54° | ¿Cómo Hago?|
•Capitulo 54.
~Narrador: Nick
Unos Días Antes.
Después de salir de la casa, entendí que Charlie y yo necesitamos de un respiro. Sobre todo él. Me equivoqué, lo entendí.
Y si quiero remediar todo entre nosotros debo hacer las cosas bien.
Me partió el alma ver a su hermana llorar, incluso a ella le tomé cariño... Todo esto la verdad que me está haciendo replantear mucho todo. Charlie me ha hecho ver en este tiempo muchas cosas desde otras perspectivas, no me siento el mismo desde que lo conocí, claro está. Y es para bien, todo de él ha sido para bien... En verdad me volvería loco si como un imbecil pierdo esto.
Volví a mí casa. No quiero estar aquí, quiero estar solo. Lejos... Sin tener que darle explicaciones a nadie. ¿Pero adónde?
Cuando estoy subiendo las escaleras escucho la voz de mí madre llamándome:
—Nick...
Suspiro y volteo:—¿Qué pasa?
—¿Cómo qué pasa? Anoche no has venido a dormir, ¡Tengo que enterarme por los medios que te has roto la mano! —la señala con preocupación.
Volteo los ojos.—Pues no ha sido la mano...
—la levanto en alto— Solo fue un dedo.
Niega y se acerca.—¿Qué está ocurriendo?
—¿Te importa?
—Eres mí hijo, ¿cómo no me va a importar?
—se acerca aún más intentando tomar mí mano, pero me alejo rápido.
—En este momento no tengo ganas de absolutamente nada, y mucho menos de darte explicaciones a ti.—expreso con frialdad— Así que con tu permiso, estoy un poco apurado.—volteo y comienzo a subir las escaleras.
—¡Nick! —me llama elevando la voz— Vuelve aquí, ¡estamos hablando!
No hago caso y sigo subiendo. Camino rápido hasta mí habitación yendo hasta mí vestidor, tomo un pequeño bolso y comienzo a guardar un poco de ropa.
No sé adónde mierda me iré, pero necesito poner mí cabeza en otro lado.
—¿Puedo pasar? —escucho a alguien hablar desde mí habitación.
Reconozco enseguida que es Alexander.
—Sí, pasa.—sigo guardando.
Escucho sus pasos acercarse, ingresa conmigo al vestidor.—¿Te vas?
—¿Qué haces despierto tan temprano?
—me hago el otro.
—Tengo que ir al instituto. Y bueno, tengo que esperar a Charlie.—avisa.
Escuchar la mención de su nombre me hace flaquear.
—Claro, sí.—termino de guardar y cierro el bolso, lo observo:—Entonces, que tengas un buen día.
Su ceño se frunce.—¿Estás bien? Y no lo pregunto solo por lo de tu dedo.
Sonrío levemente ante eso.—Que bueno que te hayas dado cuenta que solo fue un dedo.—digo con ironía.
—Eres tonto eh...—se acerca— Aver, trae aquí.—le extiendo mí mano, la observa en detalle—¿Puedo preguntar cómo te has hecho esto?
—Mmm, no.—con mí mano libre le desacomodo el cabello— Tengo que irme, cualquier cosa me envías un mensaje.
—camino saliendo del vestidor, siento sus pasos rápidos atrás de mí.
—¿Qué le diré a mamá? Preguntará por ti.
—dice en un tono más preocupado— Se pone muy mal cada vez que haces esto de irte.
Volteo a verlo.—Que estoy bien y nada más. Más que eso no tiene porqué saber.
—suspiro— Nos vemos Alex.
Camino hacía la puerta pero su voz vuelve a detenerme:—¿Por qué cada que te ocurre algo siempre tienes que huir de esta manera?
No volteo a verlo. Solo me quedo de pie aferrando con fuerza el bolso sobre mí hombro.
—¿No es mejor hacerle frente a las cosas?
—sigue diciendo.
Sonrío nuevamente. Volteo a verlo, su expresión es de una preocupación genuina. Me acerco y me agacho a su altura:
—Es muy cierto lo que dices. No te equivocas.
—¿Y entonces? —vuelve a insistir— No sé que te estará ocurriendo, pero si es cierto lo que digo, ¿por qué no te quedas aquí?
—Porque las cosas a veces se ponen difíciles. Sobre todo cuando vas creciendo, lo entenderás después...
—acaricio su cabello— Cada quien reacciona como puede, y creo que eso está bien. No hay un manual que indica como debemos reaccionar cuando las cosas no van como queremos.
Alex me escucha atento.
—Y yo aprendo todos los días Alex, todos los días trato de crecer. Y claramente puede que me equivoque. Pues, te repito, estoy aprendiendo. Así de estupido y viejo como seguro me ves.—sonrio ante eso y él también lo hace.— Y hago lo que puedo, en serio.
Él asiente levemente.—Supongo que ser adulto no es tan fácil.
—Pues no, la vida en sí no es demasiado fácil. Pero también tiene sus momentos hermosos, y personas muy geniales que lo hacen todo mejor.
—pellizco su mejilla— Tú eres una.
Vuelve a sonreír.—¿Estarás bien?
Asiento.—Lo estaré.
Observa hacía el suelo con algo de timidez.
—¿Pu... Puedo...
—Sí, puedes abrazarme tonto.
—lo interrumpo.
Sonríe y se echa a mis brazos en un abrazo contenedor. Suspiro relajado ante eso.
Algunos minutos después estoy saliendo de casa, le digo al chófer que llevé el auto de Liam a la suya. Si voy a dejárselo en persona hará preguntas, y sinceramente no tengo ganas de hablar con nadie.
Estoy arriba de mí auto sin rumbo alguno.
Rechacé algunas llamadas de Lily, debe de estar como loca con esto de mí mano. Pero es que en verdad no tengo ganas de ver a nadie. Y necesito que lo entiendan.
Esos momentos en dónde me siento absolutamente tan frustrado por mis propias acciones, y en donde también soy consciente de que lo que toco lo rompo...
No dejo de romper a las personas que tengo mí lado, y eso me destruye. Porque no sé cómo pararlo, no sé cómo accionar.
En algunas situaciones me siento tan capaz de todo, con una personalidad que va tan al choque que no permite que nada ni nadie arruine mí bienestar. Pero en otros momentos me siento un crio de diez años que no sabe cómo comportarse y que lo único que necesita es un abrazo de su papá diciendo que todo estará bien.
Limpio con rapidez algunas lágrimas mientras doblo a una esquina y tengo que detener el auto un momento porque el llanto se avecina. Suspiro con fuerza cuando lo hago.
Comienzo a llorar. Permitiéndome sacar todo lo que tengo adentro. El rostro de mí padre pasa por mí cabeza. Si no fuera por mí el estaría aún aquí conmigo...
Las miradas tristes y de decepción de mí madre hacia a mí también se me aparecen. Me lástima, y mucho. Porque no es lo que quiero entre nosotros. Realmente deseo un acercamiento con ella, porque... Carajo, es mí madre. ¿Cómo no voy a querer tenerla cerca?
Y Charlie...
Charlie me destruye completamente.
Porque llegó de manera tan inesperada a mí vida, moviéndome absolutamente todo de lugar y entrando a mí corazón de una manera tan fuerte que ya no sé cómo manejar tanto que siento.
Siento que él es la única cosa buena que la vida se ha encargado de ponerme en el camino. Llegó a mí por algo... ¿Y que he hecho yo? Arruinarlo como siempre.
Sigo limpiandome las lágrimas, intento hacer unas reparaciones para calmarme.
Cuando de repente siento unos flashes en mí cara, levanto la mirada y algunas personas que van pasando por la vereda están sacándome fotos. Algo frustrado vuelvo a encender el auto y comienzo a conducir con rapidez.
Todo está muy en la mierda en este momento, y como todo imbecil que soy necesito hundirme en más mierda para que mí cabeza pare un poco. Así que sin dudarlo mucho tomo el camino hacia el departamento de Boris.
—¿Seguro que no hay problema?
—me siento en su sofá.
—Que no Nelson, puedes quedarte los días que quieras.—se sienta al frente de mí—
¿Quieres tomar algo? Estaba por hacerme un té.
Niego.—Preferiria otra cosa en este momento.—suspiro recargando mí espalda con más comodidad.
—Traes una cara de mierda, ¿qué te ha ocurrido? —pregunta mientras le entra un mensaje y responde.
—Algunas cosas que sinceramente no tengo ganas de hablar.
Asiente.—¿Seguro? —sigue tecleando— Carajo, estoy llegando tarde.
—¿Adónde?
—A mí trabajo.—se levanta mientras busca algo.
Mí ceño se frunce por completo.—¿Desde cuándo tienes trabajo?
Sonríe acercándose hasta la cocina y se prepara un té.—Desde hace poco, estoy trabajando con mí papá en su empresa.
Mí confusión es aún más. Tenía entendido que con su padre se llevaban de la mierda.
Su papá no lo quería en la casa porque no le gustaba que consuma y tome alcohol.
Por eso se mudó solo.
—Sí, te has perdido algunas cosas Nelson.
—le da un gran sorbo a su taza— Quédate, y haz lo que quieras. Si quieres a la vuelta te cuento mejor.
—¿No te molesta que me quedé aquí solo?
Niega mientras se acerca a la puerta y se cuelga un morral.—Es tu casa. Nos vemos.
—abre la puerta y se va.
El resto del día me quedé en la casa solo fumando y dejándome consumir por mis propios pensamientos... Quería pedirle algo más pero no hice tiempo, así que eso me tiene algo ansioso. Mí mente no paró de divagar un segundo en como están las cosas, y cada vez que pienso en eso me siento aún más un imbecil.
Me doy una ducha rápida y me visto.
Está comenzando a oscurecer, el día se está terminando y lo único que hice fue pelear contra mí propia cabeza.
Escucho la puerta abrirse, salgo de la habitación de huésped y por suerte encuentro a Boris.—Hasta que llegas cabron...
—¿Así saludas a la gente? —niega mientras ingresa y se sienta en el sofá. Suspira en grande— Esto de ser responsable y tener un trabajo no sé si está tan bueno.
—Pues, era hora.—respondo irónico.
—Callate, apenas y ayer has empezado a trabajar también.—se acomoda mejor mientras cierra los ojos.
—Escucha...—me aclaro la garganta—
¿Tienes algo?
Abre uno de sus ojos.—¿A qué te refieres exactamente?
—Sabes a lo que me refiero.—digo con obviedad.
Boris se sienta mejor para observarme en más detalle.—No, no tengo. Y si tuviera tampoco te la daría.
Suelto una risa irónica.—¿Qué dices? Vamos, no seas cabron. Dame algo.
—Tú no seas un cabron. Aléjate de esa mierda.—se levanta con rapidez pasando por mí lado.
Lo sigo.—Boris, si vine hacía aquí fue por algo, si no me quieres dar gratis lo entiendo. Te pagaré, incluso el doble.
Pero sabes que no puedo ir a buscar ahora en otro lugar. Eres la única persona de confianza que puede pasarme.
Ingresa al baño mientras se acerca a la ducha. Abre la regadera contemplado el agua. No responde nada.
—¡Ey! ¡Te estoy hablando imbecil!
—mi voz se eleva— No te hagas el superado ahora solo porque tienes un trabajo y no sé que mierdas más. Siempre has sido tú él de esto, lo sabes y...
Me toma por sorpresa cuando voltea y me agarra por el cuello poniéndome contra la pared. Levanta su puño en alto como queriendo darme un gran puñetazo.
Su mandíbula está sumamente tensa.
Su agarre es tan fuerte que no puedo liberarme, parece darse cuenta así que me suelta enseguida mientras respira con dificultad.
Empiezo a toser.—¿Qué carajos te pasa cabron de mierda? —me cuesta hablar.
Su pecho sube y baja. Una lágrima se desliza por su mejilla.—Estoy tratando de dejar esa mierda... —sus manos se vuelven dos puños—
Estoy intentando tener una vida mejor...
Y no vas a venir tú a querer arruinarlo todo Nelson.
—termina de limpiarse las lágrimas— Vete, quiero ducharme.
Todo me toma altamente por sorpresa.
Lo noto muy nervioso, así que sin decir nada solo volteo y salgo del baño, cierra con un gran portazo. Trago saliva con fuerza mientras me dirijo a su balcón.
Pasa alrededor de una media hora, en dónde solo me quedé mirando hacía el exterior. Siento sus pasos detrás de mí.
—Lo siento.—dice.
Volteo a verlo, está cabizbajo.—Está bien.
—No.—niega rápido— No está bien.
—se sienta en una tumbona— Esto también es parte del tratamiento, intentar controlar mis impulsos y demás.—suspira en grande.
Confundido me siento a su lado.
—¿Tratamiento?
Asiente mirando hacía el frente.—Entré a un grupo de autoayuda hace aproximadamente un mes.
Mis cejas se elevan en sorpresa.—Wow.
Ríe con tristeza.—Si, nadie parece creerlo. Todos de alguna manera me subestiman, voy a cerrarles el culo a cada uno.
Hago una mueca escuchándolo.
Nos quedamos algunos momentos algo callados, pero decido romper el silencio:
—Si haces esto tiene que ser por ti, no para demostrarle nada a nadie.
Me observa sorprendido:—¿Eso ha salido de ti?
Sonrío con algo de tristeza.—Aunque tampoco lo creas sí.
Suspira.—¿Puedo saber porqué estás aquí?
¿Y por qué carajos quieres consumir?
Cierro los ojos con fuerza. Evito su mirada.
—Prefiero no hablar de mí en este momento... Porque mejor no me cuentas de ti. Y qué fue lo que pasó para que tú vida haya cambiado tanto.
Y lo que restó de la noche Boris me puso al día. Este último tiempo no hemos estado tanto en contacto, así que él no tenía idea de mí como yo tampoco de él.
Lo cierto es que como siempre, su vida estaba siendo un descontrol. Sexo, drogas, fiestas, alcohol. No estudiaba, no trabaja, absolutamente nada... Básicamente también se estaba autodestruyendo.
Al día siguiente de una de las tantas fiestas que iba, su padre decidió aparecer por aquí. Ellos habían roto cualquier tipo de comunicación desde que su padre lo echó de casa. Tuvieron una discusión muy fuerte en la cual su papá le ha dicho que odia ver a su hijo así, que lo lástima, y que intente cambiar el rumbo de su vida...
Que está vez él lo acompañaría.
Boris increíblemente accedió. De alguna forma u otra también estaba pidiendo ayuda.
Su padre le otorgó el contacto del grupo de autoayuda... Le costó, pero de a poco se fue haciendo amigo de la idea de cambiar su vida. Tanto así que se acercó más a su familia, y el apoyo de ellos lo incentivó el triple.
—Y ahora me dió un espacio en su empresa.—finaliza— Estoy a prueba, porque pues soy un inútil que no sabe hacer nada.—eso me hace reír levemente— Pero es mí padre ¿no? No puede echarme.
—me guiña un ojo mientras toma un trago de coca cola.
—¿Tienes asesoramiento de alguien?
—pregunto.
Asiente.—De mí novia.
Lo miro incrédulo.
Ríe.—Si Nelson, también tengo novia. Bueno, no somos novios oficiales.
Pero estamos a punto. La conocí en la empresa, papá la colocó para asesorarme y sinceramente fue una de las mejores cosas que pudo haber echo.—suspira— Melanie es sensacional.
Niego con la cabeza soltando una risita nerviosa.—Es imposible que estés en pareja.
—Pues lo estoy. Mírame, soy un chico nuevo.
Vuelvo a negar con la cabeza.
—Bueno pues... Me alegra por ti, en serio.
—Gracias.—se acomoda para verme mejor
—Ya hablé demasiado, cuéntame ahora que tal lo tuyo. Además de que serás el protagonista de una película... Wow, ¿Que tal eh? Lo has conseguido.
Sonrío levemente.—Ni yo puedo creerlo.
—Siempre quisiste serlo, era hora.
—La verdad es que sí. Y estoy contento por eso.
—¿Entonces qué te tiene así?
Lo miro sin decir nada.
—Vamos Nelson, quizás no te conozco tanto como el cabronazo de Liam, pero igual lo hago. Te escucho...
Resoplo.—Es que son muchas cosas Boris.
—me paso una mano por la nuca— Es ese momento en dónde todo se te acumula y no sabes que hacer y...
—La salida no es esa mierda.—advierte— Ni el alcohol ni nada, ¿oíste? Puedes estar cabreado, odiarte, u odiar el mundo.
Pero hay maneras distintas de sacar toda esa frustración, no por la salida fácil.
—vuelve a repetir.
Me quedo en silencio.
—Asi que si has venido aquí por eso no vas a conseguir nada.—aclara— Pero si quieres quedarte simplemente porque necesitas aclarar tu mente de lo que sea que te esté ocurriendo y quieres estar un poco lejos, mí casa es tu casa. Pero lejos de esa mierda.
—dictamina.
Asiento levemente.
—¿Y qué carajos te pasó en la mano?
—pregunta confuso cambiando de tema—
¿Te has hecho una paja muy fuerte?
Sonrío ante eso y agradezco que haya respetado mí decisión de no querer hablar, al menos ahora. Así que solo nos quedamos en el balcón compartiendo algunas pizzas mientras hablamos de cosas al azar.
Pero Charlie no ha salido de mí cabeza en ningún puto segundo.
Los días fueron pasando y siempre fueron igual. Traté de no ir a mí casa, sé que me cruzaré a Charlie y quiero evitarle un mal momento. En este momento lo que menos quiere es verme, y debo darle su espacio. Aunque realmente deseo todo lo contrario.
En estos días también conocí a la novia de Boris, es alguien agradable. Parecen llevarse muy bien, y ella resulta una buena compañía para él. Boris está embodado.
Con el correr de los días también recibí varios mensajes de Liam y Lily, respondí muy brevemente que estoy bien y necesitaba estar solo. Hasta ahora a la tarde que Lily me pidió que vaya con urgencia a mí casa, porque hay novedades de la película.
Mis nervios me invaden cuando cruzo la puerta, deseo tanto verlo. Aunque sea de lejos... Pero la casa está en un silencio absoluto. Así que con rapidez subo las escaleras hacia el despacho de mamá, Lily me ha dicho que estaría ahí. Ingreso sin golpear, pero me llevó una sorpresa cuando es mí mamá quien me espera.
—¿Y Lily? —pregunto.
—Aún no ha llegado.—responde mientras se retira los lentes y me observa.
—Perfecto, la esperaré en mí habitación.
—volteo para salir.
Pero su voz me detiene antes de que de un paso:—Nick, ¿puedes parar por favor?
—su voz sale totalmente quebrada.
Eso me toma por sorpresa, así que volteo rápido para verla. Está llorando.
—¿No crees que ya deberías parar un poco con tu destrato hacía mí? —pide en un hilo de voz y mí corazón se encoje.
Trago saliva con fuerza.—¿No es lo qué te mereces?
Se cubre la boca intentando contener el llanto. Mis ojos se humedecen enseguida. Mí mano se vuelve un puño, porque a pesar de todo. Odio verla llorar...
—¿Cómo me puedes hablar así?
—sigue llorando mientras se pone de pie—
¿Cómo puedes ser tan absolutamente injusto conmigo? —su tono de voz se eleva por completo.
Mí mandíbula se tensa mientras ingreso más al despacho.—¿Y tú has sido justa con papá?
Niega con la cabeza intentando calmar su llanto.—Es que tú... Tú no lo entiendes Nick.—le cuesta hablar.
—¿Que no entiendo? ¡No te preocupes que lo entiendo perfectamente eh! —mi voz también se eleva— ¡No te preocupes que lo entiendo desde que soy un crio de mierda!
¡Tuve que entender que mí madre se acostaba con otro tipo mientras decía amar a mí papá!
—Para Nick por favor...
Camino hasta ella hasta quedar en frente. Mis lágrimas caen en cascada.—¿Y sabes que más tuve que entender? ¿Lo sabes?
—alzo la voz ante su silencio— Que haga lo que haga siempre seré una decepción para ti, que el que nos llevemos así es por toda tu maldita culpa. Y si soy lo que soy fue porque tú me llevaste a todo esto.
—rompo en llanto.
Se cubre el rostro mientras sigue llorando.
—Todas las veces que te ha dado vergüenza verme alcoholizado, verme de mujer en mujer, de fiesta en fiesta... Esa fue la única manera de mierda que encontré en ahogar un poco todo el dolor que llevo todos estos años...—sigo llorando mientras llevo mis manos a mí pecho— Dolor que tú me has causado.
—Jamas... Pero jamás...—intenta hablar pero no puede, el llanto la supera.— Jamás quise lastimarte hijo, nunca.
Agacho la cabeza evitando su mirada.
Mis lágrimas no cesan.
—¿Cómo puedes pensar que he hecho algo a propósito o para lastimarte? Cuando eres lo más importante que tengo en la vida...
Mí mandíbula se tensa nuevamente.
—Si soy tan importante como dices, me hubieras cuidado. Hubieras cuidado la familia que teníamos, pero no lo hiciste.
Y estás son las consecuencias.—volteo mientras camino rápido hacia la puerta.
—¡Nick! —me llama llorando, y si volteo a verla me romperé en mil pedazos— Por favor, necesito que me des otra oportunidad. Te necesito conmigo hijo, necesito de ti.
—Fijate que yo también necesito de una madre...—las lágrimas caen con rapidez— Pero no una como tú.—y sin más que decir salgo de su despacho dejando un portazo.
Todo el camino hacia el departamento no dejé de llorar un segundo. Fui hiriente, sumamente hiriente. Y me destroza, porque no es lo que quiero, pero tampoco puedo actuar de otra forma. Porque el dolor que llevo pesa aún más, porque su traición es más dura, y no puedo pasar página así como así.
Al llegar voy directo por unas cervezas, hasta que recuerdo que Boris ya no tiene nada de eso. Entro en desesperación y con unas ansias grandes de meterme algo.
Así que comienzo a buscar por todos lados, reviso por cada rincón mientras mis lágrimas se adueñan de mí.
Es lógico que se deshizo de todo, pero algo siempre tiene que quedar. Recordé que Boris me dijo que hoy no lo espere, que estará con su novia. Eso me beneficia para seguir buscando y que nadie me toque los huevos. Pero no encuentro nada.
Su departamento está dado vuelta, como si alguien hubiera entrado a robar.
La noche cae y lo único que hice fue fumarme algunos cigarros. Ninguno de ellos calmó nada. Liam me ha enviado algunos mensajes preguntando si estoy bien, preferí ignorar. Alex también me ha llamado, tampoco contesté.
Dando otra calada al cigarro con mí teléfono en la mano ingreso hacía el contacto de Charlie. Voy a su foto de perfil y mí corazón se desarma...
Lo necesito, lo necesito tanto... Observo sus ojos preciosos, su cálida y dulce sonrisa, su cabello rizado y suave... Se me viene a la mente su hermosa voz, sus caricias, sus besos, sus abrazos, su risa tan contagiosa, se me viene a la mente todo de él.
Cabreado y frustrado por todo me levanto de golpe mientras atravieso el desastre que dejé en el departamento, salgo del mismo y voy hacia mí auto. Decidido por ir a buscar algo para tomar, importandome un carajo que alguien pueda tomarme fotos o lo que sea. Compro varias cervezas, un whisky y un vodka. El de la tienda solo me mira sorprendido, no sé si porque me reconoció, o por mí claro estado de mierda. Pues, no he dejado de llorar un momento.
Al volver al departamento comienzo a beber, y de a poco toda esta mierda empieza a hacer efecto en mí sistema.
Pero no es suficiente, nada es suficiente.
Solo lo necesito a él.
Las horas pasan y yo no dejo de beber.
Pero quiero más. Así que decido ir a revisar al único lugar que no he dado vuelta, y es la habitación de huéspedes. Desacomodo todo de lugar hasta que encuentro algo, y solo son dos bolsitas muy ocultas en el armario, atrás de todo. Satisfecho vuelvo hacía el balcón, coloco las mismas delante de mí mientras doy otro sorbo a mí cerveza.
Y otra vez viene Charlie a mí puta cabeza.
Así que no vacilo en tomar mí teléfono y teclear como puedo su nombre para llamarlo. Por su voz parece sorprendido, también se molesta por escucharme en el estado en el que estoy... Pero no quiero que me cuelgue, ya que su voz es la que me trae un poco de paz en tanto caos.
Cuando le digo todo lo que lo extraño y cuanto lo necesito conmigo, me cuelga... Nuevamente volví a cagarla, y con todo el estado de ebriedad que llevo encima también caigo en cuenta que a él le lástima verme así. En este caso escucharme.
Así que cabreado de pies a cabeza me levanto agarrando las bolsitas que tengo en frente y camino con dificultad hasta el baño tirando las mismas por el retrete.
Me quedo ahí, sentado en el baño.
Las náuseas y el dolor de cabeza empiezan a aparecer, incluso me siento mareado.
No sé cuántos minutos pasan pero la puerta del departamento suena con fuertes golpes. Ni siquiera puedo levantarme, el mareo ahora es más grande.
—¿Pero qué mierda? —reconozco de la voz de Liam.
Me acerco enseguida al retrete y devuelvo todo. Al instante siento la puerta abrirse.
—¡Carajo Nick!
Cuando termino escucho detrás de mí como abre la ducha.
—Vamos, que te pegue un poco el agua fría.
—ordena mientras se deshace de mí ropa.
—¿Cómo mierda supiste que estaba aquí?
—me quejo cuando me coloca debajo de la ducha.
—Solo... —suspira— Cállate y duchate, estaré aquí.
Al Otro Día.
No sé en qué momento me quedé dormido.
Solo recuerdo salir de la ducha mientras le pedía a Liam que por favor se vaya, que necesitaba estar solo, se lo decía una y otra vez. Estaba muy enojado. Nuevamente actúe como un estupido. Tendré que disculparme con él.
Me despierto por algunas notificaciones en mí teléfono. En realidad, varias. Tomo mí celular, la cabeza me duele demasiado, carajo.
Lily: " Salieron varias fotos de ti llorando arriba de tu auto, estás en varios portales. Te vieron también comprando alcohol a lo loco, ¿qué mierda Nick? ¿Estás bien? Y me importa un carajo tu carrera, estoy hablando de ti "
Le respondo diciéndole que estoy bien, no quiero preocupar a nadie. Suspiro y me levanto, camino hacia el living y es como si un terremoto hubiera pasado por aquí. Hasta que recuerdo que lo provoque yo mismo. Boris parece que aún no ha llegado, de ser así ya me hubiera levantado de una patada en el culo por desacomodar así su casa. Y no está bien. No cuando él me ha ofrecido un lugar, así que rápidamente me pongo a ordenar absolutamente todo.
Media hora después llega junto con su novia mientras comparten risas.
—Ey...—saluda cuando me ve sentado en su sofá bebiendo un poco de agua—¿Qué haces despierto tan temprano?
—Hola Nick.—saluda amable Melanie— Paso al baño.—le deja un beso en la mejilla y camina hacia ahí.
Observo a Boris.—Me acosté y me levanté temprano, no tenía mucho para hacer.
—miento.
Asiente.—¿Has desayunado?
Niego.
—Iré a comprar algo y desayunamos los tres, dile a Melanie que ya regreso.
—voltea y se va.
Aprovecho qué estoy solo con ella y prefiero decirle la verdad, así que cuando vuelve le digo lo que encontré ayer en el armario. No sé sorprende, aunque de todas maneras la entristece un poco.
Suspira mientras se sienta en el sofá.
—Puede pasar. Está en el tratamiento hace muy poco, es lógico que sea difícil para él.
Aunque de todas maneras la semana pasada se ha hecho una prueba de toxicología, está limpio hace tres semanas.
—sonrie levemente.
—Lo está intentando, se está esforzando y se nota. En serio es... Es admirable.—digo sinceramente—
Cambió muchísimo su vida, no te imaginas lo que era cuando lo conocí. Ahora parece otra persona.
Asiente volviendo a sonreír, mí teléfono suena con una llamada entrante.
—Disculpa...—observo y veo que es Alexander— Tengo que atender.
—Si, tranquilo. Yo prepararé un poco de té.
Camino hacía la habitación y respondo rápido:
Nick: Alex...
Alex: Hola... —suspira— Siento molestarte pero... Es mamá.
Nick: ¿Qué pasó? —pregunto preocupado.
Alex: Tranquilo, ella está bien. Bueno, si así se le puede decir.—vuelve a suspirar— La escuché hablar con Lily, quiere suspender la fiesta.
No solo hoy es su fiesta, si no también su cumpleaños...
Nick: ¿Por qué quiere hacer eso?
Alex: Dice que no será lo mismo sin ti, que tenía una esperanza de que tú asistas.
Pero después de lo que ha pasado ayer... ¿Que pasó ayer entre ustedes?
El timbre empieza a sonar repetidas veces de manera fuerte. Me acerco hasta la puerta espiando por el pasillo, Melanie abre.
Alex: ¿Nick?
Ella parece confusa, así que decido acercarme y me llevo una gran sorpresa cuando lo veo a él... A Charlie.
Lo que sigue a continuación estará disponible en el capítulo 55.
RETO: Si el capítulo pasa los 500 comentarios mañana les subo el siguiente capítulo.
NOTA DE AUTOR: Hola hermoxsssss!
Cómo están? Bueeeeno, MUY INSTANCIAS FINALES. 😱😱😱
Muchísimas gracias por su apoyo! 💖💖💖 Significa mucho para mí, sus comentarios y demás! Lo valoro mucho. Gracias por leer, besossssssss
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