17° | Nos debíamos esto... |











Capítulo 17.







                ~Narrador: Charlie.




Nos quedamos algunos instantes más así. Abrazados, besándonos, simplemente contemplando la existencia del otro. Así de cursi y empalagoso que suene.



Después de todo este tiempo, de todo lo que pasó entre nosotros, de la distancia que tuvimos y no solo por los kilómetros que nos separaban cuando Nick se fue. Si no también por los mil y un motivos que nos mantenían lejos... aún con su vuelta. Todavía me resulta un poco surrealista el que estemos así ahora.



Y se siente tan hermoso.



Aunque mí mente empieza a divagar de a poco. Mentiría si dijera que no tengo miedo, que estoy lleno de dudas y de incertidumbre de cómo surgirán las cosas de aquí en más para mí y él. Si vamos a poder sanar eso que tanto cuesta cicatrizar, y si vamos a poder entendernos e intentar mejorar nuestro vínculo.



Que bajo ningún termino estoy dispuesto a que se acabe.



El miedo está. Pero mí amor por él es incluso aún más fuerte, y prefiero aferrarme a eso.



—¿En qué piensas? —se sienta a mí lado pasándome una taza de café.



La acepto con gusto. Aún estamos en el sofá, Nick me prestó una de sus camisetas mientras el sólo se colocó sus shorts.


—Algunas cosas.—doy el primer sorbo e increíblemente está muy rico—Ey, está muy bien.

Se acomoda orgulloso a mí lado también tomando del suyo.
—Ahora seré barista en el restaurante de Liam.

—Bueno, tampoco exageres.
—lo codeo irónicamente.

Nick solo sonríe mientras me observa.
Y es el momento de despejar dudas y poner las cosas sobre la mesa.

—Creo que debemos hablar.
—dice de repente como leyendo mis pensamientos.

Lo miro enseguida.—Sí...—carraspeo nervioso.—¿Por dónde empezamos?

—¿Por el principio? —pregunta con cautela.

Me acomodo mejor dando otro sorbo.
Y decido ser directo:—¿Por qué cuando fuiste a rehabilitación decidiste dejarme completamente a un lado de todo?


Si vamos a empezar por el principio hay que hacerlo bien. Y con una de las heridas más grandes que aún tengo, y que debo cerrar de una vez por todas.


Nick parece nervioso.
Suspira:—Ya te he dicho, no me parecía justo arrastrarte a todo ese momento de mierda. Yo no...
—traga con fuerza— Yo no sabía cuando me fui de aquí como iba a resultar el tratamiento...

—¿A qué te refieres exactamente?

Vuelve a dar otro sorbo.—No quiero entrar en ese lugar en cuál me veas con pena o lástima. Pero a lo que me sometí no fue fácil Char, nada fácil.
—parece recordar cosas mientras mira a lo lejos.

Tengo que dejar la taza de lado para poder acercarme un poco más y escucharlo con atención.

—Puede que sea un afortunado de que los resultados están saliendo como uno lo espera. Pero pudo haber sido todo lo contrario, pude haber salido peor. Incluso... Quizás el tratamiento no hubiera resultado de nada, no lo sé.
—resopla—
Pero no quería que te sometas a eso.
De por sí una persona en rehabilitación es complicado, y también lo es para las personas que la rodean. Simplemente quise cuidarte.
—me mira.

—Yo lo entiendo Nick, en serio lo entiendo. Entiendo tu pensamiento.
Pero me hubiera gustado que las cosas sean diferentes... Tú me conoces.
—afirmo— Y sabes lo que significas para mí. Y yo hubiera estado ahí para ti, no te hubiera soltado la mano.

Él asiente haciendo una mueca.
—Lo sé, y lo siento. Realmente lo siento.—su mirada está en el suelo.

—No, no lo sientas. Creo que de a poco voy entendiendo que hiciste lo que pudiste. Aún estando en un momento tan vulnerable como en el que estabas seguiste pensando en mí y en mí bienestar. Y yo lo único que hice fue juzgarte...—soy sincero.

Él niega rápido mientras ahora me mira.—Es completamente válido todo lo que sentiste. Quien actuó mal fui yo.
Porque a pesar de todo no debí irme sin si quiera decirte adónde. Solo me fui y te dejé aquí lleno de dudas. Simplemente no fue justo y...—su voz empieza a salir un poco afectada— Fui una mierda.
—finaliza recordando mientras su expresión se frunce por completo. Recordar parece herirlo.

—No Nick. No hables así de ti. No eres una mierda.—afirmo— Hiciste lo que pudiste, nada de lo que hayas hecho fue con una mala intención. Todos hacemos lo que podemos con lo que tenemos a mano, mira si justo yo no voy a entenderte...—busco su mano.

Él suspira un poco mientras la acepta.
Su mirada vuelve al suelo.

—De alguna manera necesito sacar esto para afuera para de una vez por todas intentar dejarlo atrás. Sí me dolió, sí la pasé mal, y sí fueron meses horribles.—trato de ser sincero— Pero tú estabas igual. O incluso peor, así que no fue justo para ambos. Ninguno buscó esa situación.

Nick recarga su cabeza sobre el respaldo, aún no me suelta la mano. Con su pulgar traza pequeños círculos encima de ella.

—Hay tantas cosas que me gustan de ti, y una de ellas es esto. Tu empatía, tu manera de ver las cosas. Siempre me haces ver el lado B de todo.—me mira—Y te agradezco por eso.

Sonrío ligeramente. Lleva mí mano hasta sus labios depositando un suave beso por arriba.

—Entonces...—empieza a decir nervioso.

—Quiero olvidar eso por completo.
—termino por él— Quiero dejar eso atrás y no sacar el tema otra vez sobre el porqué pasaron ciertas cosas. Sí queremos pasar página creo que es lo correcto.


Él asiente mirándome con ojos brillosos. Vuelvo a sonreír un poco mientras me acerco aún más a su lado.
Porque todavía hay cosas que me gustaría saber. Y tengo que ser cauteloso ante eso.

Carraspeo algo nervioso.—Ese día que... Que pasó lo que pasó contigo.
—intento buscar las palabras adecuadas— Lo recuerdo perfecto.
Tú... Tú no estabas del todo bien por la situación de el papá de Alex y demás pero...—inhalo— Pero tampoco estabas tan mal para recaer cómo lo hiciste.

Cuando lo observo noto su mirada hacia el frente, su agarre hacía mí mano parece disminuir. Sus labios se tuercen en una pequeña mueca de incomodidad. Y es como si otra vez estuviera recordando cosas que no quisiera recordar.

—Nick qué... ¿Qué fue lo qué ocurrió?
—finalmente pregunto. Mí voz sale algo titubeante— Algo debió ocurrir ese día después de que te fuiste y...

—No.—me interrumpe rápido mientras observo como su respiración empieza a ser algo pesada. Comienza a ponerse algo ansioso y me preocupo enseguida.

—¿No puedes hablar de eso?
—afirmo con más fuerza mí agarre sobre su mano, intentando hacerle saber que aquí estoy para él.

Niega.—No... Es que...—su pecho se mueve de arriba a abajo con un poco más de rapidez— Me duele demasiado pensar en eso y no puedo hablar aún.
—finaliza con la voz algo quebrada.

Me acerco aun más mientras llevo mí otra mano a su mejilla para acariciarla.—¿Qué es lo qué te duele tanto cariño?

Su mentón tiembla, y es él quién ahora toma mi mano con más fuerza mientras la entrelaza con la suya. Esta vez me mira y sus ojos se cristalizan por completo.

—Mi padre.—suelta cuando algunas lágrimas adornan su rostro.


Sin entender del todo lo atraigo hacía mí. Nick esconde su cabeza en mí cuello mientras lo oigo sollozar.
Mí corazón se encoge.


Desde que es un niño carga con una culpa que no es suya por la muerte del padre, tantos años torturandose a si mismo... En dónde tuvo que ser testigo de una situación traumática para cualquier criatura. El dolor convive en él hace tanto...


Sin embargo ese dolor ahora parece el triple, algo más ocurrió. Algo más lo devastó por completo, y eso de alguna forma u otra lo está atormentando.

Acaricio su cabello.—Tienes que sacarlo para afuera, yo estoy aquí para escucharte.

El sollozo no cesa. Siento sus manos aferrarse con fuerza en mí alrededor mientras tira un poco de la camiseta.
Cómo si de alguna forma quisiera asegurarse de que estoy aquí y no me vaya a ir a ningún lado. Y por supuesto que no lo haré.

—N... No puedo.—dice apenas.

Dejo un beso sobre su cabello.
Si hay alguien que entiende sobre lo que cuesta hablar de cosas del pasado, de situaciones que nos atormentan, de personas que nos lastimaron... Ese soy yo.

Comprendo lo difícil que es a veces poner en palabras las heridas y el dolor que cargamos. Parece tan fácil cuando alguien viene y dice: " Solo tienes que desahogarte " Pero a veces recordar duele, poner en palabras el dolor te exaspera por completo.
Ya que es tanto, y lo único que quieres es que de una vez por todas  desaparezca.
Uno es consciente de que no queremos vivir con dicho dolor, nadie más que uno mismo quiere dejarlo a un lado. Pero a veces simplemente no puedes... Y eso está bien. Estarás listo cuando tú creas que lo estás.

—Para cuando lo estés yo estaré aquí, ¿Sí? —esta vez me alejo un poco para poder mirarlo a la cara. Sus ojos están rojos, limpio con suavidad el recorrido de algunas lágrimas que decidieron salir.—Recuerda que no estás solo.

Aún noto su respiración algo apresurada y pesada. Pensar en la situación probablemente lo dejó algo ansioso, así que vuelvo a tomar su mano y con cuidado me acerco depositando un pequeño beso sobre sus labios.

—Lo estás haciendo muy bien.
—trato de llevarle seguridad— Y estoy muy orgulloso de ti.—sonrio un poco.

Nick cierra los ojos un momento mientras parece intentar calmar su respiración. Y simplemente me quedo ahí a su lado acompañándolo, sin soltar su mano, y en un silencio en el cual no hace falta agregar nada.

Cuando parece relajarse un poco me levanto yendo hacía la cocina por un vaso de agua, vuelvo con el mismo mientras se lo paso.

—Gracias.—da un sorbo. Está un poco mejor y eso me lleva tranquilidad.

—Gracia hacen los monos.
—intento bromear para hacerlo olvidar un poco.

Él sonríe apenas.—No lo digo solo por el vaso.—vuelve a dar otro sorbo.

Me acomodo de lado para poder observarlo mejor.

—Lo digo por todo.—deja el vaso a un lado y se acomoda igual que yo.
Nos miramos de frente.—
Por intentar darnos otra oportunidad.
—suelta y un cosquilleo me invade.

Nuestras cabezas están acomodadas sobre el respaldo. Nuestra cercanía es mucha, y es aún más cuando Nick se acerca y con delicadeza coloca una de sus manos sobre mí cintura. Sus ojos se cierran cuando su frente se apoya sobre la mía.

—Tengo miedo Nick.—expreso con sinceridad y un nudo amenazando.

Quiero tanto esto. Lo quiero tanto a él. Quiero tanto que lo nuestro funcione y llegue a mucho... Que todo no deja de darme miedo.

—También yo. Te amo tanto que me asusta.—suelta de la nada.

Y ese nudo se desarma cuando una lágrima sale disparada de mí mejilla.
Y es confuso porque es una especie de emoción mezclada con algo de miedo.
Porque no quiero perderlo, y porque caigo en cuenta en dos cosas... Y es que estoy tan enamorado de él que quiero que sea la persona que esté conmigo hasta el fin de mis días, pero también soy consciente de que si no es así será la separación más dolorosa que tendré...

Su mano que acariciaba con suavidad mí cintura ahora sube hasta mí mejilla limpiando dicha lágrima.—¿Sabes? Mí terapeuta una vez me dijo que el miedo es parte de nosotros, que aunque a veces por más que quisiéramos dejarlo de lado no siempre será posible. Pero está en nosotros tomarlo de todas formas y seguir adelante para vivir.
Y que eso nos hace valientes...

Lo escucho atento mientras otra lágrima se desliza.

—Valiente es la persona que a pesar del miedo lo afronta. Eso nos hace fuertes, nos arma de valor.
Y conseguimos más herramientas para afrontar la vida y ser felices.—se acerca del todo mientras lleva una de sus manos hacía mí cabello acariciandolo con suavidad.
—¿Y sí somos valientes juntos?

No puedo evitar sonreír ante eso.
Y esta vez la lágrima que decide salir es una más de emoción. Nick se acerca besando mí mejilla, específicamente por encima de la línea que estás lágrimas dejaron.
Suspiro y rodeo su cuello en mis brazos, me acerco dejando un beso sobre su frente.

—Pero juntos.—remarco volviendo a sonreír.

Nick atrapa mí sonrisa besando mis labios.

—No te librarás de mí tan fácil chiquito.—me vuelve a besar.

Suelto una risita.—No por dios, no me digas así. Es tan cursi.

—Tú me haces así y te odio por eso.
—me recuesta sobre el sofá mientras coloca su cabeza sobre mí pecho.

—Jamás podrías odiarme.
—acaricio su espalda.

—Y te aprovechas de eso.

Sonrío.—Y por cierto, yo también te amo.

Nick se levanta y se acerca a mí rostro.
También sonríe.—¿Otra vez?

Vuelvo a reír.—¿No quieres grabarme mejor?

—Es una buena idea. Podría ponerlo de alarma así me despierto a gusto.
—me besa.

Sonrío sin parar mientras le correspondo el beso. Lo empujo con cuidado quedando a horcajadas.
—Vayamos de a poco ¿Sí? Sin prisa, solo tú y yo. Disfrutando el proceso.

Nick me mira un momento algo pensativo. Rodea sus brazos sobre mi cintura.—Ya no quiero pasar ni un minuto más lejos de ti.

Sonrío besando su mejilla.
—Tendrás que pedirme de rodillas que me aleje de ti. Porque no lo haré.

Me toma del rostro para volver a besarme. Ahora es un beso más fuerte, sin dejar de ser dulce y romántico.

—Podría hacer otras cosas de rodillas si así lo quieres.—dice entre besos.

Vuelvo a reír.—Nick...

También sonríe apretando mí trasero.
—¿En qué estábamos hace un rato?

Niego hablando sobre sus labios.
—Ya debo ir a casa, estoy abusando de Leía como niñera.

Hace una especie de puchero.
—Quedate a dormir conmigo.

Me muerdo los labios para volver a besarlo.—No me hagas esto...

—Quedate, vamos.—lleva sus labios a mí cuello.

Sabe cómo intentar convencerme.

—Necesito una mano para algunas cosas del departamento.—insiste chupando una zona del cuello.

—Tú quieres otra especie de mano.
—suelto una risita tomando su rostro
—Y al menos por hoy ya es suciente.
—miento descaradamente. Yo también deseo quedarme.

—Nunca es suficiente.
—bromea mordiendo mí labio inferior.

—Creeme, lo tengo clarísimo.
—probablemente mis mejillas están rojas.

Nick sonríe ante eso tomando con más fuerza mí trasero mientras vuelve a besarme. Y sí, una pequeña sesión de besos antes de marcharme no puedo negar.

—Uno rápidito y ya.
—hablo entre besos mientras bajo mis besos a su cuello.

Nick ríe mientras no vacila en deslizar sus manos por debajo de mí camiseta, más bien la suya. La levanta por encima de mí echándola a un lado.

Mis dedos se pierden entre su cabello mientras lo tomo con fuerza y vuelvo a besarlo en los labios, pero la maldita puerta se abre.


—¡Demonios! —es Liam.

Asustado me bajo de encima de Nick mientras busco su camiseta para taparme.

Liam se cubre los ojos.—Solo... traje. Traje las cosas para curarte.

—Te dije que no lo hicieras.
—le responde Nick entre dientes volteando los ojos.

Lo miro intentando reprimir una risa mientras me vuelvo a colocar su camiseta.—Con razón estabas tan seguro de que no iba a volver.


Nick levanta sus manos de forma inocente.

—Bien, okey. Es que tienes la nariz casi partida, necesitas colocarte algo.
La farmacéutica ya me dijo.
—tira en el aire la pequeña bolsa, Nick la atrapa. Aún sigue con los ojos tapados.

—¿Cómo abriste la puerta?
—le pregunto sin entender.

—Eso.—Nick lo señala acusatorio—
Al menos debías llamar primero o algo. Estábamos ocupados.

—Sí, lo noté.—puedo ver desde aquí como sonríe.

Niego mientras me levanto.
—Descubre tus ojos amigo.

—¿Ya se vistieron?

—No estábamos desnudos.
—voy tomando mí ropa del suelo para vestirme.

—Estabamos a punto hasta que llegaste.—Nick habla tirándole un cojín.

Se le cae en la cabeza y Liam lo agarra molesto devolviendo el mismo hacía él.—Encima que te busco los medicamentos.

—Tiene razón Nick.
—digo hacía él mientras me coloco los pantalones.

Nick voltea los ojos mientras se levanta.—Gracias amigo.
—se acerca dejando un rápido beso sobre su frente, vuelve conmigo mientras me pasa mis tenis.

—¿Ese has sido tú?
—pregunta Liam incrédulo mientras ingresa más hacía el living— Vaya, que feliz estamos por aquí.


Observo a Nick intentando reprimir una sonrisa, él hace lo mismo hacía mí mientras se agacha a recoger los cojines del living que están todos sobre el suelo.

—Parece que pasó un huracán por aquí.—Liam lo ayuda a recoger.

Termino de vestirme mientras busco mí teléfono. Le envío un mensaje a Leía de que ya voy en camino:—Basta Liam, me da vergüenza.—Nick me abraza por atrás besando mí mejilla.

—No es mí culpa que ustedes siempre tengan sexo casi al lado de mí.
—se defiende sentándose en el sofá, pero se levanta rápido.

Nick ríe.—¿Qué cosas dices?

—¿Tengo que recordarles? Aquella vez que estaba en tu habitación porque tú me dejaste ahí...—señala a Nick— Y ustedes entraron y bueno... Y sin pasar por alto aquella vez en mí oficina.
—acusa cruzándose de brazos—
¡Ni siquiera ordenaron nada! ¡Hasta incluso encontré un preservativo!


Nick y yo compartimos una risita a la vez. Que vergüenza.

—Perdón.—soy sincero.

—Los disculpo solo con una condición.
—eleva una de sus cejas.

—¿Ahora qué?
—Nick no deja de abrazarme.

—Más bien a ti.—observa a Nick— Hay que hacer una pequeña reunión de bienvenida o algo así por tu nuevo departamento.

Noto como él niega.—Conozco el concepto de pequeña reunión para ti, no pasará.

—No creo que sea una mala idea.
—me meto a la conversación.

—Okey, sí. Hay que hacerlo.
—responde Nick.








Nick y Liam se ofrecieron a llevarme a casa, pero les dije que no era necesario cuando recibí la respuesta de mí amiga antes de salir del departamento. Me dijo que en una hora aproximadamente llegaban a mí casa. Ya que con Chloe habían salido a comprar algunas cosas de pastelería.

Ante eso decidí en ese instante hacer una parada en casa de Ruby.

Después del día de hoy con Nick comencé a entender todo mejor.
A ver las cosas con más claridad.
Y el enfado y la rabia se apoderó de mí cuando noté que Ryan ni siquiera fue capaz de responder mí mensaje.
Solo lo vió y ya.
Probablemente no debe tener excusas que decir, y estoy jodidamente enojado con él por la manera en la que actuó con Nick.

Así que me escuchará.

Después de tocar el timbre la puerta se abre. Es la mamá de ellos.—Hola Charlie.—saluda amable.

—¿Qué tal señora? Disculpe las molestias.—digo rápido cuando noto que se limpia las manos por su delantal, parece estar cocinando.

—Oh cariño no pasa nada.—resta importancia—¿Buscas a Ruby? Ella salió hace como una hora con Catherine.

Niego.—En realidad busco a Ryan.
¿Se encuentra?

Asiente haciendo una mueca.
—Está en su habitación. Casi no ha salido de ahí en todo el día.—avisa.

—Oh, quizás no es un buen momento entonces.

Niega rápido.—No, al contrario.
¿También eres su amigo no? Quizás tú puedes hablar con él.

La culpa lo carcome quizás.

—Okey, está bien.

La señora de la casa se hace un lado mientras me permite pasar. Conociendo ya la casa me deja de manera amable que simplemente suba. Así que camino hasta su habitación, suspiro antes de golpear la puerta tres veces.

—¿Ryan?

Por supuesto. No hay respuesta.
Así que resoplando dejo pasar unos segundos antes de volver a tocar.

—Ryan... ¡soy Charlie!—alzo un poco más mí voz.

Y sigue sin responder, así que dejándome llevar por el enfado que sigo sintiendo en un impulso abro la puerta, y solo lo encuentro en su cama dormido.

Y es inútil. Tendré que hablar con él otro día.

Pero antes de voltear noto una botella de vidrio que sobre sale de abajo de su cama, algo confuso me acerco a pasos lentos mientras me agacho y la agarro. Es una botella de vodka. Y sí, todo huele a alcohol. Incluso él. Niego con la cabeza sin poder creerlo. Que idiota es.

Aún sigue dormido, así que estiro mí brazo tocando su hombro moviéndolo un poco. Quizás está desmayado o algo:—¡Ryan!

Este se despierta de golpe algo confuso, se refriega los ojos con fuerza. Me quedo tranquilo.

Suspiro.—¿Estás bien?

Cuando me mira su expresión es absolutamente confusa, se apoya sobre sus codos para verme mejor.
—¿Charlie?

Vuelvo a negar con la cabeza.
—¿Por qué has bebido así? Sí tú no tomas alcohol.

Suspira en grande mientras intenta sentarse, cuando sus pies se colocan sobre el suelo se agarra la cabeza con las dos manos.

—Se me parte la cabeza.
—dice apenas, parece que la ebriedad no se fue de su cuerpo por completo.

—Y como no.—digo con ironía dejando la botella a un lado.

—¿Qué... ¿Qué haces aquí?
—se masajea la cien mientras me mira.

—¿Por qué has bebido de está manera? —pregunto arrugando la nariz.

Resopla.—No lo sé Charlie. Estoy... Estoy jodidamente estresado y...
—intenta ponerse de pie pero no puede— Entre la universidad y el trabajo y... Y tú.—me vuelve a mirar—
A veces todo es demasiado.

—Si, pero esa mierda no es la solución.
—me entra un mensaje pero decido ignorarlo— De todos modos es imposible hablar contigo así.

—No no...—dice rápido mientras está vez si se pone de pie— Hablemos. Esta bien, ¿Qué... ¿Qué pasa?

—Vine por Nick y por lo que le hiciste.
—mi mandíbula se tensa.

Su ceño se frunce mientras parece intentar recordar.

—Sabes muy bien de lo que te hablo.
—me cruzo de brazos mientras mí teléfono vuelve a sonar.

Gruñendo entre dientes lo tomo de mí bolsillo, es Leía avisando que ya están en la casa y que compró para la cena. Le contesto rápido diciendo que enseguida ya voy. Pero me sorprendo cuando escucho la puerta de la habitación cerrarse de golpe sumado al ruido de unas llaves.

Levanto mí vista para ver a Ryan al lado de la misma mientras me dice:
—Hay que hablar.











Lo que sigue a continuación estará disponible en el capítulo 18.




Nota de autor/ar: Hola hermosxssssss! Espero que anden bien. Bueeeeno, solo decirles que aún falta muuuuucho. Eso no quiere decir que sea malo. Relax jajaja como siempre les digo, CONFÍEN.
Todavía faltan CANTIDAD de momentos que NyC tienen que compartir 🥰🫶🏻😌 sumado a eso OTRAS TANTAS OTRAS COSAS. Chan. Ahoraaa, pregunta.
¿Quién se enamoró primero?
¿Y quién cayó más fuerte?
Los dos están igual, pero quiero ver sus puntos de vista. Aunque creo que la respuesta es un poquito obvia. Muchas gracias por su apoyo a la novela 💗 son lo más. Gracias por leer, besossssss









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