Capítulo 12
No fue difícil encontrar algún club de sexo donde descargue mis ganas, las cosas se complicaban, y también me preocupaban, después de salir de aquel lugar subí a mi deportivo para encontrarme con Zein en un restaurante cualquiera para mas que comer, era en si por tener un plática definitiva.
—Debes casarte con esa niña, la deshonraste Zein, yo no te eduque de ese modo
—¿Sabes qué? ¡No! No me casare, suficiente tengo con una esposa que me tiene loco, busco sexo fácil, y si mi mujer lo acepta ¿A ti qué? No quiero otro dolor de cabeza, si tan preocupado estas por ella y el honor familiar, cásate tu con ella.
—¡Zein!— he dado un golpe en la mesa que llamó la atención de los presentes, rápidamente me incorpore acomodando mi corbata y disculpándome con los comensales vecinos — !Bien! Tomaste tu decisión es hora de que tome las cartas, pero olvídate de tu proyecto de oro, búscate otro inversionista capital, no cuentes conmigo para darte un puto dólar.
—Todo por esa odalisca.
—Te equívocas, todo por tu poca hombría, vuelve a Dubai o a casa con tu pobre esposa.
Salí de ahí no solo furioso, si no también decepcionado de mi hijo, Agatha estaba fatal esta mañana y todo por entregarle su virtud a un imbécil, claro que ella tenía su parte de culpa, pero un verdadero caballero afronta las cosas.
Miré mi reloj, probablemente la colegiala estaría todavía de clases, rápidamente conduje a casa de sus padres, no esperaba que el encuentro fuera como la primera vez, pero es lo que había, al descender del vehículo fui con pasos firmes y seguros hasta la puerta donde toque el timbre.
—¿¡Usted!? Viejo aprovechado, seguramente sabe lo que su hijo le hizo a nuestra pequeña.
—No mentiré mi estimada, en efecto lo se, pero estoy aquí para solucionar todo.
En cuanto terminé mi frase el padre de Agatha ha salido embravecido golpeando mi mentón, ¡vaya fuerza del hombre! Me incorpore frotando la zona afectada, sin duda tendría un buen moretón mañana.
—Le juro que meteré a su vástago a la cárcel, y a usted lo demandare por cómplice, violar a mi pequeña menor de edad.
—Escuche bien ¿Quiere meter preso a mi hijo? Hágalo, es lo mínimo que se merece, en cuanto a mi, le aconsejó que se controle ¿Una demanda? Espero que sus abogados puedan con los míos, sin duda tengo a los mejores conmigo, si no es así, solo perderá tiempo y dinero, que sin afán de ofender, dudo que le sobre— Mi palabras parecieron centrarlo en la tierra.
—¿Qué hace aquí?
—Vine a hablar con ambos, claro esta, pero no creo que la puerta de su casa sea el mejor lugar para marcar el destino de Agatha— En cuanto me permitieron el paso, los tres nos sentamos en los sofá— en mi religión la honra lo es todo, mi hijo falto a su hija y eso no lo perdono, según nuestras costumbres ellos deben casarse, pero no mentiré, Zein se niega y también deben saber que ya esta casado.
—¿Qué? La bigamia es un delito— Exclamó la mujer horrorizada que tomó la mano de su marido, aquello trajo recuerdos.
—Aquí lo es, pero en Marruecos no, hay hombres hasta con 6 esposas, pero solo si este puede brindarles la misma estabilidad económica a cada una y claro, la dote que da a la familia es la misma en cantidad.
—¿Dote? Nosotros no tenemos nada de eso.
—Como dije, Zein no se casará.
—No entiendo, entonces ¿Por que esta usted aquí?
Tomé aire para continuar hablando sin que me tacharan de loco
—Si me lo permiten, estoy aquí para pedir a Agatha en matrimonio —hice una breve pausa, pero ellos parecían quedarse mudos —sé que pensaran que perdí la cabeza, pero su hija no merece lo que le esta pasando, soy un hombre viudo, mi primera y única esposa falleció hace 7 años, tengo una posición económica envidiable y no, ustedes no me darán ninguna dote, yo se las daré a ustedes, creo que quinientos mil dolares más joyas y oro bastaran, y claro, la nueva joyería de Santo Domingo estará a su nombre
Típico, en cuanto escucharon la suma y lo que esto conlleva les han brillado los ojos, comenzaba a pensar que Agatha no merecía tampoco los padres que tenía.
—Es muy poco para la humillación que ha caído sobre nosotros, pero supongo que la joyería trae con ella jugosas ganancias, que quede claro, solo lo hacemos por nuestra hija, no queremos que sea la burla de nadie, así que... Aceptamos.— lo último lo han dicho al unísono, se escuchaban alegres, era obvio que creían haber encontrado a la gallina de huevos de oro.
—Perfecto ¿Cuánto falta para la mayoría de edad?
—Tres meses
—Tiempo suficiente para preparar la boda, dejaré que lo hagan a su modo, compren todo lo que necesiten, correré con los gastos, en tres meses y dos días, su hija será mi esposa, solo deben saber algo, viviremos en Dubai.
—Entendemos, y deja que hablemos con ella Mohammed, nosotros le daremos la buena noticia.
Tras estrechar la mano como quien cierra un trato, salí de esa casa desembolsando una fortuna, pero no era nada a comparación con lo que me llevaba, una vez en mi auto saque la goma de pelo acariciándola con mis yemas.
SantVict
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