9. | Estoy... ¿Confundido? |
●Capítulo 9.
~Narrador: Nick ~
La chica gime encima de mí de manera efusiva, e incluso creo que un poco de más.
Trato de estar aquí, en el placer que la rubia me está haciendo sentir. Pero mi mente divaga por otros lados...
¿Quién diablos se cree ese para hacerme una cosa como esa? No estaría con un tipo, y mucho menos con uno como él. Que se cree irresistible o algo así, pffff.
Cuando la chica llega a su orgasmo, simplemente se coloca a mi lado respirando pesadamente.
Suspiro.—Puedes decirle a mi chófer que te lleve, corre por mi cuenta no te preocupes.
—le digo.
Noto su mirada en mí.
—¿Ya me estás echando?
—se acerca besando la comisura de mis labios.
—Tengo un día muy ocupado.
—digo mientras me levanto y me coloco mi ropa interior.
Estoy molesto, carajo.
Ni siquiera pude acabar.
La culpa no es de ella, es mía.
Siento como comienza a vestirse detrás de mí, me acerco hasta mi escritorio y tomo una caja de cigarros. Tomo uno y lo enciendo para comenzar a fumar.
Un minuto después siento sus brazos rodear mi cintura.
—¿Te puedo ver otro día?
—pregunta con una voz coqueta.
Expulso el humo del cigarro.—Cualquier cosa estamos en contacto.
Ella asiente.
—¿Me acompañas?
Sin decir nada comienzo a caminar con ella siguiendo mis pasos, al salir de mi habitación espero encontrar a Lauren para que la acompañe, pero para mi mala suerte me encuentro a Charlie saliendo del cuarto del mocoso.
No nos habíamos cruzado después de sus palabritas en la cocina, él estuvo haciendo su trabajo y yo simplemente llamé a esta chica para pasar el rato.
En cuanto Charlie levanta la vista de su teléfono y me ve, automáticamente eleva una de sus cejas, noto que sonríe mientras niega con la cabeza y sigue su camino.
¿Y este qué?
—Síguelo a él, y dile que te lleve con el chófer.—le digo a la rubia.
Ella asiente sonriente.
—Adiós Nicholas.—me deja un beso sobre la mejilla y se va tras él.
Tensando mi mandíbula vuelvo a entrar a la habitación cerrando la puerta de un portazo.
Estoy tenso, malhumorado, enojado, cabreado y sobretodo insatisfecho...
Apagando el cigarro voy directo al baño para darme una ducha de agua fría, me vuelvo a deshacer de mi ropa interior y me coloco debajo tratando de relajarme un poco.
El agua fría baja por mi cuerpo desnudo.
"No tienes idea de cuánto pueden divertirse dos chicos juntos... "
Niego rápido sacando esos estupidos pensamientos de mi cabeza. Comienzo a bañarme.
Pero recuerdo su cercanía y decisión al hablarme, no titubeó ni un segundo al decirme todas esas cosas.
Comienzo a pasar con furia la esponja por todo mi cuerpo, el agua se desliza retirando cualquier rastro de jabón.
" Sí esto no te gustara un poco no estarías así de nervioso... "
Suspiro en grande llevando mi mano hacia mi miembro, lo tomo en mi mano.
Estoy duro. Así que tensando mi mandíbula comienzo a masturbarme.
—¿Y cómo hago eso?
—pregunto completamente frustrado hacia Lily durante una video llamada.
Estoy en el despacho de mamá.
—Simplemente quedándote en el molde Nick. Nada de fiestas, nada de salir a lugares donde sabes que puedes ser el centro de atención, nada de post en Instagram que puedan dar que hablar...—enumera con firmeza.
—¿No se supone que ya está todo aclarado?
—indago dibujando sobre un papel.
—Sí lo está, pero toda esta situación está aún muy tibia. Es preferible que te guardes un poco, cualquier paso en falso los medios pueden volver atacarte y es lo que menos nos conviene ahora.
—afirma.
Suspiro mientras sigo dibujando.
—¿Estás escuchando lo que digo Nick? Pareces en otro planeta.
—Si Lily estoy escuchando.
—¿Quedó todo claro entonces?
Suelto el lápiz con rabia.
—Clarísimo.
—¿Tienes alguna pregunta más? —dice mientras teclea en su teléfono.
—Algunas, pero de seguro debes ir atender a mamá ¿no? Ve tranquila.—digo con ironía.
Suspira.—¿Qué más quieres saber? Aún tengo unos minutos.—esta vez me observa.
—¿Qué se supone que voy hacer estas semanas hasta que vuelvas?
—digo con pereza.
Levanta los hombros.
—Puedes hacer muchas cosas. Tu mamá te dijo que puedes retomar las clases de actuación, nunca está de más seguir perfeccionándose.
—No lo necesito.
—Puedes hacer un curso de algo, no lo sé Nick, puedes hacer muchas cosas. Pero de manera sigilosa y de bajo perfil.—remarca— Ya sabes las cosas principales que no debes hacer.
Volteo los ojos mirando hacia la puerta, veo a Charlie pasar por el pasillo.
—Tengo que colgar.
—Cualquier cosa me llamas.—dice.
Asiento y cierro sesión.
Me levanto y rodeo la mesa, salgo al pasillo y antes de que pueda caminar más lejos, lo llamo:
—Ey, tú... —voltea a verme frunciendo el ceño—
Ven aquí un momento.
Este comienza a caminar hacia mí algo confundido, cuando llega a mi lado me ve esperando a que diga algo. Pero no sé que decir, ni siquiera sé porqué carajo lo llamé.
—¿Qué? —insiste— Estoy ayudando a tu hermano con los deberes.
¿En serio? ¿En serio hará como si lo que pasó en la cocina no pasó? Porque su actitud me delata total desinterés.
—La chica que estaba conmigo hoy temprano...
—me aclaro la garganta—
¿La llevaste con el chófer?
—Sí Nicholas, ¿algo más?
—Sí... —digo tragando saliva con fuerza tratando de lucir serio.
—¿Qué? —vuelve a insistir.
—¿Sabes qué? Nada. Sigue con el mocoso, tengo cosas más importantes que hacer.—digo de manera desinteresada volteando para irme, pero su voz me detiene, sonrío levemente:
—Nicholas...
Volteo a verlo.—¿Qué pasa?
—Mi trabajo acá es cuidar de tu hermano, no estar al pendiente de ti y mucho menos de las personas que te andas follando.—dice serio— Así que, que sea la última vez que dejas a mi cargo a una persona.
—sonríe ligeramente mientras voltea y se va dejándome una vez más con la palabra en la boca.
Algunas horas después llegó la hora de la cena. Alexander y yo comemos en silencio en el comedor, cada tanto ingresa Charlie para verificar que Alexander esté comiendo todo de su comida.
Me mira mal y luego se va, yo solo volteo los ojos sin decir nada.
Seguimos comiendo cuando la pregunta de Alexander me sorprende:—¿Cómo te das cuenta cuando alguien te gusta?
Tomo un poco de agua observándolo, levanto los hombros de manera desinteresada.
—¿En serio no sabes eso?
—pregunta frunciendo el ceño.
Niego.—No es eso, eres muy mocoso para hablar de esas cosas aún.—me llevo otro bocado a la boca.
Su ceño se frunce por completo.—Mamá me dijo que diste tu primer beso a los nueve años, atrevido.
Yo estoy por cumplir once.
—¿Y eso qué tiene que ver?
—¡Que ya puedo hablar de ciertas cosas!
Volteo los ojos.—¿Desde cuando tanto interés para hablar de esto?
Remueve su cabello con algo de nerviosismo.—Curiosidad.
—Si lo preguntas es por algo.
—Te he dicho que solo es curiosidad.—vuelve a decir.
—Okey, entonces... ¿por qué la pregunta? —insisto.
Él también come un bocado.—Tengo un amigo del instituto. A este amigo le gusta una niña, o eso cree él.
No sabe lo que le pasa porque se lleva muy mal con ella, ¿entiendes?
—¿Entonces cómo puede gustarle si se llevan mal?
—Por eso es que te pregunto.
—dice con obviedad.
—Pues dile a tu amigo que se fije en otra, si las cosas empiezan así no van a terminar muy bien.
Alexander me mira frunciendo el ceño.
Como si tuviera un tercer ojo en el medio de la frente o algo así.
—¿Qué? —digo de manera desinteresada.
—Eres pésimo para aconsejar.—se levanta de la mesa.
—¿Qué dije?
Niega con la cabeza mirándome mal mientras sale del comedor. Mocoso...
Después de cenar, subo a mi habitación y me fumo un cigarro en el balcón.
Al terminar me doy una ducha rápida y voy directo a la cama para intentar dormir. Pero conciliar el sueño es imposible. Mi mente no para de divagar en mil cosas.
¿Cómo carajo haré para mantener mi culo quieto estas semanas y sin poder hacer lo que quiero?
Esto de mantener un perfil bajo como dictó Lily será más difícil de lo que pensé.
Tampoco me la quiero pasar encerrado aquí, definitivamente tendré que buscar algo para hacer. Porque me volveré loco.
Dando vueltas en la cama, husmeando en mi teléfono e incluso mirando el capítulo de una serie estúpida que me salió en recomendación, decido levantarme.
El insomnio se está apoderando de mi esta noche.
Me dirijo a la cocina a pasos lentos, la casa está a oscuras y el silencio es de por sí de más. Al entrar voy directo a la nevera, agarro un pote de helado con una cuchara y me siento en una de las banquetas para tomar un poco. Suspiro un grande cuando el delicioso sabor de chocolate invade mi paladar.
Me toma por sorpresa ver de repente a Charlie ingresar a la cocina, cuando me ve también luce sorprendido.
—¿No puedes dormir?
—pregunto de manera desinteresada mientras mi atención está en el helado.
Escucho un suspiro de su parte.—Sí, pero solo me desperté con algo de sed.
No digo nada, siento como abre la nevera y se sirve un vaso de agua.
No lo miro, y tampoco quiero hacerlo. Porque de repente me pongo nervioso como un auténtico idiota...
—¿No puedes dormir?
—me pregunta sentándose al frente de mí.
Esta vez lo miro.—No.
—¿Por qué? —pregunta bebiendo de su vaso.
—Tengo algunas cosas en la cabeza.—llevo otra cuchara de helado a mi boca.
Observo como asiente.
—¿Quieres hablar?
Esta vez lo miro juntando mis cejas.
—Una vez alguien me dijo que cuando tienes ganas de hablar sobre algo que te inquieta siempre es mejor hacerlo con alguien que apenas conoces, te sientes con más comodidad.
—levanta los hombros.
—No, así estoy bien.—suspiro y llevo el pote de helado al centro, agarro una cuchara y se la paso— Sírvete si quieres.
Charlie me mira confuso un momento, sin embargo agarra la cuchara, se sirve un poco y se lo lleva a la boca.
—¿Todo chocolate?
—Es mi gusto favorito.
—también agarro un poco más.
—Sí, está delicioso. Pero hay muchas cosas para probar.
—dice llevándose otra cuchara de helado a la boca.
Esta vez lo miro elevando una de mis cejas.
—¿Qué? —dice intentando reprimir una sonrisa.
—Nada.—niego con la cabeza mientras sigo comiendo.
—¿Siempre tienes un pote así de helado para ti? —pregunta volviendo a comer.
Asiento y me quedo un momento en silencio.
Silencio que perdura unos segundos más, hasta que Charlie decide interrumpirlo:
—¿Dije algo malo?
—pregunta.
Niego y suspiro.—Con mi padre solíamos hacer esto.
Siento su mirada en mí, no dice nada.
—En realidad fue él quien me pegó este vicio.—sonrío recordando— Me acuerdo que lo hacíamos a escondidas de mamá, a ella no le gustaba que comiera mucha azúcar.
Así que en la noche veníamos aquí y tomábamos de nuestro helado mientras él me contaba como fue su día.
Vuelvo a suspirar en grande, mientras vuelvo a cargar mi cuchara.
Solo siento su mirada... y no sé porqué dije lo que dije, no me gusta hablar de estas cosas.
—Olvídalo.—digo de repente volviendo a ponerme serio.
—¿Lo extrañas mucho?
—pregunta.
Esta vez lo miro, trago saliva con fuerza. Un nudo me invade, intento dejarlo de lado.
Charlie se levanta y me retira el pote de las manos.
—Demasiada azúcar, si quieres dormir ya debes parar.—me mira sonriente.
—Igualmente ya no quería más.—le digo de la misma manera.
Él niega con la cabeza sonriendo mientras guarda el pote de helado en la nevera, a pasos lentos vuelve acercarse y se sienta ahora a mi lado.
—Con respecto a lo de hoy a la mañana...—se aclara la garganta y lo noto algo nervioso— Olvídalo, quería bromear contigo.
No digo nada.
—Que descanses.—dice tragando saliva con fuerza, estamos algo cerca otra vez— Y gracias por compartirme de tu helado y... Y por la anécdota tan bonita.
Me quedo mirándolo como un idiota sin saber que decir, Charlie hace una mueca y sin decir más nada sale de la cocina.
Al otro día decido llamar a Liam para pasar el rato.
No salí de mi habitación, así que solo le dije que suba y venga hacia aquí. Vamos a almorzar juntos en mi balcón.
—Lauren definitivamente eres la mejor.—dice Liam hacia ella mirando toda la comida que preparó.
—Que lo disfruten chicos.
—sonríe hacia nosotros—
Si necesitan algo solo me llaman.
Asiento hacia ella.
Lauren sale cerrando la puerta de mi habitación.
—Creo que te tomaste muy literal el que no puedes salir de casa.—ríe levemente mientras se sienta y comienza a comer.
Volteo los ojos.—No sé que mierda hacer.
—De todas maneras Lily tiene razón. Si sales ahora puede que te cruces con algún periodista o algo así y quieran hacerte mil preguntas. No es conveniente.—dice mientras sigue comiendo— Aunque igual tampoco es para que seas tan dramático.
—¿A qué te refieres?
—también comienzo a comer.
—Que parece que te quitan los vicios y las fiestas y te vuelves loco. Hay otras cosas también que puedes hacer.
—toma un trago de cerveza— Puedes decirle a tu mamá que te de algún puesto en su empresa, puedes... No sé, ¿estudiar?
—Eso no es lo que quiero hacer.—digo firme.
—¿Y qué es lo qué quieres?
—Tener un puto protagónico.
—afirmo.
—¿Por qué tanta insistencia con eso? Puedes empezar por un papel más chico o algo así.—vuelve a comer— En serio esto está muy delicioso.
—me mira— Si quieres puedo darte un puesto en mi restaurante.
Niego rápido.—¿Qué haría yo ahí?
Levanta los hombros.—Algo encontraremos.
Seguimos comiendo y hablando de cualquier cosa, hasta que decido preguntar algo:
—¿Cómo es que te diste cuenta que también te van los tipos? —digo bebiendo un trago de cerveza mirando hacia el frente.
Siento la mirada de Liam.
—¿Por qué la pregunta?
Levanto los hombros restando importancia.
—Para hablar de algo.
Él recarga su espalda en el asiento poniéndose más cómodo.—No lo sé, simplemente pasó.
—¿Qué pasó? —esta vez lo miro.
Liam ríe levemente.—¿Por qué tanto interés? Acaso, ¿te quieres tirar a uno?
—eleva una de sus cejas.
Golpeo con mi puño su brazo.—Que dices cabron...
Echa a reír.—Estoy bromeando.—esta vez me mira— ¿Pero para qué quieres saber?
—Nunca me contaste bien, solo es eso.—digo de forma desinteresada bebiendo otro trago.
—Y porque generalmente no me gusta andar contando mis intimidades, de quien me llevo o no a la cama.
—dice con tranquilidad.
—Entonces... ¿Tuviste sexo con un tipo? —indago.
Asiente también bebiendo otro trago de cerveza, me toma por sorpresa. Sabía que Liam no tiene problemas con su sexualidad y que la disfruta como se le plazca, pero con respecto a tipos pensé que no había pasado más que besos.
—¿Y qué tal? —digo tragando saliva con fuerza.
—Excelente.—dice sin más.
Asiento sin decir nada, nos quedamos un momento en silencio viendo la hermosa vista que tiene mi balcón.
Terminamos de comer hacer un rato.
—Pero mi atención ahora está en ella, pero ella no en mí.—dice algo frustrado.
Lo miro.—¿Hablas de esa Ally?
Asiente poniéndose algo serio mientras vuelve a tomar.
—Que estupida. Buscate a otra.—digo sin más.
—No hables así de ella.
—suspira— Me gusta, uno no elige de quien gustar.
Niego con la cabeza.—Follate a otra... O otro.—digo rápido— Y olvídate de ella.
Liam me mira y se pone una mano en el pecho.—Perdón por no ser un desalmado sin corazón como tú... —dice con ironía— Pero soy de carne y hueso, y cuando siento algo no soy un cobarde y prefiero ir por eso.
Volteo los ojos sin decir nada.
Nos quedamos unos momentos más hablando de cualquier tema al azar, hasta que se fue porque debía ir a su restaurante.
¿Y yo? Sí, me la pasé en casa todo el puto día. Que pereza.
~Narrador: Charlie.
Yo: Sí amigo, ¿entonces el viernes nos vemos?
Cody: Okey sí. Así también me cuentas bien que fue lo que ocurrió con Ally. Que por cierto hoy estuvo aquí en el restaurante.
Me pegó el teléfono más al oído mientras sigo doblando la ropa de Chloe:—¿Qué? ¿Estuvo en el restaurante?
Cody: Sí, quiere que hable contigo para intentar hacer que tú hables con ella.
Yo: Es que Ally no tiene ningún puto límite.
—digo frustrado. Chloe entra a la habitación y se tira de lleno en la cama mientras se pone a dibujar.
Cody: No le hice mucho caso igual.
Yo: Hiciste bien. Amigo te tengo que dejar, mañana hablamos. Que descanses.
Cody: Tú igual. Saludame a Chloe.—cuelga.
Dejo el teléfono a un lado y guardo la ropa en el armario.—Cody te manda saludos.
—Mándale también.
—responde atrás de mí— Hace mucho no lo veo.
—Es que está con mucho trabajo mi amor.—volteo y tomo más ropa de la cama para seguir guardando—
¿Te lavaste los dientes?
—esta vez la miro.
Asiente y sigue dibujando.
—Bueno, ya hay que dormir. Ya es tarde.—digo abriendo la cama.
—Un ratito más.—pide haciendo puchero.
Niego.—Mañana podrás seguir dibujando todo lo que quieras.—agarro sus cuadernos y lápices mientras los guardo en su mochila— Vamos, a dormir.
Suspirando se mete bajo las mantas, se acomoda.
—Iré a ducharme porque hoy no hice tiempo, me doy asco.—digo hacia ella acariciando su cabello.
—¿Tienes olor a queso?
Echo a reír.—Sí, tengo mucho olor a queso.—me tiro a su lado haciéndole cosquillas, ella comienza a reírse— Así que duerme, ¿sí? Voy a ducharme súper rápido y ya vuelvo.—dejo un beso sobre su frente.
Tomo mi toalla y mis cosas personales para salir de la habitación, antes volteo a verla.
—A dormir Chloe.
—Sí, sí.—dice mientras se acomoda.
Niego con la cabeza y cierro la puerta, camino hacia el baño e ingreso. Coloco el agua a la temperatura ideal, tendré que bañarme rápido para no despertar a nadie por el ruido.
Me deshago de mi ropa y me coloco bajo la ducha de manera rápida.
El agua está en su punto justo. Comienzo a ducharme tratando de sacarme todo el cansancio de encima.
Logro sacarme un poco el cansancio pero no sus malditas miradas...
¿Cómo es que una persona puede tener una mirada tan dulce y tan fuerte a la vez?
La forma en la que Nicholas me miraba cuando estábamos en la cocina tomando de su helado... no pude descifrarla. Pero de que me puso los vellos de punta, lo hizo. Y detesto reconocerlo, detesto saber que ocasiona algo en mí.
Frustrado sigo duchandome, cuando siento la puerta abrirse. Asustado me escondo detrás de la mampara <que no está cerrada> y como si lo llamara con los pensamientos
Nicholas ingresa.
Automáticamente va hacia el retrete mientras se coloca para orinar, antes de que baje el cierre de su pantalón lo llamo:—¿Qué mierda haces?
Nicholas me mira confundido.—¿Orinar?
Lo observo con más atención.
Niego con la cabeza.
—¿Estás ebrio?
—No, solo me tomé una cerveza.—dice intentando bajar el cierre de su pantalón.
Suspiro.—Bueno, me estoy duchando por si no lo notaste, ¿por qué no vas a tu baño?
—Esta es mi casa y voy al baño que yo quiera.—dice de manera desinteresada.
—Dios Nicholas, que asco.
—digo frustrado— ¡En serio vete! ¡Quiero terminar de ducharme!
—Ya me sacaste las ganas de orinar.—dice cabreado mientras me mira. Traga saliva con fuerza y apoya su espalda sobre la puerta.
—¿Qué haces?
—Nada.
—¿Puedes irte?
Estás invadiendo mi espacio.
—Y tú estás invadiendo otras cosas... Como mi cabeza por ejemplo.—dice cerrando los ojos.
Eso me toma por sorpresa.
—Olvídalo.—dice de repente abriendo la puerta para salir.
—¡Espera...! —digo rápido cerrando la ducha, tomo mi toalla y la envuelvo en mi cintura.
—¿Qué? —dice volteando, me mira de arriba a abajo.
—¿Qué fue lo que acabas de decir? —digo acercandome.
—Que me quitaste las ganas de orinar, así que ahora me iré a dormir. Buenas noches.—dice volviendo a tomar el pomo de la puerta.
Tomo su brazo haciendo que me mire.—Lo que dijiste después de eso.—me acerco un poco más—¿Así qué estoy invadiendo tu cabeza?
Traga saliva con fuerza, puedo notarlo algo nervioso. Me mira a los ojos directamente.—Te dije que lo olvides.
—¿Y si no quiero? —me acerco aún más.
Es clara nuestra diferencia de altura, sin embargo nuestras narices ya casi pueden rozarse.
—¿Qué quieres? —susurra.
—¿Tú qué quieres?
—también susurro.
—No quiero nada.
—¿Entonces por qué estás aquí?
No dice nada. Vuelve a mirarme de pies a cabeza, sonríe ligeramente.
Me toma absolutamente por sorpresa cuando su mano rodea mi cuello con delicadeza y me acerca a él peligrosamente.—¿Cómo era?
" No tienes idea cuánto se pueden divertir dos chicos juntos... " —repite lo que le dije anteriormente.
Muerdo mis labios ante su tacto, no sé que está haciendo, no sé que pretende. Pero me gusta.
—Demuestrame.—exige mirando mis labios.
Lo que sigue a continuación estará disponible en el capítulo 10.
~~~
NOTA DE AUTOR/AR: Perdón la demora!
Jsjdidskkdkdd bueeeeno.
Las cosas se prendieron, y ni les cuento como se van a seguir prendiendo. 🥵🤫😈
Como dije, todo esto recién empieza. Falta mucha tela por cortar 😉😉😉
Muchísimas gracias por sus lindos comentarios, los valoro mucho!! Gracias por leer, besossssss
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