Capítulo 7. Malas citas.

Las citas siempre han sido algo de lo que me he preocupado, la idea de tener expectativas altas sobre la cita y que esta resulte un desastre, es uno de mis grandes temores de la vida, y teniendo en cuenta mis experiencias pasadas, no puedo evitar imaginar que mi nueva cita puede acabar en desastre. Me doy una última mirada en el espejo, me aseguro de que mi lápiz labial no está corrido y salgo de la habitación a esperar a Jade, quien llega alrededor de cinco minutos más tarde.

—¿Lista para tu cita perfecta?

Habla con entusiasmo, le doy una de mis mejores sonrisas cuando me introduzco al auto.

—Estoy nerviosa —aclaro y me da una rápida mirada.

—Es normal Emilie, las citas nos ponen nerviosos a cualquiera —asegura, con una diminuta sonrisa en mi dirección—. Estoy segura de que Carson es encantador.

No puedo evitar sonreír al escuchar su nombre y rezo en mis adentros para que la cita realmente sea perfecta. Jade me da una última sonrisa y echa a andar el auto en dirección al cine, donde los chicos están esperándonos.

Si hay algo de lo que no entiendo, es por qué a los chicos les gusta invitar a las chicas a ver películas de terror, sí, probablemente consideran que es genial sentarte al lado de la chica y esperar a que se asuste en alguna escena para luego colocar su brazo alrededor de sus hombros protectoramente y atraerla a ella para consolarla, pero siendo sincera, lo encuentro ridículo, además que las películas de terror no me gustan para nada, sin embargo, Ryan y Carson ya han escogido la película para el momento en que nosotras llegamos.

—¿Te gustan las palomitas acarameladas o solo las de mantequilla?

Me pregunta Carson mientras hacemos fila para comprar las palomitas, le doy una rápida mirada y luego al menú frente a nosotros que muestra la gran variedad de productos que vende el cine, definitivamente me gustan ambas.

—Ambas suenan bien.

Me encojo de hombros, tímida, y segundos después me arrepiento de mi comentario, quizás creerá que soy una de esas chicas que traga demasiado en el cine.

—Entonces ambas serán.

Sonríe, suelto un pequeñito suspiro en agradecimiento. Ryan y Jade se encuentran formados detrás de nosotros, pero es imposible no escuchar su conversación, ambos hablan sobre deportes animadamente mientras que Carson y yo nos mantenemos en un largo silencio.

No soy la clase de chica tímida, o al menos lo soy cuando estoy frente a alguien que no conozco muy bien, considero que todos somos así cuando recién tratamos a alguien, sin embargo, estar frente a Carson me hace sentir tímida e insegura, quiero agradarle y causar una buena impresión, más no sé cómo iniciar una conversación con exactitud.

Si bien, Carson siempre parece ser la clase de chico divertido con el que puedes pasar horas y horas conversando y riendo, porque siempre que tengo oportunidad de verlo en los pasillos de la escuela, parece estar riendo, pero esta noche, tiene una actitud seria, como si estuviera molesto y ni siquiera intenta hacer una conversación conmigo, luce como si solo está aquí por obligación y no por gusto.

—¿Te gustan las películas de terror?

Pregunto nerviosa, mi pregunta logra llamar toda su atención, parece analizarme por unos segundos y después se lleva las manos a los bolsillos de su pantalón de una manera despreocupada.

—Me encantan —confesa—. Soy un gran fan de ellas.

Frunzo los labios en una mueca mientras asiento, su mirada aún sigue fija en mí y lo escucho soltar una risita mientras niega.

—Las detestas, ¿verdad?

Asiento tímidamente, él ríe amargamente.

—¿Se nota mucho?

Pregunto, se encoge de hombros como respuesta.

—Bueno, la mirada de desaprobación en tu cara lo confirma todo.

Río nerviosa.

Conforme pasan los minutos, no veo la hora en que la fila avance y entremos directo a la sala, sé que allí dentro no habrá necesidad de entablar una conversación, solo llegaremos a nuestros asientos y contemplaremos la película.

Sin embargo, las cosas no siempre pasan como deseo, Carson ha acaparado las palomitas para él solo que me es casi imposible comerlas, no es que no me guste compartir palomitas, o que sea la clase de persona posesiva que le gusta tenerlas consigo y que los demás le pidan permiso a cada segundo para agarrar, pero me gusta sentirme cómoda al momento de comer en el cine, estirar mi mano para tomar palomitas como si nada, sin necesidad de sentir que estoy robándole por no haber pagado, con Carson, es lo contrario, comer palomitas me resulta incómodo.

No veo la hora de que se acabe la película, con cada escena que pasa me es inevitable no estremecerme y sentir la necesidad de ocultarme detrás de una mantita, quizás estoy exagerando, las películas de terror definitivamente no me gustan y me hacen entrar en una pequeña paranoia. Le doy una rápida mirada a Carson quien luce bastante entretenido por la película, una sonrisa adorna sus labios, y eso me confirma que es un amante de las películas de terror. Intento soportar la película por un rato más, pero después de dar un pequeño salto en el asiento, opto por salirme de la película e ir al baño.

A pesar de que sé que estoy dentro de la sala del cine y que nada de lo que está pasando en la película ocurrirá mientras camino en dirección fuera de la sala, no puedo evitar pensar en que puedo ser atacada en el transcurso de mi salida, que tengo que dar un par de miraditas rápidas a mis espaldas, cuando veo la tenue luz de la puerta de salida, corro.

Cuando entro al baño lo primero que hago es ir directo al lavado para echarme un poco de agua fresca a la cara y me tomo todo el tiempo que considero necesario para tranquilizarme, según la hora en mi teléfono, solo han pasado veinte minutos desde que la película inicio, soy toda una cobarde, no puedo regresar a la sala, no soportaré ver toda la película, así que me tomo todo el tiempo que considero necesario, antes de volver.

—¿Estás bien? —pregunta Carson en el momento en que me ve—. Tardaste demasiado.

Asiento tímidamente y me da una pequeña sonrisa, por un momento creo que volverá a concentrarse en la película, pero me sorprendo cuando Carson coloca uno de sus brazos sobre mis hombros, aquel gesto logra erizar los bellos de mi piel, no estoy acostumbrada al contacto físico, por lo tanto, me resulta incómodo. Me digo a mí misma que es algo normal, que no tengo por qué preocuparme, e intento relajarme, aunque esto último me es imposible, cuando siento que la mano de Carson acaricia mi espalda con delicadeza, mi cuerpo se congela por la manera en que lo hace y me remuevo sobre mi asiento, incómoda, aquello le da oportunidad a Carson de bajar su mano un poco más de lo normal, y siento cómo intenta meterla en el bolsillo de mi pantalón, me levanto de golpe.

—¡Oye! —grito, me da una de sus mejores sonrisas. Genial, el chico solo quería tocarme.

Sin pensarlo, nuevamente salgo de la sala y esta ocasión me siento en una de las banquitas de afuera. No voy a entrar a la sala, si ha intentado propasarse una vez, quien me asegura que no lo hará una segunda, no estoy dispuesta a tomar el riesgo.

—¿Vienes al cine sola?

La voz de Oliver es inconfundible a mi lado, levanto mi mirada en su dirección. Oliver se encuentra de pie con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón y una pequeña sonrisa.

—Estoy con amigos —contesto y asiente en acuerdo. Hay un largo silencio entre nosotros—. ¿Qué hay de ti?

Suelta un pequeño suspiro.

—Vine con Jacob y su novia.

Una mueca se dibuja en él.

—¿Mal tercio?

Pregunto enarcando una ceja y se encoge de hombros.

—No me quedo de otra —vuelve a suspirar, hace una seña para que me haga a un lado y sentarse—. ¿Dónde están tus amigos?

En cualquier otra ocasión, omitiría el hecho de que fui una cobarde y me salí de la sala, pero sé que Oliver tarde o temprano lo descubrirá.

—Películas de terror —inquiero con una gran mueca en la boca—. Las detesto.

—¿Están viendo la monja?

Pregunta y asiento, lo escucho chasquear la lengua.

—No regresaré a la sala —murmuro. Oliver me analiza por unos largos segundos—. Además, que Carson intentó tocarme.

Mis últimas palabras salen afiladas de mi boca.

—¿Estás con él en el cine? —Noto como su mandíbula se contrae. Frunzo los labios mientras asiento—. Te dije que ninguno de los chicos en tu lista son lo que tú crees, por supuesto, no quisiste creerme.

Ruedo los ojos recordando sus palabras.

—En mi defensa, no lo sabía.

Es una excusa tonta a pesar de que él me lo había comentado.

—O más bien, no quisiste escucharme, de todos los chicos en tu lista, Carson es el más cretino.

—Gracias por la advertencia, me acabo de dar cuenta.

No puedo evitar sentirme una tonta al escribir una lista sobre chicos.

—Bien, ¿quieres entrar a una película? —pregunta después de un largo silencio—. Prometo que no será una de terror.

Honestamente, mis ánimos de permanecer en el cine se han desmoronado, el hecho de que Carson intentara propasarse en la película me ha dejado en un estado de confusión y un mal sabor de boca, tenía una perspectiva sobre él, nunca imaginé que es la clase de chico que intenta tocar a una chica cada vez que se le presta la oportunidad, lucía un chico decente y educado.

Analizo mis opciones, puedo rechazar la invitación de Oliver y quedarme en el banquito esperando a que Jade, y los chicos salgan de la película, donde nuevamente tendré que ver a Carson e inevitablemente me sentiré incómoda a su lado, o puedo aceptar la oferta del chico a mi lado, mandarle un texto a mi amiga para decirle que estoy bien y entraré a otra película, una que quizás me gustará.

—¿Pagarás las entradas y las palomitas?

Una enorme sonrisa se forma en sus labios.

—¿Qué clase de caballero sería si no?

Agrega. Y tan solo eso, basta para que mi ánimo vuelva a levantarse un poquito.

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