Capítulo 09
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009
• El bolso sin final •
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— Falkner, tenemos que hacer algo— La oficina se siente tan pequeña, tan angosta. No puedo respirar aquí.
— No podemos causar problemas solo por una conversación sacada de contexto, Ruby— Su voz se escucha lejana, ajena a lo que debería ser correcto. Es como un ruído que busca desviarme de lo que importa.
— Yo sé lo que escuché, y aunque sea uno de los dos debe tener el sentido común.
¿Cómo me veré en estos momentos? Si con mi sola expresión mantengo espantado a aquel peliazul que solo busca mantener esta falsa paz. Una que nos puede costar muy caro.
— Ruby, por favor, no quiero pelear contigo.
— ¡Tú no quieres pelear con nadie! Pero, Aagg. No puedo seguir acá.
En dos días se tienen que entregar los modelos para que pasen a la etapa de producción. Si nos retrasamos más de ello, fallaremos.
Pero, ¿cómo terminar ante esta incertidumbre y peligro?
Mi mente se mantiene en blanco, o mejor dicho en una revolución de ideas. Chocando todas entre sí sin poder desarrollarse concretamente.
Estrujo con fuerza el lapiz en mis manos, como si eso fuera a darme una solución. Y mantengo la mirada perdida en él. Pero, es en este pequeño recuadro de oficina dentro de mi hogar que me siento mucho menos asfixiado que allá. Al menos, para recomponerme hasta tener algún plan de acción.
Si tan solo Falkner estuviera más dispuesto a tomar alguna acción, podríamos terminar todo acá. O mejor aún, podríamos desenmascarar a Valerie. Sin embargo, esta no es una serie de televisión donde ambos amantes se unirán para vencer al enemigo en común. En este mundo tengo que estancarme con alguien que ni siquiera puede molestarse...
¿Qué hago repitiendo mis mismos pasos?
Una risa exasperada e incrédula sale de mis labios gracias a la realización. Si aquí está pasando lo mismo...
Perdón, Wally.
Veo la foto enmarcada de aquel joven que tanto quise. La tomé entre mis manos, como si eso me permitiera traerte de vuelta. Aunque sea por unos segundos, para decirte cuánto lo siento.
Que fue mi culpa, que si yo no hubiera estado en tu vida... Tú no te habrías suicidado.
Wally llegó al orfanato con catorce años, no habían precedentes de un chico aceptado luego de que ya se cerrara la generación, normalmente porque así la familia formada por grupo no se perjudicaba. Pero Oak parecía sentir que con él podría tener un mayor cuidado que en otro orfanato.
Y Wally siempre fue un niño muy dulce, desde el primer día todo el mundo se llevó bien con él.
Nunca supimos cuál fue la razón de que quedara huérfano a tal edad, y si bien lo podíamos intuir... Ni siquiera a mí me lo confió.
Mi mayor compañía siempre fue Sapphire, pero llegó él y cambió mi mundo.
Todo a su lado se sentía más dulce, más fácil, mejor. Wally me escuchaba y me aconsejaba, me hacía reir y emocionar, hacía que mi corazón latiese como si no hubiera un mañana.
Y cuando tuvimos dieciséis, Sapphire se me confesó.
Era mi amiga de toda la vida, y a mi se suponía que me debían gustar las niñas, ¿verdad? Así que, dije que sí.
Pero a mi no me gustaba ella. Y lo supe desde nuestra primera cita, desde que nos tomamos las manos, desde el primer beso, desde las primeras caricias. No me gustaba.
Sin embargo, no podía sacar esas palabras, estaban entrampadas en lo más profundo de mi garganta. Yo solo huí de todos esos sentimientos encontrados y tan amargos, y me refugié en mi espacio dulce, Wally. Él sí me gustaba, y mucho.
Así que con él olvidé todas esas caricias amargas, y lo reemplacé por sus besos y roces burbujeantes. Yo solo le pedía, y él me decía que "sí". Y nadie lo sabía.
Y yo no sabía que eso le estaba haciendo tanto mal. Nunca pude verlo... Como la culpa lo empezó a deteriorar poco a poco. Porque siempre decía que sí.
Nunca pude ver como yo saboteaba mi relación con Sapphire, como me autosaboteaba.
Wally sí lo podía ver, pero nunca dijo nada. Nunca me discutió, nunca me dijo "no".
Viendo atrás, era obvio que no iba a poder durar toda esa farsa para siempre. Así que, ni entiendo porqué mi yo de 17 años se sorprendió tanto cuando al fin llegó el día que Sapphire nos descubrió.
Desde ese día yo debí haber pagado las consecuencias de mis malas acciones, debí haber perdido mi amistad con Sapphire, terminado con cualquier oportunidad de tener una relación sana con Wally... Pero él, cargó con todas las culpas por su cuenta.
Y como asumiendo todo el peso de mis errores, se fue.
El día que Sapphire nos encontró yo huí, me fuí del orfanato y estuve en mi casa todo el día. Falté a clases, evité las llamadas, dormí y evité mis problemas como si eso fuera a solucionarlo todo.
Cuando pretendí esa mañana siguiente, ver a Wally y buscar una respuesta...
Ese día dejé de encontrarlo.
¿Qué hago huyendo a este pequeño cubículo? Dejando todas mis decisiones a alguien que solo no quiere conflictos, y yo pretendiendo echarle la culpa. Como si yo no pudiera tomar decisión alguna por mi cuenta.
Nuevamente teniendo palabras y voz, pero evitando la acción.
Me levanté rápidamente, decidido a volver a la oficina.
¿Cuántas horas han pasado? ¿O ya es un día nuevo? No importa. Debe haber algo que pueda hacer.
Aunque sea para resguardar lo que ya tenemos. Al menos, el cuaderno de diseños se mantiene conmigo.
Tomé las llaves de mi casa y salí. Dejando atrás la indecisión.
Todo el camino en el taxi me la pasé intranquilo, jugando con mis dedos, reordenando mis ideas. Hasta que, a mi mente volvieron esos ojos dorados. Pienso en cómo Gold me hubiera sacado a rastras de mi hueco de autodesesperación y obligado a lidiar con algo, si es que él era el único que tenía la valentía suficiente para entrar a mi cuarto y hacerme recibir algo de aire fresco luego de lo de Wally. Incluso si luego yo lo odiaba por eso.
Ojalá pudiera tener esa misma ferocidad y decisión. Y no solo dejar que todo se escurra de mis manos.
Con eso en mente, llegué a la que ha sido mi oficina con Falkner en los últimos meses. Subí por el ascensor hasta llegar al piso de la oficina, y respiré hondo. Como dándome fuerzas.
No pensé que en realidad iba a perder el aliento...
¿Cuándo teníamos que entregar esta colección, mañana? ¿Y cómo se supone que lo haremos si todo está destrozado?
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