Capítulo Veinticinco


***

Cuando bajamos del avión empezamos a busca a mi mamá y a Dayan con la mirada, Liam cargaba a Emma mientras yo arrastraba a Jake de la mano.

—¡Oye troglodita!. —Grita Emma golpeando a su padre un poco en la cabeza.

—¿Qué quieres hormiga?. —Bufó, estaba estresado por la gente a su alrededor, más sin embargo no le levantó la voz a Emy.

—Ayuda a mamá con Jake, sé hombre. —Yo miré a Jake detrás de mí empujando a la gente, hice un ademán de levantarlo pero Liam se adelantó llevándolo en su otro brazo.

—No hagas mucho esfuerzo. —Sugirió, rodé los ojos caminando detrás de ellos.

Mi mamá y la madre de Karol estaban en el mismo lugar mirándose fatal, no lo había mencionado pero nunca se han caído bien por razones del clima.

Luke lució sus gafas de sol cómo toda una puta, Karol arrastraba a Annie cómo si fuera una muñeca de trapo, mientras Connor cargaba el montón de maletas qué ella había traído.

Esa era la ropa de un día.

—Hola. —Saludé a mi mamá con un beso en la mejilla.

—Hola mi niña. —Me devolvió el beso. —Lo siento mucho por lo de la muerte de Luz. —Me frotó los hombros.

Nadie le había contado lo del incidente con mi intento de suicidio, sólo había dicho a Karol qué le informará cómo estaban las cosas por aquí.

—¡Hay, mi bebé!. —Chilló cuando vio a Liam detrás de mi con nuestros dos hijos.

—¡Abuela Linda!. —Gritó bajando del brazo de Liam, corrió hacía ella, Emma le susurró algo a Liam y luego rieron.

—¡Mi amor, ¿Cómo haz estado?!. —Preguntó metiéndose la mano al bolsillo, sacó de allí una bolsa llena de dulces, yo sonreí divertida.

Karol hablaba con su mamá a unos pocos centímetros de nosotros, Luke estaba hablando con ella también.

—Ya vuelvo. —Afirmé, mi mamá me miró mal más hice cuenta de qué no le molestaba, me acerqué a dónde estaba la otra mitad de la pandilla.

—Alanna... —Me miró de arriba a abajo con fastidio.

—Vanesa... —Le devolví la mirada.

—¡Dios, cómo estás de hermosa!. —Yo chillé cuando abrió los brazos para abrazarme y me metí entre ellos.

—Y tú no te ves tan vieja. —Bromee, sentí una mano golpearme la espalda.

—Yo no estoy vieja. —Aclaró, Karol y Luke rieron detrás de mí.

—Si, cómo digas. —Ironicé.

Me separé de ella, estuvimos preguntandonos cosas cómo, que tal estábamos, cómo nos había ido... Etc.

—Tú mamá te espera. —Me giré encontrándome con los ojos de Liam, asentí lentamente y me voltee de nuevo a Vanesa.

—Nos vemos en el cementerio, solo iré a dejar unas cosas en casa y no demoramos. —Afirmé.

—Esta bien nena.—Susurró Vanesa dándome un beso en la mejilla, luego Karol también me dio un beso y entró al carro con su mamá.

—Relájate. —Luke me abrazó, luego de eso también subió al carro.

Annie y Connor se despidieron agitando la mano, sonreí copiando la acción, cerraron la puerta de aquel y encendieron el motor.

Tomé la mano de Liam y me dirigí hacia dónde mi madre debía de estar, ya habían entrado todos en el auto, Liam se subió adelante, mientras yo subí atrás con Emma y Jake.

—No me gusta qué hables con Vanesa. —Habló mi madre, yo frunci el ceño.

—No le veo problema, por qué a ti no te caiga,no significa qué a mi tampoco. —Me encogi de hombros.

—¿Puedes no ser grosera?. —Preguntó en un susurro.

—No estoy siendo grosera. —Aseguré. —Qué no te duela la verdad.

—Deja de darle mal ejemplo a tus hijos. —Empezó a manejar, no sé por qué me estresa tanto qué quiera manejar mi vida.

—Por eso mismo, son mis hijos, yo veré qué ejemplo les doy. —Emma me miró con una sonrisa.

—Qué buena madre. —Ironizó.

—Mejor qué tú, si creo qué lo soy. —Después de eso todo quedó en silencio.

¿Yo había dicho eso?.

No contestó, tal vez en el fondo sabía qué era la verdad, más sin embargo no debí de haberme expresado tan grotesco.

Paró el auto en frente de su casa, salió sin decir nada, sólo cargo a Jake diciendole algo sobre dulces.

Abrió la puerta con las llaves, me apresuré en ser la primera en entrar.

Dejé mi bolso en la mesa, Liam sacó la mochila de atrás del auto y entró detrás de mi, Emma estaba tan concentrada en su lectura qué cuando entró casi choca contra la pared.

Saqué un pantalón talla alto y una franela negra, no me la había puesto antes de venir por qué los pantalones los siento un poco incómodos.

—¿Te acompañó?. —Habló Liam viendo mis intenciones.

—Por favor. —Pedí con una sonrisa torcida.

Me dirigí a las escaleras rápidamente dando saltitos, mientras las subía sentía su mirada en mis nalgas, (debo decir que con Lycra se me ve increíble).

No había abierto la puerta de la habitación y éste ya me había girado para besarme ferozmente , sonreí en sus labios y abrí la puerta a mis espaldas.

—Calma, fiera. —Bromee, tiré de su mano hasta el otro lado de la puerta, él se encargó de cerrarla pegándome contra ella.

Tiré de mi blusa hacia arriba, todos éstos días me estaban atacando más las ganas de follar, así de caliente me ponía el embarazo, y sinceramente ver a Liam todo sexy no ayudaba.

—Calma, fiera. —Me bajó la blusa divertido, fruncí el ceño cuando se alejó de mi y se tumbo en la cama.

—¡Liam!. —Prostesté, me senté a horcajadas sobre él, no lo dejé ni quejarse, sólo levanté su camisa acariciando su pecho.

Bajé mis manos a su pantalón, él fue rápido al sostenerlas y mirarme con una sonrisa ladeada.

—¿Me amas?. —Preguntó incorporándose para darme un pequeño beso en los labios, mentiría si dijera qué no me dejó tonta con ese gesto.

—Amo a tu pene. —Dije para molestarlo, entrecerró los ojos viendo cómo ignoraba sus manos en las mias, sólo las volví a mover quitando la correa de su pantalón.

—Me debes amar a mi para amar a mi pene. —Puso sus manos en mi cintura haciendo presión hacia abajo para que notará su erección.

Se acercó a mí dándome un beso candente, enredé mis dedos en su cabello metiendo mi lengua en su boca. Agarró mis nalgas en sus manos y me giró poniéndome debajo de él, enredé mis piernas en su cintura.

—Que sexy te ves, señorita Juliens. —Besó mis senos por encima de la blusa y luego la subió para dar besos en mi abdomen.

—No puedo negar lo cierto. —Tiré de su cabello hacia arriba para besarlo de nuevo.

Tiró de mis labios y pasó la blusa por mi cabeza, me miró a los ojos con una pasión increíble.

—Cuando te penetre mírame. —Pidió en un susurro atacando la piel de mi cuello.

Me levantó las piernas para sacarme la lycra y las bragas, cuando las sacó por mis piernas sacó mis pechos por encima del sostén y comenzó a chuparlos y morderlos, cosa qué me hizo calentar más que antes.

—Dios... —Jadee arqueando la espalda.

—Deja de meter a Dios en nuestras cochinadas. —Bromeó, quería pegarle pero mis ganas de follar eran mucho más grandes.

—Cállate y follame duro. —Pedí tirando de su cabello mirando sus hermosos ojos.

—¿Así de mucho me desea señorita?.

—Si Liam, y ahora follame antes de qué me arrepienta.

—Ya voy. —Protestó bajando sus pantalones.

Sentí su ingle tocar mi intimidad, más reprimi los gemidos para molestarlo, entró en mi de una sola estocada, me hice la pendeja cómo de que no sentí nada cuando sabía que su enorme verga me llenaba todo el maldito coño.

—¿Ya entró?. —Pregunté cuando se hundió por completo en mí, reprimí un chillido, quería joder lo justo ahora.

—¿Cómo así qué si ya entró?. —Enarcó una ceja, llene mis cachetes de aire a punto de reír.

—No te asustes, si lo siento. —Murmuré riendo un poco, luego toda la gracia se fue cuando se empezó a mover.

Entrelazó sus manos con las mías poniéndolas encima de mi cabeza, sus embestidas arremataban fuertemente contra mi sexo, mis jadeos se extendieron por toda la habitación.

Por el Dios de las bragas, que rico me folla.

—¡Más!. —Jadee enterrando mis dedos en su espalda, él asintió con la cabeza hundiendo todo su amor dentro de mí.

—¿Así te gusta?. —Preguntó con la voz entrecortada, sentía que me iba a partir en dos, pero así era cómo me gustaba, que fuera salvaje en éstas ocasiones.

—¡Si!. —Le puse las manos en las mejillas para darle un beso candente, de esos qué me ponen a mil.

Abrí un poco más las piernas, él soltó mis manos sin dejar de empujar su miembro adentro y afuera de mí,

Sostuvo uno de mis muslos en su mano apretandolo levemente, su mano apretó uno de mis pechos.

—Ally... —Se acercó a mis labios para besarme de nuevo.

Sentí mis paredes contraerse, mi sexo calentarse, su semen resbaloso llenaba mi vagina, se había venido primero que yo, más sin embargo no paró hasta que yo también exploté.

—Qué... Rico... —Dejé caer mis manos a ambos lados de mi cuerpo, él puso su cabeza en mi abdomen regularizando su respiración.

No tardé ni cinco minutos en Levantarme, tenía qué estar en el cementerio en cinco minutos y ya habían pasado quince.

Me empecé a vestir rápidamente bajo la mirada de mi futuro esposo, él también se empezó a vestir al ver la prisa qué llevaba.

—Rápido Liam, tenemos qué estar allí. —Pasé la franela por mis brazos.

Cuando terminé de abrochar los botones, él ya se había vestido, tiré de su mano saliendo de la habitación ignorando el dolor que había dejado en mi vagina.

Dios, éste hombre me deja así cada vez que lo hacemos.

—¿Ya nos vamos?. —Preguntó Emma al verme bajar las escaleras, asentí tomando su mano, Jake estaba en la mesa de comedor comiendo sus dulces.

Me acerqué a él y lo tomé de la mano, no protestó mientras lo guiaba a la puerta.

—¡Mamá!. —Grité fuertemente, ella no tardó en aparecer en la sala.

—Ah, ¿ahora sí?. —Rodé los ojos, cuando a ella le ofendía algo era muy difícil qué lo olvidará.

—Ay ma, ya dejemos de pelear, conduce qué también quiero que estés allí. —Le di un beso en la frente para calmarla.

Si,ya sé, somos la familia alias "hipócrita", pero ¿que puedo decir?.

—Ya voy. —Murmuró entre dientes tomando su bolso y las llaves de la mesa, cuando salí divisé a Liam con los niños adentro, poniéndoles el cinturón de seguridad.

Me encaminé a pasos ligeros, mi mamá también hizo lo mismo y se subió en el asiento del piloto encendiendo el motor, yo me senté al lado de ella cerrando la puerta a mi lado.

Mientras manejaba yo miraba por la ventana, Liam estaba contándole un cuento a Jake sobre que la abuela era un ángel y por eso no debí llorar, por que se había convertido en un ser muy bonito.

Más sin embargo Emma solo rodaba los ojos, sabía que era un truco para que no hiciera un berrinche allí.

Mi mamá estacionó el auto frente al cementerio, miré su enorme cartel qué decía "Riverside National Cemetery". Suspiré pesadamente agarrando a Emma de la mano, me la apretó suavemente, la miré y ella me sonrío con melancolía.

—Carga a Jake, cariño. —Mascullé, Liam asintió con la cabeza pasando sus brazos por las piernas del pequeño.

Entramos por el enorme portón lleno de flores vivas, miré a lo lejos un montón de personas, fruncí el ceño tirando de la mano de Emma para acercarme.

Cuando llegamos, yo me paré al lado de Karol,ella se acercó a mí oído susurrandome.

—¿Por qué tanta tardanza?.

—Tenía algunos asuntos por responder. —Si claro, asuntos.

Me límite a girar mi cabeza hacia el frente, todos traían cara de tristeza, habían varias ancianas, una mujer con una niña, pero eso no fue lo qué me sorprendió, si no ver al hombre que se acercó con un zumo de naranja.

El hombre que iba a atracar el café.

—Les damos la bienvenida a todos. —Habló el padre acercándose, a su lado aparecieron los que menos quería ver.

Los hermanos Fonseca.

***

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top