Capítulo veintinueve | My eyes



Los golpes comenzaron a ahuyenta el sueño que su cerebro había creado, y que se esfumó de sus recuerdos apenas si abrió sus ojos con molestia intentando saber dónde estaba exactamente. Los golpes siguieron, y él no pudo evitar maldecir con las más horribles palabras para sí mismo mientras recobraba sus fuerzas para poder ir a ver de qué se trataba.

Wesley podría ser gruñón a propósito cuando él quería y todos lo tomaban en serio, pero era oportuno saber que no debían molestarlo cuando dormía porque ese cierto nivel de crueldad subía más de lo que debería.

Su brazo izquierdo parecía muerto y recordó cómo había quedado dormido en el sofá horas antes cuando llegaron del hospital de madrugada. La bebé no había nacido en ese entonces y regresaron al departamento para descansar un poco y dormir, cosa que él había hecho sin interrupciones nada más tocó el sofá mientras Claire, Silver y Oliver buscaban algo qué cenar.

Golpearon la puerta otra vez y Wesley rápidamente se puso de pie sin importarle el mareo que aquello le iba a causar, desenredándose de la sábana que Claire seguramente puso en él y fue donde el ruido a paso rápido; quitó el cerrojo y la cadena de la puerta, los golpes se detuvieron. Abrió con un movimiento y se quedó recargado en el marco de la puerta con una expresión de pocos amigos que asustaría a cualquiera.

—¡Hey! —dijo de mala gana, sin prestar atención a la persona que llamaba y negando con su cabeza rehusándose a hacerlo—. ¿Por qué?

—¿Dónde está Claire? —preguntó Claire de pie, enarcando una ceja y mirándolo retadoramente.

—Claire—afirmó, frunció el ceño y la miro mejor—. ¿Joy? —dijo confundido mientras se aseguraba, un poco más despierto, de eso. Podrían parecerse mucho, casi ser idénticas, pero Joy lucía más sofisticada y arreglada, casi como la primera dama de un país Europeo del que nadie oyó jamás.

—¿Dónde está Claire? —preguntó de nuevo.

—¿Cómo subiste hasta acá sin que alguien te abriera abajo? —le ignoró.

—Un vecino que paseaba a su perro creyó que era Claire y me dejó entrar—dijo obvia—. ¿Tú me dejarás entrar?

Wesley hizo una mueca con sus labios como si lo dudara, al final aceptó y se quitó de la puerta para dejar que ella pasara.

—Creí que tenías mejores modales, Ben—suspiró, entrando al departamento con cierto derecho.

—Wesley—le corrigió.

—¿Qué? —se detuvo, dándole un vistazo rápido al lugar y deteniéndose en la pila de pertenencias que Fred tenía ahí.

—Llámame Wesley.

—Siempre creí que te llamabas Ben—le miró, el castaño cerró la puerta e hizo un gesto de disgusto por eso.

—Más o menos.

Joy resopló.

—¿Ben o Wesley?

—¿Qué acabo de decir?

—¿Y Claire? ¿No vivía contigo, o algo así? Me costó trabajo encontrar ese lugar, además no contesta mis llamadas—buscó su teléfono en su abrigo, para después quitárselo—. ¿Por qué hace tanto frío aquí? ¿No hay calefacción? —se retractó al instante.

—No, somos pobres—se burló él, acercándose un poco más a ella—. Creo que, salieron. Probablemente acompañó a Oliver a dejar a Silver a la estación de autobuses.

—¿Y ellos quiénes son?

—¿Sabes qué? Solo espera a que regrese, puedo prestarte una manta para que te sientes en el corredor.

Joy rió, por medio segundo como si aquello en verdad le hubiese dado gracia, palmeó el hombro de Wesley y negó con su cabeza.

—Papá te odia tanto.

—¿A eso viniste? —enarcó una ceja.

—Me gustaría, pero no. Es solo un extra.

Wesley rio, con un tanto de ironía pero segundos después la gracia llegó a él; demasiado temprano creerían todos. Calló al escuchar su teléfono vibrar en la mesa de café llamando la atención de ambos, Wes fue hasta él y vio el nombre de Oliver en la pantalla.

—Wes—habló al responder, un poco confundido tras ver la hora que era.

—Wesley—era Claire quien llamaba—. Llegaremos por ti en cinco minutos—dijo—, levántate, ve por mi teléfono a mi habitación porque lo olvidé e iremos al hospital porque ya es hora de visitas y podremos conocer a la nena.

—Si—dijo no muy seguro—, pero antes creo que sería interesante que subieras.

—¿Por qué?

—Tienes visitas.

*

—¿Cuándo nos dejarán entrar? —Oliver dejó de recargarse en la pared de la sala de espera y miró a Fred quien solo bebía agua de su cono de papel.

—Aún faltan cinco minutos—Wesley miró su reloj—. Igual no siento que sea bueno, Sue debe estar muy cansada como para estar pretendiendo que le interesa que la visitemos. Debe ser molesto y exasperante.

—¿Entonces por qué estás aquí? —Fred frunció el ceño y comenzó a servir más agua en el mismo cono.

—Creí que estaba siendo obvio.

—¿No es extraño que tu novia tenga una gemela idéntica? —Oliver preguntó, cambiando el tema y con un tono bastante serio que les hizo prestarle atención.

Ambos siguieron la línea imaginaria que trazaba la mirada del castaño y ésta llegaba al par de rubias que charlaban, de algo intenso al parecer, del otro lado de la sala, muy alejadas de las personas como si no quisieran que alguien escuchara lo más mínimo.

Joy replicaba, con insistencia, todo lo que Claire le había dicho momentos antes con su típico ceño fruncido de regaño que les ayudaba a deducir que Joyce había hecho algo malo.

—Es la segunda vez que convivo con Joy—respondió Wes.

—Si, pero—Fred frunció sus labios y siguió mirándolas—. ¿Ver a Claire desnuda cuenta como ver a Joy desnuda?

—Hipotéticamente...—Oliver se incorporó y miró al par de chicos con los que estaba—. Imagina que fantaseas con Claire, ¿Eso no sería fantasear con Joy también?

—No son la misma persona—arrugó su nariz.

—Sí, pero en las fantasías nadie es la persona que debe ser—Fred se encogió de hombros.

—Te convertiste en padre hace como cinco horas—Wes le recordó.

—Sí, y por eso no dejaré que Oliver se le acerque cuando cumpla quince años.

—¿Te das cuenta que prácticamente estás diciendo que tu subconsciente quiere que aún esté en tu vida en quince años más? —Oliver se burló.

—No lo quería hace un año pero te aferras como una garrapata. Me hago a la idea.

—Eso es tan dulce.

—¿Y qué tal? —Wesley habló, interrumpiendo la lluvia de comentarios hirientes —. No has dicho nada al respecto—frunció el ceño—, ¿eso es posible?

—¿Qué quieres que diga? No es que no quiera, simplemente no sé qué decir—se encogió de hombros—. Ella comenzó a llorar por primera vez, y yo no entendía por qué eso me hacía sentir bien; en ese momento solo pensé que por primera vez en mi vida, en verdad tengo miedo de morir.

—Creo que no podré entender eso—Oliver frunció el ceño—, no tengo hijos.

—¿Fue algo así como amor a primera vista? —Wesley enarcó una ceja; Oliver lo señaló dándole la razón y Fred simplemente se quedó absorto en ello.

Habían pasado horas pero aún no podía olvidar esa revolución que se formó dentro de él cuando lo dejaron sostenerla; como sus manos sudaban y sus brazos temblaban, asombrado por el hecho de que una persona pudiese caber en sus manos casi a la perfección. No podía deshacerse de ese miedo que lo inundó de repente; admirando la forma tranquila en la que dormía —arropada hasta el cuello por el invierno y tan ajena a ello—, le era imposible congeniar con el hecho de sentir amor por alguien que conoció pocos minutos atrás. Pero estaba pasando: un pequeño bulto rosado de poco menos de cuatro kilos le había hecho sentir más que cualquier otra persona.

Y eso causaba que, por primera vez en su vida, el tuviese certeza de que el amor a primera vista existía.

—Sí—respondió después—. Supongo que fue eso.

*

—Silencio—siseó antes de abrir la puerta, después de verificar por mensaje por parte de Sue que podían pasar.

—Estamos en silencio—Oliver rió. Fred le miró de mala gana y éste calló.

La habitación parecía vacía a simple vista, pero había una cuna pequeña justo al lado de la cama replete de gruesos cobertores amarillos ocultando a alguien ahí. Todos entraron buscando que hacer pero mejor optaron por quedarse de pie esperando a que Fred les diera indicaciones; la puerta del baño se abrió gracias a Sue, la chica salió con una pequeña sonrisa en sus labios evitando hablar con un saludo y solo se limitó a hacerlo con su mano.

En pijama, con un mal peinado y con grandes ojeras en su rostro; el cansancio de Sue realmente podía apreciarse a metros de distancia.

Fred fue hasta la cuna, seguido por Claire quien no podía soportar un minuto más en la espera mientras que Oliver se limitó a sentarse en el sofá para las visitas. Joy se quedó en la puerta y Wesley caminó hacia Sue, arqueó sus cejas y la morena simplemente suspiró nefasta.

—Estuve casi doce horas en labor de parto, saqué a una persona del tamaño de un melón de mi cuerpo, mordió mis pechos intentando comer y siento que estoy utilizando un pañal para adultos; por favor, abstente de decir cualquier tontería que arruine mi primer día de maternidad—le miró, retándolo.

Pero Wes solo se limitó a sonreír como si nada le molestara. Miró a Fred intentando pasar a la bebé de sus brazos a los de Claire y levantó su puño en dirección a Sue; la chica miró la acción sin saber qué hacer pero lo supo en cuanto notó que él no la bajaría: levantó su puño izquierdo y lo golpeó gentilmente con el de Wes.

—Se ve bien—dijo él.

—Está feliz—respondió ella—. ¿Claire no fue suficiente y decidiste clonarla con brujería? —susurró, tras notar a Joy.

—No sé qué ha pasado pero al parecer le urgía hablar con Claire—dijo—. Parece ser serio.

—Mira, Wes—Claire habló captando la atención de todos, con severa emoción pero con un tono muy bajo como si le preocupara lastimar sus oídos—. Es un bebé, pequeñito—continuó.

El castaño se acercó a su novia, colocándose detrás de ella para poder apreciar lo que ella de la misma manera: Dormía plácidamente en los brazos de Claire sin preocupación alguna, y Wesley deseó ser ella por un instante.

—Les presento a Eleanor Émeraude Gainsbourg—dijo muy feliz por pronunciar aquello.

—¿Émeraude? —Oliver chistó.

—Lo elegido yo—Sue dijo de inmediato y el chico calló.

—Ah.

—Woah—dijo, acarició un poco su pequeña cabeza, moviendo el gorro verde que llevaba en ella pudiendo notar el oscuro cabello que tenía—, es bonita—movió un poco su cabeza para verla mejor—. No es como esos bebés hinchados y rojos—miró a Fred—, retiro lo que dije antes.

—Supongo que ese es mi talento—Sue rió—, hago bebés bonitos—se encogió de hombros.

—¿A quién se parece más? —Oliver preguntó.

—No creo que se parezca a alguien aún—respondió Sue, yendo hacia la cama esperando subirse en ella—, mi abuela dice que tiene nuestra nariz y los ojos de Fred pero aún no puedo ver eso en ella.

—Yo creo que tendrá tu cabello—dijo a Sue—. ¿Quieres cargarla? —preguntó a su novio, pero éste de inmediato se alejó—. ¿Qué? —rió.

—¿Y si se me cae?

—¿Vas a dejarla caer?

—Me da esa sensación. Nunca he cargado un bebé recién nacido, a mi sobrina la sostuve cuando ya tenía seis meses porque si se me caía no le pasaba nada muy malo.

Claire rodó los ojos.

—¿Oliver?

—Pregúntale a Fred.

—No—el rubio dijo.

—¿Ves?

—Dejen de ser exagerados—los regañó. Oliver rió, se puso de pie y fue donde Claire para que lo dejara sostenerla.

—¿Va a venir tu papá? —Wesley cambió el tema, y esto causó que todos callaran y sintiera un ambiente más pesado de lo habitual; el castaño se retractó.

—Sí, le llamé antes de que naciera, dijo que hoy a primera hora tomaba camino hacia acá. Quizá está por llegar—cortó el tema, volteando hacia Sue, ayudándola a subirse a la cama con cuidado aunque a ella le causara gracia esa preocupación de Fred por ser cuidadoso.

—Ahora vengo—Claire susurró al pararse frente a Wes.

—¿A dónde vas? —cuestionó de la misma manera.

—Acompañaré a Joy a hacer... algo—dijo no muy segura—. Luego te cuento, ¿Sí?

—¿Debo preocuparme?

—Por mí, no—le aseguró.

—Muy bien, aquí te espero.

—No tardamos y...—cambió su actitud a una menos tensa—, cárgala—casi le ordenó.

*

— Welcome in, welcome in, shame about the wather... — susurró, acariciando con cuidado el borde del guante que cubría las manos de Eleanor mientras dormía.

Fred no sabía qué hacer, pero si sabía que no quería perder el tiempo viendo otra cosa. Las luces habían sido apagadas desde que el último visitante de esa hora se fue y Sue quedó dormida más rápido de lo esperado; él estaba solo con ellas fingiendo ser un fantasma para no molestarlas. Y justo cuando comenzaba a nevar afuera, algo típico para esas fechas, él solo podía preguntarse si a Eleanor le gustaría el clima de la ciudad en la que ahora vive.

Con esa canción que le vino a la mente se preguntó si ella tendría sus ojos, porque hasta ese momento solo los había abierto un par de veces y tenían ese color grisáceo que casi todos los recién nacidos tienen. Probablemente no, ya que hasta ese punto podía deducir más de cinco cosas que la genética escogió de Sue.

Eso le hizo pensar en él. Físicamente —ni mentalmente— tenía un parecido claro a su papá; con ojos y cabellos muy oscuros y una sonrisa que, recordaba, era pequeña a comparación con la de él, nadie podría deducir un parentesco de inmediato.

Todos esos pensamientos se detuvieron cuando sintió su teléfono vibrar en su bolsillo, rápidamente lo buscó y atendió sin saber de quién se trataba.

—¿Hola?

—¿Puedes salir? Llegamos al hospital—su papá habló, con un tono un tanto autoritario. Aunque la verdad era que siempre hablaba así.

—No es hora de visitas—dijo en voz baja, revisando que ninguna de las dos haya despertado al darse cuenta de que había respondido muy alto. Se puso de pie y fue hasta la ventana a revisar qué tanto estaba nevando. Muy poco como para detener los movimientos de un día normal.

—Lo sé, solo necesito que vengas—insistió; algo que a Fred le preocupó. No respondió nada y colgó la llamada, tomando su abrigo y procurando que todo estuviese en orden para salir de la habitación.

No podía ser malcriado ni pretender armar una riña con su padre ahora que ambos estaban en una especie de acuerdo de paz. Se limitaba a no hacer que se molestara y Bastian ya no le recordaba todas sus malas acciones.

Le informó a una enfermera que saldría por un momento y salió del área de habitaciones directamente a la sala de espera donde suponía que ellos estarían, no entendía para que lo necesitaría. Pero realmente agradecía que no llegaran en el momento en el que la familia de Sue estaba ahí ya que no se había dado el momento de presentarlas debidamente, no lo habían creído necesario y ahora él se daba cuenta de que no podían huir de ese incómodo momento por siempre.

Buscó en la sala con la mirada y se encontró con Caroline quien apresuradamente caminaba hacia él muy feliz y, a la vez, con cierta incomodidad pero no precisamente por él. Fred frunció el ceño sin entender y la mujer simplemente lo abrazó cuando llegó a él.

—Muchas felicidades, querido—lo estrujó fuerte sin dejar que él respondiera ese abrazo—. ¿Es emocionante, no es así? —lo soltó—. Le dije a Bastian que se comportara, creo que aún se siente muy joven para ser abuelo—bromeó—. Sé que no soy abuela de sangre, pero me siento así—dijo un tanto apenada.

—Puedes ser su abuela si eso quiere. Gracias—sonrió gentilmente y Caroline solo rió como si no esperara esa respuesta.

—¿Y papá? —buscó con su mirada por encima de ella y lo encontró de pie, hablando con alguien más como si fuese más importante que ir hacia él.

—Eh... Traemos una... ¿Sorpresa? —pronunció en voz baja.

—¿Qué? —intentó adivinar de quién se trataba pero su falta de anteojos y el haber olvidado sus lentes de contacto no ayudaba. Era una mujer madura quien charlaba con él, con anteojos sobre su cabeza y cabello lacio y rubio como si los años no pasaran para él.

Fred miró a Caroline buscando una explicación, negando con su cabeza rehusándose a aceptarla. Ella asintió y le tomó de la mano, apretándola como una forma de apoyo.

—Vino porque dijiste que querías hablar con ella—le recordó.

—Sí, pero, ¿por qué hoy? No quiero verla ahora—tartamudeó—. No, dile que se vaya.

—No creo que se vea bien viniendo de mí.

—¿Por qué tiene que venir hoy? Quizá es el día más feliz de mi vida y llega a arruinarlo con su presencia—se soltó de su agarre, dispuesto a marcharse por donde había salido, de regreso con Eleanor—. ¿Sabes? Si solo va a estar presente en mis momentos felices, prefiero que no esté nunca.


My eyes - Travis


Esta canción es una de mis canciones favoritas de toda la vida.

¿Qué tal todo? Espero que bien. En cuanto a mí todo está en orden, y más porque acabo de terminar mi trimestre y tengo alrededor de un mes de vacaciones. Esperemos que no las desperdicie :c jaja

Quiero dar gracias (si les pudiera dar chocolates a todos, lo haría, en verdad) por todos los comentarios y votos que me regalan, así como mensajes bonitos que me dejan. Me hacen muy feliz <3

Otra cosa: No soy experta y nunca lo he intentado. Pero es una idea que se me ha metido a la cabeza últimamente; el llegar a publicar yo misma un libro en papel. Esto vino porque mi mamá, hace poco me lo dijo. Estoy viendo posibilidades, no es un hecho. Pero ayer vi que Nova Casa Editorial está aceptando recomendaciones de libros publicados en plataformas; no sé en qué se basen para la selección pero si quieren recomendarme (con UNCMP) u otra novela que les guste muchísimo y crean que merezca estar en papel, dejé el link del formulario en un mensaje en mi perfil. 

He visto que esta Editorial ha publicado muchas novelas famosas de Wattpad y yo no me veo en una editorial super seria aceptándome, así que, ¿Por qué no? jaja

Con amor para todos, Jude 

Pd: Me siento muy cursi.

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