44° | Tú... Y Solo Tú|
•Capitulo 44
~Narrador: Charlie
Estoy tan perplejo asustado y sorprendido que me quedo inmóvil en mí lugar sin saber que hacer.
Alex se levanta del sofá sin poder creer lo que acaba de ver, Sarah luce sumamente arrepentida por lo que acaba de hacer...
¿Y Nick? Sin emitir palabra alguna. Y eso es algo que me inquieta demasiado.
—Charlie, ¿Po... Podrías dejarnos solos por favor? —Sarah parece notar recién mí presencia, no me mira, parece avergonzada.
Y no sé si debería irme, pero a la vez claramente estoy de más aquí.
—No.—Nick responde por mí, solo tengo la visión de su espalda, pero noto que su mirada está enfocada en el suelo— Me iré yo a mí habitación.
—Nicholas, debemos hablar de lo que sucedió con tu hermano y de lo que acaba de pasar yo...—recrimina Sarah con enojo hacía su hijo, pero enseguida luce afectada.
Está vez observo como Nick levanta la vista y la mira:—Pues, después de lo que acabas de hacer no pienso dirigirte la palabra.
—trata de decir todo en un tono bajo.
Y siento que se está conteniendo demasiado.
—Y si tengo que hablar con alguien, es con él...—señala a Alex— No contigo.—remarca.
Sarah lo observa derramando nuevamente algunas lágrimas.
—Entiendo que para ti puedo ser una mierda de hijo, quizás no lo que esperabas... Quizás no te guste la manera en la que me comporto contigo...—empieza a decir con un tono de voz neutral, ahora no la mira.
Sarah lo observa confusa.
—Pero nada de eso justifica un golpe, nada.
Y si alguna vez pretendías que te perdone o me intenté acercar a ti después de lo que has hecho...—le susurra más de cerca para que Alex no escuche— Después de esto, olvídate.
Y sin más que decir voltea para irse hacia las escaleras y subir con rapidez a su habitación. La mirada de Sarah se enfoca en el suelo mientras la oigo sollozar, y realmente no sé que hacer.
Me sorprende cuando siento una pequeña mano entrelazar la mía, es Chloe:—¿Nos vamos mejor? —susurra.
Asiento levemente.—Vamos.
Observo a Alex que sale disparado de la sala escapándose al jardín de la casa. Sarah se sienta sobre el sofá masajeandose la cien mientras se retira sus lentes.
—Nos vamos...—digo hacía ella.
Ella no responde, solo asiente como puede.
Tomo con firmeza la mano de mí hermana y camino hacia la salida, pero su voz me detiene:
—Charlie...
Volteo.—¿Sí?
—Mañana te espero en mí despacho después de que dejes a mí hijo en el instituto, tenemos que hablar.—ordena.
Mierda.
Asiento con algo de nervios.—Cla... claro que sí. Hasta mañana.
—Hasta mañana.—dice suspirando mientras se levanta del sofá.
Chloe me mira haciendo una mueca y salimos los dos rápidamente.
Después de cenar y todo lo demás me dirijo a la nueva habitación, que aún no pude estrenar. Chloe ya está acostada, me recuesto en la cama de al lado.
—¿Te has lavado los dientes no?
—me termino de acomodar.
Ella asiente prestando atención a su libro.
—Cariño, ya hay que dormir. Mañana puedes seguir leyendo.—tomo mí teléfono para verificar si Nick respondió mí mensaje pero no lo ha hecho. Creo que necesita espacio, y se lo daré.
De todos modos necesito saber cómo está.
Diosssssss.
—Si, un ratito más.—dice mientras pasa las páginas con rapidez.
La miro algo confuso.—No estás leyendo.
Me mira.—Sí lo hago.
Niego.—No, no lo haces. Solo pasas y pasas las páginas.
Suspira y oculta su rostro en el libro.—Estoy intentando que mí cabeza piense en otra cosa, ni siquiera leer me distrae Char.
Mí ceño se frunce.—¿Qué ocurre mí amor?
Exhala profundo.—Creo que me equivoqué.
—dice en un tono triste.
Mí confusión es más grande.—No entiendo, ¿En qué te has equivocado? —bajo de mí cama para acercarme y subirme a la suya.
Me mira.—Aconseje a Alexander de que hablará con su mamá de lo que pasó con Nelson mayor.—hace una mueca triste.
—¿Y cuál es el problema?
—¡¿Cómo que cual es el problema?! —cierra el libro algo alterada— ¡Todo Char!
¡Yo no quería que las cosas llegarán a esto!
—Sé más específica por favor.
Suspira en grande.—Vi cuando la señora Sarah le propinó esa cachetada a Nelson mayor, y sí, puede que no sea del tooooodo mí agrado, pero no lo sé, lo sentí... Feo y triste.—vuelve a suspirar— Tú me has dicho muchas veces que la violencia es muy mala, y que no hay que recurrir a ella, sea cual sea el motivo.
Dejo que de exprese.
—Entiendo que ese cabezota puede ser eso... ¡Un cabezota! De todas formas no lo veo taaaan mal tipo. Bueno, sí, me molestó muchísimo lo que le ha dicho a Alex, mucho. Estuvo pésimo, horrible, horrible...
—Inhala— pero no pude evitar sentirme mal cuando vi eso.—recarga su cabeza en mí hombro— debí cerrar mí bocota y no aconsejar a Alex que hablara con su mamá, estaba tan enojada que no me di cuenta.
Está vez quien suspira en grande soy yo. Atraigo a mí hermana a mis brazos y la envuelvo, ella se acomoda en mí pecho también abrazándome con fuerza.
—Es muy compleja toda esta situación de ellos cariño, y tú y Alex son muy pequeños para que estén metidos en todo esto.
—acaricio su cabello— No es culpa tuya lo que ocurrió en esa casa hace unas horas, tú solo aconsejaste a Alex, después la decisión fue de él y solo de él. Ya no dependía de ti.
Ella solo escucha.
—Asi que no te sientas culpable, ¿Sí? Tú tuviste una buena intención, aunque para la próxima trata de mantenerte al margen ¿sí? Esa familia carga con muchas cosas que tú no tienes que saber.—dejo un beso sobre su cabello— Lo único que si puedes hacer es acompañar a Alex, a él le hace muy bien tu amistad.
Ella asiente.—No voy a dejarlo solo.
—Y con respecto a Nick...—exhalo con fuerza— No te sientas culpable, y lamento mucho que hayas tenido que presenciar ese momento.
—De todos modos no puedo evitar sentirme así...—se aferra a mí con fuerza— Sí, me cae mal. Pero tampoco quería que su madre le dé un madrazo.
—Basta de pensar tanto.
Hay que dormir, deja a tu mente descansar un poco.
—¿Puedes dormir conmigo? Por favor.
—me pide haciendo un puchero.
Volteo los ojos.—Lo que diga la princesa.
—sonrio y dejo un suave beso sobre su frente.
Nos acomodamos para dormir, apago las luces a nuestro lado.
—¿Char?
—¿Hum?
—¿Crees que en algún momento Alexander y Nicholas podrán llevarse bien y quererse tanto como nosotros?
Eso espero.
—Si cariño, estoy seguro que así será.
~Narrador: Nick.
Sentado en mí balcón, con el puto viento pegando directo a mí rostro, me fumo un cigarro mientras me tomo una cerveza.
En frente de mí tengo el retrato de una foto mía junto a mí padre cuando era pequeño.
Estábamos en la playa, correteando por al lado del mar mientras jugábamos con el agua y la arena. Mamá retrató ese momento, creo que fue una de las pocas cosas buenas que hizo. Dejarme este hermoso recuerdo junto a él.
Cuanto te necesito papá.
Que distinto sería todo sí te tendría aquí conmigo justo ahora.
Otra lágrima inunda mí rostro mientras vuelvo a darle otra calada a mí cigarro y luego a mí cerveza. Recargo mí cabeza contra la pared, cierro mis ojos intentando controlar la tristeza que recorre cada célula de mí cuerpo.
Me gustaría estar con Charlie en este momento. Siento que es una de las pocas personas que me baja a tierra y me calma todos mis demonios...
Pero no quiero invadirlo, él también carga con mucha mierda. Suficiente ya hace por mí al estar simplemente a mí lado acompañándome, no tiene idea alguna de lo que eso significa para mí. Y tampoco sé cómo demostrarle todo lo agradecido que estoy.
Una mano retira mí lata de cerveza, abro los ojos y me sorprendo cuando veo a Alexander parado a mí lado.
—Te hará mal.—dice por lo bajo dejando la lata a un costado.
No sé que decirle, no sé que hacer así que solo lo miro incrédulo.
Él me observa un momento, pero luego esquiva la mirada rápidamente hacía otro lado. Enseguida visualiza la foto de mí padre.
—¿Puedo? —la señala con la intención de tomarla.
Asiento levemente aún algo atónito por la situación, apago a mí lado el cigarro en el cenicero.
Él toma el retrato y se sienta al frente de mí en el suelo, estamos enfrentados. Se pone a observar la foto con curiosidad.
Lo observo mejor. Sus cejas son iguales a las mías, el mismo grosor y color. Su cabello... Es casi el mismo color que llevo. Hasta incluso la manera de peinarse...
Tiene algunas pequeñas pecas, yo también llego algunas, muy poco notorias pero también las tengo. Su pequeña nariz es básicamente un retrato de la mía...
Me observa.—Es una linda playa.—dice.
Asiento levemente.—Soliamos vacacionar ahí.
También asiente.—¿Te gustaba ir?
Sonrío levemente recordando con melancolía.—Sí, mucho.
—No vi que hayas vuelto a ir.—vuelve a observar la foto.
Niego.—Despues de que mí papá falleció no... No pude volver.—me aclaro la garganta— De todos modos... La playa me sigue gustando. Me gustaría algún día poder volver.
Me mira.—A mí también me gusta la playa.
Ambos nos miramos un momento en silencio.
Suspiro.—Esta muy fresco aquí afuera, puede hacerte mal.—me vuelvo aclarar la garganta— Deberías volver a dormir, es tarde.
Alexander asiente mientras me devuelve el retrato y se levanta, antes de cruzar la ventana de mí balcón me observa:
—Buenas noches.—suelta por lo bajo.
—Buenas noches.—digo sin mirarlo.
Escucho sus pasos alejarse, y enseguida un nudo se forma en mí garganta.
¿Qué mierda estoy haciendo?
Nuevamente actuando sin pensar me levanto enseguida cruzando el balcón, cruzo rápido mí habitación abriendo la puerta y encuentro a Alexander caminando con la cabeza gacha hasta el pasillo que da su habitación.
—¡ALEX! —lo llamo.
Enseguida voltea a verme, me agacho y sin dudarlo un segundo corre hacía mí tirándose a mis brazos en un gran abrazo.
No pasa ni un segundo y ambos comenzamos a llorar.
—Nick te... Te quiero.—suelta abrazándome con más fuerza.
Mí corazón se rompe. He sido tan tan jodidamente duro con él, tan injusto, tan cruel... La gota que rebalsó el vaso fue la mierda que he dicho hoy... Y sin embargo él está aquí, sin embargo él me quiere. Y siento que no lo merezco.
—Yo a ti pequeño.—lo abrazo con más fuerza.
Solloza mientras oculta su rostro en mí cuello, lo envuelvo en mis brazos.
—Lo siento tanto...—suelto.
—Solo estabas enojado...—dice mientras se aleja un segundo y se limpia las lágrimas.
Tomo su rostro y soy yo quien le limpia las lágrimas.—Nada se justifica a eso horrible que te dije, por favor discúlpame, no lo he dicho en serio.
Asiente mientras me vuelve abrazar.
—Ya vamos a tener todo el tiempo del mundo para hablar, ¿Si? Tenemos que hablar de muchísimas cosas campeón.
Pero antes necesito saber si me disculpas.
—mi voz sale totalmente quebrada mientras lo vuelvo a envolver en mis brazos.
Alexander asiente.—Si, te disculpo.
Sonrío ante eso mientras unas cuantas lágrimas invaden mí rostro.—¿Lo dices en serio?
—Muy en serio.—se aleja un segundo para mirarme— Aunque si me das un poco de dinero te disculpo mejor.—intenta bromear.
Me hace sonreír.—Eres terrible.
—desacomodo su cabello— Hay que dormir.—me aclaro la garganta, es tan extraño todo esto, pero me alivia tanto el corazón—Vamos, ya es tarde. Mañana, tienes instituto.—le digo mientras es él quien me limpia las lágrimas.
—¿Puedo dormir contigo?
—pregunta y mi corazón se encoge en un segundo por la ternura.
—¿Tú crees? No sé si haya mucho espacio para ambos.—digo con ironía.
—Oh vamos, tu cama es más grande que tu habitación.—choca su puño contra mí hombro.
Echo a reír.—Bien, vamos.
—¡Sí!
Me levanto y ladeo mí cabeza para que me siga, comienzo a caminar pero enseguida me doy cuenta que él no lo hace. Volteo a verlo y sigue en su lugar.
—¿Qué pasa?
—¿Me llevas a caballito? —sonrie inocente.
Volteo los ojos.—Ya te estás tomando muchas atribuciones.—vuelvo con él y me agacho para que se suba a mí espalda.
—¡¡Arre!! —dice cuando empiezo a caminar.
—¡Alex! ¡Despertarás a toda la casa!
—llegamos, él solo echa a reír.
Cierro el balcón para que no entre fresco, Alex ya se acomodó en mí cama.
—Ese es mí lado de la cama.—me cruzo de brazos.
—Pues, por esta noche será mí lado.
—tambien se cruza de brazos.
Volteo los ojos.—En serio eres terrible.
—Salí a ti.
Me acomodo a su lado mientras lo cubro bien con las mantas. Apago las luces y nos acomodamos para dormir.
—¿Nick?
—¿Sí?
—¿Crees que podamos recuperar momentos perdidos?
Mí corazón se comprime en un segundo nuevamente.
—Estoy seguro que sí.
—Buenas noches.—se acomoda de lado para dormir.
Lo observo por entre medio de la poca luz que entra por la ventana, sonrío.—Que descanses campeón.
Un dedo toca mí mejilla, quejoso abro uno de mis ojos para ver a Charlie parado al lado de mí. Me sonríe ligeramente al instante.
—¿Qué...¿Qué haces aquí? —bostezo—
¿Qué hora es?
Vuelve a sonreír observando a mí costado.
—Hora de que esté niño se levante para ir al instituto.
Hasta que reacciono. Observo a mí lado que Alexander está aferrado a mí cintura mientras duerme profundamente. No puedo evitar sonreír.
Observo a Charlie que se cubre la boca, como intentando cubrir un chillido.
—Necesito saber todo.
—Lo sabrás cuando lo lleves al instituto.
—susurro.
—Oh, claro. Cierto.—rodea la cama hasta dar con Alex— Ax...—lo mueve un poco—
Ax, es hora de despertar...
Alex se mueve mientras se queja, hasta que abre los ojos.—¿Qué?
—se vuelve acomodar en mí pecho cerrando los ojos nuevamente.
—Hay que ir al instituto. Vamos.
—Charlie vuelve a hablar.
—No quiero.—se queja nuevamente mientras se acomoda más.
—Ax, vamos.
—¡Que no me digas Ax! —dice quejoso aferrándose a mí.
—Bueno, ¿Entonces que le digo a mí hermana que te espera para desayunar?
—Charlie se cruza de brazos.
Alex se sienta enseguida haciéndome reír.—Ya, ya. Vamos. Iré a ducharme.
—se deshace de las mantas, se baja de la cama y sale rápido de la habitación.
—¡Apresurate! —le dice Charlie elevando la voz mientras niega con la cabeza, me mira.
—Necesito saberlo todo ya.
—Que ansioso eres.—le digo bromeando.
Me levanté de muy buen humor. Y todo es gracias al pequeño que acaba de salir de la habitación. Mi hermano. Es lindo arrancar el día sabiendo que las personas que necesitas a tu lado lo están.
Además de que son contadas las veces que este último tiempo me he levantado de buen humor, en una de ellas está la mañana siguiente que besé a Charlie por primera vez...
—Cierra la puerta, por las dudas que venga alguien.—digo mientras me siento y me estiro.
Charlie corre enseguida a ponerle seguro, vuelve conmigo sentándose rápido a mí lado.
—En serio eres muy ansioso.—sonrio.
—¡Vamos, cuenta! —pide entusiasta.
Suspiro y en un resumen breve le conté la conversación que tuvimos anoche con Alex y cómo ahora vamos a intentar recomponer las cosas.
Charlie sonríe ampliamente.—¡No sabes lo feliz que me pone por ustedes!
Su sonrisa me hace sonreír.—A mí también me pone muy contento, realmente creí... Creí que tendría que hacer mucho para remediar mí error, sin embargo él es tan... Tan compresivo.
—Y no solo es compresivo, si no que también te quiere Nick y mucho. Y te he dicho que él deseaba muchísimo este acercamiento contigo.—vuelve a sonreír—
Además, es un niño. Ellos no tienen maldad, saben dar segundas oportunidades. No son tan enroscados como nosotros los adultos.
Asiento.—Eso es cierto. A veces siento que ellos están para educarnos a nosotros, más que nosotros a ellos.
Charlie también asiente.—Te aseguro que sí. Yo aprendo muchísimo de Chloe, y a partir de ahora tú aprenderás muchísimo de Alex.
Sonrío ante la idea.—Es lo que quiero. Te aseguro que es lo que más deseo en este momento.
—Estoy muy muy feliz por ustedes. En serio.—me dedica una sonrisa.
Suspiró mientras lo observo.—Y todo es gracias ti.
Su ceño se frunce.—¿A mí?
—Si, tú me has empujado a esto.
—vuelvo a suspirar— Me estás haciendo una mejor persona, me haces ver las cosas desde otra perspectiva y en serio te lo agradezco muchísimo.
Charlie niega.—Es todo por ti Nick. Yo puedo aconsejar o aportar mí grano de arena desde mí lugar, pero está en ti en tomar distintas decisiones y actuar de distintas maneras. Yo ahí ya no tengo más nada que ver, así que has sido tú.
—sonrie nuevamente.
Ladeo mi cabeza observándolo.—Gracias.
—Deja de agradecer tonto, te he dicho que todo esto ha sido por ti. Tú has decidido dar estos pasos.
Nos quedamos un momento en silencio.
Él me mira mientras me deja una leve caricia en la mejilla.
—¿Ya te he dicho que te ves muy bien en la mañana?
Echa a reír.—Si, me lo has dicho. Y no creo que sea así, soy un desastre.
—Pues, para mí no lo eres.—me acerco un poco— ¿Sabes de qué tengo ganas?
—¿De qué?
Hago una mueca como pensando.
—De besarte.
—¿Sí?
—Si.—asiento rápido— Así que ven aquí.
—señalo para que se suba encima de mí.
Charlie vuelve a echar a reír mientras se coloca a horcajadas encima de mí.—Tu también te ves muuuy bien en las mañanas.
—Bueno, ahora bésame.—me acerco a sus labios.
—Y él ansioso soy yo.—rie.
Le dejo una nalgada mientras me acerco para besarlo.
Me detengo enseguida alejándome un poco.
—¡No!
—¿Qué pasa? —pregunta desilusionado.
—Aun no me he lavado los dientes.
—me cubro la boca.
Charlie voltea los ojos.—No me importa que tu aliento apeste a bosta, solo bésame.
Echo a reír.—Eres un asco Spring. Al menos déjame tomar una menta.—estiro mí brazo intentado abrir el cajón de mí mesa de luz
—¿Puedes tomar uno por mí?
Vuelve a voltear los ojos.—Que exagerado.
—se estira abriendo el cajón.
—Pues, yo si me cuido. Lamento si te ha tocado besar a cada puerco con mal aliento.
—le digo irónico.
—No me lo recuerdes.—dice mientras aún revuelve en mí cajón.
Le dejo otra nalgada.
—¿Puedes dejar mí culo en paz?
—Claramente no.—digo en doble sentido.
Charlie vuelve a acomodarse como recién mientras eleva una de sus cejas.
—¿Qué? ¿Estuve fuera de lugar no? Lo siento, chiste de mal gusto. No quise incomodarte.—me disculpo rápido.
Suelta una risita.—No es eso tonto.
Aquí tienes tu menta.—me la pasa y la llevo a mí boca enseguida.
—¿Entonces qué es?
Desde atrás de su espalda retira una gran tira de condones. Su ceja se eleva nuevamente.
Mis hombros se elevan.—¿Qué?
—Son demasiados condones, y eso que no he retirado todos. Aún hay más.—señala el cajón.
—¿Cuál es el problema?
—Que...—se acerca a mis labios— Supongo que son todos para usarlos conmigo.—sus labios rozan los míos en un intento de provocación.
—¿Con quien más? —me pierdo en sus ojos.
Me sorprende cuando su mano baja a mí entrepierna dejando un apretón.—Eso espero Nelson.
Sonrío.—¿Usamos uno ahora?
—En serio eres terrible.—rie mientas me toma de la nuca y me besa.
Nos besamos con tal fogosidad que realmente le quitaría toda la ropa ahora mismo y le haría el amor sin parar.
Pero el maldito teléfono suena a nuestro lado.—Diossss, ¿Quién puede molestar a esta hora? —me quejo.
—Es tu teléfono, no el mío.
—me besa el cuello.
Me hace jadear en un segundo.—Pues, que espere.
Charlie me vuelve a tomar por el rostro de manera dominante mientras me vuelve a besar con muchísimo fervor.
Pero el estúpido teléfono vuelve a sonar.
—Atiende, ya me distraje.—se queja Charlie.
—Sea quién sea lo mataré.—me quejo al igual que él tomando el teléfono, es un mensaje de Liam— Sí, lo mataré.
—¿Es Liam?
Asiento y abro el mensaje:
Liam: " Cabron, probablemente estés dormido pero bueno después se me olvida. El sábado es el cumpleaños de Cat, la convencí de hacer una fiesta en su casa, increíblemente aceptó. Invita a Charlie, hay que tirar la casa por la ventana 😎🤪🥳😏 "
—Carajo, tu madre quería verme en su despacho.—dice Charlie recordando mientras se baja de encima de mí y de mí cama.
—Oye...—lo llamo.
—¿Qué pasa? —pregunta mientras se acomoda la ropa con rapidez.
—Me dice Liam que el sábado habrá una fiesta de cumpleaños en casa de Cat, pues es su cumpleaños. ¿Vienes conmigo?
Lo que sigue a continuación estará disponible en el capítulo 45.
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NOTA DE AUTOR/AR: Perdón la demora! Buenoooo, déjeme adelantarles un poco de que en el próximo capítulo en esta fiesta van a pasar COSAS y muuuuuchas cosas 😎🫣😋😌 yo sé porque se los digo sjdjudwkdkid Muchísimas gracias por su apoyo a la novela! En serio no saben cuánto les agradezco que les guste y comenten cosas tan lindas. Lo valoro muchísimo en serio! Gracias por leer besossssssss
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