Capítulo único
Al trabajar en la mansión, la rutina se volvió ordinaria. Todas las mañanas eran igual, revisaba los encargos de la empresa, llevaba a Adrien a sus clases, negociaba con inútiles vendedores que no paraban de hablar de cosas irrelevantes y al final del día, estaba Gabriel, con los ánimos más bajos que el día anterior, se la pasaba quejándose de su triste derrota por un par adolescentes
"¡Nathalie, esa maldita cucaracha volvió a ganar! "
"Maldita sea, Nathalie, desearía que esos niños desaparezcan"
"Nathalie esto... "
"Nathalie, aquello..."
¿Qué podía hacer? Mi nombre no salía de su boca. No podía resolver todo y aún así, quise intentarlo...
"Señor, debería decirle la verdad a Adrien. Quizás pueda ayudarlo. "
¡Que gran idea, Nathalie! Poner en riesgo al niño que he cuidado por tanto tiempo como si fuera mi hijo. Pero bueno, a Gabriel realmente le gustó la idea...
Un par de semanas después de planear que diría, al fin se confesó. La reacción del chico es algo que jamás esperé ver, sinceramente estaba preparada para escuchar algo como "Son monstruos" o "Ella no hubiera querido esto, ¡estás loco!" pero fue todo lo contrario.
"Quiero ver a mamá" respondió, y con lágrimas en los ojos tomó su anillo y se lo entregó a su padre, le contó que en verdad él era aquel héroe que tanto despreciaba, una verdadera sorpresa para todos. Gabriel se limitó a sonreír y abrazar a su hijo, un simple "Gracias" fue lo único que respondió. Desde aquella tarde, Chat noir dejó de existir.
Descubrir que aquel niño que tanto quería, era en realidad un héroe molesto, me trajo más dudas de las que tenía. Traté de llevar todo con tranquilidad, no podía arruinarlo pues faltaba muy poco para lograr su objetivo y ahora, con la ayuda de Adrien todo sería más fácil. Tanto su transformación como su nombre cambió, su aspecto se volvió sombrío, descuidado y con un toque rebelde. Su nombre, que antes daba esperanza ahora daba temor, empezó a llamarse "Shadow cat" y junto a su padre peleaban contra Ladybug.
Admirar el rostro de la chica fue magnífico, sus ojos se podía ver impregnados de decepción y tristeza, pero no la culpo, cualquiera estaría así al ver como su fiel compañero y amante, se unía al enemigo, eso la destrozó.
Pasado un tiempo, después de la "caída" de Chat Noir, el chico confesó no saber la identidad de la heroína apesar de haber mantenido una pequeña relación con ella, pues esta jamás quiso decirle. Sin duda la mariquita no era tonta.
Un tarde cansados de tanto trabajo, Gabriel sugirió salir a un restaurant, aceptamos por el simple hecho de que él pagaría todo. Entre risas, recordamos aquella vez en que "Lord Bug" y "Lady Noir" aparecieron
"No te ofendas hijo, pero te veías ridículo vestido de mariquita"
Que cruel, Agreste.
Fue entonces cuando los ojos de Adrien se iluminaron, mencionó la posibilidad de que su kwami podría saber la identidad de la chica.
¡¿Por qué lo dice hasta ahora?!
Tuvimos que interrogarlo, la verdad no hice mucho, el rubio se encargó de eso porque si lo hacía su padre aquel gato ya estaría muerto. Finalmente, aquel ser habló "Sigan el olor del croissant", fue lo único que dijo.
¿Qué tipo de pista era esa?
Croissant...
Croissant...
¿Una panadería?
Había muchas en la ciudad, visitarlas una por una tardaría mucho tiempo y no tenía demasiado. Gabriel comenzaba a enloquecer. Casualmente, había una cerca. La familia Dupont era dueña de una de las más famosas panaderías de París, además, tenían una hija que resultaba ser compañera de Adrien
¿Acaso ella podría...?
No. Imposible. Una chica tan miedosa como ella no podía ser Ladybug... ¿O sí?.
Tendría que averiguarlo.
Pasé dos semanas observándola, tratando de encontrar alguna anomalía en la vida de una adolescente corriente. No hubo ni una, o eso creí hasta que un nuevo villano apareció.
Aquella tarde, salió al parque donde la esperaba un chico con mechas turquesas, ambos se pasearon en la plaza como buenos jóvenes enamorados. Que lindo.
El grito de una madre se escuchó a lo lejos y la gente comenzó a correr en diferentes direcciones, fue entonces cuando el akumatizado "Gigantitán" hizo su aparición
¿Gabriel no tenía mejores opciones que un simple bebé?
En fin, la ví ocultarse detrás de unos contenedores de reciclaje, no supe que fue del chico, tampoco es como si me importara. Una brillante luz me cegó por un momento, cuando me recuperé pude verla, estaba ahí frente a mí... La inigualable ladybug. Todo este tiempo, tenía razón.
No me involucré en la pelea así como tampoco informé a mi jefe de mi gran hallazgo ¿Por qué? Simple. La chica era amiga de Adrien y realmente sentí pena por el chico
¿Qué debería hacer?
¿Enfrentarla directamente?
"Oye soy Mayura, dame tu miraculous"
Que tontería.
Me sentía confundida, demasiado.
En ese momento, no tenía a nadie más, así que fuí con la única persona que podía ayudarme: Gorila.
George o "Gorila" como la mayoría lo conocía, era un gran amigo, mi mejor amigo me atrevería a decir. Incluso su esposa era muy amable conmigo, y ni hablar de sus hijos. Pequeños angelitos que me alegran el día llamándome "Tía Nath". Me gustaría tener hijos tan lindos como ellos. Es una lástima que no pueda.
"Dime Nathalie" habló George. "¿Qué harías por amor?...
¿Hasta dónde llegarías por él? "
No tuve que pensarlo mucho, inmediatamente supe la respuesta; ¿Qué haría? Todo. Lo haría todo por amor.
Pasaron unas semanas desde que visité a Gorila. Fue una buena idea, realmente me ayudó a tener todo en orden y finalmente estaba preparada.
Varias veces he visto a Adrien llorar por su madre, ver como desea que ella estuviera aún a su lado. He visto a Gabriel maldecir tantas veces al cielo por llevarse a su querida Emily. He visto como sus corazones ruegan por su compañía, por el regreso de su madre y esposa; muy pronto todo el dolor y tristeza que cargan sus almas terminaría.
Porque todo ocurrió aquella noche.
Los padres de Marinette salieron de viaje, la habían dejado en compañía de una amiga mas ella nunca llegó. Su querida amiga, decidió salir con su novio, ahora que por fin estaba totalmente sola, era hora de actuar.
No fue difícil entrar a la casa, todo estaba en silencio y envuelto en una tenue oscuridad, ingresé a su habitación, una muy linda decorada con fotos de sus amigos y de... ¿Adrien? Otra loca más.
Fue entonces cuando la ví. Estaba ahí, durmiendo plácidamente sobre su cama, cuando se movió pude ver brillar dos aretes que reconocí de inmediato, me acerqué un poco más para poder tomarlos, estaba tan cerca...
Tan cerca que no cuide mis pasos y la desperté. Un gritó agudo salió de su boca
"Buenas noches, ladybug" comenté.
“N-No soy ella, me confundes" negó "¡Vete de mi casa. Monstruo!"
Que fastidio.
Pelear contra ella fue medianamente fácil, sin su transformación no podía hacer mucho. Su plan de pelea solo consistía en tirarme objetos que encontraba a su paso. Se negaba a convertirse en la heroína, realmente fue muy tonta. Pudo haber ganado.
Finalmente obtener su miraculous fue fácil...
Solo tuve que pasar una pluma por su cuello.
Ante los lamentos del pequeño kwami solo me límite a guardar los aretes en una caja pequeña, observé el cuerpo que yacía en las escaleras, pobre chica, realmente tenía un buen futuro...
No estaba en mis planes acabar con ella de esta manera pero no tuve opción. Con mis manos manchadas de sangre y los miraculous en mi bolsa, regresé a casa.
¿Qué más daba si me atrapaban?
De todas maneras, estaría muerta en poco tiempo. En esos instantes solo podía pensar en lo que diría mi pequeño Adrien al descubrir que tendría a su madre de vuelta. En lo que diría Gabriel al descubrir que su tan preparado plan por fin tendrá éxito.
Al llegar a mi habitación, coloqué los artes en la cama y me miré al espejo. Estaba hecha un desastre, apesar de deshacer mi transformación la sangre se notaba en mi ropa. Maldita sea, tendré que quemarla.
Ya era muy tarde, seguramente estaría durmiendo,así que les daría la sorpresa en la mañana. Quería ir a bañar, me solté el cabello y dejé mis lentes en el tocador, estaba apunto de quitarme el maquillaje cuando alguien tocó la puerta
"¿Nathalie, puedo pasar?" habló Gabriel
"Adelante" respondí.
"Adrien y yo hemos estado hablando y... " Dejó de hablar al verme. "¡Nathalie! ¿Qué te pasó? ¿Por qué sangras? Debo llevarte al hospital inmediatamente... " dijo alterado
"Calma, no es mi sangre" me acerqué a él
“¿De quién, entonces?" tomé la cajita que estaba en mi cama y la puse entre sus manos, cuando la abrió pudo entender todo.
"Ahora podrán ser felices" comenté viéndolo a los ojos
"Querida... Nosotros ya éramos felices" dijo.
Pude ver su cara de decepción. ¿Por qué? Había hecho todo lo que él quería, tenía el poder que deseaba en la palma de su mano y aún así... Lo ví llorar.
Me abrazó. Me abrazó con tal fuerza que sentí romperme. Me tiré al suelo junto con él.
"Nathalie... Lamento en lo que te haz convertido" susurró entre lágrimas.
Sentí mi corazón quebrarse y cuando menos lo esperé, yo también lloraba entre sus brazos...
Fin.
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