habló sentándose en la silla del comedor.
—Hay mi vida. —Me bajé del mesón dirigiéndome al baño dónde me había hecho daño, apreté los dientes observando la puerta dañada.
—Si, era una pesadilla horrible. —Murmuró. —Annie me...
—¿Yo qué?. —Me asomé a la puerta con el cepillo en la mano, Annie se sentó al lado de Jake y se quedó mirándolo.
—N-Nada. —Habló en un susurro mirando sus manos.
—¡Hola a todo el mundo!. —Murmuró Karol a todo pulmón, Connor venía detrás de ella somnoliento.
—Bienis diis. —Mascullé con el cepillo en la boca, Liam rió mientras Karol ponía una mueca de asco.
Ellos también se sentaron en la mesa, eramos una gran familia y me encantaba, amaba convivir con mis amigos.
—Qué raro ver a un hombre haciendo desayuno. —Bromeó Karol, Liam bufó.
—Qué tu novio no te haga desayuno no es problema de los hombres. —Respondió él de vuelta, Connor lo miró tan mal qué se me hizo gracia.
Abrí la llave del lavamanos y eché agua en mi boca, puse el cepillo en el puesto, salí del baño y me intenté montar en el mesón de nuevo, más era demasiado alto para mi estatura, las manos de Liam me ayudaron empujandome hacia arriba.
—Gracias. —Susurré.
—No se cómo un Umpa Lumpa piensa qué podrá subir ahí sin ayuda.
Emma se hizo presente en la cocina, traía unas gafas qué se ponía para verse más intelectual, se dirigió directo a la nevera y sacó un tarro con frutas congeladas.
—Oye tú, troglodita... —Señala a Liam tendiendole el frasco con frutas. —Sirve para algo y corta estás frutas.
—¿Qué no eres una chica genio?. —Bromeó sacando una de las tortillas qué ya estaban listas.
—Si, pero llegó a agarrar un cuchillo y mamá me corta la cabeza, de paso a ti también por decirme qué lo agarrara.
—Está bien, hormiga. —Dijo a regañadientes, puso las frutas en el lavaplatos con la llave abierta para derretirlas.
Echó de nuevo otra tortilla en el sartén y sacó algunas de las frutas del frasco, las puso en la tabla y no duró ni veinte segundos cuando las había puesto en un plato.
—¿Sólo comerás eso?. —Preguntó frunciendo el ceño, ceño, ella asintió con la cabeza quitando el plato de sus manos, empezó a caminar con el escaleras arriba.
Después de comer las tortillas con fruta y miel de Liam, Karol fue a ver un artículo de temáticas de bodas en su celular.
Connor había salido con Annie ak comprar un par de cosas.
—¡Se destruyó la torre!. —Gritó Jake en el puso pegándole a Liam con su carro.
—¡Hey, no tengo la culpa!. —Murmuró él tapando su cara con sus brazos.
—¡Papi, tienes qué ser el enemigo!. —Masculló, volvió a golpearlo en la cabeza. —Así que tienes que dejar que te golpee.
—¡Duro Jake, pégale!. —Gritó Karol levantando su vista del periódico.
—Buenos días. —Murmuró Luke bajando la escaleras, miré la hora en el reloj qué yacía colgado frente de mi.
—Es la una de la tarde. —Rodé los ojos.
—Es que.....ayer estaba en una pequeña fiesta. —Expuso.
—Tu desayuno lo dejé con una tapa en la cocina, calientalo.
—Gracias. —Luego de eso se alejó.
—¡Papi, lo estás haciendo mal!. —Miré de nuevo a Jake sonriendo divertida.
***
Ya estábamos en el avión, Karol iba atrás con Annie, Luke y Connor, Los niños iban con Liam y conmigo, Liam había insistido en pagar zona VIP para tener cuatro asientos cada uno.
Estaba super nerviosa, sabía qué tal vez irían los hijos de Luz a su entierro, a fingir que les dolió la muerte de su madre, cuando me afirmaron que no era así.
—¿Te sientes bien?, te veo un poco pálida. —Liam toca mi frente.
—Estoy bien. —Afirmo. —Solo estoy un poco nerviosa.
—Eres muy fuerte. —Deja un casto beso en mi mejilla, observó a Emma leyendo en su celular, Jake sólo dormía.
Miré mis manos, estaba temblando, más sin embargo
s
olo aguanté, no iba a pasar nada, todo estaba bien, yo estaba bien.
—Necesito ir al baño. —Dijo Liam quitándose rápidamente el cinturón.
Lo vi casi salir corriendo, sonreí cuando Emma me miró con una ceja enarcada.
—¿Qué?. —Pregunté.
—Nada. —Se rio un poco antes de volver a su lectura.
Acaricie mi pancita, Dios me sentía tan mal y tan bien a la vez, está segunda vez era diferente, tendría a mi bebé y Liam estaría conmigo, se sentía genial poder vivir en paz al menos unos minutos.
Me recosté con la mano en mi tripa, la frotaba de arriba a abajo, aunque no fuera muy grande, igual amaba al ser qué crecía dentro se mi.
Observé cómo Liam salía del baño, sonreí cuando se sentó a mi lado de nuevo.
—Dios, vomité todo lo del desayuno.
—¿Síntomas?. —Pregunté divertida.
—¿Cómo qué "síntomas"?. —Frunció el ceño.
—Cuándo una mujer está embarazada, en algunos casos a los hombres son los qué les dan los síntomas, muchas veces es a ambos, por ejemplo, en el embarazo de Emma y Jake..
—También estuve con náuseas durante meses... —Susurró, yo aguante la risa.
Pobre.
—Bueno creo qué es justo qué sufras un poco, al menos tú no tuviste qué parirlos.
—Hubiera querido ver eso. —Sonrió, sentí culpa por qué prácticamente fue por mi inmadurez qué no pudo estar en muchas cosas qué hicieron los niños.
—Lo siento. —Murmuré. —No debí privar tus derechos.
—No pasa nada Ally, ahora estamos juntos todos, eso es lo qué importa, no estés echando el peso de eso sobre tus hombros.
—¿Sabias qué te amo?. —Vi de reojo cómo Emma levantaba la cabeza de su celular para mirarme raro.
—Yo también me amo. —Levantó las cejas arriba y abajo, cosa qué hizo qué riera.
—Tonto. —Le pegué una palmada en el hombro.
—No voy a negarlo, lo soy. —Sacó el pecho cómo si estuviera orgulloso.
—Estoy nerviosa. —Froté mis manos en mi Lycra.
—Ya te dije, no estés así, vamos a estar todos allí contigo.
—Gracias. —Me acosté en su hombro sintiendo mis ojos pesados, sentí su mano tibia rozarme la mejilla.
—Es un placer. —Sentí su mano apretar mi pierna por debajo de la mesa qué separaba nuestros asientos de los de nuestros hijos, cosa qué hizo qué me riera.
—Aquí no. —Susurré cerca de su oído, el río girando la cara haciendo qué levantará la cabeza.
Sus manos se posaron en mis mejillas y tiro de ellas hasta él uniéndonos en un rico beso caliente, su mano subía por mi pierna.
Dios mio, Emma está con sus audífonos frente a nosotros.
—Liam... Para... —Susurré tomando su mano, él claramente dejó de subirla, pero no dejó de besarme.
—Te deseo tanto, joder. —Murmuró en mi oído.
—Respeto a Emma y Jake, cariño. —Hablé divertida, lo empujé un poco del pecho obligándolo a sentarse correctamente.
—Cuando lleguemos a casa de tu madre... —Intentó hablar pero le tapé la boca sonriendo.
—Respeto a Emma.
—Esa hormiga ni siquiera me respeta a mi. —Se cruza de brazos con un puchero.
—Qué maduro eres, señor Coulds. —Ironicé.
—Mas maduro qué tú si soy. —Contra atacó.
—No pareces. —Hice un ademán con mi mano y volví a acostarme en su hombro.
—Duerme un poco enana, va a ser muy cansado el día de hoy. —Asentí con la cabeza, sentí cómo mis ojos empezaron a cerrarse.
Tal vez tenía razón, iba a ser un día demasiado difícil.
***
Advertencia ⚠ :
Este libro contiene escenas no aptas para todo público, como lenguaje explícito o escenas +18 , te sugiero que si no te gustan éste tipo de libros, no lo leas.
NO OLVIDES VOTAR SI TE HA GUSTADO, UNA ESTRELLITA ME AYUDA MUCHO.
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