Capítulo dos | Apartment

—Es simple si te sabes el alfabeto, porque al parecer todas las personas que vienen a comprar lo olvidan porque nunca encuentran nada— Wesley hablaba y hablaba por los pasillos de la tienda. Claire le seguía tratando de grabarse todas las palabras que decía pero desde hace minutos que había dejado de escuchar y solo se limitaba a asentir cuando él le miraba por una aprobación—. Sé que llegará el día en el que los streams dejen a todo esto como artículos obsoletos pero eso hará que su valor suba —se detuvo frente al estante de vinilos. Claire topó con su espalda debido a su distracción—. ¿Estás escuchando?

—Si, claro —dijo casi en suspiro y talló su ojo derecho al mismo tiempo que bostezaba.

—¿Estás bien?

—Si, estoy bien— abrió sus ojos en grande— es solo que dormí hasta tarde por estudiar, pero todo bien—sonrió.

—Te ves adorable—habló con tono de burla tomando de su mejilla y apretándola fuertemente causando su enojo. Claire le golpeó la mano y él rió—. Debes tener una sonrisa todo el tiempo si quieres trabajar aquí—le informó casi con seriedad.

—¿Sonrisa? ¿Tú? ¡Ja!

—Cuando inicié la tenía—se señaló el rostro—. Ahora, si quieres quedarte—le tomó de los hombros y le miró a los ojos directamente—: tienes que poner de tu parte y mentalizar que, no importa lo que un cliente haga o diga, no puedes darle un puñetazo en la cara.

—Tengo miedo—frunció el ceño.

—Estarás bien—le revolvió el cabello—. Solo toma mucho café y un poco de jarabe para la tos no vendría mal.

Claire resopló.

—Eres increíble—pronunció un tanto molesta.

—¿Qué? Eso lo sé pero tu tono me hace dudar.

—Bueno, parece no importarte mucho que trabaje aquí cuando ya sabes quien también lo hace— dijo entre dientes.

—Tú me lo pediste y yo lo hice, te conseguí la entrevista—se encogió de hombros—, supuse que no te importaría.

—Quiero creer que no, pero—hizo una mueca—, no estoy tan segura.

—Oh, por favor, sabes que nunca hubo nada en serio.

—Si, pero por alguna razón no puedo dejar de imaginarlo— arrugó su nariz.

—¿Eres celosa?

—No, pero presiento que Camille si—arqueó las cejas—. Me da un poco de miedo—susurró—. Además, prácticamente los dejamos a ella y a su hermano...

—No va a hacerte nada—rió—, en público—continuó.

Claire insistió con la mirada y Wesley borró la sonrisa de su rostro.

—Bien, no te apartes de mí—tomó la mano de la chica y la llevó con él hasta el mostrador.

—Wes, estuve pensando sobre lo que pasa con Fred y Sue—cambió de charla. El castaño gruñó con fastidio—. Creo que Fred puede quedarse con el bebé si Sue no lo quiere, es su derecho, ¿no? —se recargó en el mostrador mirando a su novio con atención cuando soltaron sus manos.

—¿Qué te dije sobre pensar mucho sobre esto? —le cuestionó con aburrimiento.

—Que no lo hiciera pero creí que desde mi primer "está bien" sabrías que no te iba a hacer caso. Ahora—cambió de nuevo la conversación—. Ya han pasado dos semanas: pueden no obligarse a estar juntos y Fred puede ser padre soltero, ¿qué hay de malo en eso?

—Cariño— tocó el puente de su nariz—. Todos quienes los conocemos sabemos que no puede ser padre soltero porque no cumple con los requerimientos por el estado; si, podría quedárselo y Sue acepta, lo cual dudo—le miró con seriedad—. Pero corre el riesgo de que no cumpla su papel correctamente y el estado se lo quite.

—Para antes de que me des una cátedra— se retiró del mostrador —. Pero realmente confío en él, quiero hacerlo y no te haría mal hacerlo también.

—Confío en él—remarcó casi al instante—. ¿Por qué crees que no intento meterme si no me lo pide?

—Oye, Wesley— un chico robusto se asomó por la puerta que llevaba a la bodega—. Te necesito en algo acá—Jeremy señaló adentro.

Wes golpeó con el bolígrafo el teclado de la computadora un par de veces pero con cierto ritmo mientras asentía, miró a Claire encogiéndose de hombros y marchándose donde el chico.

Claire se apresuró a ponerse donde él estaba y miró la tienda detenidamente. Era su primer trabajo de verdad y todo ahí ahora parecía más grande de lo normal; se sentía nerviosa por llegar a hacer algo mal en su primer día y decepcionar a Wesley no era algo que quería. Le aterraba sentir todo eso cuando apenas si habían pasado diez minutos desde que el castaño cambió el letrero de "Cerrado" a "Abierto" y no quería imaginarse como se pondría cuando alguien entrara a comprar.

Quiso cantar la canción de fondo que Wes había colocado antes de irse pero solo si la había escuchado un par de veces en toda su vida y falló. Pero detuvo su intento en cuanto vio a Camille acercarse a la puerta principal con mucha naturalidad mientras giraba su llavero en la mano derecha.

—Oh-oh—Claire miró a sus lados buscando un lugar hacia donde huir pero sus pies no se movieron de lugar.

—¡Claire! —dijo con un tono de gracia en cuanto llegó al mostrador, dejó caer sus bolso ahí junto con su camisa de trabajo—. ¿Qué haces aquí? —sonrió en grande.

—¿Qué hago aquí? —se cuestionó nerviosa alejándose un poco de ahí sin quitar sus manos del cristal—. Desde hoy trabajo aquí— aclaró no tan segura del poco conocimiento de la chica.

Camille frunció el ceño y se fijó en el logo de la tienda que Claire tenía a un costado de su pecho; ella rió.

—¿Qué? —se cruzó de brazos—. ¿Wesley se va y tú llegas? ¿Por qué no sabía esto?

—Estabas aquí cuando hice me entrevista.

—Suelo ignorar todo aquí; todo lo que no sea Wesley, Blur y yo.

—¿Por qué a Wesley?

—Hay cosas que tus jóvenes oídos no deben escuchar—dijo entre risas tomando sus cosas nuevamente y rodeó el mostrador para poder ir donde los demás estaban—. Pero sé que pasaremos tiempo juntas y terminaré contándote todo—se encogió de hombros—. Voy a cambiarme, regreso en cinco.

—Hey, Camille—Wesley apareció por la puerta topándose con ella. La chica de cabello oscuro sonrió con picardía como siempre mientras él solo miró a Claire nervioso—. Llegas tarde—le dijo para variar. La rubia simplemente enarcó una ceja esperando por algo más.

—Si no fuese porque tenía hambre no me hubiese levantado de la cama— exclamó nefasta—. ¿Cuándo te vas?

—En tres semanas, mi renuncia es definitiva— se recargó en el marco de la puerta al no encontrar salida y se comenzó a jugar con un adorno que colgaba en la parte de arriba de este—. Comenzaré mis pasantías y... ¡Claire! ¿Qué quieres de almorzar?

—Te voy a extrañar mucho— lo rodeó de la cintura como una niña apretándolo casi hasta sacarle el aire. Wesley solo se limitó a sobar su espalda mientras miraba como Claire intentaba no reírse de la escena—. Si sabes a lo que me refiero—se burló después al soltarlo—. En fin, ahora regreso— les dijo a ambos. Wes se hizo a un lado y ella pasó alejándose hasta entrar al baño.

—No se lo has mencionado, ¿no es así? —Claire le susurró.

—No tiene ni la menor idea—hizo una mueca.

—Oh...—frunció sus labios—. Creo que me será difícil ignorar la situación... La besé a ella una vez y salí con su hermano... Y tú y ella...—intentó decir—. ¿Por qué no podemos relacionarnos con personas normales?

—Quizá sería más aburrido.

—Si, tal vez Camille sea la madrina de nuestros hijos—soltó con un tono emocionado lleno de sarcasmo.

—No, ella es alérgica a los gatos.


********


—Yo no digo que me moleste, es solo que no va a dejar de ser incómodo aun cuando tu ya no trabajes ahí, Wes.

—¿Si te has dado cuenta de que ni siquiera estoy discutiendo esto? —murmuró a su lado mientras leía los sobres que estaban en su buzón de correo. Escuchó el suspiro lleno de fastidio de Claire quien no había dejado de meter el tema de Camille desde que bajaron del auto hasta que llegaron a su piso.

Wes resguardó los sobres bajo su brazo y se apresuró a abrir la puerta antes que ella como si intentara huir.

—Si, pero...— se detuvo en cuanto el chico entró y después de verlo alejarse se encontró con una cabellera rubia que caminaba de un lado a otro por la pequeña estancia.

—¿Qué te sucede? —Wesley fue quien preguntó dejando el correo sobre la mesa. Claire entró por completo y cerró la puerta detrás de ella.

—Creo que tuvo una epifanía—escucharon desde la cocina el aviso del microondas; Oliver sacaba el burrito que había guardado hace dos días en el refrigerador.

—¿Lo cuidaste de que no hiciera alguna tontería? —Claire le cuestionó y Oliver asintió al salir de ahí con su alimento en mano dispuesto a darle una mordida.

—Hice algo—escucharon a Fred hablar por primera vez desde hace días; por primera vez como si tuviese ganas de hacerlo y con un ánimo probablemente mayor. Se detuvo tratando de mentalizar algo y dio vueltas sobre sí mismo aun pensando—. Ya—dijo después y fue hasta el sofá donde dormía metiendo la mano por debajo de éste; sacó uno de sus cuadernos de dibujo—. He estado pensado muchas cosas y mientras pienso en todo lo que quiero, poco a poco deja de enfocarse en mí—le entregó el cuaderno a Claire. La rubia lo miró con duda y lentamente fue donde los otros dos mientas lo hojeaba.

—¿Y eso es malo? —preguntó Wesley desde la cocina buscando en el refrigerador un poco de leche.

—No lo sé, ¿no? —frunció el ceño.

Claire se sentó en el comedor queriendo encontrar qué era lo que el rubio quería que notara entre todos sus dibujos. Oliver frunció el ceño tratando de observar desde su lugar.

—Creo que llegué a una conclusión.

—¿Ah si? —Wes salió de ahí con un tazón de cereal en su mano y se sentó al lado de Claire queriendo espiar donde ella.

—Y te la pasaste todos estos días haciendo esto...—Oliver mordió el burrito—. Ah... ah...— abrió la boca rápidamente quejándose por lo caliente que estaba eso mientras se echaba aire con la mano.

—Yo creo que es algo muy lindo—Claire miró a Fred sintiendo que entendía un poco—, un poco raro—se encogió de hombros—, pero tierno— colocó sus manos sobre el cuaderno y suspiró posando sus ojos azules en los verdes de Fred quien se acercaba a ellos—. ¿Y qué piensas hacer con esto? —le cuestionó.

—Hay algo que todavía no comprendo del todo—habló Wesley tras meterse una cucharada de cereal—. Hace casi dos meses que no tienes habitación y Sue trabaja casi todo el día, ¿cómo? —frunció el ceño.

—Te sorprendería saber el tiempo que tu habitación está sola por las tardes—respondió su mejor amigo.

—Bien, hora de lavar las sábanas por si acaso— dejó caer la cuchara en el tazón y se dejó caer en el respaldo de la silla.

—No es algo que piense hacer, es algo que voy a hacer—le dijo a Claire retomando su pregunta—. Sue decidió que dará al bebé en adopción—les informó. Oliver le dio otra mordida a su burrito, Wes simplemente se cruzó de brazos y Claire abrió su boca como si no lo creyera—. Está bien si ella no se siente lo suficientemente bien para cuidarlo pero la convenceré de que yo si lo quiero.

—¿Con dibujos? —Wes arrugó su nariz.

—Es solo un borrador— se acercó donde Claire y se sentó al lado de la rubia, tomó el cuaderno y hojeó para mostrarle a su mejor amigo—: Ella es Eleanor— señaló el boceto de una niña en blanco y negro, con cabello largo y anteojos—, y ellos—buscó entre las páginas—. Son Vincent y Ferdinand —golpeó con su dedo índice a dos niños más pequeños que parecían saltar en la cama.

—¿Eleanor? —Wesley enarcó una ceja mirándolo fijamente. Fred frunció sus labios y asintió—. ¿Eleanor Rigby?

—Y por Vincent Van Gogh y Ferdinand de Saussure—confesó después.

—Okay, creo que entendí—Oliver levantó la voz y con algo de risa continuó—: ¿Es como serían sus hijos o algo así?

—Mmh...—Claire cerró un ojo dudando aun con su atención en los dibujos—. Admito que la niña tiene los ojotes de Sue y el pequeñín su nariz de semilla de ajonjolí—señaló a quién era Ferdinand.

—Bien, ¿quieres que cambie de opinión mostrándole un cuento? —Wes inquirió aun sin creerlo—. Espera—cerró sus ojos y colocó sus dedos índices en sus sienes—, busco algo que pueda salir mal.

—Wes...—dijo Claire de mala gana y éste suspiró—. Entiendo lo que quieres hacer, y yo creo que estás en tu derecho de decidir sobre su futuro...—comenzó a decir.

—¿Cuándo se lo vas a mostrar? —interrumpió Oliver con aburrimiento.

—No lo sé, tal vez le de un poco de espacio, ya sabes—se encogió de hombros—. Esperaré un par de días— tomó el cuaderno para cerrarlo apartándolo de la vista de la pareja que estaba en la mesa.

—Su fiesta de cumpleaños será este fin de semana—recordó el chico al darle otra mordida al burrito.

—No sé si sería bueno ir...—comentó Claire.

—¿Por qué no? Nosotros no la embarazamos, solo fue él.

Wesley fue el único que rió, negó con su cabeza tratando de ocultarlo.

Los tres vieron cómo el rubio se alejaba de ellos; Fred dejó caer el cuaderno en la mesa de café y se recostó en el sofá soltando un enorme suspiro lleno de cansancio. Oliver les miró con un poco de duda pero al pasar un par de segundos decidió retirarse a la habitación que le ganó en la apuesta.

No pasaron ni tres segundos cuando el mismo chico salió con el burrito en su boca y su guitarra dentro de su estuche en su mano derecha.

  —¿A dónde vas?— preguntó la chica. 

Sacó el burrio de su boca—: Tengo ensayo a las siete—habló apresurado con la boca llena corriendo hacia la puerta.

— Son las siete y media.

— No me digas— azotó la puerta detrás de él.

—Adiós— dijo Wes sin mucha atención poniéndose de pie para ir a la cocina por algo de agua; Claire le siguió sin poder creer que actuara de tal manera.

—Alguien necesita una persona para hablar— murmuró con cierta indirecta. Wesley asintió sin preocupación—. Quizá debería hablar con su papá—dijo después y el castaño asintió nuevamente bebiendo de una botella que había dejado en la mañana a un lado del microondas—. Wesley—le golpeó levemente en el brazo.

—¿Qué? —frunció el ceño con bastante enojo—. Yo no soy su papá—se defendió.

—Casi.

—No quiero, no sé de estas cosas.

— Bien— apretó sus labios—. Esta noche pensaba hacer algo allá dentro pero creo que cambié de opinión, probablemente cierre la puerta con llave y nadie podrá entrar a la mitad de la noche.

—¿Te das cuenta que cuando chantajeas con eso es como si fueses una prostituta porque estás pidiendo algo a cambio? Mi pago es que haga lo que tú quieres.

—No cuenta si es con mi novio.

—Claro que si, incluso cuenta cuando está casado, el típico cuento ese de antaño: Quieres que él haga o te de algo, y le mencionas el sexo que no te importa tener; él cumple, tú cumples y todos felices. No hay amor ahí.

 Claire ahogó una risa.

—Tú no me puedes hablar de sexo con amor— dijo obvia—. Además, es un instinto de supervivencia, tu lo dices siempre.

— Si... Además se incluye el hecho de que, como queremos evolucionar, buscamos la procreación con alguien que nos ayude a mejorar la raza humana, por instinto. Pero en estos tiempos solo nos fijamos en hacer humanos lindos... Cuando tienes relaciones con alguien indirectamente estás diciendo que quieres sus genes en tus hijos aunque ni siquiera estés pensando en tenerlos. 

—Ajá...— entrecerró los ojos—. Tienes ojos lindos, ahora,  ve a hablar con Fred antes de arrancártelos por llamarme prostituta.

—No fue un insulto— enarcó una ceja.

— ¿Por favor?— dejó caer sus brazos ya harta. 

Wesley intentó hacer un duelo de miradas pero Claire ni lo intentó cuando él ya estaba de pie para ir con su amigo. Casi como un imán gracias a todos esos años de amistad que podrían presumir. Resopló molesto por ello y dejó la botella donde estaba mientras la chica sonreía victoriosa.

Caminó lentamente hacia Fred y respiró hondo.

—Okay, okay, okay— talló su rostro y se sentó en la mesa de café buscando palabras que le ayudaran a no sonar como un padre regañando a su hijo—: Fred—habló en alto llamando su atención; el rubio le miró con pereza—, tienes veinte años, eres joven todavía pero confío en que tu nivel de madurez está en su punto más sensato— dijo para comenzar. El chico frunció el ceño y poco a poco se sentó en el sofá dispuesto a escuchar—. No lo sé que fue; si irresponsabilidad o un accidente del cual podamos culpar a la estadísticas pero lo hecho, hecho está. Si tú sientes que puedes tomar las riendas de tu vida y de alguien más, está bien, adelante—se encogió de hombros—, te apoyo en eso. Quiero que entiendas que no es algo que se toma a la ligera ni de lo que te puedas aburrir y dejarlo después. Ya no es tanto sobre Sue y tú, creo que tendrán que dejar de actuar como dos adolescentes orgullosos y enfrentar esto aunque sea lo único que los una ahora—relamió sus labios pensando y suspiró—. Tienes que llegar con ella, decirle lo que quieres y lo que piensas hacer para lograrlo.

—Voy a ver a mamá—espetó dejando atrás todas las palabras que su mejor amigo había dicho—. Le pedí a papá que me ayudara a contactarla.

—¿Michelle? ¿Qué? —Wes se alejó un poco y su rostro se horrorizó casi al instante.

—Me desperté esta mañana, dispuesto a hablar con Sue, y cuando caminaba por la acera, frente a mí, vi como una mujer tomaba de la mano a su hijo de cinco años animándolo para apresurarse porque llegaba a tarde a clases... y luego me caí, por culpa de un hidrante. Y mientras estaba en el suelo, pensé: ¿Qué es lo que Michelle me hizo?

—Te heredó la miopía.

Fred rió sin muchas ganas dándole la razón.

—Hablando en serio... tú nunca la necesitaste— Wesley le recordó.

—Hubo un momento en el que sí—se encogió de hombros—. Primero me quería y de repente ya no, ¿por qué no?


Apartment - Young the giant



(N/A): HOLAAAAAAA

La universidad me tiene atrapada :( Disculpen la tardanza, en verdad lo lamento. 

Esta novela entró en el ranking de Novela Juvenil pero tal vez salga cuando suba este capítulo jaja.

¿Qué me cuentan?

¡Gracias por leer!

-Jude

Pd; Disculpen si hay errores, no veo bien y perdí mis anteojos desde *coff* hace *coff* seis meses *coff coff*

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