Capitulo 1
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Hashirama frunció el ceño ante las insistencias de sus amigos, principalmente de Madara, para tratar de convencerlo de ir a beber, mientras veían a lindas damas bailando con poca ropa. Era extraño como las cosas habían cambiado tanto, años atrás, era él quien molestaba a Madara y se veía obligado a correr para no recibir la furia de su mejor amigo. Claro, eso había sido durante los días felices, los mismos que estuvo enamorado de su exesposa Mito. Él se había enamorado de ella prácticamente a primera vista, la hermosa pelirroja estudiaba en la misma universidad que él, aunque ella estaba por graduarse, mientras que él, apenas iba ingresado.
La mujer era toda una triunfadora y a su corta edad, ya se proyectaba como una exitosa médica, incluso asistía al hospital como pasante, cosa que muy pocos lograban hacer a su edad. Durante los primeros meses de verla, se sintió muy poca cosa para acercarse a ella, no obstante, Mito se convirtió en una obsesión y con todo el valor que poseía, se aventuró a invitarla a salir, recibiendo como resultado un cortes rechazó. La voluntad del Senju no se vio afectada por ese rechazo, sino todo lo contrario, pues a partir de eso, él se propuso a mejorar para lograr estar a su altura y fue así como también accedió al hospital perteneciente a su familia. La carrera médica no era algo que le llamaba la atención, a pesar de ser uno de los mejores en la clase, pero lo hizo por ella, para demostrarle que era digno de su atención.
Con apenas diecinueve años, Hashirama logró conquistar a la Uzumaki y poco tiempo después, contrajo matrimonio con ella. Al tenerla segura, optó por dejar la medicina y seguir lo que en realidad deseaba... pertenecer a las fuerzas especiales de la policía. Mito no pareció muy convencida con su repentina decisión, sin embargo, hizo lo que él esperaba y le brindó todo su apoyo.
Para cuando él logró las rondas nocturnas con los agentes mas experimentados, Mito ya había obtenido su maestría médica, no obstante, lo que debía ser motivo de celebración, poco a poco fue formando grietas en el matrimonio. Su mujer lo acusaba de no tener tiempo para ella y también de ser un inmaduro impulsivo, incapaz de tomar en serio el compromiso de un matrimonio.
Si bien es cierto que ella era mas madura que él, no sólo por la diferencia de cuatro años en la edad, también era cierto que él se esforzaba para ser una mejor persona, quería lograr ascender, su objetivo era que ella se sintiera orgullosa del hombre en que se había convertido. Fue entonces que se le ocurrió la idea de pedirle que tuvieran un hijo. Creyó que si se convertían en padres, ella ya no se sentiría tan sola, pero lo que él creyó una buena idea, se transformó en otro motivo para reñir. Mito le dio un sinnúmero de excusas y con el tiempo, se negó rotundamente a ser madre haciendo la grita aún mas grande, incluso comenzaron a dormir en habitaciones separadas.
Con apenas veintidós años, ya se sentía un hombre mas maduro y digno de una mujer tan exitosa como ella. Lo acababan de ascender a un puesto mas alto y su carrera iba en aumento. Llegaba a su hogar y le contaba a Mito todo sobre su día, quería que ella supiera que no era un inmaduro y en lugar de verla contenta, sólo veía una expresión triste en su rostro.
El Senju comenzó a pasar días sin regresar a su hogar debido a sus múltiples obligaciones y no se percató de la ausencia de Mito. Su hermano le comentó que debía ponerle mas atención y él lo ignoró, diciendo que todo estaba bien, no fue hasta que ella le pidió el divorcio, que no miró la triste realidad. De nuevo Tobirama le hizo el comentario, sin embargo, también añadió que ella parecía enamorada de alguien mas.
Se arrepintió tanto de haber golpeado a su hermano cuando el único responsable de su desgracia era ese hombre que se encargó de robársela, de enamorarla ofreciéndole lo que ella quería. Fue Madara quien finalmente le abrió los ojos a la realidad y por orgullo se negó al divorcio, aún cuando ya no recordaba la última vez que habían intimado.
Luego de una larga batalla legal, Mito logró deshacerse de él y poco tiempo después, se enteró por los Uchiha, que ya se había casado con el amigo y también socio de Madara, Hiashi Hyuga.
Luego de verla conviviendo con el viudo y con la familia de este, juro olvidarla. Paso los siguientes años sumergido en sus ocupaciones y el amor que antes sintió, estuvo seguro de haberlo convertido en despreció, sin embargo, su personalidad alegre y jovial, también sufrió un radical cambio.
A pesar de siempre estar alegre, su lado parecido al de su padre fue tomando el control y a esas alturas, todos creían que su hermano menor era mas tratable que él.
—Tengo mucho trabajo Madara, así que ya no insistas—declinó la invitación, como lo hacía la mayor parte del tiempo.
—Escuché que Jiraya se ofreció para cubrirte—el castaño fulminó a Kakashi, quien continuó leyendo su libro sobre novelas eroticas.
—¿Lo vez? Ya no hay nada que te impida acompañarnos a todos—Jiraya se mantenía con los brazos cruzados disfrutando del espectáculo. Su esposa lo amenazó, exigiendo hacer todo lo posible por ayudar a que su tío saliera a divertirse, por lo tanto, no pudo negarse.
—Esta bien... ustedes ganan—Ashura, Madara, Yamato, Kakashi, Yahiko, Nagato y Jiraya, chocaron las palmas como muestra de triunfo. Hashirama los miró con indiferencia, puesto que para él, no había ninguna emoción en salir a esos sitios, de todos modos, el objetivo era el mismo, llegar a una habitación de hotel con una mujer para tranquilizar sus necesidades y para eso, no tenía que salir a los bares.
Queriendo superarse tras el divorcio, también se dedicó al hospital y aunque no se encargaba directamente de los pacientes, como lo hacía su sobrina y su hermano, era el que tomaba todas y cada una de las decisiones que ahí se daban, ya que era el director y una vez por semana, iba a pasar todo el día haciendo las rondas correspondientes y era ahí, donde las jóvenes médicas como las enfermeras, se le lanzaban sin ningún pudor.
—Vamos, trabajas demasiado y mereces divertirte ¿no crees que ya es hora de dejarla ir? Has estado sumergido en el trabajo y casi no te queda tiempo para ti mismo—repuso Ashura cuando se quedó a solas con él. Su amigo parecía mas mayor de lo que era.
—Es mejor continuar trabajando que llegar a esa enorme casa vacía y llena de recuerdos—por las personalidades tan similares, Hashirama se desahogaba con el Otsutsuki menor, tal vez porque él no se empeñaba en querer cambiar su modo de reaccionar al duelo que estuvo viviendo desde su divorcio. A pesar de haberse divorciado años atrás, él no volvió a interesarse en ninguna otra mujer y muy en su interior, temía descubrir que aún la amaba, que el sentimiento de despreció hacia ella, sólo era una defensa que disfrazaba sus verdaderos sentimientos amorosos. Por eso mismo, no quería volver a verla.
—Te entiendo y no te juzgo, pero ten en cuenta que eres un hombre joven y con esto no te sugiero involucrarte sentimentalmente con alguien, sólo te aconsejo volver a divertirte, apartar tiempo para ti, dejar de lado las tareas que no te corresponden y que te empeñas en llevar a cabo para mantenerte ocupado... Piénsalo amigo, tienes treinta y siete años, además, sólo se vive una vez y si no reaccionas ahora que todavía tienes salud, después con las múltiples complicaciones que llegan con la edad, ya no podrás hacerlo—por primera vez desde el divorcio, las palabras de Ashura le llegaron muy adentró. Su amigo tenía razón, mientras él se mantenía en duelo, Mito disfrutaba la vida, incluso luego de muchos tratamientos de fertilidad, se había convertido en madre unos años atrás. Ella le comentó en repetidas ocasiones que no le era fácil quedar embarazada y cuando le pedía acompañarla al médico especialista, él no tenía tiempo y terminaban posponiéndolo. En realidad, no le creyó que tuviera complicaciones, él atribuyó las negativas a un capricho de no querer ser madre de sus hijos y tras las duras discusiones, Mito terminaba llorando... Fue luego del divorcio, que escuchó por accidente una conversación entre Madara y uno de sus sobrinos, ellos mencionaron lo mismo que su exesposa le dijo tantas veces. Era evidente que el hombre con el que se caso, si se había tomado el tiempo de creerle y consiguió lo que él quería para salvar su matrimonio. Luego de saber dicha información, estuvo semanas lamentándose por no haberle prestado mas atención cuando aún era su esposa, como siempre, el arrepentimiento llegaba demasiado tarde y a esas alturas, ya no había nada que hacer para solucionarlo.
—Lo tomare en cuenta y te agradezco por no rendirte conmigo—Ashura sonrió.
—¿Sabes? Tobirama me comentó que en unos meses se llevará a cabo la convección médica en Las Vegas... dijo que planean premiar a un pequeño grupo de trabajadores para formar parte de quienes asistirán, quizás deberías reconsiderar unirte a ese viaje—el Senju recordó el día que le ofrecieron unirse al grupo, ya que él era la máxima autoridad en el hospital, no obstante, declinó la oferta y ya hasta la había olvidado.
—Tienes razón, mañana mismo les dejaré saber que iré con ellos, después de todo, no estaría mal jugar un poco en los casinos—el Otsutsuki negó con la cabeza, pero se sintió feliz por haber logrado una pequeña mejoría en la actitud de Hashirama.
—Es hora de irse—Jiraya llegó comiendo una hamburguesa y prácticamente echó al Senju de la oficina. Prefería la furia de Hashirama, que enfrentarse a Tsunade.
Soltando un suspiro, Hashirama se puso de pie y salió de su oficina, mientras Ashura y Jiraya, chocaron las palmas. A partir de esa noche, Hashirama salió con sus amigos una vez por semana a divertirse. Era como si estuviera viviendo por primera vez, puesto que lo único a lo que se había dedicado, era a cosechar triunfos, a superarse a si mismo, obteniendo lo que pocas personas obtienen a una temprana edad.
[...]
—Ya lo sabes, si necesitas algo, pídeselo a Neji ¿de acuerdo?—Hiashi asintió mientras hablaba por teléfono—Si, tus hermanos te extrañan mucho y nosotros también—la llamada concluyó justo en el momento que la pelirroja entraba a la mansión.
—¿Llamó mi princesa? ¿Cómo esta? ¿La tratan bien en el hospital?—la fémina se acercó a los brazos de su esposo y recibió el beso que siempre recibía al llegar a su hogar.
—Si, era ella y dice que todo marcha bien, aunque yo siento que nos extraña mucho, sobre todo a Hiro—Hiro era el hijo de diez años que la pareja concibió luego de una larga lucha e innumerables lágrimas de Mito ante los fracasados. Cuando ya casi había perdido las esperanzas, el tratamiento funcionó. El nacimiento de ese bebé, llenó a todos de alegría, incluso a Neji quien lo consentía en todo, tal como Hinata y Hanabi.
—Me lo imaginó yo también la extraño mucho—lo dijo con melancolía—Es tan irónico, que a pesar de no haberse casado con ese imbecil, de todos modos, la hayamos perdido por su culpa—Mito quería a las hijas de su esposo como si fueran propias y cuando Hinata comenzó a llamarla mamá, la Uzumaki sintió que habían creado un vínculo irrompible. Sin importar que Hinata ya tenía siete años cuando ella se casó con Hiashi, el vínculo no fue menos firme y para los ojos de todos, esas chicas eran sus hijas, por las que incluso asesinaría si las lastimaban, tal como lo hizo Gaara. De no ser por Neji y Hiashi, ella le hubiera cortado los frenos al auto del pelirrojo, no obstante, Hina no se lo hubiera perdonado, su pobre niña se preocupaba por el pequeño bebé que tenía con la asistente, la tal Matsuri y se olvidó por completo de su propio dolor.
—Ni me lo menciones—Hiashi se tensó con sólo escuchar ese nombre. Ellos lo habían aceptado como parte de su familia, incluso Neji, quien siempre se proponía ahuyentar a los malos pretendientes, aceptó a Gaara casi sin mostrar resistencia. Hiro lo seguía a todos lados mostrando admiración por él y hasta la siempre desconfiada de Hanabi, le llegó a tener aprecio. Había sido un duro golpe la traición que le hizo a su hija y lo peor, fue la decisión que tomó Hinata. Ella prefirió irse de Suna para nunca más regresar.
—¿Sabes? He estado pensando mucho en la idea de regresar a vivir en Konoha, de ese modo, podemos estar cerca de nuestra princesa—durante años, los socios comerciales de Hiashi le propusieron radicar en Konoha y ella se mantenía en silencio. No quería que su familia, especialmente Hiashi, se enfrentara con Hashirama por su culpa y su esposo, aunque no la cuestionaba, entendió su renuncia, así que ya no volvió a sugerirlo.
—Pero—aunque ella no lo dijo textualmente, él sabía que su mujer no deseaba vivir en el mismo sitio donde vivía su exmarido. Hiashi no conocía a ese hombre y lo único que sabía sobre él, era por la misma Mito. Ella le contó que era un buen hombre y que durante los primeros meses del matrimonio fue muy feliz, no obstante, la inmadurez del hombre fue dañando la relación y como la cereza del pastel, él llegó a la vida de Mito arrebatándosela de tajo. No negaba que se sentía mal por el ex, pero no había mucho que pudiera hacer, ya que también él la amaba con toda su alma y no la dejaría por nada del mundo.
—Nada ni nadie, impedirá que esté cerca de mi hija... estoy cansada de esconderme como si hubiera hecho algo malo, yo soy tu esposa y por ende, la madre de tus hijas, fueron ellas quienes me otorgaron ese título y como una madre, debo de poner las necesidades de mis hijos antes que las mías, ademas ¿que nos ata a esta cuidad? Todos nuestros amigos y los de los chicos viven el Konoha, incluso son ellos quienes nos visitan, ya que nosotros nos mantenemos aquí como si ese lugar fuera prohibido... se acabó—Hiashi sonrió complacido, pensando que no se había equivocado en volver a abrir su corazón a un nuevo amor. Mito era la madre que sus hijas necesitaban—Ya te había comentado que quiero dejar de trabajar en un hospital y si nos mudamos, podré conseguir un local para poner una clínica, de ese modo tendré mas tiempo para ustedes—la fémina sonrió con sensualidad a su marido y él sonrió de medio lado entendiendo el mensaje. Subieron a la habitación de ambos y cerraron con llave para dar rienda suelta a la pasión. A pesar de llevar mas de quince años juntos, la llama de la pasión, no se había extinguido y no parecía que fuera hacerlo.
[...]
Hinata entró a toda prisa en el baño del hospital donde laboraba, tenía poco tiempo y debía regresar lo antes posible a sus labores, sin embargo, apenas se acercó y escuchó la discusión entre una de sus amigas con otra de la enfermeras.
—Lo que pasa es que eres una ofrecida—la ojiperla abrió la boca ante el insulto que recibió Ino—te dedicaste a engatusarlo como la cualquiera que eres.
—¡Vaya vaya!—la burla en la voz de la rubia, pareció enfurecer mas a la otra fémina—Te recuerdo que no soy yo quien me mandaba flores a diario, tampoco me encargué de buscarme en mi casa y cómo tú misma debes saber, es muy difícil resistirse a los encantos de un hombre como Itachi, sin olvidar que para él, la cualquiera y la ofrecida eres tú—Placa... el sonido de una bofetada en el perfecto rostro de Ino, hizo jadear a la Hyuga. Sin pensarlo dos veces, se apresuró a intervenir, puesto que no iba permitir que nadie tocara a una de las personas que consideraba parte de su propia familia, sin embargo, Ino no era alguien dócil y como tal, respondió el golpe con el puño cerrado, justo en la mandíbula de la joven llamada Izumi.
—No se te ocurra volver a ponerme una mano encima—Izumi había caído sentada y se tocaba el labio que sangraba debido al golpe—y la próxima vez que quieras arreglar cuentas personales, busca otro lugar para hacerlo, compórtate como la profesional que dices ser y respeta el lugar donde trabajas—la ojiluna se acercó hasta ellas y estuvo entre tranquilizar a Ino o ayudar a Izumi.
—¿Que te pasa? Eres una salvaje—otra de las enfermeras de nombre Shion se acercó y ayudó a Izumi para que se pusiera de pie.
—Tu cállate, ella fue quien me agredió primero—Hinata sostuvo a Ino y la tranquilizó.
—Por favor, este no es el lugar indicado para discutir—añadió la Hyuga.
—Ahhaa... ahora la patética novia abandonada frente al altar, nos dirá como debemos comportarnos—a partir de ese momento, lo único que la ojiperla miró, fue a Ino lanzándose contra Shion y media hora mas tarde, las cuatro se hallaban dentro de la oficina perteneciente a Tsunade, una de las autoridades al mando del hospital.
Ninguna de las cuatro se atrevió a levantar el rostro, incluso se sentían muy avergonzadas ante la acusadora mirada de la rubia.
—¿Que creen que es este hospital?—cuestionó con aparente calma y nadie dijo nada—Primero Sakura forma un revuelo con Karin en los pasillos, luego Mei y Tenten se enfrentaron en la cafetería y ahora ustedes ¿que les pasa?—el silencio continuó reinando en la oficina—¡RESPONDAN!—el fuerte golpe en el escritorio asustó a las chicas.
—Ino Yamanaka fue quien nos agredió, se puso como una desquiciada y miré como nos dejó—lloriqueó Shion, quien se veía despeinada y con algunos rasguños en el rostro.
—Y bien ¿que tienes para decir a tu favor Ino?—Tsunade conocía a las chicas desde pequeñas, a la única que no conocía era a la Hyuga, la hijastra de Mito Uzumaki, la mujer que abandonó a su tío. Aunque en un principio se mostró predispuesta contra la joven, luego de conocerla su opinión cambió, ademas, Madara Uchiha les contó sobre los verdaderos motivos por los cuales Mito se fue alejando de Hashirama y esa revelación, la hizo sentir pena por ella.
—Que si vuelven a meterse con nosotras, como lo están haciendo ahora que me están acusando, les ira peor—de nuevo la discusión comenzó y otro golpe resonó sobre la madera.
—¡Silenció! Esta es la última advertencia que les doy, la próxima vez quedarán despedidas por insubordinación—la advertencia logró asustar a todas—Hinata—la Hyuga la miró con temor, ya que cuando llegó a laborar en el hospital, Tsunade fue muy cortante con ella, incluso parecía tener algo en contra suya, afortunadamente con el tiempo, su actitud hacía su persona fue cambiado y se dedicó a ignorarla, cosa que agradeció—quiero que seas tú, quien me cuente exactamente lo sucedido y no se te ocurra omitir nada, de lo contrario, las cuatro quedarán suspendidas—la ojiluna buscó la mirada de Ino y ella asintió.
—Bien...—la Hyuga le contó todo lo sucedido a Tsunade y cuando ella preguntó a las otras tres, ellas no tuvieron otra opción que aceptarlo. La Senju no dudó del relato contado por Hinata, ya que durante el corto tiempo que llevaba de conocerla, se percató de lo sensata que era, incluso se atrevió a pensar, que ella era la mas madura de las cuatro amigas.
—Por esta ocasión, lo voy a pasar por alto—Tsunade veía con desaprobación a Shion por lo que le dijo a la joven de su fallida boda, si bien es cierto que al ser hija de un hombre tan rico como lo era Hiashi, las noticias corrieron muy rápido y todos ya lo sabían, tampoco debía de ser motivo de burlas, eso era muy cruel y nadie se lo merecía—pero si vuelve a suceder, las despedirse a todas... No crean que no me he enterado de la rivalidad que hay entre sus dos grupos. Este es un hospital serio y si tienen problemas amorosos, como supongo que los tienen, soluciónenlos rápido y obviamente, fuera de aquí—ellas no dijeron nada y continuaron escuchando—Hablaré con sus compañeras para darles la misma advertencia ¿les quedó claro?—ellas asintieron y al sentirse amenazadas, decidieron hacer una tregua para poner punto final a las discusiones dentro del hospital.
[...]
El primero de los retos fue bailar como bailarina exótica en uno de los clubs nocturnos pertenecientes a Konoha. Lo que ellas no sabían, era que el lugar era también, donde se reunían los oficiales de policía y sus respectivos superiores. La idea era conseguir una fotografía o mas bien, un vídeo de una de ellas besando a uno de los clientes. Sakura, Ino y Tenten, aceptaron sin pensarlo, ya que eso les sería muy fácil, pero cuando llegó la noche y entraron en los camerinos de las bailarinas, se encontraron con sus rivales.
—¿No me digan que apenas llegan?—Sakura se cruzó de brazos y se paró frente a ellas de manera retadora.
—¿Que no lo ven?—respondió sonriendo.
—Pues si, pero nosotras ya terminamos con el reto y ahora estamos por salir antes que alguien nos pueda ver ¿te imaginas que pensarían de nosotras si nos miran en un lugar como este?—la sonrisa de Sakura se esfumó al escucharlas y al ver el vídeo de Karin, besándose con un cliente y para su sorpresa, no era un desconocido, sino uno de los agentes, compañero de Itachi.
—Pero dijeron que debíamos bailar este Viernes en este lugar y en ese vídeo no hay nadie, sólo los trabajadores—soltó Tenten.
—Así es, pero en ningún lado se mencionó el horario y como esté es el club de moda, donde se reúnen los detectives y oficiales, preferimos llegar antes que ellos. Como ya saben, Mei fue compañera de Konan en la universidad y le pidió el favor de llegar temprano con uno de sus amigos. Yahiko estuvo mas que dispuesto ayudarnos y aquí lo tienen—Ino apretó los puños cuando se asomó y miró un considerable grupo de agentes. Itachi no se hallaba entre ellos, pero Madara, Izuna y Kakashi si estaban entre los presentes. No podían dejarse ver, ellos las reconocerían de inmediato y sabiendo como eran Itachi y Sasuke, jamás lo entenderían. La ojiperla no sabía que pensar y en su lugar se dedicó a mirar el soñador comportamiento de Karin, quien no dejaba de suspirar mientras se tocaba los labios.
—Y algo mas—repuso Shion—este es el vestuario que deben usar, así que ni intenten salir con esos vestuarios que trajeron, puesto que Karin ya se les adelantó.
—Hicieron trampa... ustedes no dijeron nada sobre el horario, ni tampoco el vestuario, ademas, sabían que clase de antro era este y también sabían que los Uchiha venían aquí ¿no es cierto?—Ino se frustró y Sakura entró en pánico al escucharla.
—Por supuesto que no ¿como podíamos saber que ninguna de ustedes posee el talento del baile con la espada—la pelirroja les mostró una espada junto al vestuario—Y en cuanto a encontrarse con personas conocidas, le aseguró que esto es sólo una lamentable coincidencia—Mei sonrió divertida—pero entenderemos si deciden no hacerlo, incluso sólo deberán renunciar al hospital y podrán ir a otro, a cualquiera de su elección... Dado que no comenzaron con el reto, no será necesario ir a formar parte de las "clínicas" de Orochimaru—añadió la médica con plena seguridad y ya sintiéndose victoriosa.
—Claro que lo haremos y como ya terminaron con su reto, salgan de aquí—sin darles tiempo a replicar, Tenten abrió la puerta y prácticamente las echó a todas del camerino.
—Estamos perdidas—espetó Ino muy desanimada.
—Ya lo creó—Sakura tuvo que darle la razón a Ino, ya que, incluso si los Uchiha no las reconocían, Kakashi las conocía desde pequeñas. Él era uno de los compañeros de Itachi en el departamento de investigaciones, además, fue uno de los mentores de Sasuke Naruto y de ella misma cuando entraron en la secundaria. Él la conocía muy bien, ni siquiera disfrazadas podrían escapar de su escrutinio...¡Un momento! No las conocía a todas—¡Hina!—por alguna razón que en ese momento no logró comprender, la ojiperla tembló ante la sonrisa que mostró Sakura.
—¿Que pasa?—cuestionó con desconfianza.
—A ti nadie te conoce—el rostro de las otras dos chicas se iluminó al intuir lo que planeaba la Haruno—además, esta ropa te quedaría mejor que nosotras.
—No—ella se negó de inmediato, no obstante, las tres la rodearon y comenzaron a rogarle que por lo menos se probara el traje de odalisca.
—Te vez preciosa Hina, te pareces a la princesa Jasmine—repuso Ino dándole los últimos toques al vestuario—además, tu eres la única de nosotras que sabe bailar ese tipo de danza. Esas brujas pensaron que habían ganado, se llevarán una sorpresa cuando les mostremos el vídeo.
—¿Que? Pero yo no puedo hacerlo, ademas ahí están los Uchiha ¿y como conseguiré que alguien me bese?—la ojiperla se sintió aterrada, podía escuchar los aplausos y vítores afuera, ocasionando mas miedo.
—Si puedes y para que te sientas mas segura, te pondrás esto—Tenten le colocó un velo semitransparente—y quienes están afuera, son Izuna y Madara, ellos no te ven desde hace muchos años, no te van a reconocer.
—No lo sé, yo creo que no—se resistió sintiéndose mas atemorizada, pero luego de muchas amenazas, ruegos y también elogios, lograron que ella tomara el valor que le faltaba y cuando la anunciaron, ella se presentó frente a las decenas de emocionados hombres.
Desde muy pequeña aprendió ese tipo de danza, ya que en Suna era muy común, por lo tanto, mientras bailaba, sentía que estaba en su ambiente, como pez en el agua. Estaba tan enfrascada sosteniendo la espada en su vientre, que no se daba cuenta las miradas que logró atraer, especialmente, la del alto y fornido castaño que seguía todos sus movimientos sin parpadear.
Hinata dejó de lado la espada entre los aplausos del agitado público y continuó el baile, moviendo sus caderas. De pronto recordó que no sólo debía bailar, sino atraer la atención de alguien dispuesto a besarla.
Se dispuso a buscar su objetivo y de inmediato se sonrojó por la forma en que todos la estaban mirando. Estuvo a punto de terminar el baile debido a la vergüenza, sin embargo, sus orbes se encontraron con las de un apuesto castaño. Él sobresalía entre el público, por su alta anatomía e imponente presencia. Aún habiendo mas personas a su alrededor, ella ya no logró ver a nadie que no fuera él.
Tomando el valor necesario, le sonrió y cuando estuvo segura de su atención, lo llamó con los dedos. Para su suerte, los compañeros a su lado lo hicieron obedecerla. Se acercó hasta estar a un paso de él y en el momento de esfumar la distancia le habló muy cerca del oído... Él olía tan bien y era tan apuesto, que ni siquiera le costó trabajo continuar con el pedido de sus amigas.
—Me ayudas a bajar guapo—inhaló el masculino aroma del castaño y sin pensarlo dos veces, lo besó en los labios. El contacto hizo que ambos cerraran los ojos y no fue hasta que escuchó los llamados de sus amigas que volvió a la realidad. Sintió el calor de las callosas manos masculinas sobre su piel expuesta y a punto de entrar en pánico por el íntimo contacto que sólo un hombre había tenido en pocas ocasiones, se retorció quedando libre y se fue corriendo.
—Estuviste genial Hina, superaste mis expectativas—la elogió Sakura al momento de subir al auto. Hinata se cubría con una manta mientras su mente remembraba al único hombre que había amado y el mismo que la traicionó. Desde ese día no lo había vuelto a ver y como si la humillación de su fallida boda no fuera suficiente, aún se preguntaba ¿si él la traicionó con Matsuri porque ella no accedió a tener relaciones? Y si lo hubiera hecho ¿también la hubiera traicionado? Preguntas que no tenían respuesta. Ellos se mantuvieron juntos durante dos años y como a los pocos meses de noviazgo le propuso matrimonio, ella declinó los ofrecimientos de tener relaciones sexuales. Según sus pensamientos, no había necesidad de adelantar lo que pronto llegaría sin sentir que defraudaba la confianza de su familia ¿Que si era puritana? Como muchas veces la llamó Temari, una de sus amigas y también hermana de Gaara, quizás si y hasta que miró al niño en brazos de Matsuri, se percató de la realidad... sólo ella pensaba así, ya que aunque Gaara parecía conforme con su decisión, fue muy evidente que no lo estaba y la prueba fue, que estando comprometido con ella, se acostaba con otra.
—¿Estas bien? Pareces perdida—cuestionó Ino.
—Con tremendo encuentro con ese hombre, yo estaría igual—agregó Tenten.
—Lo se y nunca me imaginé que alguien como él, sería quien caería en los exóticos encantos de Hina... ¿Sabes que ese hombre es el tío mayor de Tsunade?—la ojiperla parpadeó incrédula y se preguntó que tipo de consecuencias acarrearía la locura que acababa de cometer.
—¿E-es casado?—hizo la pregunta con miedo a saber que si lo era, ya que su cuerpo aún ardía donde fue tocado por ese guapo desconocido.
—No se dice mucho sobre él, pero según lo que he escuchado, estuvo casado años atrás y se divorció—la chica sintió que se quitó un peso de encima. Por lo menos no había interferido entre una pareja—Desde entonces, se ha mantenido sumergido en sus múltiples obligaciones y poco se le ve—añadió Sakura.
—Pero quita esa cara Hina, lo mas probable es que no lo vuelvas a ver—ninguna de las tres se percató de la expresión que mostró Hinata, quien no supo si debía alegrarse, o por el contrario, quedarse desilusionada.
Luego de llegar al apartamento que alquilaba en el mismo edificio que Neji, soltó el aire y llegó a la conclusión de olvidar lo sucedido, después de todo, no creía que volviera a verlo.
[...]
Hashirama se quedó parado afuera del club, mientras el viento nocturno movía su cabello—¿Quien eres y porque tienes los ojos de él?— las mismas orbes del hombre que le robó el amor de su vida, mismas que vio en el amigo de los los sobrinos de Madara. Neji Hyuga.
Cuando conoció a ese joven, supo por su apariencia que era familiar de ese hombre y pronto se propuso a rebajarlo por creerlo un presumido, según él, ese chico se sentía superior a todos, incluso lo trataba con despreció en las ocasiones que llegaron a coincidir, motivo por el cual tuvo varios desacuerdos con Madara, quien le reprochó su actitud mas de una vez, no obstante, el Hyuga nunca cayó en sus provocaciones y se mantuvo apegado a su inquebrantable educación. El muchacho parecía ser arrogante, pero los hechos decían lo contrario. Itachi era su mejor amigo y cuando lo escuchaba refiriéndose a él, siempre decía que a pesar de parecer apático, Neji era una de las personas mas confiables que conocía.
Reconocer que lo había juzgado mal le dolió y le dolió por no poder evitar pensar que el marido de su exesposa era igual.
Dejando el pasado donde estaba, optó por ya no poner demasiado interés en ese muchacho y cuando tenía poco tiempo de haber decidido que volvería a vivir, llega esa chica parecida a un ángel y lo dejó totalmente desequilibrado. Los ojos que tanta molestia le causaron en dos personas, ahora lo dejaban hipnotizado... ¡Maldicion! Si sólo con verla obedeció su pedido sin pensarlo ¿que demonios le había sucedido? Él era un hombre adulto, un hombre acostumbrado a mantener sus emociones al límite y apenas miró a esa chica, toda su voluntad pareció desaparecer.
Serró los ojos inhalando el aroma femenino que se quedó sobre él. Se tocó los labios y revivió de nueva cuenta lo sucedido. Habían pasado muchos años desde que se sintió así y como en pocas ocasiones le sucedió, se sintió inseguro, no obstante, a pesar de saber que lo mejor era no volver a verla, lo único que deseaba era saber mas sobre ella y su identidad.
Continuara.
Me disculpo por la demora, no debía subir esta historia, hasta no tener listo el primer capítulo, pero ya lo había hecho y por fin pude terminarlo. Aquí se aclararon algunas cosas y así continuara en los que vienen. Me disculpo por las faltas de ortografía que seguramente se me quedaron sin verlas, apenas las encuentre y las iré corrigiendo.
Debía actualizar El cordero, pero me enfoque en esta, así que luego del cordero, sigue Acorralada 😊💕
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