Capítulo 30

Escuche mi teléfono vibrar dos veces durante la junta, el negocio de pozos petroleros era mi mayor inversión y requería toda mi concentración pero inevitablemente mire la pantalla, el remitente de los mensajes era Zein, eso me inquieto, él sabia perfectamente cuan importante era esto para mi, pero si insistía debía ser urgente.

—Señores, debo atender, mi secretaria continuará explicándoles.

No hizo falta mirar a Zenaida, sabía la que debía hacer, al salir abrí el primer mensaje ¿Pero que? ¿Que hacia Agatha medio desnuda frente Abraham? Aquello me encolerizó, pero el segundo mensaje con su adjunto y foto terminaron por llenarme de rabia ¡Malditos bastardos! Encima en mi techo, presione con fuerza el teléfono hasta que en un ataque de ira lo estrelle contra la pared.

—¿Señor? ¿Esta bien? ¿Necesita algo?— Zenaida salió a toda pastilla de la sala de reuniones, el ruido debió alertarla, estaba cegado por los celos y el enojo que en cuanto ella se acerco tome su rostro para besarla ardorosamente.

—Señor... Yo... Mohammed, no— se separo de mi dejándome con las manos temblorosas— le conozco y se que algo debió de ocurrirle, pero le aseguro que las acciones que tome ahorita le perseguirán siempre.

—Volvamos a la reunión, quiero volver a casa hoy mismo— tenía razón, sí alguien aquí había faltado al matrimonio no era yo, Agatha sería repudiada al volver.

Por fin terminamos los asuntos pendientes, innegablemente tenía a mi lado a una excelente secretaria, en cuanto subíamos al avión nadie dijo nada del beso, pero me alegraba lo hubiese parado, al llegar al aeropuerto se despidió tomando un taxi y yo otro; por fin frente a la puerta de mi casa mi estomago se revolvía, tras pagar y descender del vehículo me adentre a el jardín, pero el movimiento de personas me sorprendió un poco ¿Que ocurría?

Continúe hasta el interior de la casa encontrando a mi esposa y "mejor amigo" abrazados, me quede helado ante la escena.

—¡Mohammed! Amigo ¿Por que no me pediste fuera por ti?

—Querido, me alegra tanto que volvieras.

¿Amigo?¿Querido? Y una mierda, sínicos sinvergüenzas, deje caer la maleta en cuanto sentí la mano de Abraham en mi hombro, todo mi cuerpo se tenso y la mandíbula me dolía de apretar los dientes, pero sus palabras terminaron por encenderme.

—Te tenemos una sorpresa.

—Vaya, que gran sorpresa maldito hijo de perra— su rostro se descompuso, pero sin darle tiempo a replicar le he tirado un puñetazo.

—¡No! Mohammed ¿Que haces?— grito Agatha corriendo a auxiliar a su amante.

—¿Creyeron que sería fácil verme la cara? ¿Pensaron que fornicar en mi piscina era excitante? A que tiene un cuerpo de infarto ¿no? Pero no bastando, la humillación, se restriegan en mi casa, ante mi familia y empleados dejándome en ridículo— ambos me miraban con los ojos muy abiertos, hasta que Abraham me tomo por las solapas.

—No se donde sacaste eso, pero parece que no me conoces, que sea la última vez que me pones una mano encima, por que la próxima vez me olvidaré de nuestra amistad— de nueva cuenta mi esposa a intervenido defendiéndolo a él y no a mi.

—¡Basta! Abraham, debemos revisar ese golpe.

—¿Sabes Mohammed? No te mereces a tu esposa, ella no necesita a un viejo amargado a su lado, Agatha es vida y alegría, y contigo solo parece ser infeliz, si tu no la valoras, yo sí, me quedaré con ella.

—¿Que dices?— pregunto mi mujer ante las palabras escuchadas, estaba por lanzar otro golpe cuando khadija entro hecha un mar de lagrimas.

—Suegro, mi marido... Zein esta... Zein...

Fruncí el ceño alejándome de esos dos para ir donde mi nuera, no era una persona de interferir en asuntos, y mucho menos demostraba sus sentimientos en publico.

—¿Qué le ocurre a mi hijo?

—Esta en el hospital, llamaron para decir que esta gravemente herido, me dieron detalles.

Mi único hijo en un hospital mientras yo peleo con un par de traidores ¿Que tan mal padre soy? Sin mirar a nadie me apresure a subir a mi coche, pero Agatha venia detrás mío.

—Mohammed tenemos que hablar, por favor déjame acompañarte.

La mirada que le lance debió dejarle claro que lo que sé, acompañado de las palabras de Abraham eran suficientes para no querer saber de ella, metí reversa dejándola ahí, mientras me alejaba observe por el espejo como se refugiaba en los brazos del que una vez fue mi amigo, aquello me hizo dar un golpe al volante.

Cuando llegue al hospital fui directo a la sala de urgencias, ahí me llevé una sorpresa más, Zein estaba siendo intervenido para extraer un par de balas mientras la policía esperaba noticias, tenía que saber ¿Por qué estaban aquí? Y finalmente me han  aclarado que mi hijo fue baleado por alguna organización de droga mi vida término por ponerse patas arriba.

—Señor Alauî, según nuestra investigación, su hijo vendía droga en el mercado negro, no estamos seguros, pero un infiltrado mencionó que Zein Alauî había robado más de la cuenta al jefe de la organización, sin duda esto fue un ajuste de cuentas.

Vueltas, todo me daba vueltas, y al final no había nada sólo oscuridad.

SantVict.

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