Capítulo Dieciséis

ANNIE

—Es aquí —Jake detuvo el auto, ya había venido un par de veces, su madre sabe donde es el lugar y tiene cobertura.

—No ha sido fácil convencer a mis padres "señor encanto" —utilizó comillas aéreas.

—Pero al final te han dejado. Iba a traer a Niall pero ni siquiera estaba en casa.

—Niall fue mi novio —solté como si nada soltándome el cabello.

—Si... —murmuró embobado hasta que cayó en cuenta —Espera ¡¿Qué?!.

—Pensé que lo suponías —me encogí de hombros.

—Nadie me lo dijo, Annie ven aquí...

—Tenemos que desempacar.

—Oye, Annie, no te hagas la tonta, sabias que yo no lo sabía. ¿Cuándo pasó?.

—Fue hace mucho, no te preocupes.

—¿Hace mucho? No entiendo —Jake abrió la puerta después de meter las llaves en la cerradura.

Entramos en la cabaña. Sacar mis demonios a la luz nunca había sido siquiera una opción, desde que había pasado toda la pesadilla con Niall juré no contárselo a nadie, no quería dañar la familia solo con "inventos" por mi parte, nadie me creería, todos habían aprendido a amar a Niall para ese entonces, era un chico divertido y que se hacía ver inofensivo.

Jake me ayudó con la maleta, mientras yo me retorcía los dedos tratando de buscar las palabras adecuadas, Sasha no nos prestaba atención, ya que estaba deslumbrada por algunas pinturas que yacían colgadas en la pared.

—Oye corazón, sabes que puedes contarme lo que sea.

—¿Por qué piensas que quiero contarte algo?.

—Porque estás nerviosa Annie, te conozco más que lo que me conozco a mi mismo.

—Como digas.

Sentía un gran miedo en que si le contaba todo lo que me había sucedido con Niall, llegara a matar a su propio primo o aún peor, que se lo dijera a mis papás.

—Jake, tienes que prometerme algo.

Me miró desconcertado.

—¿Qué?.

—Que sea lo que sea que te cuente, no vas a hacer nada al respecto, son cosas del pasado.

—¿Estamos hablando de mi primo? Porque si llegó a manosearte sin tu consentimiento juro que...

—No Jake...

—¿Entonces? —observé como Sasha partió a la cocina.

—Yo, intenté acostarme con él.

Se quedó mirándome perplejo, se imaginaba que era una santa paloma en toda la palabra, pero el que fuera virgen no significaba que nunca haya intentado dejar de serlo.

—¿Y eso que viene al caso? —trató de preguntar con suavidad, pero pude notar el tono de molestia en su voz.

—Primero promételo, que no harás nada, ni dirás nada.

—Te lo prometo, Annie.

—Bien. Cuando lo intentamos nada fue lo que esperaba, me empezó a besar, me tocó, me acostó en la cama. Pero... —callé por un momento.

—¿Qué?.

—Él me preguntó si me gustaba que me...

—Oigan chicos —nos interrumpió Sasha —, la cocina está realmente sucia, deberían de ayudarme a limpiar ya que soy muy quisquillosa para esas cosas de la suciedad y...

La cara de Jake fue como si quisiera matarlo.

—¿Estaban hablando algo importante? Oh, lo siento. Continúen, finjan que yo nunca interrumpí.

La morena se dio vuelta y salió de la sala.

—¿Me recuerdas porqué la trajimos? —preguntó Jake enarcando una ceja, no pude contener la risa a lo que él sonrió.

Iba a continuar con la charla, pero Jake estaba tan perdido mirándome que me crucé de brazos curiosa.

—¿Qué? —pregunté.

—Es que realmente te ves preciosa cuando te ríes.

No pude contener el sonrojo, Jake siempre había sido mi crush, desde que éramos niños y que ahora me dijera eso de la nada, me enamoraba más de él.

—Gracias —fue lo único que se me ocurrió decir —¿Qué tal si ayudamos a Sasha? —cambié brutalmente de tema. Sabía que Jake no cumpliría su promesa y dañaría todo, nuestra investigación y plan para encontrar a Andrea.

—Termina de decir lo que ibas a decir.

—No quiero que vayas a hacer nada, Jake.

—Ya me lo dijiste, ya lo prometí. Lo voy a cumplir.

—¿Ves estas cicatrices? —me levanté el vestido, agradecí que Jake no me mirara las bragas ya que no tenía shorts. Se concentró solo en las cicatrices pequeñas que estaban al rededor de mis muslos.

—"Del día que caíste por la montaña".

—No, eso fue lo que te dije para no preocuparte.

—Me estás asustando.

—Niall no es lo que parece, él me apuñaló una y otra vez ese día...

Jake empezó a negar con la cabeza, era difícil, lo sabía. le estaba soltando toda la sopa sin rodeos.

—Dijo que le gustaba rudo y que quería follarme llena de sangre.

Retrocedió unos pasos, entendía, pues ese no es el Niall que él conoce.

—Me ato a la cama, supuse que probaría algo de lo que se ve en las películas de grey, pero no fue así. Dijo que no me vendaría los ojos para verlos sufrir.

—No —susurró —, no puedo creerlo.

—Luego me pasó una navaja por la cara y me preguntó que si alguna vez me había masturbado con una.

—No, Annie...

—Por suerte la herida de mi vagina sanó muy bien, ya que la navaja no era tan grande y solo llegó a cortarme un poco alrededor.

—Dios...

—Creo que él tiene algo que ver con la desaparición de Andrea, y necesitaba contarte lo que me sucedió para que pudieras entenderme, sé que tal vez no me creas, pero jamás mentiría sobre eso.

Tenía miedo de su respuesta, más sin embargo sus palabras no me decepcionaron.

—Te creo, siempre te voy a creer, así sea una cruel mentira, si sale de tus labios me la voy a creer toda.

—Gracias Jake.

—Lo siento mucho —me tomó de la mano —, no sabía que habías tenido que pasar por todo eso. Puedo comprender que a las chicas son a las que más acosan y te aseguro que si Niall tuvo algo, así sea mínimo, que ver con la desaparición de Andrea, no volverá a ver la luz del sol, por más primo que sea, tú eres más.

—Jake.

—¿Qué pasa?.

—Te amo.

—¿Qué? —me miró confundido.

—Que te amo.

—Yo también, Annie. Te amo.

—Oigan tortolos, perdón por interrumpir de nuevo, pero es que hay una cucaracha en el baño y de verdad tengo ganas de entrar, intenté matarla pero es de las que vuelan y me da miedo.

—Ya voy —habló sin quitarme la mirada de encima —, cuando lo vea, espero que estés ahí para que me recuerdes lo que te prometí.

Sin más que decir se fue, sabía que Jake era un poco impulsivo, había crecido con una familia muy grande y unida pero había heredado los ataques de ira de su madre, no podía controlarse cuando alguien cruzaba su límite, y con lo que le había contado estaba segura de que Niall había roto un récord.

A pesar de que antes Jake me veía como su hermana, siempre fue muy sobreprotector, pues la genética de ser hombre lo hacía mucho más fuerte y alto que yo, ni siquiera se notaba que fuera un año mayor que él.

Todo lo que había contado era cierto, Niall no era violento, ni había intentado tocarme sin mi consentimiento. Pero cuando sucedió eso, no pude seguir siendo su novia. Tuve que contratar una enfermera oculta mientras mis padres estaban de viaje, ella atendió mis heridas, decía que eran bastante graves y que si necesitaba ayuda que ella podía brindarme. Empecé a ir a ver a la psicóloga del instituto por mi propia decisión, ella era mi amiga y muy discreta, estaba ayudándome en vano porque no me ayudaba en nada.

¿Quién me ayudaría a salir de las pesadillas?. Nadie puede hacerlo, nadie tiene poderes mágicos como para hacer que mis pesadillas desaparezcan.

Niall era mi tormento y dudaba que algún día pudiera dejar de serlo.

JAKE

Sasha era un completo fastidio.

Ya había matado a la cucaracha y ahora quería que destapara el baño.

—¿Vas a decirle que sea tu novia? —preguntó de un momento a otro, ella sabía que quería hacer eso hoy, se lo había comentado ayer, había comprado una pulsera con una gema única en su especie para proponérselo, pero luego de lo que me había contado dudaba que dijera que si, probablemente tenía algunos traumas con eso y no quisiera tener una relación.

—No lo sé.

—¿Te vas a echar para atrás? Jake, debes pedírselo hoy.

—¿Pero como quieres que se lo diga? Corazón de melón te entrego mi berenjena, para que sea tuya entera y hagas conmigo lo que quieras, que cuando llegue la primavera me ames por la eternidad y que la vida de ambos sea loca al...

—¿De qué hablan? —me quedé callado cuando escuché su hermosa voz.

—Nada —dijimos Sasha y yo al unísono.

—Si ustedes todavía tienen algo yo no me voy a meter...

—¿Qué? No, no claro que no tenemos nada que ver, ya ni saldría con el aunque me pagaran —se apresuró a decir Sasha. Sabía que eso no era cierto, esa chica morena había estado enamorada de mi desde que me conoció.

—Vamos a pedir comida —Annie se cruzó de brazos y no pude disimular a la hora de mirarle las tetas.

—Que tengo los ojos aquí arriba —se apuntó los ojos azules, cuando la miré quedé embobado.

Era tan hermosa que ni ella misma se enteraba.

—Esos también podría mirarlos por la eternidad —dije sin pensar, Sasha iba a reírse pero la miré para que supiera que si lo hacía la tiraría por la ventana.

—Tonto, ven, pide la comida que tengo hambre.

—Como digas corazón.

Luego de cenar tuvimos que organizar todas nuestras cosas, estábamos metiéndonos en terreno caliente, ya había investigado un poco mas a fondo, algo que no le había informado a Annie,  es que en el secuestro estaban involucradas muchas personas poderosas.

Estaba viéndola mientras organizaba unos papeles, tan hermosa como ella misma, se pasó la mano por el cabello frustrada. ¿Cuándo había crecido tanto?. No me había ni fijado en que llevaba maquillaje, ella no era mucho de eso, necesitaba quitarle esa cara molesta y no había mejor manera que la que estaba pensando.

—Hasta te maquillaste. Estos días te arreglas mucho ¿Es por que nos hemos estado viendo y quieres verte mas bonita para mi?.

Y por primera vez en la noche, ella se rio.

—Ya quisieras.

Y volvió a su trabajo aburrido.

—Annie, me gustan tus ojos.

—Deja de tratar de distraerme, no lo conseguirás —me miró con desdén. La amaba, estaba seguro de ello y ya no quería dejar que mi miedo a ser juzgado la alejara, podía respetarla, darle todo lo que se merece.

—Si supieras todo lo que siento cuando veo ese mar.

Esta vez si no dejó de mirarme de esa forma tan intensa, sabía que ya no estaba bromeando sobre lo que estaba diciendo.

—Jake, yo...

—Maldita sea que calor —Sasha nos interrumpió de nuevo —, me pido la habitación con el ventilador de techo.

—Creo que eso ni sirve —me burlé.

—Suena un poco pero no está mal. Me iré a dormir tortolitos, no hagan travesuras.

Annie la fulminó con la mirada, yo por mi lado me reí. Solo hacemos esas travesuras en mis sueños.

Sasha salió de nuestra zona. Annie se levantó del suelo y se me acercó, por un momento pensé que me besaría. Que iluso.

—Vayamos a dormir, es tarde y mañana será un largo día.

—Siéndote sincero quiero hacer de todo menos dormir.

—Dormiremos juntos, como cuando eramos mas pequeños.

—Ansiosa —me rei cuando observé que se acercaba un poco, pero me arrepentí casi al instante, pues me lanzó un cojín a la cara.

—Idiota.

—Dormiré contigo,corazón. Así no tendrás pesadillas.

—Solo dormir.

—Ven.

Le ofrecí la mano, y vaya que si moría de ganas de estamparla contra la pared y cogerla duro, pero si ella no estaba lista para eso, y yo no podía obligarla, jamás lo haría.

Cuando sus dedos rozaron los míos lo supe, era la mujer de mi vida, quería tenerla, quería darle la felicidad que tanto se merecía. No me dio el tiempo ni de tomarle la mano.

Había tenido la pulserita en la mano casi todo el dia, ahora era lo que ella tenia en su palma.

—¿Y esto que es?.

—Mira la letra.

Ella me miró, sus ojos estaban brillando, se mojó los labios mirando la pulsera de nuevo. Había pensado todas las probabilidades, y lo peor que podría pasar es que me rechazara.

—Ponmela —me la tendió —. No me la quitaré nunca.

—¿Eso es un si?.

—Eso es un jamás quiero volver a ser tu simple mejor amiga.








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