50° | ¿Ya Dije Qué Me Encantas? |
•Capitulo 50
ADVERTENCIA: CONTENIDO +18
~Narrador: Charlie
Pasaron cinco días desde que Nick se ha hecho el ADN, hoy le darán el resultado y ya se podrá liberar de este problema de una vez por todas. Aunque no niego que me siento algo inquieto.
—¿Y ahora cómo sabe? —pregunta Leía entusiasta pasándome una cucharada de su mezcla.
En silencio la tomo y la pruebo, sabe muy bien. Asiento hacía ella.
Me mira entrecerrando los ojos.—¿Sabe mal?
Niego rápido.—Al contrario, está delicioso.
—suspiro recargando mí peso en la mesada.
Estamos en la cocina del restaurante de Liam. Es sábado. Lauren me pidió permiso si podía llevar a Chloe con ella y Alexander a pasear, claramente le di el okey.
Y la realidad es que no quería quedarme solo en la casa, así que le envié un mensaje a Leía si podía venir a su trabajo.
—¿Y por qué aún traes esa cara?
—vuelve su atención a lo que está preparando— Amigo, ¿no me digas que aún tienes miedo de que ese ADN dé positivo?
Vuelvo a suspirar mientras agarro un utensilio para jugar.—¿Está mal?
Ella ahora me presta atención:—Bueno, de estar mal no está. Entiendo que Nick tendrá su prontuario con las chicas y pues eso te haga dudar. Pero también no creo que sea tan descarado para mentirte en la cara.
Gruño.—Lo peor es que estos días con él han sido muy bonitos, tampoco es que hemos hecho la gran cosa pero el solo hecho de tener su compañía es tan...
—inhalo profundo buscando una palabra ideal— Perfecto.—finalizo.
—Alguien se está enamorando...—Leia hace un cantito mientras sigue con su preparación.
—Seria bastante frustrante que dé positivo. No por el bebé en sí, esa criatura no tiene la culpa. Si no porque... Siento que cambiaría mucho las cosas. Pero a un nivel grande.
—digo preocupado.
—¿A qué te refieres exactamente?
—A que si él llega a ser el papá de ese bebé es lógico amiga, sus prioridades serán otras. Yo quedaré en su vida en un segundo plano, él tendrá que ponerse los pantalones y hacerse cargo de toda la situación. Claramente yo estaré para apoyarlo, pero... No será lo mismo.—suspiro— Dios, es tan frustrante.—me paso una mano por el rostro.
¿Qué pasa si realmente estuvo con esa chica y lo olvidó por completo? Quizás estaba ebrio, o quizás no la recuerda del todo... Hay muchos factores.
Siento un olor agradable, levanto la mirada enseguida ya que mí vista estaba enfocada en el suelo. Cuando lo hago Leía me sonríe ampliamente mientras tiene en sus manos una bandeja con galletas de chocolate.
—Deja de sobrepensar tanto y come.
Le agregué algo nuevo.
Agarro una galleta y comienzo a comerla.
—¿Me das un abrazo? —pregunto con la boca llena.
—Claro que sí tonti.—deja la bandeja a un lado y me atrae hacía ella para abrazarme.
—Leia...—llaman atrás de nosotros.
Nos dejamos de abrazar cuando un chico ingresa y le habla.—¿Sí Kevin? —le responde mí amiga amable.
—Hay una clienta que pregunta por ti.
Acaba de probar tu postre y quiere felicitarte o algo así.—me observa— Hola.
—saluda.
—Hola.—respondo volviendo a comer una galleta, observo a mí amiga que se pone colorada.—¿Qué ocurre?
El tal Kevin sonríe hacía ella con ternura.
—Le da algo de pena cuando tiene que salir a recibir halagos de algún cliente.
—responde.
Observo a Leía y pellizco su mejilla.—Eres tan tierna, ¿osea que no es la primera vez que un cliente quiere felicitarte en persona? No me extraña, eres estupenda.
Suspira hacía mí.—De todos modos soy malísima para recibir halagos. Siento que lo hacen por compromiso.
Volteo los ojos y la empujo levemente.
—Ve allí y recibe esos halagos.
Vuelve a suspirar nerviosa, se acomoda el cabello y sale de la cocina. El tal Kevin se acerca a mí.—¿Hace mucho son amigos?
—Hace un tiempo, Le es lo más.—vuelvo agarrar otra galleta.
—Si, es... Fantástica.—suspira mientras observa por dónde mí amiga acaba de irse.
Mí ceño se frunce mientras lo miro.
Me aclaro la garganta.—Y su novio también.—digo irónico.
—Oh claro, sí.—parece salir de su burbuja—Liam es un gran tipo, gracias a él tengo este trabajo.
Asiento hacía él. Me mira algo nervioso.
—Debo irme, tengo que seguir con algunas cosas.—dice rápido mientras se va.
Mí amiga la rompecorazones.
Mí teléfono suena en mí bolsillo, lo tomo y veo que es un mensaje de Nick.
Mis pulsaciones se aceleran en un segundo.
Nick: " Tengo el resultado. ¿Podemos vernos? Si estás desocupado... "
Mierda.
Trago saliva con fuerza y tecleo una respuesta: " Claro. ¿Dónde estás? "
Su repuesta llega al instante: " En mí casa, nos vemos en un rato "
Sin más que decir guardo el teléfono.
¿Y por qué presiento que lo qué tiene para decirme no es nada bueno?
Me limpio las manos y tomo un vaso de agua para bajar un poco el chocolate. Suspirando salgo de la cocina para buscar a Leía y decirle que ya debo irme.
La busco con mí mirada, hay mucha gente.
Así que camino un poco más hasta que la ubico a un costado de una mesa, hablando nada más y nada menos que con Ally.
Sin dudarlo un segundo me acerco hasta ahí.—Ey...—me coloco a su lado, enseguida Ally me observa y parece sorprendida.
—Ey Char, hola.—me saluda sonriente.
Observo un momento a Leía que su cara es de total seriedad e incluso de... ¿Tristeza?
—Estaba diciéndole aquí a tu amiga que su postre ha estado delicioso. A mí y mi amiga nos encantó.—sonrie.
Leía habla:—Debo seguir con mí trabajo, permiso.—dice rápido mientras se va.
Vuelvo a observar a Ally.—¿Qué le has dicho? —susurro hacía ella ya enojado, evitando llamar la atención de la gente.
—Nada, solo que ha estado todo muy bien.
—la chica que vino junto a ella me responde mientras suelta una risa burlona.
La miro mal.—Disculpa, pero no estoy hablando contigo.—vuelvo a observar a Ally— ¿Qué le has dicho? —digo entre dientes.
—Solamente la verdad Char, nada más.
Tranquilo, no es para que hagas un drama de esto.—dice desinteresada mientras le da un sorbo de su café.
Prefiero evitar cualquier tipo de entredicho con una persona que sinceramente no tengo ganas de gastar mí energía, así que volteo rápidamente y camino volviendo a la cocina. Cuando ingreso veo a Leía de espaldas a mí mientras parece sorber su nariz.
—Le...—me acerco a pasos lentos.
—Estoy bien.—dice con la voz quebrada.
Me acerco del todo y la tomo del hombro con delicadeza, me mira y sus ojos celestes están rojos. Se limpia enseguida. Mí mandíbula se tensa, la atraigo hacía mí y la abrazo.
—Dime ya que te ha dicho esa maldita.
—la envuelvo con mis brazos.
—En serio Char, ya no importa.—dice intentando no llorar mientras me abraza.
—Leia...—me alejo y observo su rostro. Sus lágrimas caen por sus mejillas. Las limpio con suavidad— Dime qué te ha dicho por favor.
Traga con fuerza. Suspira evitando un segundo mí mirada.—Al parecer ya sabe que Liam y yo estamos juntos...
Carajo.
—Con Liam este tiempo quisimos ser lo más precavidos posible, más que nada porque sabes cómo soy yo con el tema de las cámaras y eso...—se sigue limpiando las lágrimas.
Lo cierto es que desde que están juntos Leía me contó que Liam le pidió si podía presumirla en sus redes y demás cosas que suelen hacer las parejas. Pero mí amiga le pidió si por el momento no podían ser un poco más discretos, sobre todo por el hecho que desde que Liam es conocido en los medios muy pocas veces se lo vio con alguien. Así que sería algo novedoso para la prensa que él esté en una relación sería.
Liam entendió enseguida a Leía y respetó su decisión.
—¿Qué te ha dicho específicamente?
—le paso un vaso con agua.
Toma un gran sorbo.—Muchisimas cosas para tan solo pocos minutos, se ve que tenía ganas de hablar. Pero en resumen, que nunca estaré a su altura, que soy muy poca cosa para Liam, que él es demasiado para mí. Que nunca vamos a tener el sexo que ellos tenían, y que Liam aún sigue pensando en ella, solo que lo oculta conmigo.—finaliza suspirando.
Mí mandíbula se tensa el doble. No pienso dejar las cosas así, y mucho menos que le hable a Leía de este modo. ¿Quién carajos se cree que es? Rápidamente esquivo a Leía para salir de la cocina.
—¡Charlie! ¿Adónde vas? —me grita desde atrás.
Pero no le hago caso. Salgo y voy hasta su mesa, pero ya no está. Ni ella ni su amiga.
Cobarde...
Leía llega hasta mí, me toma de la mano y tratando de no llamar la atención me vuelve a llevar hasta la cocina:—¿Qué pretendías hacer? —pregunta asustada.
—¡Poner en su lugar a esa maldita envidiosa! ¡No tiene porqué decirte esas cosas!
—Char, ya está, en serio no lo vale...
—¡No Le! ¡No está nada! No puedes permitir que te hable así, debiste decirle algo. No tenías que haberte quedado callada y agachar la cabeza, porque ahora ella consiguió lo que quiso. ¡Generarte este malestar!—digo un poco molesto.
Leía solo agacha la cabeza.
Suspiro.—Lo siento, ven aquí.—digo rápido mientras vuelvo a abrazarla— Es que me saca de quisio.
—Ya está, tranquilo. En serio no me importa lo que diga.—recarga su cabeza en mí pecho.
—No creo que sea así...
—En serio no me importa.—se aleja un poco— Mírame...—me sonríe— Ya estoy mejor. Fue... Fue algo del momento, nada más.
Acaricio su mejilla.—De todos modos, no vamos a dejar está situación así ¿de acuerdo? Ally me escuchará. Y haré que te pida disculpas.
—En serio ya está. No debes estresarte por esto, no lo vale.
—Tú si lo vales. Y siempre estaré para defenderte.—dejo un beso sobre su frente— Pero me gustaría que tú también empieces a hacerlo, ¿Sí? Nadie tiene porqué faltarte el respeto.
Leía asiente levemente.
Suspiro.—Tengo que irme, pero no quiero dejarte sola.
Niega rápido.—Ve a hacer lo que tienes que hacer, yo estaré aquí trabajando. Además, no estoy sola. Estoy aquí con Kevin.—se vuelve acercar a la cocina, la miro en silencio. Ella lo nota y me mira:—¿Qué?
—Ehhh, ¿él es tu amigo o algo así?
Ladea su cabeza.—No sé si amigo, pero nos llevamos muy bien. Es muy bueno conmigo, es muy amable.—sonrie.
Le abro los ojos en grande. Ella frunce el ceño.
—Puesss...—me aclaro la garganta— Yo no creo que él solo quiera ser tu amigo.
Leía me mira aún frunciendo el ceño.
Niego con la cabeza y me acerco a ella dejando un beso al costado de su frente.
—A veces eres tan inocente que quiero guardarte en una cajita de cristal para que nadie te haga daño.—camino ahora hacía la puerta.
—Owww, eso es muy tierno.—dice atrás de mí.
Volteo a verla.—Hablamos después. No me olvido de esto que pasó con aquella, te quiero.—le tiro un beso.
—Y yo a ti.—me devuelve el beso.
Llego a casa de Nick. Me abre una
de las mucamas de manera amable, le aviso que estoy esperándolo así que me hace pasar al living. Me siento en el sofá algo nervioso.
Pasan algunos segundos cuando lo veo venir por el pasillo de la cocina con la mirada concentrada en su teléfono. Se acerca hasta dónde estoy y al fin levanta su vista para verme.
—Ey...—saluda.
La persona pensante que soy antes de accionar se está por ir al carajo.
—¿Positivo o negativo? —pregunto rápido y algo nervioso.
Nick suspira y rodea el sofá. No trae buena cara. Se sienta al frente de mí.
—¿Y? —pregunto impaciente.
Parece tragar saliva con fuerza, me mira con más atención.—Positivo...
No sé que decir, no sé básicamente que articular. Así que solo me quedo en silencio, pero un maldito nudo en la garganta ya hace acto de presencia.
—Que a partir de ahora todo será positivo entre nosotros.—sonrie mientras me guiña un ojo.
Lo miro confuso. Hasta que caigo.
—Eres un imbecil de mierda.—digo serio.
Echa a reír mientras se levanta y se sienta a mí lado.—Debiste ver tu cara.—sus manos rodean mí cintura.
—No, es que en serio eres un idiota Nick...
—intento alejarlo de mí.
Sigue riendo mientras me deja un beso en la mejilla.—Estoy tan contento que quise bromear un poco.
—Pues con estás cosas no se bromean imbecil.—tomo un almohadón del sofá y se lo echo en la cara.
—¡Ey! ¡Dolió! —sigue riendo mientras se acomoda el cabello.
—Lo mereces por idiota.—me cruzo de brazos evitando su mirada.
Siento que se vuelve a acercar mientras me toma de la mandíbula y hace que lo mire
:—Eres demasiado lindo cuando te enojas.
Intento reprimir una sonrisa.—Callate.
—Ven, vamos arriba.—se levanta tomando mí mano.
Me suelto de su agarre y me quedo aún sentado.—No iré a ningún lado contigo.
—Si, sí irás.—se acerca nuevamente mientras me toma en sus brazos y me sube arriba de uno de sus hombros.
—¡NICK! ¡ALGUIEN PUEDE VERNOS!
¡PARA YA! —comienzo a patalear.
—Shh...—me deja una nalgada— Silencio.
—Nick, hablo en serio. ¡Bajame ahora!
—con la vista de su trasero también le dejo una nalgada.
Pero ni al caso. Ya está subiendo las escaleras, no pasa demasiado para que cruce una puerta y la cierre con seguro.
Me baja al suelo, estamos en su habitación.
—Ahora sí, ven aquí.—me toma del rostro para querer besarme.
Lo esquivo enseguida liberandome de su agarre.—Aja, sí. Ya quisieras.—camino lejos de él.
—Charlie, ven aquí.—se queja.
—No te besaré. ¿Qué te piensas? Me haces una broma como esa cuando yo estaba literalmente nervioso de punta a punta, ¿y después hacemos como si nada? En serio a veces me caes muy mal.—vuelvo a cruzarme de brazos, me ubico al otro lado de su cama.
Nick recarga sus manos en su cintura.
—¿Nervioso? Acaso, ¿sospechabas aún de mí? —queda también al otro lado de la cama.
—Y bueno, digamos que nunca fuiste de dejar la polla demasiado quieta ¿no?
—me observo las uñas— Tranquilamente podrías haber olvidado haberte acostado con esa tipa.
—Bueno... Pues, ya ves que no.—me sonríe ladeando la cabeza— El ADN dio negativo.
Lo miro entrecerrando los ojos.—Entonces, tú también tenías tus sospechas...
Echa a reír.—¿Podemos olvidar esto ya por favor? Y... —se sube arriba de la cama hasta acercarse a mí. Sus manos me toman de la cintura— ¿Me besas?
Observo sus labios.—Aún no.—lo empujo por el pecho, ríe tirándose a la cama.
—Bueno, ven aquí aunque sea.
Elevo uno de mis dedos en advertencia.
—Me pones una mano encima y me voy.
—No te pondré nada encima.—dice irónico levantando sus manos en señal de inocencia.
Me subo a la cama y me coloco a su lado.
Ambos acostados y simplemente mirando hacía el techo. Suspiro en grande.
—¿En serio estabas nervioso por el resultado? —pregunta, siento su mirada.
—¿A ti qué te parece?
—Yo estaba súper tranquilo porque sé muy bien a quien me llevo o no a la cama, y a esa tipa por más buena que esté nunca me la tiré.—dice con seguridad.
Lo miro mal enseguida elevando una de mis cejas.
—Es una manera de decir.—dice rápido y lo codeo— Auch.—se queja.
—¿Y ahora qué?
Suspira.—Lily ya se está encargando de todo. Ahora a esta tipa se le va a venir un hate tremendo por mentir con algo así, de todos modos aunque sea una maldita no está bueno que reciba tanto odio, sobre todo estando embarazada. Así que le dije a Lily que en el comunicado coloque algo de eso, que no la invadan y demás cosas.
—finaliza mientras bosteza.
Lo miro enseguida mientras se me escapa una sonrisa, siente mí mirada así que también me ve.
—¿Qué?
—Nada, solo... Solo que... Es un lindo gesto de tu parte.
Levanta sus hombros.—Creo que es lo correcto.
Vuelvo a mirar hacía el techo. Suspiro nuevamente.
—¿Y ahora ese suspiro por qué?
—pregunta y vuelvo a sentir su mirada.
—Me acordé de lo que ocurrió en el restaurante hace un rato...
—¿Qué pasó?
—La maldita de mí ex mejor amiga le dijo cosas horribles a Leía. Cosas referidas a Liam y demás, te juro que no puedo creer en lo que se convirtió.—niego.
—¿Ally? ¿La que era niñera de Alexander?
—La misma.—digo tensando mí mandíbula.
Nick solo se queda en silencio. Está vez me acomodo un poco más cerca suyo.
—En serio fue súper frustrante. Más que nada porque no pude hacer nada para defender a Leía y...
—Una vez ella y yo follamos.—suelta de la nada.
Me siento enseguida y lo miro.—¿TÚ Y LEÍA? —pregunto exaltado.
—¿Qué? ¡No! —tambien se sienta— Leía es como una hermana, que asco. Estoy hablando de esa Ally...
Mis ojos se abren en grande.—¿Tú y ella follaron? —pregunto nuevamente exaltado.
Asiente levemente.—Pero solo ha sido una vez, en más, ni estuvo tan bueno. Casi que ni lo recuerdo.
Me levanto enseguida de la cama.—Es que... ¿HAY ALGUIEN EN ESTE PAÍS QUE NO TE HAYAS FOLLADO?
Nick suelta una risita.—No seas exagerado y ven aquí.
—No es que en serio no me lo puedo creer Nick. ¿Ally? ¿Tú y ella han follado? ¡Es que de solo pensarlo quiero vomitar en serio!
Niega con la cabeza.—Fue una vez.
—¡No me importa!
—Ni siquiera te conocía Charlie.—se vuelve a echar a la cama— Volví de una fiesta medio ebrio, ella estaba aquí y...
—Shhh, cállate, no quiero saber. Evita los detalles.—niego con la cabeza mirándolo— ¿Me imagino que habrá sido mucho antes de que ella conociera a Liam verdad? Pues porque a tu amigo le gustaba bastante.
Asiente.—Soy cabron cuando quiero, pero tampoco para tanto. Fue mucho antes que eso.
Vuelvo a negar.—Nunca me lo dijo... Qué cabrona.
—Bueno, ven aquí.—me sonríe de lado para que vuelva con él.
—Ahora menos quiero acercarme a ti.
—camino hasta su balcón para salir afuera.
—Charlie...—se queja llamándome.
Una ola de celos me invade por completo.
Necesito que el viento me pegue un poco en el rostro para relajar. Cálmate, Charlie, cálmate.
Agrrrrrrrrrrrrr. No puedo.
Ally te detesto.
—¿En serio te enojaste por eso? —siento su voz detrás de mí— Charlie, ni siquiera lo recuerdo. Nada me importa menos que eso.
Nuevamente el Charlie pensante lo voy a echar por la basura en tres, dos, uno...
Volteo a verlo, me mira.
Me acerco hasta él, nuevamente tengo que levantar la mirada porque es más alto que yo:—¿Recuerdas lo que hicimos una vez aquí? Sobre aquella pared.—susurro sobre sus labios.
Me sonríe levemente.—Jamás podría olvidarlo.
Me acerco un poco más.—¿Lo recordamos?
Su mano rodea mí cuello.—¿Qué estás esperando?
Sonrío. Ubico una mano sobre su pecho empujándolo hacia la pared que tenemos detrás. Estoy tan celoso que sinceramente no sé que estoy haciendo.
—Me encanta cuánto te pones así, ¿te lo dije alguna vez? —intenta besarme pero lo esquivo.
—Cuando hicimos eso aún no nos habíamos besado.—mis labios se dirigen a su cuello para besarlo ahí.
Suelta un jadeo.—¿Será tal cual ese día?
—sus manos aprietan mí cintura.
—Mucho mejor.—sigo besándolo ahí.
Mis manos se deslizan por debajo de su camiseta. Sintiendo su abdomen... Mis labios se ubican ahora al otro extremo de su cuello. Chupo con fervor e intensidad.
Pego mí cuerpo más al suyo, ya puedo sentirlo algo duro.
Es él quien ahora me toma de la nuca e intenta volver a besarme, cuando nota que lo esquivo gruñe por lo bajo mientras sus labios ahora se posicionan también en mí cuello. Sonrío ante eso cuando muerde un poco.
—Las cosas no siempre van a ser como tú digas.—jadeo sintiendo sus labios.
—¿Ah sí? —muerde el lóbulo de mí oreja.
Llevo mis manos hasta el cierre de sus jeans, lo bajo un poco y mí mano va directo hacía su entrepierna. Por encima de su ropa interior, acariciando ya su dura excitación.
—¿Te gusta que te toque? —digo ahora sobre sus labios.
Su mandíbula se tensa.—Me encanta.
Está vez mí mano va hacía su miembro.
Lo tomo en mi mano mientras comienzo a masturbarlo. Nick gime.
Algunos instantes más así hasta que yo tampoco puedo más. Con rapidez libero mí miembro, y de la misma manera que comenzaron todos nuestros encuentros, tomo ambos con mí mano y empiezo a moverme provocando un roce tan delicioso que podría acabar ya mismo.
Nick jadea.—Besame.—exige sobre mis labios.
Muero por besarlo.—¿Te gusta?
No tiene pudor en gemir.—Me encanta.
—su mano vuelve a rodear mí cuello.
Sigo moviéndome, lo siento ponerse más duro. Está a punto...
—¿Te vienes encima de mí mano?
—digo provocandolo.
—Me gustaría acabarte en tantos lugares Charlie.—dice completamente jadeante llevado por el placer.
Me alejo rápido de él, respirando agitado.
—Eso tendrá que esperar.—le guiño un ojo caminando hacia dentro de su habitación.
—¡Charlie! —se queja jadeante.
—¡Tendrás que terminar tú solito!
—le digo desde la habitación mientras voy a su baño y me limpio un poco. Intentando calmar un poco la situación.
Intento reprimir una risa al imaginarme terminando de masturbarse sumamente cabreado conmigo. Pues, se lo merece. Quién lo mando a follarse a la persona que peor me cae en este momento.
Unos instantes más y salgo del baño con cuidado, aún no está en la habitación, así que voy nuevamente hasta el balcón y lo veo de espaldas a mí hablando por teléfono. Me cruzo de brazos sonriendo mientras lo observo, cuando siente mí presencia voltea a verme. Recién está guardando su situación en el pantalón, intento volver a reprimir una risa.
—De acuerdo sí, te veo en la noche.
—dice al teléfono, cuelga y me mira mal.
—¿Con quién hablabas? —me hago el tonto.
Suspira en grande mientras se recarga en la baranda del balcón.—Liam, hará una pequeña juntada está noche en su casa porque sus padres no están. Me dijo que te diga.
Asiento.—No sé si podré ir, no tengo con quien dejar a Chloe.
—Irás...—vuelve a tomar su teléfono tecleando algo— Le diré a Lauren que se quede con tu hermana. Se puede quedar aquí.
—No quiero molestar a Lauren...
—me acerco.
—No le molesta.—sigue tecleando— Listo, ya le avisé.
Me acerco más.—Pareces enojado...
Está vez me mira y suspira.—Para nada.
—Pues yo creo que es todo lo contrario.
—ubico mis dos manos sobre la baranda encerrandolo. Me acerco a sus labios.
También me mira los labios.—Bueno, sí. Lo estoy.
—¿Y por qué? —juego con él.
Me sonríe levemente.—Si no te alejas ahora te follare tan fuerte que no podrás caminar en semanas. Estoy demasiado cabreado.
No puedo evitar sonreír—No suena nada mal.—rozo mis labios con los suyos— Te veo esta noche entonces.—dejo un beso sobre su mejilla mientras me alejo.
~Narrador: Nick.
NOCHE.
—No sé para qué me cuentas eso cabron, sinceramente no me importa.—dice Liam mientras acomoda la mesa con bebidas y cosas para comer.
—Pues, porque hoy en la tarde sé lo conté a Charlie y quizás te enteras. No quiero que pienses cualquier cosa.—agarro unas papas fritas para comer.
Me pega en la mano.—Eso es para después.
—sigue acomodando las cosas— Y ya te he dicho que no pasa nada.
—Okey...—digo de manera desinterada—
¿Cómo está Leía? Me imagino que viene ¿no?
—Si, viene con Charlie. Y está bien...
—camina hacía el sofá acomodandolo un poco.
—Me refiero a lo que pasó hoy con Ally en el restaurante...
Voltea a verme enseguida.—¿Qué pasó?
Metí la pata.—Pensé que sabías... Olvídalo. Yo no te dije nada, que te cuente ella.
—Cabron, dime ya que pasó.—pide preocupado.
—Es que no lo sé, no me ha dicho mucho Charlie. Pregúntale a él, o bueno, a tu novia.—vuelvo a agarrar papas fritas.
Liam queda pensativo.—¿Qué habrá pasado? ¿Y por qué no me lo contó? —dice.
Algunos minutos después y empiezan a llegar algunos conocidos. La música ya se oye. Me acerco a Liam que está atendiendo a algunas personas.
—Crei que sería algo más íntimo...
—susurro.
—¿Yo? ¿Hacer algo íntimo y chiquito? Me extraña que aún dudes de eso.—responde con ironía mientras se acerca a saludar a alguien.
Niego con la cabeza yendo por una cerveza.
No pasa demasiado para que la casa comience a llenarse un poco más.
Los padres de Liam van a matarlo.
Observo hacía la puerta y veo entrar a Charlie junto a Leía y Ruby.
Que lindo está. Con esa sonrisa luciendo tan tranquilo e inocente... Si los demás supieran qué es un maldito calienta pavas.
Dios mío Charlie.
Me acerco hasta ellos saludando.—Hola.
Ruby y Leía me saludan enseguida de manera alegre. En cambio Charlie solo se queda atrás mientras eleva una de sus cejas. Quiere jugar... Bien, vamos a jugar.
—Pueden servirse lo que quieran. Estaré por allí.
—sonrio hacía ellas. Vuelvo a observar a Charlie que me sigue mirando de la misma manera.
Camino hacia otro sector y me siento junto a Cat, que llegó hace unos minutos. Está bebiendo una cerveza mientras teclea en su teléfono algo enojada.
—¿Peleas con alguien? —busco mí caja de cigarros en mí chaqueta.
Niega suspirando.—Nada, algo del trabajo.
—¿Trabajo un sábado a la noche? Deja eso de lado un momento y diviértete.—cuando encuentro mí cigarro lo enciendo y comienzo a fumar.
Suspira.—¿Tienes uno?
—Claro.—tomo mí caja y le paso.
—¿Te soy sincera? No sé ni para que vine.
Prefiero estar echada en mí cama mientras miro una película y me pido un kilo de helado.
Rio por eso.—¿Y por qué estás aquí entonces?
—Cuidando la casa de mis padres básicamente. Cuando Liam dijo " Pequeña juntada " Supe perfectamente que no sería una como tal.—observa a su alrededor la gente mientras niega con la cabeza y empieza a fumar.
—Realmente le creí.—expulso el humo.
—Y eso que lo conoces...—echa a reír.
Niego con la cabeza mientras mí mirada va de nuevo hacía Charlie, está sentado en el otro extremo de la sala junto a Ruby y Leía mientras conversan y ríen. Cuando hacemos contacto visual, me guiña un ojo.
Maldito que es.
Cuando veo a Ruby recuerdo lo de Cat.
—¿Y tú qué? ¿Estás con alguien ahora?
Sonríe volviendo a fumar.—Apenas y tengo tiempo para mí, menos tendré para otra persona.
—¿Y eso qué? Siempre se puede hacer tiempo para quien nos interese de verdad.
—vuelvo a fumar volviendo a mirar a Charlie, ahora no me ve.
—Wow, ¿y eso? ¿Estás interesado en alguien? —pregunta sorprendida.
—Mucho más que eso.
—¿Qué? —dice sorprendida— Necesito saber más.—me codea.
—Lo tienes al frente de ti.—suelto sin más.
La observo, ella me mira frunciendo el ceño. Ladeo un poco la cabeza, Cat sigue lo que estoy mirando.
—¿La colorada? —pregunta.
Niego sonriendo mientras vuelvo a fumar.—Su amigo.
Siento como voltea a verme rápido.
La miro, sus ojos están abiertos como platos.—¿Qué?
Echo a reír por su reacción.—Por tu trabajo parece que te has perdido algunas cosas.
—¿Algunas? —se acomoda de lado para verme más de frente— Carajo Nick, ¿Y esto desde cuándo?
Sonrío.—Ya te contaré mejor en otro momento.
Sonríe ampliamente.—Debi suponerlo, por algo ese chico fue hasta mí casa a buscarte.
Y yo como una tonta creyendo que solo era un buen amigo.
Vuelvo a reír por eso. Nos quedamos un momento más compartiendo una cerveza y hablando ahora de cosas sin sentido, hasta que vuelvo a retomar lo que quería.
—¿Y entonces no estás con ganas de conocer a nadie en este momento?
—tomo de mí cerveza.
Suspira.—Me gustaría, no voy a mentirte. Pero después de mí ex novia no tengo ganas de conocer a nadie, siento que creé una especie de caparazón en el cuál no dejo que nadie entre. No sé porqué.
Lo hablo en terapia igual.
Sonrío ante eso.—Pues, es lógico. Me imagino que debe ser difícil superar una relación de tanto tiempo y demás, pero ya ha pasado un periodo largo. Deberías darte la oportunidad de conocer gente...
Ella solo me escucha atenta observando hacía el frente.
—Quizas hay alguien para ti qué no estás viendo...—me aclaro la garganta.
Me mira frunciendo el ceño.—¿Y eso a qué viene?
Mis hombros se levantan.—Averigualo tú misma.—me levanto— Te dejo un momento, tengo que hacer algo.
—Nick...
—¿Qué? —echo a reír.
—¿Qué quiste decir?
Levanto mis manos en señal de inocencia.
—Averigualo.—volteo caminando lejos de ella.
Pasa alrededor de una hora en dónde lo único que hice fue intercambiar alguna que otra mirada con Charlie. No más.
Ni siquiera sé que hacemos aquí cuando deberíamos estar en otro lado... Tomo mí teléfono enviándole un mensaje:
Nick: " Hay que irnos. Sal afuera "
Lo observo. Está a un costado de la mesa de las bebidas sirviéndose algo. Toma su teléfono y lee el mensaje, noto como sonríe. Levanta su mirada buscándome, cuando me mira vuelve a observar su teléfono para teclear una respuesta:
Charlie: " Leía está con Liam, se fueron hace un rato para hablar. No puedo dejar a Ruby sola... "
Observo a Cat que sigue sentada en dónde estaba, pero ahora habla con un tipo. Debe ser un conocido de ella. Me acerco hasta ella nuevamente sentándome a su lado.
Me aclaro la garganta llamando su atención.
—Esperame un segundo...—le dice al tipo y me mira— ¿Qué pasó?
—Creo que Ruby estuvo preguntado por ti.
—susurro.
Su ceño se frunce.—¿Ruby?
Asiento.—La amiga de Charlie.
Parece pensar hasta que recuerda, ríe:
—Imposible.
—¿Por qué?
—¿Tú la has visto? Es demasiado linda.
—Pues tú también. Y si no te apuras perderás la oportunidad de ligar con una colorada buena onda y linda.—le guiño un ojo mientras me levanto, me mira algo confusa por la información que acabo de darle.
Me acerco hasta la mesa de las bebidas, dónde está Charlie.—Listo, ¿vamos?
—¿Qué has hecho? —sonrie.
—Intentando actuar de cupido, soy demasiado malo, pero aunque sea lo hice.
—ladeo mí cabeza hacia Cat.
Ambos miramos y vemos cómo ella se acerca hasta Ruby que está con su teléfono.
Parece saludarla mientras le sonríe con amabilidad. Ruby luce sorprendida, y desde aquí puedo notar que sus mejillas tienen más color que su cabello.
—¿Has creado un ship? —dice Charlie a mí lado en un susurro.
—Quizás.—sonrio observando como Cat se sienta a su lado y ambas comienzan a hablar cómodamente.—Ya no tienes excusa...—lo miro— ¿Vamos?
Llegamos hasta mí casa. Más bien en dónde Charlie y Chloe se están quedando.
Y gracias a dios y Lauren la pequeña ahora está con ella durmiendo en la mansión y podemos estar solos.
Una vez que cerramos la puerta, lo estampo contra la misma buscando su boca.
—¿Me puedes dejar de torturar? Porque necesito besarte.
Sonríe sobre mis labios. Me encanta cuando lo hace.—Puede que sí, puede que no...
—susurra rozando sus labios— Te has portado muy mal Nicholas.
—¿Y qué harás con respecto a eso?
—mi mano acaricia su mejilla, uno de mis dedos pasa por su labio inferior.
—Muchas cosas.—me observa de arriba a abajo mientras relame sus labios— Vamos arriba.—me toma de la mano.
Lo sigo como un perro faldero. Llegamos hasta una de las habitaciones. Charlie me empuja hacía la cama dejándome sentado al borde de ella.
—Desnudate.—ordena.
—¿Por qué no lo haces tú mejor?
—coloco ambas manos detrás de mí sobre el colchón.
Niega.—Las cosas se hacen a mí modo.
—se acerca hasta mí, levanto un poco la cabeza. Sus piernas quedan en el medio de las mías.
Su mano viaja hacía detrás de mí cabeza, acaricia mí cabello con suavidad para después tomar con cuidado un puñado de mí cabello en su mano. Se agacha y se acerca a mis labios de manera demandante.
—Desnudate cariño.—besa la comisura de mis labios.
No tiene que pedirlo otra vez. Comienzo a desvestirme sintiendo su mirada sobre mí, aún ni siquiera me ha tocado y ya estoy al palo. El poder que tiene Charlie sobre mí no deja de sorprenderme. Realmente puede hacer lo que quiera conmigo.
Cuando estoy por bajar lo último que me queda que es mí ropa interior su mano me detiene.—Aun no, eso déjalo para mí.
—me sonríe volviendo a meterse entre mis piernas, sigo sentado— Te ves muy muy bien...—sus manos acarician mis brazos— ¿Sabés cómo te verías mejor?
—¿Cómo? —digo perdido por sus caricias.
—Con tu boca aquí.—toma mí mano y con cuidado la lleva hasta su entrepierna, está duro. Me muerdo los labios.
Se acerca un poco más. Llevo mis manos hasta el cierre de sus jeans. Bajo sus pantalones y se los retira, beso su miembro por encima de sus bóxers. Pero deseando arrancarselo ya mismo, así que no vacilo en tomar el borde de este para bajarlo.
Tengo en frente su dura excitación, no dudo demasiado en llevarme su miembro a mí boca para empezar a hacerle sexo oral. Charlie gime enseguida mientras sus manos se ubican sobre mis hombros.
—Dios Nick...—jadea poniéndome más caliente.
Sigo moviendo mí boca. A la vez me ayudo con mí mano, lo siento ponerse cada vez más duro mientras los segundos pasan.
Lo está disfrutando demasiado, y yo no puedo más. Escucharlo gemir y su delicioso sabor me están llevando a perder la cordura.
Me empuja levemente, lo miro mientras se deshace de lo único que le quedaba que es su camiseta. Se sienta a horcajadas encima de mí.
—Bésame...—gruño sobre sus labios apretando su cintura mientras siento su trasero sobre mí miembro.
—Shhhh, aún no.—me deja un beso sobre la frente, luego me empuja por el pecho haciendo que me recueste. Sus labios empiezan a pasar por todo mí abdomen dejando un camino de besos sumamente deliciosos.
Su tacto es tan fogoso y a la vez tan delicado que me encanta.
Después de un recorrido de besos y caricias, vuelve a subir hasta mí rostro.
No sin antes besarme también el cuello.
—Voltea.—susurra sobre mis labios.
Mí ceño se frunce. Él lo nota y me sonríe con dulzura.
—Solo voltea...—vuelve a decir volviendo a dejar un beso sobre mí comisura.
Hago lo que me dice, quedó de espaldas a él mientras mí cara queda pegada a la almohada. Siento sus suaves manos deslizarse por mí espalda, en caricias sutiles pero a la vez tan llenas de deseo. Siento un cosquilleo cuando sus deliciosos labios empiezan a besar mí espalda, y me inquieto un poco cuando lo siento bajar.
—Charlie...—jadeo.
—Shhh, tranquilo. Déjate llevar cariño.
No haré nada que no quieras.—deja un beso sobre mí cintura mientras se deshace de mí ropa interior dejándome desnudo.
No pasa demasiado cuando sus besos van directo a mí trasero. Charlie empieza a besar y morder mientras con sus manos también lo aprieta. Mis jadeos no tardan en aparecer, me encanta.
—¿Está bien? —vuelve a morder.
—Si...—suelto agitado.
—Esto te gustará más...—lo oigo decir.
Siento como su boca se va acomodando, me inquieta al instante. Pero a la vez me siento tan en tranquilidad con él, me transmite tanta seguridad y confianza que me permito solo disfrutar. Cuando su boca hace contacto en más de mí interior suelto un gran gemido.
—Carajo Charlie...—mis gemidos no tardan en salir. Tomo las sábanas debajo de mí en un puño. Se siente tan jodidamente bien.
Él sigue besando mientras sus manos no dejan de acariciarme. Por dios, que no pare.
—Sabes tan bien...—dice jadeante mientras vuelve a besar.
Está así algunos instantes más. Hasta que necesito que pase otra cosa más porque estoy por explotar.
Aún estoy de espaldas intentando recomponerme por el placer absoluto que acaba de darme su boca. Siento que se coloca detrás de mí, sus labios están cerca de mí oído.
—¿Hoy puedo tener el privilegio?
—muerde el lóbulo de mí oreja.
Estoy tan llevado por el placer y la lujuria que me está ocasionando, que asiento rápido.—Mierda Charlie, haz lo que quieras.—expreso jadeante.
No pasa demasiado para que lo sienta colocarse detrás de mí mientras se coloca un condón. No niego que estoy nervioso, pero lo deseo tanto. Deseo tanto todo con él...
—Tranquilo, ¿si? Si te sientes incómodo o algo no te gusta solo me lo dices ¿de acuerdo? —deja un suave beso sobre mí espalda.
Asiento levemente tragando saliva con fuerza. Lo siento posicionarse detrás de mí. Cuando siento su miembro acercarse enseguida vuelvo a tomar la sábana en un puñado dentro de mí mano. Su miembro va entrando de a poco provocandome un dolor que me hace soltar un gemido.
—Charlie...—expreso jadeante.
—Shhh, aquí estoy. Tranquilo. Ya va a pasar.—me lleva tranquilidad mientras sigue introduciéndose dentro de mí.
Suelto otro jadeo. Cuando ya lo hace más por completo lo escucho gemir.
—Dios Nick, te sientes demasiado bien.
—gime empezando a moverse lentamente mientras su mano se apoya sobre mí hombro tomándome con fuerza.
Empiezo a gemir, ya no de dolor. Si no de placer absoluto.—Mierda Charlie, no pares.
Enseguida se empieza a mover un poco más. Instantes después siento como se recarga sobre mí sin dejar de moverse, una de sus manos toma la mía mientras se entrelazan. Seguimos en esa posición un poco más hasta que lo siento ponerse más duro, yo estoy a punto así que llevo mí mano hacía mí miembro para llegar junto a él.
—Te sientes tan bien.—sigo gimiendo.
Charlie se mueve con más fuerza y ambos acabamos a la vez. Suspira con pesadez mientras sale de mí. Mí respiración también es una absoluta locura. Intento recomponerme pero no puedo. Siento como se coloca a mí lado respirando con fuerza, me mira y me sonríe dulcemente.
—Estuviste demasiado bien.—digo aún agitado.
—¿Sí? ¿Te gustó?
Está vez me muevo y me coloco más a su lado.—Me encantó.
Me sonríe y me empuja levemente, se vuelve a colocar a horcajadas encima de mí, abrazo su cintura. Me atrae hacía su rostro y al fin me besa. De una manera apasionada y delicada a la vez.
—Eres tan hermoso.—dice entre besos.
Sonrío sobre sus labios.—¿Otro round?
Lo que sigue a continuación estará disponible en el capítulo 51.
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NOTA DE AUTOR/AR: Perdón la hora y la demora!! Hola hermosxsssss! Bueeeeeeno, ¿pasaron cositas?
👀🧐 AJÁ. Estamos en instancias finales. Se vieneeeeee... 😱😱😱😱 Bueno, ya lo sabrán. No queda nada. Mientras tanto espero que lo estén disfrutando, saben que lo que más me importa es eso! Qué disfruten la lectura. Muchísimas gracias por tan lindos comentarios 💖 gracias por leer, besosssssssssss
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