I

5 de mayo de 2018

Querida Elizabeth,

Primero que nada quiero pedirte disculpas por no haberte escrito en todo este tiempo. Ya pasaron casi cinco meses desde que te fuiste y espero que ese tiempo no fuera el suficiente como para que te olvidaras de mí.

Hoy estuvo horrible el clima, se podría decir que es lo único positivo que le veo a que ya no estés aquí. ¿Cómo es por allá? ¿Ya me extrañas? Perdón por ser tan mala escribiendo cartas, la verdad es que no sé muy bien qué contarte, digo, no sé qué cuentan las personas cuando escriben cartas.

Es chistoso, se supone que en primaria te enseñan sobre estas cosas, la estructura de una carta y todo eso. Con suerte recuerdo que se ponía la fecha, un saludo y supongo que tendré que despedirme al final. Todo es más fácil hoy en día, ya hasta siento pena por el dolor de cabeza que se daban gratuitamente nuestros abuelos con estas redes sociales del paleolítico.

Tanto que escribo e irónicamente no he dicho nada. ¿Sabes? Esta ya es la quinta carta que intento escribirte y ya estoy tan cansada de darle tantas vueltas e intentar ser perfeccionista que esta será si o si la versión final sin importar lo que salga de aquí. Quizás a ti se te de mejor escribir que a mi. ¿No sientes que es más bonito escribir por este medio que por mensaje de texto? Sé que me quejé antes, pero por alguna extraña razón lo encuentro más significativo, puede que sea porque te estoy escribiendo a ti o quizás porque es la primera vez que le escribo una carta a alguien que está tan lejos de mi.

Espero que me estés extrañando porque yo te extraño demasiado. Dime, ¿cómo son las cosas por allá? ¿Es lindo donde vives? ¿Qué se come allá?

Con amor (hay un borrón en esta parte) Con cariño,

Melani

P.D.: Siempre quise agregar una postdata, así que ignora esto.

P.D.: Ignora esto también.

P.D.: Esta otra igual, ya me emocioné.

P.D.: ¿Es legal lo que estoy haciendo? Me gustaría que me dijeras si es que estoy haciendo algo incorrecto en este mundo de las cartas, sé que a ti se te da mejor escribir que a mi.

6 de mayo del 2018

Querida Elizabeth,

Sé que siempre ves el lado malo de las cosas, recuerdo muy bien que eras de las personas que veían el vaso medio vacío en vez de lleno, justamente yo era la persona que lo veía lleno. Supongo que por eso nuestra amistad se hizo tan fuerte, se podría decir que era tu complemento. Que cursi. Espero que encuentres a ese complemento de nuevo, siempre hay alguien, así que es cuestión de tiempo encontrarlo.

Pero no te preocupes, quiero mantenerte al tanto de todo lo bonito que tiene la vida por este lado del mundo. Quiero ser esa persona que te muestre lo bonito que es la vida, no importa la distancia, que nos separe cielo, mar o tierra, yo seguiré desde mi escritorio dándote esas razones y palabras de aliento. Por algo me llamabas soñadora, pero ¿sabes?, aunque no lo creas siento que la palabra que encaja conmigo no es soñadora, quizás a lo que te referías era "positiva". Había otra mejor que la que acabo de escribir pero no la recuerdo en este momento.

Me imagino que aún debes de recordar a tus amigos que dejaste con sus corazones rotos luego de tu partida. Pues, hoy nos juntamos y por supuesto que en un punto saliste como tema en nuestra conversación. Todos aquí te recordamos con mucho cariño y esperamos con ansias ir a visitarte pronto. Al final de la carta está una de las fotos que tomamos hoy, debo decir que Dario es muy malo como fotógrafo. ¿Cómo es que ustedes dos llegaron a ser amigos? ¿Me podrías contar esa historia otra vez? Te juro que amaba escucharla, en especial cuando tú la contabas.

Con cariño,

Melani

P.D.: ¡La palabra era optimista! De seguro habrías sabido la palabra que buscaba, menos mal Google puede reemplazarte en ese aspecto.

P.D.: No creas que te estoy comprando con Google, por favor no me mal entiendas. Tú eres mucho mejor que Google.

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