16° | ¿Ahora sí? |
Capítulo 16.
~Narrador: Nick
Cuando llevo una de mis manos a mí rostro y noto un poco de sangre salir por mí nariz, y otro poco de mí labio inferior tengo que resoplar en grande intentando calmarme.
Un pequeño pinchazo me atraviesa por cada línea de mí rostro. Vuelvo a suspirar intentando limpiar.
Mí mirada se dirige hacía el grandísimo cabron que tengo delante. Enseguida siento la mano de Liam sobre mí hombro.
—¡Lo has lastimado! —dice de repente intentando volver a abalanzarse sobre mí.
Pero Liam no lo permite colocándose delante de mí agarrando su brazo evitando que me pegue. Lo echa a un costado y Ryan lo mira mal.
—Ni sé te ocurra, y vete de aquí.
—le ordena.
En cambio aquél imbecil solo se queda ahí de pie, sin la intención de marcharse.—¡Me hice a un lado, me abrí por completo como seguramente ya lo sabes! —empieza a decir elevando la voz y no entiendo a qué mierda se refiere.
La sangre sigue brotando por mí nariz, levanto un poco mí camiseta mientras trato de detener un poco.
—¡Y sin embargo vas y lo lastimas! ¡Aún teniendo la posibilidad de estar con él! —me dice con furia— No permitiré eso, no dejaré que lo vuelvas a lastimar.
—¿No crees qué estás haciendo bastante el ridículo? —Liam se mete a la conversación.
—Tú no te metas.—le responde con frialdad.
Resoplo intentando contar en mí mente hasta diez y no hacer algo demasiado estúpido. Así que esta vez soy yo quien toma del hombro a Liam con fuerza para movernos de aquí y dejar a ese cabron hablando solo.
Vino aquí a buscar problemas, no le daré el gusto.
Liam lo mira mal antes de voltear y ambos comenzar a caminar dejándolo atrás, pero este vuelve a hablar:—Si no lo cuidas estaré yo aquí gustoso de hacerlo.—dice.
Y es suficiente.
Suficiente autocontrol ya tuve con este imbecil.
Me acerco a pasos rápidos y le devuelvo el puñetazo en el rostro, este tropieza cayendo a la vereda.
—Hazte un favor y ten un poco de dignidad. Aléjate de él...—ordeno—
aléjate de nosotros.
Liam me sujeta fuerte del brazo.
—Vamos, ya está.
Algunos minutos después llegamos a mí departamento.
—¡Pero que idiota de mierda!
—dice mí amigo cuando cerramos la puerta— ¿Cómo se atreve a venir así y darte un puñetazo tomandote desprevenido? Además de violento, cobarde.
Moviendo mí cuello de un lado a otro me siento sobre el sofá. Me vuelvo a tocar la herida porque el dolor aún no sé va.—Cabron que es, me pegó de lleno con esos anillos de mierda.
—¿Tienes un botiquín? —pregunta.
Resoplo.—Acabo de mudarme, no hay nada.
—Bueno, saldré a comprar algunas gasas y esas mierdas.—dice rápido dirigiéndose hacía la puerta.
—Espera...—lo observo antes de que salga—¿Has escuchado lo qué dijo?
—¿Qué cosa?
—Que según él ya se abrió, que se alejó y no sé cuánta mierda más...
¿De qué estaba hablando? —mi ceño se frunce.
Liam se encoge de hombros, y antes de que responda el timbre de casa suena.
Se acerca a abrir y veo a Charlie del otro lado.
—¡Ey! —lo saluda Liam de manera algo eufórica y nerviosa.
—¿Hola? —lo saluda Charlie sin entender el porqué de su estado algo exaltado.
Cierto, en uno de los mensajes le dije que nos veríamos a esta hora.
—Dejalo pasar.—digo hacía Liam.
Mí amigo se pasa una mano por la nuca algo nervioso, Charlie ingresa algo confuso hasta que da conmigo y me ve. Enseguida su expresión cambia a una de preocupación, se acerca rápido hasta dónde estoy acomodándose a mí lado.
—¿Qué ocurrió? —pregunta asustado.
Liam me observa, yo también a él.
Y sinceramente ya no quiero seguir creando problemas entre nosotros.
—Un... Un paparazzi algo irrespetuoso. Tuve que ponerlo en su lugar.
—miento.
El ceño de Liam se frunce por completo. Charlie observa hacía mí aún preocupado y sin entender del todo.
—¿Tuviste una pelea con un paparazzi? —repite incrédulo—
Nick, tú no harías algo así...
—Bueno, muchos cambiamos en algunas cosas.—elevo un poco la cabeza mientras me vuelvo a acomodar sobre el respaldo.
—¡Ay vamos! ¡Dile la verdad!
—dice Liam y lo miro enseguida advirtiéndole con la mirada.
—Lo sabía.—acota Charlie—¿Qué fue lo qué pasó?
Decido quedarme en silencio.
—¿Liam? —insiste Charlie.
—Pues tu amigo Ryan vino de la nada mientras estábamos entrenando y le dió un puñetazo.—le dice— Fui testigo, estuve ahí. Antes de que lo defiendas. Y esta vez Nick no ha hecho nada, él otro solito vino como un loco.
Enseguida siento la mirada de Charlie sobre mí. Luce completamente confundido.—¿Ryan te ha hecho esto?
Suspiro.—Lo siento, pero no pude quedarme atrás.
Niega con la cabeza mientras observa nuevamente a Liam.—¿Realmente Ryan fue quién vino por él?
—Sí, bueno, este lo ha dicho. No sé ha quedado atrás. Pero solo se defendió, fui testigo.—vuelve a responder con convicción.
Charlie suspira mientras se masajea la cien:—Sí Liam, entendí.
Mi amigo hace una pequeña mueca observándome, le hago un gesto para que se vaya. Este no entiende así que su ceño se frunce.
Volteo los ojos:—¿No tenías qué ir a comprar?
Parece entender.—Oh claro sí.
—dice rápido yendo a la puerta— Los dejo solos. Bueno, tengo que ir a comprar por eso los dejo solos. De todas maneras supongo que querrán estar solos y...—se interrumpe a si mismo notando mí mirada— En un rato vuelvo.—sale rápido cerrando la puerta tras él.
Cuando ya estamos solos lo observo. Parece pensativo y algo preocupado.
Y justamente quería evitar esto.
—¿Estás bien?
Asiente levemente como volviendo en sí.—¿Te duele? —señala mí rostro.
—No, estoy bien.
Me hace una mirada obvia mientras se levanta yendo hacía la cocina.
—Okey, sí. Me duele. Es que me ha tomado desprevenido en serio.—elevo un poco mi voz.
Al minuto vuelve con un pedazo de hielo envuelto en una de mis camisetas. Se acomoda a mí lado mientras me lo extiende.
—Te ayudará.—dice cuando me lo pasa y nuestros dedos hacen un leve roce. Nuestras miradas se cruzan de manera nerviosa.
—Gracias.—lo llevo hasta mí naríz—
Liam no sabe nada de primeros auxilios.
Sonríe por lo bajo.
—Tú siempre sabes que hacer.
Y como curar...—sigo diciendo.
Se acomoda de lado para verme mejor.
—Tengo que saber cómo hacerlo. Tengo una hermana pequeña.
Niego levemente.—No hablo de ese tipo de curaciones.
Charlie parece nervioso enseguida mientras evita mí mirada.
Se aclara la garganta.—¿Por qué mejor no vas a darte una ducha? Tienes algunas manchas de sangre.
—¿No te irás?
Niega.—Aquí te espero.
Sonrío un poco ante eso.
—Si me dejas puedo preparar algo de comer...—propone— Con lo que sea que tengas, algo siempre se puede hacer.
—Estás en tu casa.—y no puedo dejar de mirarlo.
Luego de una ducha rápida me visto rápido para ir con él. Parezco un niño entusiasmado e intrigado por el regalo que le harán. No lo oculto. Ya no quiero desperdiciar ni un minuto más lejos de él.
Cuando vuelvo está terminando de servir algo en unos platos, acompañado de dos vasos de agua.
Me acerco hasta él sentándome en una de las banquetas.
—Huele demasiado bien.
—me acerca el plato.
—Omelette y ensalada. Básico y sencillo, pero muy rico. Y Nick... Definitivamente tienes que ir de compras.—se sienta al frente de mí.
Sonrío ante eso.—Lo sé, aún no tengo nada. Mañana iré.—comienzo a comer.
—Tienes el labio algo hinchado, y parece un poco cortado.—hace una mueca mientras también come.
Volteo los ojos.—Sí, tenía la mano adornada de anillos.
Parece ponerse tenso de repente.
—¿Por qué te golpeó? Le acabo de enviar un mensaje y no responde.
Niego rápido.—No lo hubieras echo, en más, no quiero hablar de él en este momento.
—Yo sí Nick.—dice tranquilo— Estoy aquí para eso, ¿No?
Tomo un sorbo de agua.—Según él porqué te lastimé.
Sus cejas se juntan algo confundido, hasta que parece recordar algo. Suspira volviendo a comer.
—¿Qué pasa?
—Creo que otra vez fue mí culpa. Evidentemente no dejo de cagarla.
—dice con algo de culpabilidad.
—¿De qué hablas?
—Anoche cuando...—se acomoda en su lugar algo nervioso— cuando salí de aquí fui a casa de Ruby.
Lo observo esperando a que siga.
—¿Recuerdas que Ruby es la hermana de Ryan no?
Por supuesto. Bajo mí mirada hacia el plato sin decir nada.
—Me quedé a dormir con ella porque bueno, estaba mal y... La cosa es que Ryan no estaba. Pero llegó en la madrugada y justo yo estaba en la cocina. Quizás ahí interpretó haberme visto mal y por eso hizo lo que hizo contigo.—termina diciendo de manera hartante— No puedo creerlo.
Ante eso prefiero no decir nada. Cualquier cosa que rodee a aquel idiota y cualquier cercanía que tenga con Charlie me deja así. Algo molesto e inquieto.
—¿Nick? —me llama. Ya que mí vista está sobre el plato.
Lo observo.—¿Hum?
—Hablé con Ryan el otro día.
—comenta— Ya le he dejado las cosas claras.
Lo escucho atento sin decir nada.
—Le dije que aprecio lo que él hizo por mí, por su compañía, y que de cierto modo le tomé algo de cariño...
Mí vista vuelve hacia abajo, dejo el tenedor a un lado porque mí estómago se cierra.
—Pero que solo quiero a una sola persona. Y que mí corazón le pertenece por completo.
—dice—Y que lo amo.
—suelta de repente.
Esta vez levanto mí mirada para verlo. Mí corazón late con tanta fuerza qué me asusta. Todo mí cuerpo se estremece por completo.
Me pongo nervioso al instante cuando rodea la mesa y se acerca hasta mí, se acomoda con miedo entre medio de las mías. Sonríe ligeramente.
—Yo también te amo. Y mucho.
—vuelve a decir.
Las palabras se me quedan atascadas, no sé que decir ni que hacer.
He esperado esto por mucho, inconscientemente lo esperé toda mí vida. De alguna manera u otra me convencí de que el amor no es algo agradable, mágico y bonito como todos lo ven. Me lo creí por completo. Pero entonces él apareció.
Charlie apareció para cambiar todas mis perspectivas y mover mí mundo por completo. Cómo esa pieza faltante que nunca pude encontrar, pero una vez que apareció todo pareció completarse.
—¿Otra vez te he dejado sin palabras?
—vuelve a sonreír colocando su mano sobre mí mejilla. Y con una suavidad extrema acaricia mí herida.
—Besame.—es lo único que puedo articular mientras una sonrisa adorna mí rostro.
Charlie se acerca con cuidado para besarme. Y cuando vuelvo a tener sus labios sobre los míos nada parece importar más que este momento.
Solo nosotros, solo yo teniéndolo entre mis brazos mientras sus suaves manos acarician mis mejillas sin dejar de besarme.
No puedo pedir más nada que esto.
Se separa un poco.—Estás herido.
—susurra.
—Me importa un carajo.
Ríe mientras rodea sus brazos sobre mí cuello y se tira sobre mí para abrazarme. Lo envuelvo en mis brazos con fuerza sintiendo su cálido y abrazador aroma. Y es él único lugar donde siento tanta tranquilidad y paz. En dónde mí mente deja de correr por un segundo.
—Hay que hablar Nick.
—susurra dejando un beso sobre mí cuello.
—¿Podemos no hacerlo y solo quedarnos así abrazados?
—cierro mis ojos escondiendo mí rostro en su cuello.
Siento su sonrisa.
Y lo termino de confirmar cuando está vez se aleja un poco para mirarme a la cara.—Podemos quedarnos así las veces que quieras. Pero ahora hay que hablar.—besa otra vez mis labios—
Hay que terminar de comer. Estás haciendo mucho ejercicio, tienes que alimentarte.
—¿Lo has notado?
—vuelvo a comer cuando vuelve a su lugar.
—Por supuesto que lo noté.
—me echa una mirada de arriba a abajo para luego sonreír.
Algunos instantes después de compartir una comida y de simplemente hablar de cosas al azar, es como si de alguna manera u otra mí alma sanó un poco. Mí cabeza se detuvo. Y solo pude sentir felicidad, tranquilidad y armonía estando a su lado. Charlie me complementa demasiado.
Juntamos las cosas para lavarlas.
—Deja, yo las lavo.—se ofrece— No es nada. ¿Por qué mejor no te colocas otro poco de hielo? Liam no volvió más con las cosas.—se queja.
—Y no volverá.—se me escapa mientras me coloco a su lado.
Ah sí, le envié un mensaje de que ni se le ocurra aparecer.
Charlie me mira confuso.—¿Qué?
Comienzo a lavar.—Que no creo que vuelva si ya no lo hizo.
Asiente.—En verdad yo puedo. Ve a colocarte más hielo.
Niego.—Hiciste de comer, no puedo dejar que también laves todo tú solo.
Niega.—El mismo testarudo de siempre.
—Algunas cosas no cambian.
Lo observo a mí lado como sonríe.
—Tú sí has cambiado. Y me agrada.
—¿Sí?
Asiente mientras terminamos.
—Cada faceta que tienes me agrada.
Sonrío ante eso mientras termino de secarme las manos. Me acerco a él quedando de frente, Charlie voltea nervioso mientras parece tragar saliva con fuerza. Lo encierro entre mis brazos dejando las manos sobre la encimera.
—Tengo muchas ganas de besarte.
—observo sus labios para luego mirar directo a sus hermosos ojos.
Ladea su cabeza reprimiendo una sonrisa nerviosa.—No quiero lastimar tus labios.—lleva alguno de sus dedos acariciando con suavidad.
Sonrío acercándome.—Puedes lastimarme las veces que quieras.
Moja sus labios en un claro signo de nerviosismo, mí mirada se dirige hacía su boca. Y rompiendo con la tensión me atrae hacía el mientras me besa.
Y no pasa mucho para que nos dejemos llevar por completo uno por el otro. Porque a los minutos nuestras prendas están esparcidas por cada rincón. Nuestros besos, manos y caricias de más nos llevan a la perdición completa.
Para este instante ya somos uno mientras estamos sobre el sofá y Charlie está encima de mí sin dejar de moverse. Cada gemido que se desprende de ambos hace eco por todo el departamento.
Cuando explotamos en un orgasmo delicioso y cargado de pasión intentamos recuperarnos mientras nuestras respiraciones intentan calmarse. Charlie aún sigue encima de mí mientras su cabeza cayó rendida sobre mí hombro.
Sonrío rodeando su cintura.—¿Puedes repetirlo por favor? —digo aún agitado.
Saca su cabeza de mí hombro para verme.—Acabamos de terminar.
Río ante eso.—No hablo de eso, aunque igual sí. Después seguimos.
—muerdo su labio inferior para luego besarlo.
Charlie ríe en mís labios.
—Lo que has dicho en la cocina...
¿Puedes repetirlo?
—acaricio su cintura.
Se acomoda mejor sobre mí mientras rodea sus brazos con más fuerza sobre mí cuello. Pasa sus dedos por mí frente acariciando para luego depositar su mano sobre mi mejilla.—Te amo.
Sonrío ampliamente.
—¿Otra vez?
—Nick...—echa a reír.
Beso su mejilla.—Me encanta oírlo.
Deja de reírse para acercarse a mis labios otra vez, y sobre ellos susurrar muchas veces:—Te amo, te amo, te amo.
Lo atraigo aún más hacía mí.
—Y yo a ti, muchísimo.
—expreso ya con el corazón completamente en la mano.
Nos volvemos a besar de manera apasionada, romántica y dulce. Deseando parar el tiempo de alguna manera y que todo se quede aquí. En este momento, en este instante.
Y sí, el amor es algo loco, también desgarrador a veces, y doloroso.
Pero con Charlie terminé de entender que la creencia de agradable bonito y mágico con él es real. Eso que nunca creí cercano, con él lo terminé de confirmar por completo.
Lo que sigue a continuación estará disponible en el capítulo 17.
NOTA DE AUTOR/AR: Hola hermosxssssss! Superaron el reto 💗 son lo más!! Así que acá está el cap. Déjenme decirles que editando el capítulo tuve que cortar algunas cosas para el siguiente cap, ya que quedaba algo largo y creo que hay algunas cosas que van a entenderse y explicarse en el otro que no deben perderse. Así que atentxssssss. Nuevamente gracias por todo su apoyo 🫶🏻 me hace muy bien 🥰
Gracias por leer, besosssssssss
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top