Capitulo 4
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
—¿Que me pasa con él? Tengo miedo de lo que me hace sentir—se dijo Hinata una vez quedó a solas en su apartamento. Le había costado muchas lágrimas haberse enamorado de Gaara y como no podía ordenarle a su corazón permanecer sin ningún sentimiento, optó por concentrarse únicamente en su trabajo, en su familia y por supuesto, en sus amigas. Ella nunca se imaginó que tras las constantes rivalidades entre sus amigas con las otras chicas, terminaría conociendo al hombre que puso su mundo patas arriba.
Hashirama Senju era un hombre fascinante en todos los sentidos y desde la primera vez que lo miró, se quedó embelesada por su imponente presencia y ahora que volvió a probar sus labios, el corazón estaba por salirse de su pecho.
Desde su fallido matrimonio, no había vuelto a ser besada y ahora se sentía como si fuera su primer beso. Lanzó un gran suspiro y se palpó los labio... ¡Hashirama! Murmuro sonriendo.
[...]
Hashirama subió al auto de Hinata y sonrió. El interior del vehículo y su esencia, eran prácticamente un reflejo de ella. Esa mañana se levantó mas temprano que los días en los cuales no trabajaba y el motivo era Hinata, ella estuvo en sus pensamientos durante la noche y apenas pudo dormir por un par de horas. Se duchó a las seis de la mañana y realizó los arreglos correspondientes para llevarse el vehículo. Moría de ansiedad por que el tiempo avanzara y que el reloj diera las once, ya que a esa hora quedó de recogerla. Fue descuidado al ofrecer llevarle el auto dado que ahora, él se quedaría sin el suyo, aunque si lo pensaba fríamente, podía persuadirla de ir a dejarlo a su casa. Él ya conocía su apartamento, ahora le tocaba a ella, conocer el lugar donde vive.
Condujo sin dejar de sonreír y antes de llegar a su hogar, llamó a la mujer que contrató para mantener la limpieza. Si Hinata aceptaba pasar, debía asegurarse de tener todo en orden, ella tenía su apartamento muy limpió, por lo tanto, no se quedaría atrás.
La noche anterior, se dedicó a observar lo que había en casa de la Hyuga y pudo ver que le gustaba la comida dulce, así que se aseguraría de tener diversos postres a la vista. Quizás también podía ordenar unas fresas con chocolate, mismas que estuvieran cerca de la champaña. Se carcajeó al pensar que iba demasiado rápido, primero debía conseguir que ella aceptara entrar.
Aún sonriendo, se estacionó frente a su casa y miró a su hermano esperando por él—¿Que te trae aquí tan temprano? ¿Acaso te caiste de la cama?—Tobirama frunció el ceño al escuchar las sonoras carcajadas de su hermano. Eso sin duda alguna era muy extraño.
—¿Te sientes bien? ¿Te golpeaste la cabeza?—el albino veía al castaño con detenimiento y también se percató del auto en el cual llegó.
—Estoy muy bien hermanito—le dijo al mismo tiempo que le dio unas palmadas en el hombro, acto seguido, lo instó a entrar a la casa—Ya no me veas así y mejor dime ¿a que debo tu visita?—dejando de lado la confusión inicial que le causó el extraño estadio de ánimo del castaño, Tibirama le extendió un folder con documentos importantes, referentes al hospital.
—Como está semana no fuiste por el hospital, se requiere tu aprobación para las siguientes propuestas sobre el equipo médico y los nuevos internos... básicamente lo mismo de siempre—así era, pero la ausencia de Hashirama atrasó un poco las cosas y encima, ni siquiera llamó para aclarar el motivo de su ausencia.
—¿En serio?—se rascó la mejilla que no le picaba, ya que el día que iba al hospital, lo utilizo para indagar sobre la vida privada de la joven Hyuga. Olvido por completo que además de trabajar como jefe en la policía, también visitaba el hospital del que era la máxima autoridad—Bueno, creó que lo olvidé—sin más, tomó el folder y leyó detenidamente todo—aquí tienes—luego de firmar, regreso todo a su hermano.
—Muy bien—el albino aún no comprendía que estaba ocurriendo con él, ya que en todos los años que llevaba de ocupar su puesto, Hashirama nunca había fallado en las visitas y mucho menos por un olvido, el cuál pareció no importarle mucho—esto era todo—añadió el menor.
—Genial, porque debo salir en poco tiempo—soltó sin pensar.
—¿Salir? ¿A donde?—el castaño no acostumbraba salir en sus días libres y cuando lo hacía, era prácticamente obligado, no obstante, en ese momento se veía muy animado. Algo ocurría con su hermano y a pesar de no ser curioso, sintió la necesidad de obtener mas información.
—Yo... bueno—no podía decirle al incorruptible y perfeccionista de Tobirama lo que estaba haciendo, dado que no lo entendería y trataría de persuadirlo para detenerse, cosa que no pensaba hacer—saldré con Madara, ya sabes, el gruñon me invitó a comer y no es fácil negarse cuando se empeña—dijo lo primero que se le ocurrió.
—Con el Uchiha ¿eh?—obviamente no le creyó, pero tampoco podía hacer nada para hacerlo decir la verdad—En ese caso, me retiro y espero verte en el hospital, no sería bueno volver a venir aquí.
—¿Que dices hermano? Tú puedes venir cuantas veces quieras—lo dijo entre nerviosas risas.
—Lo se, pero no deseó interrumpir tus planes, tal como lo he hecho hoy—era claro que no le había creído y conociéndolo, pronto se encargaría de averiguar lo que estaba haciendo, no obstante, era mejor dar explicaciones tarde, que darlas temprano—Hasta luego, ya no te distraigo más—el albino se marchó y Hashirama corrió a comprobar su aspecto frente al espejo y viendo que era perfecto, sonrió pensando en la joven que lo acompañaría durante el día.
[...]
—¿Que te pasó aquí?—Sakura reaccionó con sorpresa ante la pregunta de Sasuke. Ella no se percató del moretón que tenía bajó la costilla izquierda, donde la contrincante la golpeó durante el enfrentamiento.
—No lo sé, quizás fue ayer que me golpe con la puerta del auto.
—Esto no parece el golpe de una puerta, de hecho, podría asegurar que se trata de una patada—la chica suspiró, era muy difícil engañar a su amado novio.
—Si, ya lo creó—intentó parecer normal—y cambiando de tema ¿que pasa entre esa chica y tu hermano?—ahora fue el turno de Sasuke para resoplar. El tema de Itachi y Yugao, era algo que incluso a él, lo tenía confundido.
—¿A que te refieres?—trató de mostrar que desconocía el tema.
—Por favor Sasuke, no te hagas el desentendido, todos vimos lo sucedido en casa de tus tíos y fue claro como Itachi demostró exagerada preocupación por esa mujer, incluso dejó de lado a Ino—el azabache se sintió mal por Ino, pero no había nada que pudiera hacer al respecto.
—Lo único que puedo decir es que Itachi realmente ama a Ino, de eso no me quedan dudas—ese punto si lo tenía claro.
—Quizás si la ame, pero sin dudas, también se siente atraído por esa tipa ofrecida, quien no pierde tiempo para intentar provocarlo, incluso Hina se pudo dar cuenta de sus acciones—Sasuke levantó el rostro y miró a su novia. Si Hinata que nunca pensaba mal de nadie se percató de las insinuaciones de Yugao, era claro que Ino estaba totalmente convencida.
—No se que decir, Itachi me dijo que no hay nada mas que cuestiones laborales entre ellos, sin embargo...—no sabía si continuar.
—Sin embargo ¿que Sasuke?
—Tal vez estoy equivocado, pero desde la llegada de Yugao, he notado algunos cambios en la actitud de mi hermano... pero no le digas nada a Ino, eso es algo que sólo ellos dos deben resolver—la Haruno se sintió muy aprensiva. Se negaba a esa probabilidad, pero incluso su novio tenía sospechas.
—Pobre Ino—murmuró bajo—es frustrante ver sufrir a una de mis amigas, tal como ocurrió con Hinata, sólo espero que llegado el tiempo de tomar una decisión importante, Itachi se comporte como un hombre y no le haga lo mismo que hizo Gaara con Hina.
—Nos estamos adelantando mucho a los hechos y no podemos guiarnos sólo por especulaciones—la chica asintió, pero algo dentro de sí, la tenía en alerta. Lo cierto era que su mayor deseo era arrastrar a esa ofrecida de los cabellos.
[...]
Hinata corrió a toda prisa para alcanzar su bolso y las llaves. El reloj marcaba las diez cincuenta y cinco, por lo tanto, el apuesto castaño debía estar por llegar. Con sólo pensarlo, su corazón se aceleró.
No les dijo nada a las chicas para no molestarlas en los días que dedicaban a sus parejas, ademas, prefirió ver como salían las cosas en su "cita" con el hombre que no había podido sacar de sus pensamientos. De pronto el sonido del timbre la sacudió dejando caer las llaves. Miró el reloj y se sonrojó sabiendo quien se hallaba tras esa puerta.
Nerviosa, se revisó frente al espejo y corrió de nueva cuenta para abrir. Apenas abrió y se encontró de lleno con la deslumbrante sonrisa del castaño, él se veía tan apuesto vistiendo ropa oscura, lo cual fue un contraste con la suya, dado que ella eligió prendas en color claro, como lo era el bonito vestido en color lavanda que le llegaba a la rodilla.
—¡Ángel!—la nombró al verla tan linda, esa chica irradiaba una aura angelical y al verla, lo dijo sin pensarlo—Quiero decir, estás bellísima—sonrió con torpeza cuando le vio las mejillas sonrojadas.
—G-gracias—se reprendió por tartamudear, pero no podía mostrarse normal frente a él, además, su forma de verla le provocaba una revolución de mariposas dentro de su vientre—¿Trajo mi auto?—desvío deliberadamente la atención a algo mas serio y aparentemente funcionó, ya que él asintió.
—Si, tu auto... vamos para que lo revises y veas si te falta algo—le tomó la mano y la condujo hasta el elevador. Una vez dentro, ambos se mantuvieron en silencio y antes de iniciar una conversación, las puertas se abrieron. Como todo un caballero, Hashirama se colocó en la puerta evitando que se cerrara antes que ella saliera. Hinata sonrió nerviosa y al pasar juntó a él, se quedó maravillada con el varonil aroma que emanaba del hombre ¡Cielos! Él era una tentación para su frágil cerebro.
—Gracias—el Senju sonrió y la condujo hasta el lugar donde estacionó.
—Aquí lo tienes—la joven sonrió feliz, era su auto, el mismo que creyó perdido.
—Parece que está en las mismas condiciones que antes, es como si nunca lo hubieran robado—espetó si dejar de verlo por todos los ángulos posibles.
—Pero sube, mira por ti misma que todo esté en orden—la animó a subir y ella lo hizo. Se dedicó a abrir la guantera y encontró los documentos del vendedor, luego buscó en donde siempre colocaba sus lentes de sol y como era de esperarse, no encontró nada. Era tonto pensar que le dejarían sus pertenencias justo donde ella las había dejado, incluso se llevaron el poco dinero en efectivo que guardaba en medio de los asientos delanteros—Y bien ¿te faltan muchas cosas?—Hashirama quería escucharla enumerando los objetos robados, no obstante, ella sonrió genuinamente y negó con la cabeza.
—Nada importante—aseguró sin dejar de sonreír.
—¿Estas segura? No tienes que sentir pena, yo mismo me aseguraré de que recuperes todo lo que se llevaron—aunque trató de persuadirla, ella continuó negando.
—No se preocupé, usted ya ha he hecho mucho por mi y me siento muy agradecida.
—Está bien, ya veo que no me dirás nada, así que continuemos con nuestro plan original ¿conduces?—con una encantadora sonrisa, el castaño le ofreció las llaves y como si estuviera hipnotizada, ella avanzó a tomarlas— Sólo hazlo con cuidado ¿ya sabes? Frente a mi, no se puede infringir ninguna ley—la joven se paralizó y lo miró apenada, hasta que las fuertes carcajadas del Senju hicieron eco.
—Yo—ella se puso roja por caer en su juego, pero lo peor era verlo tan jodidamente atractivo mientras todos los músculos de esa gran anatomía se movían al compás de sus risas.
—Tranquila—el varón trataba de dejar las risas atrás, pero entre mas lo intentaba, mas ganas le daban de continuar. Lo cierto era que después de tantos años sin sentirse así, fue muy agradable volver a estar vivo y todo se lo debía a esa encantadora criatura similar a un ángel—sólo bromeó—se limpió las lágrimas y abrió la puerta para que ella subiera.
Hinata condujo y cuando tenía oportunidad, lo veía por el rabillo del ojo. Él no había dejado de hablar y ella se sentía muy entretenida con la conversación.
—¿A donde quiere ir?—el castaño reaccionó y sonrió apenado por no parar de hablar, dado que ni siquiera le dio una dirección exacta y ella estuvo dando vueltas sin preguntar.
—Si, lo siento—se puso serio y se ubicó—es el restaurante que se encuentra cerca de la pastelería, el de letras rojas—la joven asintió y condujo hasta llegar. Ella nunca había entrado, pero si lo había hecho en la pastelería, por lo tanto, no tuvo problemas para llegar.
—¿Es aquí?—cuestionó dudosa.
—Si y espero que te guste tanto como me gusta a mi—el varón abrió la puerta y se apresuró a ir en dirección a la chica. Ella ya había abierto y él le ofreció la mano para ayudarla a bajar. La Hyuga camino a su lado y no podía evitar mirar lo grande que era la mano del Senju. De querer hacerlo, él podía quebrar sus huesos con sólo dar un apretón. Negó mentalmente y de nuevo lo observó, no sólo la mano contrastaba con la de ella, ya que todo en ese hombre la superaba, era como estar al lado de un titán.
—Bienvenidos—una chica se acercó a ellos y los condujo a una mesa. Una vez acomodados les entregó los menús y se alejó para darles tiempo a elegir.
—Cuéntame ángel ¿cual es tu comida favorita?—la joven se sonrojó con la forma en que la llamó, como por la escasa distancia que había entre ambos. Hashirama deliberadamente acercó su silla a la de ella, por lo tanto, sus brazos se tocaban entre sí.
—Bueno, en realidad hay muchas comidas que me gustan y en este momento no se me ocurre una en especial—se puso nerviosa y se quedó sin poder pensar con claridad.
—¡Vamos! Debe haber algo que te guste—el varón no se rendía y ella ya se había percatado de eso.
—Me gustan los rollos de canela—habló mostrando una encantadora sonrisa, la cual deslumbró aún mas a Hashirama.
—¿Lo ves?—sonrió complacido—Ahora puedes preguntarme lo que quieras y yo responderé con la verdad.
—¿Usted está con alguien? Me refiero a su estado civil ¿es casado?—conocia la respuesta, ya que sus amigas le contaron, pero quería que fuera él, quien se lo aclarara, sin embargo, el semblante alegre del Senju cambio drásticamente y ella se arrepintió de haber hecho esa pregunta—Lo siento, no debí preguntar sobre su vida privada—el castaño no estaba molesto, era sólo que lo tomó desprevenido y no supo que exactamente debía responder. No podía decirle que estuvo casado con la mujer que ella ve como a su madre, de hacerlo, sabía que se alejaría y no volvería a verla.
—Tranquila, tu puedes preguntar cualquier cosa que desees—de nuevo sonrió y ella se sintió aliviada—y si, estuve casado mucho tiempo atrás, pero como algunas veces sucede, no funcionó y terminamos divorciándonos—la morena lo miró preocupada y no pudo evitar pensar en algo más ¿tendría hijos con su ex esposa?
—Ya veo—soltó perdida en sus pensamientos sobre uno, o más hijos.
—Y antes que sigas pensando erróneamente, te aclaro que no—lo miró confundida—no tuvimos hijos, así que soy totalmente soltero—la Hyuga lo veía con incredulidad ¿acaso podía leer su mente?—Bien, es mi turno, dime ¿que hay de ti? ¿Estás con alguien?—moría por saber lo que habló con Madara sobre la noche que la conoció, pero el gruñon no quiso decirle nada y tuvo que ir lento para lograr saberlo.
—No, yo tampoco tengo a nadie y en realidad, no dispongo de tiempo para eso—añadió con la intención de que él ya no indagara sobre ese tema, el cuál le traía amargos recuerdos del pasado.
—Siempre hay tiempo para el amor, sólo es cuestión de encontrar el momento adecuado—él también notó como ella se incomodaba con ese tema y eso le dio mucha curiosidad.
—¿Están listos para ordenar?—Hinata agradeció que llegara la mesera. De ninguna manera quería traer el nombre de Gaara a la conversación con Hashirama.
—Elige lo que desees—se dirigió a la ojiperla y ella pidió panqueques con ensalada de frutas.
—¿Y para usted?
—Quiero el filete de res con papas fritas, el arroz con camarones y el pescado a la plancha con vegetales—Hinata y la mesera se sorprendieron con todo lo que estaba pidiendo—y de postre, el pastel de chocolate, los dangos y unos rollos de canela.
—¿Algo mas?—la joven preguntó antes de regresar a la cocina y entregar el apunte.
—Por el momento eso es todo—la ojiluna sonrió ante lo despreocupado que se veía ese hombre, mientras que ella y la mesera se quedaron pasmadas con la cantidad de comida que pidió.
—En seguida regresó—ambos asintieron y continuaron hablando.
—¿En que nos quedamos?—la chica fingió no recordarlo, pero él volvió al punto donde fueron interrumpidos—A sí, te decía que cuando el amor toma el control, buscamos el tiempo para poder estar cerca de la persona amada ¿no lo crees?
—Quizás sea cierto, pero también se dan los casos en los que las personas permanecen cerradas a ese sentimiento, incluso concluyen su vida sin volver a abrir su corazón a una nueva oportunidad de ser lastimados—apenas lo dijo y se arrepintió, sobre todo al ver la sorpresa que mostró el Senju.
—¡Vaya!—Hashirama recordó los años que se quedó prácticamente en duelo por haber perdido al que creyó sería el amor de su vida y escuchar lo dicho por esa chica, le dio la certeza. Ella pasó por un desamor y aparentemente, la dejó muy a la defensiva—Tienes razón... lo bueno es que nosotros dos no estamos en esa categoría.
—¿Como puede estar tan seguro?
—Porque se, que tu también sentiste lo mismo que yo cuando ocurrió esto—sin perder el tiempo, Hashirama se acercó y poniéndole la mano en la nuca, la acercó para unir sus bocas en un apasionado beso. La morena se rindió y se dedicó a disfrutar de las sensaciones que él despertaba en su cuerpo, mismas que creyó nunca habían sido tan intensas. Lentamente, ella colocó su frágil manó en el hombro masculino, no quería pensar en nada, no le importaba que en el restaurante había mas personas, las cuales podían verlos, sin embargo, ella parecía atrapada dentro de una burbuja y a pesar de saber que ese hombre era demasiado peligroso, no quería soltarlo.
—Con permiso—la cordura perdida de la Hyuga regreso de golpe y con el rostro sonrojado, evitó la mirada de la mesera que llegó cargando una gran bandeja. Hashirama sonrió con torpeza, pero fue claro que él no se sintió avergonzado, dado que su mirada continuó fija en la ojiperla. Le parecía tan tentadora y tan adorable al mismo tiempo. Era muy peligrosa para él y lo sabía, no obstante, ese apasionado beso, lo dejó mucho mas convencido de querer tenerla para él como su único dueño.
—Gracias—agradeció Hinata y la joven se retiró después de dejar los platillos.
—¿Lo ves? Ambos podemos sentir lo mismo y no hay nada de malo en ello—le aseguró sonriendo y ella se quedó en silencio, ya ni siquiera tenía hambre, lo cual contrastaba con el castaño, quien comía el filete con mucho entusiasmo—¿Pasa algo? ¿No te gusto la comida?—al ver que ella sólo jugaba con los cubiertos, pensó que no le había gustado lo que pidió.
—No, no se trata de eso, la comida es deliciosa—respondió sin parecer convencida.
—Quizás esos panqueques no tengan buen sabor—sin sentir que invadía su espacio, Hashirama tomó su tenedor y probó del plato que tenía Hinata—Bueno, no está mal, pero estoy seguro que disfrutarías mas de un buen filete como esté—de la misma manera que tomó comida del plato perteneciente a la morena, ahora lo hizo con el suyo—abre—la Hyuga no lo podía creer y de nuevo volvía a obedecerlo. Abrió la boca y él le dio a probar un trozo de carne—¿Y bien?—sonrió de lo mas tranquilo esperando que ella respondiera su pregunta.
—Tiene razón, está delicioso—lentamente masticó la carne y optó por comerse su platillo antes que él volviera a repetir sus acciones. Sin mas interrupciones, ambos continuaron comiendo hasta que ella consideró que ya era suficiente.
—Comes muy poco, anda, acompáñame a terminar—le ofreció arroz y pescado.
—Aunque quisiera, no podría comer mas—ella veía con asombro que él casi había terminado con todo.
—De ninguna manera te negarás a terminar el postre—de nuevo se acercó a ella y la instó a abrir la boca para darle a probar el delicioso pastel de chocolate. La Hyuga quedó fascinada con el sabor y no tuvo problemas en continuar comiendo—Después de esto, estoy seguro que si me perdonaste por la forma en que me porte contigo—agregó sonriendo.
—Le dije que no había necesidad de invitarme, de todos modos ese incidente quedó atrás.
—¿Y me dirás porque me besaste? ¿Que hacías bailando en ese lugar?—a pesar de querer guardarse su curiosidad, el Senju no lo logró e hizo las preguntas sin pensarlo.
—Considerando su posición en la autoridad, no creó que sea buena idea contarle—la Hyuga estaba incómoda y no quería dar a conocer los hechos, eso sólo se lo contó a Madara debido a la cercanía que tenía con su familia.
—Eso significa que se trata de algo ilegal ¿no es cierto?—preguntó frustrado por no haber obtenido la información que Madara seguramente si obtuvo.
—No, no, por supuesto que no—la joven entró en pánico—le juró que no es nada ilegal y tampoco fue mi intención burlarme de usted, es sólo que...—ya no supo que decir y la intensa mirada masculina la dejó sin palabras.
—Se trata de un juego de chicas ¿verdad?—sonrío complacido al saber que aún sin que ella lo aceptara, había dado en el clavo—Puedes tener la seguridad que eso no es nuevo para mi y espero que con el tiempo puedas sincerarte conmigo.
—No fue algo planeado.
—Eso quiere decir que de no haber estado presente esa noche, tú hubieras besado a uno de mis compañeros ¿o me equivoco?—pensar en eso le causó gran molestia.
—Bueno yo...—la molestia del Senju aumento al escucharla. Ella no lo negó y se la imaginó en los brazos de Madara, mientras la besaba tal como lo hizo él.
—Está bien, ya entendí—la ojiluna no quería que se hiciera una opinión errónea, pero tampoco podía decirle sobre el juego de apuestas con las rivales del hospital.
El ambiente se puso incómodo y la ojiperla pensó que lo mejor era marcharse. De ninguna manera quería volver a recibir una reprimenda por el hombre junto a ella.
—Es algo tardé ¿gusta que lo dejé en su casa?—Hashirama reaccionó y cambió su semblante serio por el encantador que logró deslumbrar a Hinata.
—¿Pensabas dejarme ir en un taxi?—cuestionó fingiendo estar triste—¿Que pasa si alguien se quiere aprovechar de mi?—ella lo miró sorprendida y de nuevo estallaron las carcajadas del castaño.
...
Luego de conducir siguiendo las indicaciones de Hashirama, la ojiperla aparcó frente a una imponente mansión. Era tan grande como la perteneciente a Madara, pero tenía diferencias, tal como las tenían ellos.
—¿Esta es su casa?—la chica dejó de lado la casa y continuó mirando hacia los jardines, mismos que parecían descuidados. No había colores vibrantes, sólo se veía el césped perfectamente recortado, no obstante, ella, quien estuvo desde niña rodeaba de flores, sintió que en ese lugar había tristeza.
—Así es y quiero corresponder tu gesto de anoche—el varón le tendió la mano para que bajara—Ven conmigo, te invito un té.
—Pero—el castaño ignoró la negativa y le tomó la mano estirándola sin problemas y haciendo que el pequeño cuerpo se pegara al suyo. Se miraron durante unos escasos segundos y fue ella quien rompió el contacto, al mismo tiempo que se alejó un poco.
—Pasa, estás en tú casa—sin más, la condujo a la sala y ella se sentó en el sofá para dos personas. El castaño le sonrió y la dejó a solas por un momento, para regresar con dos vasos y una botella de licor—Aquí tienes—sin preguntar, le entregó uno de los vasos y acto seguido, se sentó muy cerca de ella.
—¿Esto es alcohol?—ni hubo necesidad de probarlo, dado que el olor se lo dejaba claro—Se lo agradezco mucho, pero no acostumbro beber, ademas, debo conducir a casa y podría ser peligroso.
—Lo se, sólo quería que lo probaras, es la receta secreta de la familia Senju—Hinata no pudo negarse y le dijo un sorbo, mismo que terminó con ella tosiendo y haciendo muecas de disgusto—¿Tan malo es?—estaba por deprimirse, cuando ella negó repetidas veces.
—No, no me malinterprete, la verdad es que no soy buena para la resistencia en las bebidas alcohólicas—sin querer que se sintiera ofendido, la chica se llevó el vaso a la boca y de un sorbo se terminó todo el contenido. El castaño sonrió muy complacido por lo que ella hizo por él.
—Permíteme ayudarte con esto—la joven se puso roja, en parte por la bebida y en parte por verlo tan concentrado en limpiarle los restos de licor en sus labios. Su intención no era embriagarla, sólo quería que se relajara un poco dado que se veía muy tensa—así está mejor—con el dedo pulgar continuó tocando los carnosos y tentadores labios femeninos. Quería volver a probarlos y lentamente se fue acercando hasta que volvieron a unirse. Sin temor a las interrupciones, Hashirama la abrazó posesivamente hasta tenerla en su regazo.
—Ahhh—la joven se sorprendió, pero él continuó intensificando la unión y eso bastó para que la Hyuga se olvidará de la sorpresa y se concentrara en seguirle el ritmo a su demandante boca.
—¡Me gustas mucho ángel!—musitó entre besos. Las manos del Senju acariciaban a la ojiperla y se atormentaba por no poder ir más lejos, ya que no deseaba asustarla. Si quería continuar avanzando, necesitaba mantener el control se sus actos—Desde que te conocí, no hago más que pensar en ti—muy a su pesar, terminó el beso y la obligó a mirarlo—Quiero saber si a ti te pasa lo mismo—Hinata hubiera querido negarlo, pero a decir verdad, le pasaba lo mismo.
—No lo se, quizás lo que nos está sucediendo es ocasionando por la forma en que nos conocimos y con el paso del tiempo se terminé—no quería aceptar lo que había estado sintiendo por él, incluso se sintió una pervertida por pasar su tiempo libre mirando la fotografía que tomó en casa de Madara.
—Responde ¿sientes lo mismo que siento yo?—esa actitud sería y autoritaria, dejaba a la Hyuga derretida. Había algo en él, algo que lo volvía irresistible.
—Si—todavía sentada sobre sus piernas, respondió mirando a otro lado, ya que su rostro estaba rojo—y creó que no es un sentimiento correcto—la euforia que sintió Hashirama tras escuchar el si, se esfumó con la última frase.
—Lo entiendo, seguramente alguien de tu edad, vea incorrecto sentirse atraída por un hombre mayor... tal vez fui demasiado optimista al creer que podía competir con los jóvenes que te rodean—la forma en que dejó de sonreír, no era la depresiva que le mostraba cuando ella no accedía a sus pedidos, esto fue diferente, fue real y la ojiluna no pudo soportarlo. Armándose de valor, lo tomó de las mejillas y lo hizo volver a verla a los ojos.
—La edad no tiene nada que ver en esto, bueno, no de la manera que usted cree.
—¿A que te refieres?
—Es evidente que usted tiene mucha mas experiencia que yo y...—no sabía como decirle que temía resultar nuevamente burlada y con el corazón roto.
—¿Y que mi ángel? Continua—estaba a un paso de conseguir tenerla para él y ansiaba su respuesta.
—La mujer que lo llamó en casa de Madara, es evidente que ustedes dos tienen, o tuvieron algo—el Senju quiso apretarla contra su pecho y llenarla de besos. Estaba celosa y saberlo le causó una enorme satisfacción—y quizás usted no lo vea de la misma manera que yo, pero... mantener una relación en la cual me siento insegura de las personas que rodean a mi pareja, no es algo que quiera experimentar—finalmente lo dijo y desvió la mirada pensando en el pasado. Nunca vio venir que el mismo hombre que decía amarla, la estuviera engañando, sin duda alguna eso era algo que prefería evitar.
—Escucha, no voy a mentir—con mas confianza le acarició el cabello y le colocó un mechón tras la oreja—yo he estado con muchas mujeres a lo largo de mi vida y Fuka, no es la excepción—Hinata sintió que le oprimían el pecho—sin embargo, no es algo que considere importante, ambos éramos adultos y no hubo sentimientos involucrados, ya sabes, sólo sexo sin compromiso—él hablaba sin inmutarse y ella se sintió incómoda, no había necesidad de saber sobre sus encuentros sexuales—Créeme, si aceptas estar conmigo, yo no te decepcionaré... soy un hombre de palabra y respeto mucho los compromisos, por lo tanto involucrar a terceros en una relación de pareja, está fuera de mi alcance—inquieta, se levantó de su regazo y caminó unos pasos dándole la espalda. Tenía miedo, ellos no tenían mucho de conocerse, no obstante, era la primera vez desde lo ocurrido que se sentía tan atraída por alguien. Hashirama la siguió y se colocó tras ella en espera de una respuesta. Quería saber que había dentro de esa linda cabeza, deseaba saber lo que pensaba de él.
—Me temo que apenas se enteren que estamos intentando algo, alguien llegue a estropearlo sin darnos tiempo a saber si en verdad iba a funcionar—lo decía por esa bella mujer que lo comía con la mirada—además, no se como lo tomaran nuestros amigos y nuestras familias, quizás piensen que es incorrecto.
—Entonces no le digamos a nadie—la abrazó de la cintura por atrás y descanso la barbilla en la cabeza de la Hyuga—intentémoslo durante un tiempo y cuando te sientas segura, les daremos la noticia a todos. Pero que no sea mucho tiempo ¿de acuerdo?—la morena se dio la vuelta y lo miró.
—¿Ocultar que estamos en...—se quedó callada, dado que aún no sabia que clase de nombre tendría su unión.
—Que eres mi novia, mi pareja oficial y la mujer a quien respeto como la única—sin pensarlo mucho, el castaño aclaró sus dudas y poco a poco, sus argumentos y negaciones fueron quedando sin valor—y como ya te dije, sólo que sea por poco tiempo, porque quiero que todos sepan que estás conmigo—Hinata suspiro y cerró los ojos por unos momentos.
—Esta bien, si quiero intentarlo con usted—apenas lo dijo y se vio levantada del piso. El Senju giró con ella y la besó feliz.
—No te arrepentirás mi ángel—la volvió a besar—Ahora dejarás de llamarme señor Senju y me tutearás llamándome Hashi ¿de acuerdo?
—De acuerdo Hashi—a pesar de sentirse insegura por los prematuros sentimientos, la joven también se sintió muy feliz y quiso creer que todo saldría bien, que él decía la verdad y terminarían unidos por un verdadero sentimiento de amor.
[...]
—¡Cíelos!—soltó Tenten cuando divisó desde lejos a Shion en los pasillos del hospital. La chica aún tenía el hematoma cerca del ojo debido al golpe que la noqueó—Ni siquiera el maquillaje logró ocultar el golpe.
—Todavía pienso que debió negarse, después de todo, ella no está acostumbrada a eso y pudo salir peor—añadió Sakura, mirando a sus tres amigas. Las cuatro se dirigieron al estacionamiento luego de concluir su turno y esperarían a sus rivales para obtener el nuevo reto—Y cambiando de tema, Sasuke me contó que ya te regresaron tu auto—miró directamente a la Hyuga y sonrió con picardía—también me dijo que fue el mismo Hashirama quien te lo entregó.
—¿En serio? No imaginó la cara que pondría Neji si se entera que fue él y no Sasuke quien lo entregó—Hinata se ruborizo, sobre todo al recordar los apasionados besos que compartió con Hashi, como le pidió que lo llamara.
—Él lo hizo para disculparse por haberme tratado mal en su oficina, eso fue todo—omitió que fue a una cita y también que acordaron mantener una relación clandestina. Esperaría unos días para contarles, ya que podía confiar en ellas, sin embargo, aún no era tiempo de decirle a los demás. Hashi la había ido a ver el día anterior y cada vez se sentía mas atrapada en ese intenso sentimiento. No obstante, seguía pensando que mantener el secreto era lo mejor, sobre todo por el hecho de no querer preocupar a su familia por algo que tal vez no terminaría bien.
—¿Le creemos Ino?—las tren voltearon a mirar a la rubia y se sorprendieron al verla callada con la mirada perdida—¿Ino?—la llamó Sakura y el resultado fue el mismo.
—¿INO?—Tenten gritó y tras hacerlo, la Yamanaka reaccionó.
—Lo siento, no escuché—la rubia tenía los ojos llorosos y las tres dejaron de reír.
—¿Que pasa Ino?—Hinata se acercó a ella y le puso la mano en el hombro.
—Nada en especial, sólo pensaba en Itachi.
—¿Te volvió a hacer algo con esa ofrecida?—Sakura se estaba poniendo de malas al pensar en esa posibilidad.
—No se trata de eso—aclaró sonriendo ante el comportamiento de su amiga—yo me quedé pensando en lo que debo hacer para mejorar nuestra relación.
—Regálale algo especial—sugirió Tenten.
—No, mejor sorpréndelo con sexy lencería y juguetes sexuales—esta vez fue Sakura quien lo sugirió.
—Cuando mamá quiere sorprender a papá, ella le prepara la comida y se la lleva a su trabajo. Papá se pone feliz y dice que se siente muy afortunado de tener a una mujer que se preocupa por él—sugirió Hinata y la rubia sonrió pensando que era una buena idea para estar mas cerca. Itachi amaba los dangos y podía sorprenderlo llevándolos a su trabajo.
—Ya estamos aquí—anunció Izumi y las cuatro se giraron enfocando a sus rivales.
—Tardaron mucho—se quejó Tenten.
—Que impaciencia—reprochó Mei—pero tranquilas, estamos aquí y ya tenemos el reto—Hinata pensó que eso iba ser malo, ya que esa mujer sonreía de forma sospechosa, como si planeara algo.
—Esta vez las dejaremos elegir, pero recuerden que el siguiente es nuestro—advirtió Ino—No dejaremos que hagan trampa y por lo tanto, será así hasta que terminamos—quisieron argumentar, pero la rubia las silenció sin aceptar negativas.
—Esta bien, digan de una vez cual es el desafío—ordenó Sakura.
—¿Ya conocen la pista clandestina que se encuentra a las afueras del norte de Konoha?—preguntó Mei y ellas asintieron—Bien, este Viernes al filo de la media noche se reunirán los mejores conductores y el reto consiste en conseguir que uno de ellos acepte una carrera con ustedes y por supuesto, con nosotras.
—Sabes perfectamente que eso es imposible, hay estatus y ningún campeón querrá correr contra desconocidas, eso sin olvidar que es ilegal y podríamos terminar arrestadas por infringir la ley—se quejó Ino. A pesar de nunca haber estado en ese lugar, los rumores decían que los corredores poseían autos arreglados para correr mas rápido. Nadie conocía su verdadera identidad, debido a las máscaras que portaban, pero se decía que eran tipos arrogantes y presumidos.
—¡Vaya vaya! Miren quienes son las que tienen miedo—se burló Shion.
—Por supuesto que no y puedes tener la garantía que ahí estaremos—aseguró Tenten—nos veremos a las once en punto y acordaremos la máscara y el auto que usara la conductora—las miró sonriendo—no pensaron que confiaríamos en ustedes ¿verdad?—la castaña intuyo que les querían tender una trampa, tal como lo hicieron en el primer desafío, por lo tanto, no se los haría fácil. Decidió que sería ella quien correría, pero se aseguraría de que una de ellas también lo hiciera
Continuara.
Lamento mucho la gran demora en actualizar está historia, no tengo excusas, sólo que me enfoque en las otras, pero trataré de no volver a hacerlo.
Lamento las posibles faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin que las notara, apenas las encuentre y las iré corrigiendo 😊💕
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