Capítulo Once

Había decidido estudiar algo de matemáticas, había descuidado un poco esa materia y necesitaba recuperarla.

No había salido en toda la semana, ella llevaba desaparecida desde el sábado pasado y hoy ya era  sábado de nuevo. Siete días.

Tenía miedo por ella, no quería que la pasara mal y lo único que esperaba es que estuviera bien.

Había decidido salir y emborracharme, Jake me acompañaría o eso fue lo que dijo ayer al traerme a casa.

Era confuso, decía que le gustaba pero aún no se lanzaba a pedirme que lo hiciéramos oficial, y en realidad está bien, no quería tener una relación en estos momentos.

—Annie... —mamá asomó su cabeza por mi puerta, yo me quité un audífono.

—¿Si? —pregunté.

—Te necesitan en la puerta...

—¿Quién?.

—Reporteros —contestó como si fuese obvio.

—Diles que se larguen —dije más fría de lo que pensé hacerlo.

—Cariño, es mejor que des tu opinión, así los agentes se mueven en la búsqueda.

—Bien —me levanté con pocos ánimos.

—Debes dar tus sospechas y decir quien es ese tal Brayan.

Brayan, maldito imbecil, sabía que tenía algo que ver con la desaparición de Andrea, no lo había visto en toda la semana y me dió la impresión de que el lunes se había retirado del instituto.

—Claro —bajé las escaleras sin ánimos.

En la puerta yacían unos pocos vecinos, "chismosos".

—Siéntate señorita —habló una mujer que sostenía un micrófono.

Me senté en el sofá frente a ella, no quería hacer esto, pero si ayudaba a Andrea de alguna forma, lo haría.

—Nos hemos enterado que tu mejor amiga "Andreine" ha desaparecido, la ley está haciendo todo lo posible para encontrarla, más sin embargo daremos a conocer su caso para que así más gente se anime a encontrarla, por si la ven en la calle o siendo llevada a la fuerza, todo lo reportarán.

Asentí con la cabeza.

—Clerk, graba todo —el hombre a su lado me apuntó la cámara en la cara.

Vaya mierda. Andrea se estuviera riendo de esto, sabe lo mucho que odio que me grabe la cámara trasera.

—Empezaremos en... 3...2...1...

Suspiré pesadamente, iba a estar intenso acordarme de todo.

—Primero que todo... ¿Cómo te llamas?.

—Annie, Annie Walston.

—¿De dónde conoces a Andreine Livingstone?.

—El año pasado era nueva en el instituto, yo le ayudé a encontrar su clase, luego de eso empezamos a salir a menudo.

—¿Tenía alguna relación sentimental con un chico? —eran preguntas personales, pero estaba dispuesta a todo por mi amiga.

—Si, esa noche el chico con el que salía hace meses bailó con ella, luego se fue enojado porque la vió bailando con otro tipo.

—¿Qué sucedió esa noche? ¿Por qué no estaba usted con su amiga?.

—Estaba con mi amigo, él le iba a jugar una broma al cumpleañero así que estaba al pendiente...

—¿Usted no estaba con su amiga por estar al tanto de un chico?.

—Así no fue exactamente —o tal vez si.

¿Eran ustedes amigas íntimas? ¿Ella mencionó alguna vez que quería fugarse de su casa o algo por el estilo?.

—Nos contábamos todo y ella nunca mencionó el estar disgustada con su estilo de vida, es más, se la llevaba bastante bien con su madre.

—¿Tienes sospechas puestas en alguien? ¿Viste algún comportamiento extraño en la fiesta?.

—El chico con el que ella bailó, se llama Brayan, el estaba estudiando en mi instituto, pero luego de la desaparición de Andrea sus padres retiraron los papeles del colegio, no lo he visto desde entonces.

—Eso sería todo por hoy, espero que la policía se haga cargo de el caso de tu amiga, es muy triste que cada día hayan más problemas de chicas desaparecidas —ella miró a la cámara —xesto es lado a lado con Regina Williams. Corte.

Luego de eso se levantó de el sofá, yo también lo hice, sin esperarlo ella se inclinó hacia el frente y me abrazó.

—No estás sola, chica. Se lo que se siente perder a alguien que quieres, puedo notar tu intranquilidad —me frotó los brazos, se me cristalizó la mirada.

—Gracias —dije con la voz temblorosa.

—Estoy segura que encontrarán a tu amiga —me sonrió mientras se separaba —, nunca pierdas la fe.

Asentí con la cabeza, mamá a mi lado no paraba de llorar.

—Muchas gracias por venir —dijo mi madre tomando la mano de la reportera.

—Es un placer dar a conocer tu caso.

Y sin decir más salieron de casa empujando a la gente que se había amontonado en la puerta, mamá se las cerró en la cara sin ningún tipo de lástima.

—Que gente tan chismosa —suspiró, corrió a la habitación cuando su celular comenzó a sonar.

Olivia estaba sacando algo de la nevera y por primera vez cuando me miró no me hizo muecas ni me sacó el dedo del medio, casi pude notar una sonrisa sincera en su rostro.

—¿Quieres comer algo? —preguntó al ver que no dejaba de mirarla.

Negué con la cabeza —, no tengo hambre.

—Deberías de comer, te he escuchado vomitando en las noches —le hice una seña para que se callara —, si mamá se entera de que no comes y botas lo poco que ingieres tomará medidas.

—Lo sé —respondí —, trataré de comer más.

Subí a mi cuarto después de eso. Iría a una fiesta, después de todo lo sucedido había prometido no asistir a ninguna otra, pero Jake me dió un empujón para aceptar ir. Al fin y al cabo si era mi culpa la desaparición de Andrea, pero él trataba de hacerme sentir bien.

Alisté mis cuadernos para el día siguiente y me decidí por buscar ropa para asistir a la fiesta, no sabía quién iba a ser el anfitrión pero me importaba muy poco.

Al final me terminé vistiendo con un vestido negro, suelto, hasta la mitad de mis muslos, traía un cinturón dorado con diamantes, tacones dorados también.

De peinado recogí mi cabello en un moño alto, dejando caer hebras por mi frente, me maquillé de forma muy sencilla: un poco de rímel brillo y rubor, tampoco es que necesitara tanta cosa para verme bonita.

—Estoy lista mamá —grité mientras bajaba las escaleras, ella se acercó con los ojos llorosos a darme un beso en la mejilla.

—Todo estará bien —me sonrió frotándome los hombros, lo que ella no sabía es que no solo iba a ir a la fiesta a bailar y tomar, quería pasar rato con Jake.

El timbre de la puerta sonó, así que me imaginé que sería Jake, mamá se apresuró a abrir emocionada, al verlo se le lanzó encima para saludarlo.

—Hola tía Karol —dijo él entrando a casa.

—Cuida a mi bebé por favor —le pidió ella. Rodé los ojos.

—Se supone que yo soy la mayor —dije entre dientes, mamá se encogió de hombros.

—La edad no representa la madurez, mírame a mí que sigo siendo tan inmadura como a mis quince —yo solté una risa.

—Te agradecería que la trajeras antes de las dos, no los quiero tan tarde por allá.

—Ya lo sabemos, mamá —murmuré como si fuera obvio.

—Quiero tomarles una selfie juntos, párate al lado de Jake —mamá me tomó del brazo pero logré zafarme a tiempo.

—Mamá por favor —solté una risa nerviosa, Jake me miró con una sombra de sonrisa divertida.

—Cuídala mucho Jake y deja de ser tan infiel que tú sabes que solamente vas a tener a una mujer para toda tu vida —me di una cachetada mental, mamá podía hacer los momentos mucho más incómodos de los que ya eran.

—Lo sé, pero por ahora no busco nada serio —ouch, eso había roto mi corazón —,tal vez más adelante y con la persona indicada —él me miró con complicidad.

—Eso es tesoro, ahora a divertirse.

Y sin decir más ambos salimos de casa, no queríamos quedarnos a oír un discurso súper incómodo sobre cuidarnos al tener sexo.

—Al parecer tu madre tiene más ganas de que esté contigo que nosotros mismos —yo me reí, probablemente era cierto.

—Sí, aunque me ha advertido que estás en la etapa de rompe corazones, y yo no pienso meterme con ese Jake.

—Ya lo hiciste corazón —dijo con voz sensual, luego le metí una palmada en el hombro.

Él puso las llaves en el cerrojo para encender el auto, cuando lo hizo y empezó a manejar pude notar que su celular el cual estaba en su pierna empezaba a alumbrar, mostrando el nombre de Sasha en la pantalla.

—Te están llamando —le avisé ignorando la punzada de celos que amenazaba con aparecer.

—Ya lo sé —respondió con seriedad.

—¿Quieres que conteste? —era una pregunta trampa, solo quería saber qué era lo que le diría su ex novia.

—No hay necesidad, luego hablo con ella —había algo que Jake me estaba ocultando.

—Como quieras —me crucé de brazos en mi asiento —pero si no vas a ser sincero conmigo, es mejor que nisiquiera me dirijas la palabra —le solté, él frenó el carro en seco.

—No te estoy ocultando nada —respondió.

—Entonces respóndele y ponlo en altavoz.

—¿Por qué tendría que hacer eso? —respondió con brusquedad, yo fruncí mi ceño.

—¿No se supone que nos gustamos? —suspiré fuerte.

—Demonios Annie —él puso su brazo en el asiento y se removió el pelo como si estuviese estresado.

—Mira, no sé que es lo que trates de hacer, pero conmigo no vas a jugar.

Él se rió mirándome a los ojos.

—Lo mejor será que no confundas las cosas — empezó, con solo esas palabras había hecho que mi ira apareciera.

—¿Confundirme? Eres un idiota. Claro que no quieres confundirme, pero me dices que me quieres, me besas, me dices que te gusto. Mejor dime... ¿A qué quieres jugar, Jake?.

—Hey hey hey, alto. Yo nunca te he dicho que te quiero —lo miré dolida, al parecer él notó ese dolor en mí. Yo bajé la mirada, no podía soportar que viera que me había dolido.

—Claro porque estás en tu etapa —me reí sin ganas —. Llévame a la maldita fiesta que ya tengo la vida bastante jodida como para que tú me salgas con estas estupideces.

—No son estupideces, Annie. Pero no quiero que pienses que soy de los que son fieles, no me gustan las relaciones serias.

—¿Y entonces que es lo que soy? ¿Una amiga con beneficios? ¿Solo quieres follarme?.

—¿Para qué quieres escuchar algo que te hará más daño? —y entonces, ahí lo cante por completo.

—Ya ya entendí —él me miró completamente deslocado.

—Solamente no quiero dañarte, me conozco, sé de lo que soy capaz y de lo que no.

—Entonces el placer de estar con una y con otra es mayor que el gusto que sientes por mí.

—No es que sea mayor una cosa de la otra, pero no quiero amargarte la vida.

—¿Pero sí te la amargas con ella? —esa pregunta me dolió, pero definitivamente lo que más me dolió fue su respuesta.

—Ella no espera nada de mí, por eso volví con ella porque no espera algo serio de mi parte, solo follamos teniendo en cuenta que no le seré fiel, ni ella tampoco a mí.

—Quiero bajar del auto —dije al sentir las lágrimas nublarme la vista.

—¿Qué? Claro que no voy a bajarte en medio de la nada.

—Dije que quiero bajarte del maldito auto —repetí, él me miró unos segundos antes de volver a encenderlo.

—Lo siento mucho Annie, pero yo aquí no te voy a dejar, te llevaré a la fiesta y luego te dejaré en casa, de ahí en adelante puedes irte a cualquier parte si quieres, pero ahora eres mi responsabilidad y no voy a fallarle a Karol.

—Ya lo hiciste —lo escuché suspirar fuertemente.

—Lo siento mucho pero las cosas tienen que ser así.

—Espero que en unas horas pienses lo mismo.

Me crucé de brazos de nuevo, él me miró de reojo pero no dijo nada más en todo el camino.

Maldita mierda, no tenía nada, tenía una familia buena, pero que daba si al tener eso me sentía incompleta.

Mi mejor amiga seguía desaparecida, Brayan no daba señales de nada, temía que Niall estuviera involucrado.

Las cosas eran más oscuras de las que pensaba en ese instante.

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