2° | Y Ese Día Llegó... |
•Capítulo 2
~Narrador: Charlie
¿Alguna vez tu cuerpo experimentó mil sensaciones juntas a la vez que ni siquiera puedes llegar a entender como el ser humano puede soportar tanto en tan solo pocos segundos? Porque es eso lo que estoy sintiendo justo ahora.
Mí corazón se aceleró en un instante.
Un cosquilleo enorme me invade el estómago. La sensación de adormecimiento que estoy sintiendo en las manos me hace formarlas en un puño intentando que se calme.
Mi respiración empieza a ser algo alborotada...
Estoy a punto de tener un ataque de pánico frente a tantas personas y no sé que hacer.
Si Leía no estaría prendida a mí brazo en este instante juro por dios que me caería rendido al suelo.
Y ahí está él, en la puerta de entrada. Luciendo ropa informal, sus manos metidas en los bolsillos de su chaqueta.
Lleva el cabello un poco más corto, se ve igual de hermoso que siempre.
Incluso a pesar de la distancia que nos separa, puedo notar la expresión de su rostro al claramente estar viendo de nuevo a su mejor amigo,
y una sonrisa muy leve y pequeña de labios cerrados adorna su cara mientras lo observa.
Pero esa sonrisa se esfuma enseguida cuando su mirada sale de Liam para está vez mirar con algo de nerviosismo a su alrededor. Todos los presentes ahora lo observan, eso parece incomodarlo en un segundo.
Esa sonrisa que siempre amé ver ahora se borra mientras echa un vistazo al suelo un momento evitando cualquier mirada.
Pero cuando la vuelve a levantar...
Me ve.
Después de tanto tiempo, de tantos meses, de tanta distancia...
Nos volvemos a ver.
Y no puedo soportarlo más.
Es demasiado.
—Por favor necesito salir de aquí...
—pido hacía Leía con mí voz saliendo ya algo débil.
Nick me sigue observando y eso me pone peor.
—Vamos...—Leía rodea con más fuerza mí brazo mientras nos movemos y lo pierdo completamente de vista.
Todo eso pasó en literalmente solo cinco segundos, y se sintió eterno... Se sintió como un documental de tres horas o más, es que... Lo que menos me esperaba era verlo.
Leía abre la puerta de la oficina de Liam, entramos enseguida mientras me dirijo rápido al baño para poder mojarme la cara. Mí respiración es ahora más acelerada que antes y necesito tranquilizarme.
¿Pero cómo? ¿Cómo carajos voy a salir de aquí ahora sabiendo que él está ahí afuera? Mejor dicho... ¿cómo va a seguir todo ahora?
Recargo mis brazos sobre el lavamanos e intento controlar mí respiración mientras mis ojos se cierran. Es inútil, su cara vuelve a aparecer. Su cara y lo que acaba de pasar hace instantes.
Volvió...
Nick está aquí...
Y ahora todo es tan distinto.
—Toma un poco...—Leía me pasa un vaso de agua mientras acaricia mí espalda con suavidad.
Con las manos temblorosas lo agarro e intento tomar.—No... no sé que pensar ni que decir... Estoy...
—Shhh tranquilo...—mi amiga se coloca delante de mí—.¿Por qué mejor no respiramos un poco los dos juntos? Estás muy nervioso.
Asiento rápido intentando dejar el vaso a un lado, pero este se me cae de las manos impactando en el suelo. Los vidrios se esparcen por todos lados.
Me agacho rápido intentando limpiar pero me termino cortando el dedo con un pedazo.
—¡Carajo! —me quejo.
—Dejalo Charlie, ¡no importa!
—dice Leía mientras toma mí mano y lleva uno de mis dedos debajo del grifo para que se moje un poco.
—No pasa nada, solo... Solo es un corte pequeño.—el nudo en mí garganta no tarda en aparecer, mí vista se cristaliza en un segundo cuando presiento el llanto venir.
—Liam debe tener algo por aquí...
—voltea abriendo uno de los muebles. Yo solo llevo el dedo a mí boca mientras ya unas lágrimas invaden mí rostro.
Mí amiga retira de un pequeño botiquín un desinfectante y una bandita, para luego comenzar a curar con delicadeza.
Solo observo lo que hace mientras las lágrimas descienden y descienden. Siento la mirada de Leía sobre mí, pero ni ella dice nada ni yo tampoco.
Las palabras sobran en momentos como este.
Suspira.—Ven aquí.—dice dejando todo de lado mientras me atrae hacía ella y me abraza con fuerza.
Y rompo en llanto.
Rompo en llanto como hace varias semanas ya no lo hago. Rompo en llanto como aquellas veces que no podía dejar de pensar en él y el dolor me consumía por completo. Porque cuando creí que por ahí quizás podría olvidarlo, él vuelve... Vuelve de la noche a la mañana, vuelve para moverme todo de lugar en tan solo un puto segundo.
—Si quieres irte voy contigo, y si te quieres quedar estaré a tu lado en todo momento...—susurra sin dejar de abrazarme— Lo que quieras hacer estará bien.
Niego levemente mientras me aferro a ella con fuerza.—¿Tú crees? No sé si sea justo para Liam.
Lo cierto es que sí. Quiero salir corriendo de aquí. Así de estupido e incluso inmaduro que pueda quedar, no me importa, no creo poder seguir estando aquí en el mismo espacio que él. No puedo.
No podría siquiera volver a mirarlo a los ojos porque me mataría por completo.
—Estoy segura que lo entenderá.
—deja un suave beso sobre mi mejilla mientras toma mí rostro con ambas manos intentando limpiar mis lágrimas—¿Vamos a casa?
Suspiro en grande intentando calmar el llanto, asiento levemente mientras busco su contención una vez más.
Leía me abraza enseguida.
—Me iré solo, tú... Quédate. Quédate con Liam.
—Char...—empieza a hablar con un tono suave— Entiendo lo fuerte que debe ser para ti esto, el caos que debe ser tu cabeza...—acaricia mí cabello—Así que no pienso dejarte solo.—asegura.
Agradezco con todas mis fuerzas tener a alguien como ella a mí lado en este momento.
—¿Charlie? —se escucha desde la puerta de la oficina.
Mí corazón vuelve a detenerse en un segundo.
—¿Es... ¿estás aquí?
Me limpio las lágrimas restantes con rapidez cuando reconozco la voz de Ryan.
—Un minuto.—respondo volviendo a abrir el grifo para mojarme la cara.
Leía me deja otra caricia en la espalda mientras escucho como recoje los vidrios que quedaron en el suelo con un escobillón. Me acerco a ella dejando un beso sobre su cabeza.
—Te quiero.—le digo antes de cruzar la puerta del baño.
Vuelvo a limpiarme con rapidez el rostro, y al salir veo a Ryan recargado sobre el costado de la puerta de entrada mirando hacia el suelo. Cuando escucha mis pasos levanta la vista para verme.
Y es lógico que nota mí estado en un segundo. Hace una leve mueca.
—Estoy bien.—le digo acercándome antes de que pueda preguntar algo.
Él asiente levemente mientras extiende su brazo y acaricia una de mis mejillas.
—De todos modos estoy algo cansado y...
—me aclaro la garganta— Debería ya volver a casa.
—Vamos, te llevo.—se ofrece.
Niego.—No, no hace falta. Quédate.
Lo estás pasando bien.
El que niega ahora es él.
—No me gustaría dejarte solo.-dice con cuidado.
Leía sale del baño y se acerca a nosotros.—Listo, ¿vamos?
Antes de que pueda decir algo Ryan habla:—No te preocupes, lo llevaré a casa.
Leía me observa esperando una respuesta de mí parte, así que asiento levemente.—Quedate. Estaré bien.
—nuevamente me acerco para dejarle un rápido abrazo.
—Cualquier cosa me llamas, ¿de acuerdo? —pide con un tinte de preocupación.
Salimos de la oficina junto con Ryan.
Desde aquí ya puedo oír el murmullo de toda la gente que hay en el lugar, y eso me hace poner los nervios de punta.
E incluso la piel de gallina cuando ya estamos a tan solo a unos pasos de volver al sitio en dónde hace minutos mí mundo se dio vuelta en un instante...
Me detengo enseguida antes de dar otro paso y mí respiración vuelve a salir con nerviosismo.
—Acaba de irse...—avisa Ryan y sé que habla de él.
Lo observo sin decir nada.
—Vamos...—extiende su mano hacia la mía para poder tomarla y llevarme algo de seguridad. La tomo.
Salimos e instantáneamente mí vista se enfoca en el suelo. No quiero hacer contacto visual con nadie.
Así que acelero el paso y cuando por fin estamos afuera exhalo con fuerza.
—Mi auto está allí...—avisa Ryan mientras camina a pasos lentos y yo solo lo sigo. Cuando subimos el silencio es mucho, él solo enciende el motor y comienza a conducir sin decir nada.
—Lo siento...—es lo único que puedo decir.
—¿Por qué lo sientes?
Trago saliva con fuerza.—Creo que es necesario hacerlo.
Minutos después ya llegamos a mí departamento. Ryan es muy gentil en también acompañarme hasta la puerta.
—¿Quieres hablar un rato o algo?
—pregunta con cautela cuando coloco las llaves en la cerradura.
Niego.—No...—esta vez lo miro— Creo que solo necesito dormir, perdón no... No es contigo, solo... Solo estoy cansado y...
Ryan sonríe levemente.—Ey, no te preocupes. Está bien. Ve a descansar, cualquier cosa me envías un mensaje.
Intento sonreír en respuesta pero no puedo. Así que solo asiento con la cabeza muy ligeramente. Y me sorprende cuando se acerca a mí y con mucho cuidado me deposita un suave beso sobre los labios.
—Intenta descansar.—dice antes de marcharse.
Ingreso a mí casa terminando de cerrar la puerta. Voy hacía la cocina con cuidado de no hacer mucho ruido porque Lauren y los niños duermen. Me sirvo un poco de agua y tomo del mismo cuando nuevamente mí mente comienza a divagar...
A divagar en una sola persona.
Tengo tantos sentimientos encontrados que no sé cómo mierda ordenarlos. Porque siento todo a la vez. CARAJO, SIENTO TODO.
Voy hasta el living mientras busco en mí chaqueta mí caja de cigarros encendiendo uno.
Siento enojo, frustración, tristeza, enfado, angustia... Con él. Con la situación, en como se dio todo, en como terminó todo.
Pero a la vez siento... A la vez siento unas inmensas ganas de cruzar la puerta y correr hacia donde mierda esté ahora. Abrazarlo, preguntarle cómo está...
Pero a la vez quiero decirle tantas cosas en la cara, y no cosas bonitas.
Necesito expresarle lo mal que me sentí todo este tiempo por como se dio toda esta situación. Que odio lo que hizo, específicamente que no haya confiado en mí. Que me haya apartado de su vida como si fuera un juguete viejo, que no me haya permitido estar a su lado en uno de los procesos más dolorosos que probablemente le tocó pasar.
Siento tanto despecho para con él. Tanto enfado, tanta bronca.
Pero a la vez... A la vez quiero mirarlo a los ojos para decirle cuánto lo he extrañado...
Cuanto he extrañado ver sus jodidos hermosos ojos...
Cuanto he extrañado sus abrazos...
Su voz...
Su sonrisa...
Sus besos...
Su manera de mirarme...
De hablarme, de cuidarme, de hacerme el amor, de acompañarme...
De simplemente estar a mí lado.
No sé en qué momento mis ojos se llenaron de lágrimas. Me acuesto sobre el sofá mientras sigo fumando y consumido absolutamente por todos mis pensamientos, y en cada uno de ellos está él.
Me despierto porque siento unos pinchazos de dedos en mí cara. Cuando abro los ojos tengo los ojos claros de Alexander que miran directo hacia mí, y el cabello largo de mí hermana que cae sobre mí frente.
—Ah, está vivo.—avisa Alex hacía mí hermana.
Mí hermana le deja un leve palmeton sobre la frente.—Con eso no se juega.
Me paso una mano por el rostro mientras me estiro intentando incorporarme. No sé en qué momento me quedé dormido.
—¿Qué hora es niños? —pregunto mientras bostezo.
Alex observa un reloj invisible de su muñeca.—Ya casi es mediodía.
—¿¡QUÉ!? —me levanto de golpe.
—Esta vez no dice tonterías...—acota Chloe—En verdad ya es de mediodía.
—Pero... ¿Cómo es que dormí tanto?
—tomo mí teléfono viendo la hora, sí, es tarde. También observo la barra de notificaciones y tengo cantidad de mensajes de Ruby, de Liam, de Leía, uno de Ryan...
Ninguno de él.
Y tampoco como que lo espero, es lo lógico...
—¿Ya desayunaron? ¿O les preparo algo? —me levanto del sofá.
—Lauren nos dejó el desayuno y salió disparada cuando se dio cuenta que tú estabas aquí y los guardaespaldas también...—avisa Alex mientras toma su teléfono.
Voy hacía la cocina por un poco de jugo.
—¿Disparada? —levanto mí voz—
¿Pasó algo?
Chloe viene detrás de mí mientras me pasa un vaso para que también le sirva.
—Solo le entró un llamado, y salió casi corriendo. Dijo que era muy importante.
Que imbecil soy. Es lógico que habrá ido con Nick. Ya debe saber que está aquí. Pero... ¿Y Alex?
Y como si el universo contestara a mí pregunta un llamado entra a mí teléfono. Veo que es Sarah así que le hago un gesto a mí hermana de que necesito hablar a solas y voy hacía el cuarto. Atiendo:
Charlie: Hola Sarah...
Sarah: Hola cariño... —la oígo suspirar.
Charlie: No te preocupes si no sabes cómo decirlo, porque ya lo sé...
—sonrio con tristeza— Lo... Lo vi anoche en el restaurante de Liam.
Sarah hace un breve silencio.
Sarah: Lo siento.
Charlie: No te preocupes, no es culpa tuya.
Sarah: Debí decirte que el viaje que hice en realidad no era de trabajo. Si no para ir a buscarlo...
El que se queda en silencio ahora soy yo.
Sarah: Ya sabes cariño como es de complicada toda esta situación. Y... Cuando Lily me ha dicho que Nick ya podía volver no vacile en tomar el primer avión. Aunque sabía que quizás no era la mejor idea, porque quizás a él no le agradaría verme ahí pero...
Charlie: Sarah está bien... —la interrumpo rápido— No tienes porqué darme explicaciones de nada, en serio.
Otro silencio de su parte.
Sarah: ¿Cómo estás?
Charlie: Bien.
Sarah: Hablaremos mejor después, ¿te parece?
Charlie: No hace falta, en serio, todo está bien. Ahora solo... Solo me preocupa Alex que está aquí.
Sarah: Sí, por eso también te llamaba. Ahora irá el chófer por él. Lo traerá a la mansión, ya que Nick quiere verlo.
Nick ya está en la mansión. Cierro los ojos con fuerza mientras suelto un gran suspiro.
Sarah: Le... Le dije que está contigo.
Charlie: De acuerdo. Creo que lo más conveniente será que le diga a Alex que Nick ya está aquí, ¿te parece bien? Creo que... Que sería como un shock para el niño verlo así de golpe. Es preferible avisarle. No lo sé...
Sarah: Creo que es una buena idea. Pensaba darle una sorpresa o algo así, pero... Pero viéndolo desde otra perspectiva...—suspira—Nick no ha vuelto de un viaje de placer o algo así, es todo algo movilizante y... Tienes razón, es preferible que Alexander sepa que ya está acá.
Charlie: De acuerdo, se lo diré.
Sarah: En pocos minutos el chófer ya está ahí Char, muchísimas gracias.
Charlie: No te preocupes, no me tienes que agradecer nada.
Al finalizar la llamada exhalo con fuerza antes de salir de la habitación. Voy hasta el living y encuentro a los niños compartiendo risas entre sí mientras ven algo en el teléfono de Alex. Me acerco sentándome a su lado.
Tienes que ver este meme char...
—dice Alex partido de la risa hacía mí, pero en cuanto ve la expresión de mí rostro su ceño se frunce.
—¿Pasó algo? —pregunta Chloe de manera inocente.
Suspiro y me acomodo mejor para ver a Alex, sonrío muy levemente:—Hay alguien en este momento que tiene muchas ganas de verte.
Sus pequeñas cejas siguen juntas:
—¿Quién?
—Nick... Nick está aquí. Ha vuelto.
Alex sonríe enseguida ampliamente mientras se tira hacía mí y me abraza.
Chloe sonríe:—¿En verdad está aquí?
Me sorprende tanto su reacción que enseguida también lo rodeo con mis brazos.—¿Cómo voy a mentirte con algo como esto?
—¿Y está pidiendo de verme?
—pregunta sin poder creerlo.
—Así es...—acaricio su cabello.
Y me comprime el corazón escuchar su pequeño sollozo de un segundo a otro. Se emocionó.
—El chófer ya está en camino... Así que toma tus cosas que te espera un gran día.—le digo sintiéndome contento por él.
Chloe me mira con una mirada suave mientras acaricia el brazo de Alex.
Este vuelve abrazarme rápido antes de bajar del sofá y correr hacia el cuarto altamente entusiasmado.
Mí hermana se sienta sobre mis piernas.
—¿Nosotros podemos ir también?
Acaricio su mejilla.—Me parece que no.
—¿Por qué no? Me gustaría ver a Nick...
Alex vuelve ya con su mochila puesta.
—Porque creo que es un momento bastante íntimo y familiar cariño, nosotros no...—intento explicarle.
—Ustedes son de la familia. Y estoy seguro que a Nick le encantará verlos...
—dice Alex metiéndose a la conversación.
Enseguida niego rápido.—No Alex. No sería lo más prudente además...
Alexander levanta una mano en alto haciéndome callar mientras teclea algo en su teléfono y se lo lleva al oído:
—Mamá... Sí... Si Charlie ya me ha dicho...
—dice entusiasta— Sí, escucha Charlie y Chloe vendrán conmigo ¿de acuerdo?... Sí... Sí ya le pregunté a Charlie y dijo que sí...
Me mira y enseguida le abro los ojos en grande en modo de regaño, yo nunca he dicho nada.
—Sí... Nos vemos en unos minutos.
—sonrie ampliamente cuando cuelga.
Chloe se baja de mis piernas.—¡Si!
—aplaude entusiasta— Iré a buscar rápido los dibujos que le hice.—corre hacía el cuarto.
—Alex... —niego con la cabeza.
Levanta las manos en señal de inocencia.—No tienes excusa.
Todas esas emociones que me invadieron ayer en la noche cuando lo ví en el restaurante me están invadiendo justo ahora cuando el auto se estaciona ya afuera de la mansión.
Pero estoy intentando con todas mis fuerzas intentar reprimir todo. No solo por mí, si no también por los niños que no quiero que perciban nada.
Alex baja casi corriendo del auto.
Chloe hace lo mismo, pero se detiene a esperarme enseguida mientras voy hacía ella y tomo su mano.
—Cariño, este si es un momento íntimo... —le digo mientras detengo el paso a unos pocos metros de la puerta principal— Podríamos esperar un momento aquí afuera y después tú puedes entrar a ver a... —hasta mencionarlo me cuesta— A Nick.
Chloe asiente levemente.—Está bien, Tienes razón.
—¿Y? ¿No vienen? —Alex eleva su voz hacía nosotros antes de abrir la puerta—Los estoy esperando, vamos...
Niego.—Mejor esperamos acá.
Noto como voltea los ojos y se acerca a nosotros poniéndose en medio de ambos. Toma mi mano y por lo tanto también la de Chloe.—Ustedes entran conmigo.—ordena con una sonrisa.
Comienza a caminar sin soltar nuestras manos. Y es que... Esto no está bien.
No puedo entrar acá así como así sabiendo que él está del otro lado, y sabiendo que probablemente quizás no espera verme. Él solo quiere ver a su hermano y...
Mí corazón se acelera con fuerza cuando no sé en qué momento Alex ya abre la puerta y nos hace pasar.
—¡NICK! —dice con entusiasmo echando su mochila al suelo mientras corre hacia el living.
Y mí corazón se comprime de emoción cuando Nick se levanta del sofá dejando una taza al lado y agachándose para recibir en sus brazos a su hermano.
Noto como mí hermana toma mí mano con fuerza, quizás llevándome algo de seguridad.
—Te extrañé mucho...—le dice Alex aún abrazándolo.
No puedo escuchar lo que le responde Nick, pero sin dudar sigue abrazando a su hermano mientras a la vez le deja un suave beso sobre la cabeza.
El maldito nudo en mí garganta aparece. Quiero moverme de aquí, no tengo que estar acá. Pero no puedo moverme, no puedo hacer nada.
Solo estoy inmóvil viendo tal escena hermosa, y que a pesar de todo y dejando las cosas de lado me alegra mucho ver lo que estoy viendo.
Porque ambos se merecen tenerse de esta manera uno con el otro.
No sé en qué momento Chloe se suelta de mí mano. Así que observo como Lauren se la lleva con ella hacía el pasillo que da hacía la cocina.
Ella estaba aquí junto a Nick.
Pero antes de salir de mí campo de visión me dedica una suave sonrisa de labios cerrados, la interpreto como de apoyo...
Y ahí entiendo.
Entiendo que voy a estar a punto de quedarme a solas con él. Después de todo este tiempo que pasó.
Y no sé si estoy listo para confrontar tal situación.
Alex deja de abrazar a su hermano alejándose levemente para observarlo más a los ojos. Noto como le dedica una sonrisa para luego acercarse y decirle algo al oído. Vuelve a tomar su mochila del suelo mientras corre hacia las escaleras:
—¡Ya vuelvo! —avisa mientras se limpia las lágrimas y sube con rapidez.
Me muerdo el interior de mí mejilla intentando contener cualquier tipo de reacción de mí parte. Porque nuevamente me están pasando mil cosas por el cuerpo. Estoy inmóvil, pero también quiero salir corriendo, y...
Nick se levanta del suelo con la mirada hacia abajo. Se acomoda un poco la chaqueta cuando levanta su mirada y me ve.
—Hola Charlie.—escucho su voz al fin después de todo este tiempo.
Lo que sigue a continuación estará disponible en el capítulo 3.
NOTA DE AUTOR/AR: Hola hermosxssss 💗 Espero que estén bien. Muchísimas gracias por el lindo apoyo que le están dando al inicio de esta segunda temporada! Me encanta leerlos, y les aseguro que es un placer para mí poder traerles esta segunda parte. Espero que les esté gustando. HAY MUUUCHA TELA PARA CORTAR a no desesperar 🫣 Van a tener de todo. Se los aseguro. Confíen en mí. Gracias por leer, besossssssss
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