Capítulo 07

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007

• El secreto dentro del bolsillo •

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— Ruby, quisiera decirte algo— Falkner y yo estábamos en el estudio de la compañia, no era extraño que nos quedemos hasta altas horas de la noche trabajando.— Sé que nos conocemos de solo un par de meses... ¡Pero, han sido los mejores tres meses de mi vida! Lo que quiero decir es que...

Y no lo dejé continuar, simplemente... Lo besé.


— Eso significa... ¿Qué ya están saliendo o algo así?— Gold le dió un mordisco a su pizza mientras regresaba la vista al televisor.

— Creo que sí... Solo que, era de noche, no había nadie y las cosas se pusieron un tanto... Tú me entiendes— Narré un tanto avergonzado, no escucho respuesta ni reacción de Gold.— No hubo tiempo de aclarar las cosas.

— No es como si fueran colegiales que necesitan aclarar lo obvio— Respondió con cierto sarcasmo, ambos evitamos cruzar las miradas. 

— Supongo que tienes razón— Pasaron unos segundos en los que Gold parecía reflexionar sobre algo -no decía palabra alguna- y cuando pareció haber llegado a cierta conclusión, me miró.

— Oye... Ruby...— La seriedad con la que me habló me dejó un tanto confundido.

— ¿Si...?— Respondí, conteniendo el aliento.

— ¿Debería ponerme un polo? Digo, no creo que a tu ahora noviecito le haga gracia que te veas con un chico todos los sábados por la noche, y además esté semidesnudo. 

Me doy unos segundos para reparar en su posición. A pesar de toda la chatarra que come Gold, no puedo negar que tiene un cuerpo muy bien formado. Sin embargo, no habría forma que algo así pudiera pasar entre él y yo que pueda poner celoso a Falkner, nosotros solo somos buenos amigos. Liberé el aire contenido por la tensión y no puedo evitar reir.

— Ay Gold, no va a pasar eso— Dije entre risas.— Falkner no es del tipo celoso ni siquiera.

— Bueno, conste que yo te lo advertí— Despreocupadamente Gold volvió a disfrutar de la televisión y la pizza.— Cambiando de tema, antes de olvidarme, una colega de la guardería dijo que en el sitio donde trabajas... ¿Cómo es que se llama? ¿Tufurs a lo moe?

—Toujours à la mode— Le corregí.

—Eso mismo, ella escuchó unos rumores. Algo así como que entre socias la tensión solo crece más y más. Y cito "Los más avezados dicen que"— Dijo Gold haciendo el signo de comillas con sus manos.— Valerie busca eliminar a Fantina de la empresa.

— Eso es una locura— Me reí— Esas dos son uña y mugre. Son solo rumores tontos. Y menos la señora Valerie haría algo así, podrá ser medio rígida, pero no apuñalaría a su socia así. 

— Nunca sabes; igual, yo solo hablo por las malas lenguas. 

— Lo entiendo, gracias por preocuparte por mí— Le dediqué una sonrisa sincera, vaya suerte tengo de tenerlo como amigo. Veo a Gold sonrojarse ligeramente y desviar la mirada nervioso. 

— Bueno, iré a ponerme una camisa de todas formas. Acabo de sentir un frío— Dijo parándose.

Yo devuelvo la mirada al televisión, pero las palabras de Gold se quedan ligeramente impregnadas en mí.




Estamos ya a dos meses de la entrega de nuestra parte de la colección, y si bien la vida es bastante caótica por eso mismo, la verdad es que es un sueño hecho realidad. 

No pensé sinceramente que con tan solo unos meses en la compañía se me asignaría un trabajo tan importante, y que encontraría a alguien como Falkner como compañera. Realmente han sido muchos golpes de suerte. 

Estoy seguro que la colección será un hecho y podremos integrarnos en más proyectos junto a Fantina y Valerie, solo tenemos que terminar estos diseños antes de la fecha límite y asegurarnos que no hayan errores en la producción.

Con ello en mente entré a la desordenada oficina que Falkner y yo compartimos, es un poco temprano pero al menos así podré empezar an...tes.

Madame Valerie... Es un gusto encontrarla acá— Ahí se encontraba, con la mirada firme en el cuaderno de diseños para la colección. Al escucharme hablar, levantó la mirada con su suma calma y cambió su expresión a una que, sinceramente, escalofrió mi piel por medio de esa sonrisa.— ¿La puedo ayudar en algo? 

— Que bello día Ruby, me alegra poder encontrarme contigo— Dijo, volteando por completo su postura y dirigir su atención a mi presencia.— Salía de una reunión cercana y desée pasar para ver su gran progreso. 

— Espero estos avances sean de su agrado, si desea le puedo dar todos los detalles de lo avanzado hasta aho— Valerie levantó la mano en señal para que dejara de hablar. 

Y la verdad con ese gesto y mirada podría hasta hacerme parar la vida misma en este instante. 

— No te preocupes, Fantina está a cargo del progreso de ustedes— Respondió ella, con aquella misma tranquila sonrisa tan escalofriante— Lo dejo completamente en sus manos. Sé que lo llevará a los resultados esperados.

No supe que responderle, así que solo le sonreí incómodo y sostuve su mirada por unos eternos segundos ¿Acaso nunca me puedo librar de este tipo de tensiones? Yo solo no quiero confrontación alguna con la vida, nunca más. 

— Procederé a retirarme, un gusto haberte visto querido— Me despidió con un beso en la mejilla, y se retiró de la oficina, solo dejando al fantasma de su presencia.

Me acerqué al cuaderno que ella estuvo revisando y lo inspeccioné, no pude dejar de fruncir el ceño

Esto no es algo que pueda simplemente ignorar. A pesar del dolor sofocante que quiere aparecer en mi garganta, decido no dejar pasar este encuentro y quedarme con mi instinto. Las palabras de Gold de aquella noche regresan a mí.

¿Sigue siendo esta oportunidad un golpe de suerte?

— Ruby, hey— Regresádome a tierra, levanté la mirada sorprendido. Falkner me observaba desde la entrada de la oficina.— ¿Qué tal?

— Bien, creo... Me encontré con Valerie justo hace un momento— Le revelé.

— Sí, yo también la ví al momento de entrar. Parecía de buen humor, estaba muy sonriente.

— ¿No notaste algo extraño en ella?— Le cuestioné rápidamente, el me miró confundido, como esperando que me explaye.— Si Valer, digo... Si alguien quisiera perjudicar nuestra parte de la colección, ¿qué haríamos al respecto?

Falkner frunció el ceño ante mi supuesto, pero rápidamente regresa a su expresión calmada. Dedicándome una sonrisa tranquilizadora y acercándose a mí.

— No tienes que estar tan paranoíco, Ruby. No hay nadie que quiera hacer algo así— El colocó su mano suavemente en mi mejilla, pero la intranquilidad no deja mi pecho.

— Pero- 

— No busquemos conflictos, amor. Solo sigamos nuestro trabajo—Con ese apodo y un pequeño beso en los labios me desarma completamente.— No pasa nada.

Cerré los ojos un momento,  respiré profundamente y cuando volví a verlo él seguía dedicándome esa mirada dulce. Acallando las incógnitas incómodas de mi mente.

Supongo que realmente no vale tanto la pena... Tal vez solo estoy psicoseado por las palabras de Gold. 

— Bueno... Sigamos entonces.

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