34. | Un Lindo Momento |
.Capítulo 34
~Narrador: Nick.
Intento acomodarme para seguir durmiendo, pero algo no me lo permite. Abro los ojos y tengo a Charlie prendido a mí rodeando sus pequeños brazos sobre mí cintura. No puedo evitar sonreír como un patético ante eso.
Generalmente suelo tener insomnio en las noches, salvo los días agitados en dónde salto de reunión en reunión de publicidad a publicidad etc... Llego cansado e increíblemente logro conciliar el sueño rápido. Pero con Charlie... Con Charlie me pasa algo muy particular. Las pocas veces que dormí con él logro hacerlo con facilidad.
Y eso es algo que me llama poderosamente la atención. Me refiero a que... Su sola compañía hace que me sienta con tranquilidad.
Me muevo ligeramente tratando de acomodarme mejor, observo la hora que está sobre el reloj de la pared, son las 08:00 am. Un poquito de sueño de más no viene mal, además de que estoy bastante cómodo y tampoco quiero despertarlo.
—¡Char! Mirá lo que preparé par...
—su hermana entra sin golpear y al vernos juntos se queda tiesa.
Automáticamente me levanto y me pongo de pie quedándome tieso al igual que ella.
¿QUÉ MIERDA? ¡ESTOY SEGURO QUE ANOCHE PUSE SEGURO A LA PUERTA!
—Charlie...—hablo hacía él.
Su hermana sigue en la misma posición observándome a mí, luego a su hermano, para nuevamente observarme a mí. Tiene una galleta de chocolate en la mano que estoy seguro que en cualquier momento se le cae por tal sorpresa que lleva en su rostro.
—Hum... —Charlie se queja sin abrir los ojos y estira su brazo— Vuelve a la cama...
—¡Charlie! —vuelvo a decir pero esta vez un poco más alto.
—¿Qué pasa? —se queja ahora sí abriendo los ojos.
Me mira, y le advierto con la mirada. Enseguida observa hacía la puerta y ve a su hermana. No pasa ni un segundo y sale disparado de la cama ubicándose a mí lado.
—¡Cariño! —exhala con sorpresa y nerviosismo— Qué... ¿Qué haces aquí? Y...
—su voz sale titubeante de los nervios.
Chloe lo interrumpe:—¿Ustedes durmieron juntos?
Charlie y yo intercambiamos una mirada rápida de nervios sin saber ninguno que decir.
—No linda, ¿Qué cosas dices? —Charlie echa a reír de manera nerviosa.
Y después dice que soy yo él pésimo para mentir.
Chloe está vez se cruza de brazos mirándonos fijamente. Por dios.
¿En qué momento llegué al extremo de tener que darle explicaciones a una cría de diez años?
—Anoche me sentía un poco mal, muy mal.
Estaba mareado y tu hermano me encontró en el pasillo y me hizo pasar aquí a la habitación... —empiezo a decir— Se ve que anoche en la reunión comi algo que me cayó muy mal.
Chloe asiente como analizando.
—Y no sé en qué momento me quedé dormido...—esta vez miro a Charlie—
Debiste despertarme, no me gusta dormir en las habitaciones de huéspedes. Que sea la última vez.—digo en modo de autoridad.
—Si si, disculpe Nicholas. Tiene razón, pasa que estaba tan dormido que me dio pena despertarlo...—Charlie me sigue el juego—
No volverá a ocurrir.
Y como dos estúpidos observamos a Chloe a la vez para ver si se tragó la mentira.
Una de sus cejas está elevada.
—¿Y por qué no dormiste en la cama de al lado? —le pregunta a su hermano señalando dicha cama.
Ashhhh, mocosa astuta.
Charlie suspira.—Cariño, ¿Y esto?
—señala su galleta y se acerca hasta ella agachándose a su altura— ¿Es para mí?
—parece que quiere desviar la conversación.
Chloe asiente.—Si, la preparé para ti. Yo sola la hice.—le contesta a su hermano, pero su mirada está puesta en mí de manera vigilante.
Charlie abre la boca en sorpresa.—¿Tú sola en verdad?
—Bueno, Lau me ayudó... Pero la mayoría hice yo. Prueba...—se la extiende y Charlie la toma.
—Bien, yo debo irme.—digo aclarandome la garganta.
—Si, nosotros también.—dice rápido Charlie tomando la mano de su hermana—
Así que mí amor ¿por que mejor no vas a buscar tu mochila así ya vamos a casa?
Chloe asiente lentamente mientras me vuelve a echar una mirada acercándose a la puerta, antes de cruzar la vuelve a mirarnos.
Suspiro.—Por dios, ¿es Anabelle esa niña o que mierda?
—No le digas así.—se acerca a la cama mientras la comienza a tender.
—¿Pero has visto las miradas que me echa?
—volteo a verlo.
—Esta a la defensiva contigo porque cree que no me tratas bien, o que eres malo conmigo.—responde ya casi terminando.
—¿Y no le has dicho que no es así?
Me mira como diciendo: " ¿en serio? "
—Bueno, lo que puedas decirle.
—volteo los ojos.
—Tu mismo me dijiste que no quieres que le diga que el de los regalos y demás eres tú, así que no te estaría entendiendo.
Buen punto.
Vuelvo a suspirar.—De todos modos, ¿tú le quitaste el seguro a la puerta? Estoy seguro que anoche lo coloqué.
Observa la puerta y niega.—Que idiota.
Lo olvidé. Anoche me levanté por agua y cuando volví estaba tan dormido que olvidé colocarlo.
—Todo esto es tu culpa entonces.
—digo en ironía acercándome a la mesa de luz tomando mí teléfono— Debo irme... Quizás hoy tenga algunas reuniones y...
Me sorprende cuando me abraza desde atrás por la cintura.
—Gracias por lo de anoche.—suelta en un susurro.
Volteo a verlo.—¿Específicamente de qué hablas?
Niega con la cabeza y uno de sus dedos toca mí frente.—Tienes el sexo acá.
—En realidad un poco más abajo.
Charlie echa a reír levemente ante eso, no puedo evitar sonreír.
—Basta.—se acerca un poco más— Hablo de... De haber dormido juntos. Se... Se sintió bien.
Trago saliva con fuerza.—Eeh, sí. Estuvo bien.
—Bueno, y el sexo también.—vuelve a reír.
Intento reprimir una sonrisa ante eso.
Me quedo mirándolo un segundo, él también a mí. De repente solo estoy mirando sus preciosos ojos azules sin poder despegar la vista, un cosquilleo estupido invade mí estómago, y mi corazón empieza a acelerarse.
—Debo irme.—me aclaro la garganta nuevamente saliendo de esa nube y me alejo levemente de él.
—¡Espera...! —dice y volteo a verlo, se acerca hasta mí.— No te veré hasta el lunes... —se acerca hasta mis labios para poder besarme.
Me alejo rápido.—No. Aún no me lavó los dientes.
Me mira mal.—¿Es en serio?
—Que tengas buen día Charlie.—le guiño un ojo y salgo rápido de la habitación.
Dos Horas Después.
Después de ducharme, no hice más que estar en el despacho de mamá hablando sobre las propuestas que recibí anoche.
Lily sugirió dos de ellas, que vienen de unas agencias que tienen buen renombre y podrían darme más escala para que con sus campañas me de a conocer aún más.
¿Lo que no me gusta? Ambas son de modelaje.
Venía bien con las publicidades actuando.
Aunque solo sean diez putos segundos, venía bien. Pero no me gusta posar para modelar. Mamá intentó una y mil veces que lo haga para ella en algunos de sus diseños, que a veces suele hacer vestimentas para hombres. Pero no. No es lo que quiero.
—Nick, son dos buenas oportunidades. Además, te quedará mucho dinero.
—insiste Lily.
—El dinero me sobra, no me importa eso.
Hablo de mí comodidad, y no me siento cómodo teniendo que modelar.
—No es modelar, modelar es otra cosa Nick. Estás confundiendo las cosas.—vuelve a decir Lily— Tienes que hacerte unas fotos, nada más.
—Bueno, eso es modelar.
—Tienes mal el concepto hijo.—se mete mamá a la conversación tecleando cosas en su notebook.
Lily suspira.—Bien, escucha. Tampoco te obligaré hacer algo, al fin y al cabo es tu desición. Pero al menos piénsalo ¿sí? No me des un no automático. ¿Puedes al menos pensarlo?
Volteo los ojos.—Esta bien. ¿Puedo irme ya? Quiero comer algo.
—Ve. Y dile a Lauren si puede subirnos dos cafés por favor.—me pide mamá.
Sin responder salgo del despacho y camino hacia las escaleras, me dirijo hacía la cocina y encuentro a Lauren haciendo el aseo en la cocina.
—Hola.—la saludo yendo hacía la nevera.
—Hola cariño.—tambien me saluda—
¿Quieres que te prepare algo de comer?
Niego sacándo lo necesario para hacerme un sándwich.—No te preocupes, solo comeré un sándwich.—dejo todo sobre la mesada.
—Deja que yo te lo hago...
—No Lauren tranquila. Yo puedo hacerlo.
—la miro y sonrio levemente.
Ella asiente.—Okey, de acuerdo.
—tambien me sonríe y vuelve a lo suyo.
—¿Cómo estás? Hace mucho no hablamos.
—pregunto empezando a preparar.
—Eso es verdad. Me tienes algo olvidada.
—dice en ironía.
—Jamas, ¿Fuiste al médico?
—Si cariño.
—¿Y qué tal? —ya casi termino mí sandwich y no puedo creer que me lo hice yo solo.
—Gracias a Dios todo muy bien.
—Me alegro por eso.—agarro la mayonesa y empiezo a desparramar.
—¿Y tú?
—¿Si fui al médico? Eeeh, debería ir.
Para los chequeos de rutina, pero igual está todo bien tranquila.—tomo el sándwich que me hice en las manos listo para darle un gran mordisco.
—¿Y cuando me contarás lo tuyo con Charlie? —susurra.
Quedo a medio comer mientras la mayonesa se deshace del sándwich cayendo por una de mis manos. Volteo a ver a Lauren que me mira con una sonrisa tierna. Pero enseguida observa mis manos.
—Oh, te has manchado.—deja lo que está haciendo y se acerca hasta mí tomando una servilleta.
Yo estoy atónito.
—Ven aquí...—me saca un segundo él sándwich de las manos y lo deja a un lado, toma mí mano mientras comienza a limpiar. Me mira.—¿Estás bien?
Trago saliva con fuerza.—¿Qué... Que... ¿Qué has dicho?
Vuelve a sonreír y suspira levemente.
—Ven aquí.—me lleva con ella hasta sentarme en una de las banquetas, ella hace lo mismo a mí lado.
—Pu... Puede venir alguien.—digo rápido, ya que es evidente que quiere hablar.
—Leia salió, el chófer está en su posición.
Alexander en su habitación...—responde con tranquilidad— No te preocupes cariño, podemos hablar bien.
Trago saliva con fuerza una vez que termina de limpiar mí mano. Esquivo su mirada.
—Perdon mí atrevimiento y por decírtelo de una manera tan brusca, si así se le puede decir. Pero te conozco tanto pero tanto hijo... Que siento que tienes tantas, pero tantas ganas de hablar y que no sabes por dónde empezar.—dice de manera sutil.
Y no sé porqué un puto nudo se me hace en la garganta.
—No... —me aclaro la garganta, ni siquiera sé bien qué decir— ¿Hace cuanto lo sabes?
—esta vez la observo.
—¿En serio quieres saberlo?
Asiento levemente.
—Tuve mis dudas desde un comienzo, pero terminé de confirmarlas aquel día en qué ese chico se metió a la casa y tú defendiste a Charlie como a nadie.—sonrie de manera maternal.
Claro que lo recuerdo. Cuando el cabron de Nolan se atrevió a venir hacía aquí para seguir molestándolo. No iba a dejar que lo hiciera.
—Y sin dejar de mencionar el hecho de que Charlie tampoco es alguien muy disimulado.—suelta una leve risita— Eso queda entre nosotros por favor, no quiero que se enoje.
Intento reprimir una sonrisa ante eso, y al contrario de sentirme incómodo porque Lauren ya sabe la verdad, me estoy sintiendo bien.
—Lo terminé de confirmar también cuando de la noche a la mañana mí pastel de chocolate que había preparado para ti se esfumó.—dice en ironía.
Ay Charlie.
Intento también reprimir una sonrisa ante eso. Lauren estira su mano hacía la mía y la toma dejando una suave caricia.
—Cariño, no sé bien qué ocurre entre ustedes dos. Pues solo ustedes lo saben.
Pero quiero decirte algo, si me lo permites por supuesto...
Vuelvo asentir levemente.
—Que estés tranquilo hijo.—vuelve a decir de manera maternal— tranquilo. No permitas que la opinión ajena, o que la gente entrometida no te permita ser feliz y disfrutar. Porque tú mereces ser feliz.—remarca— Mereces ser amado y querido, por favor jamás dudes de eso.—aprieta mí mano levemente.
No puedo decir nada.
—Y no sabes cuanta tranquilidad me deja que la persona que esté a tu lado sea Charlie.—sonrie.
Suspiro e increíblemente me limpio rápido una lágrima que decidió salir disparada.
—Es que no... Nosotros no... No somos...
Lauren niega rápido.—No me des explicaciones, eso solo lo verán tú y él.
Pero si me permites nuevamente darte otro consejo...—vuelve a reír ligeramente— No lo dejes escapar.
—Lauren es que yo...—exhalo con fuerza—
A mí no... No me gustan los hombres, pero Charlie... Charlie es...
—Shhh, tranquilo...—vuelve acariciar mí mano notando mí nerviosismo.
—O quizás sí, quizás sí me gusten los hombres y también las mujeres y... No lo sé, estoy demasiado confundido.—digo con rapidez.
—Eso es algo que solo tu mismo tendrás que averiguar. Solo tú tienes la respuesta. Pero sea cual sea, recuerda que no estás haciendo nada malo y que mereces ser feliz Nick.—vuelve a remarcar.
La observo sin decir nada.
—Yo que te veo de afuera, quizás tú no lo notas o lo pasas por alto pero... Desde que empecé a notar que entre ustedes ocurría algo más... —sonrie recordando— Tú mirada hijo, tú mirada cambió por completo. Tú... estás tan distinto. Te veo cambiado, te veo más relajado... te veo en calma...—vuelve a sujetar mí mano.
No digo nada, y otro puto nudo en la garganta aparece.
—No dejes escapar lo que te hace feliz.
Somos una vez en la vida, las cosas hay que hacerlas cuando las sentimos.—aconseja.
Suspiro y miro hacia abajo con sus palabras dándome vueltas.
—¿Puedo darte un abrazo? —pregunta.
Asiento. Lauren se acerca a mí y me estrecha en sus brazos de manera maternal, y nuevamente otra lágrima decide descender sobre mí mejilla.
—Ah, mamá pidió dos cafés.
Lauren echa a reír mientras siento como se sorbe la nariz, está emocionada.—Ya se los subo.
~Narrador: Charlie.
—En serio estoy muy sorprendido.
—digo una vez que me siento del lado del copiloto.
Hace como una hora Nick me envió un mensaje preguntando si estaba ocupado, le dije que no. Me pidió que me aliste que en unos minutos pasaba por mí. Por suerte Leía estaba en casa para poder quedarse junto a Chloe, llegó después de una cita con Liam. Que parece les fue bastante bien, pero aún no sé los detalles porque Nick ya vino por mí.
—¿Por qué tanta sorpresa? —pregunta colocándose el cinturón de seguridad.
—Yyy me sacas de mí casa de la nada...
—tambien repito su acción— Y según tú hoy tenías cosas que hacer.
—Ah, eso.—enciende el auto y comienza a conducir— Son unas reuniones que tengo que analizar, hoy no es el día.
—¿Y para qué es el día de hoy?
—pregunto observándolo.
En serio estoy muy sorprendido, no entiendo muy bien todo.
—Para pasar un momento juntos.
—esta vez me observa.
Media hora después llegamos a destino.
El camino fue de música total, cosa que también me sorprendió bastante. Nick dejó que coloque la música que quiera, e incluso al volumen que se me antoje. Antes de llegar adónde sea que me estaba llevando, paramos en una estación de servicio en dónde bajó a comprar algunas cosas.
Cuando el auto se estacionó bajé enseguida sin entender bien adónde estamos.
—¿Y esto? —pregunto mirando a mí alrededor.
Es un lugar muy bonito, todo alrededor es verde. Naturaleza pura. Sin omitir el detalle en qué el día está algo cálido. Se puede apreciar mejor.
—Solia venir aquí de chico con mis papás.
A pasear... —observa la vista colocándose a mí lado— Aquí venía cuando quería aprender a andar en bicicleta...
—comienza a caminar hacia un árbol, lo sigo.
Se apoya sobre él y respira profundo.
—Hace mucho no vengo por aquí.—dice en un tono melancólico.
Vuelvo a observar a mí alrededor, no veo que haya mucha gente. En realidad casi no hay nadie, y se supone que es algo público.
—No veo personas.—digo con curiosidad.
—Reservé esta parte para nosotros solos.
WOW. ¿Qué?
Se sienta al lado del árbol sobre el césped, mientas deja a un lado lo que compró en la estación de servicio.—¿te quedarás ahí como poste?
Anonadado me siento a su lado.—¿Qué?
—¿Qué de qué? —dice mientras extiende una manta sobre el césped y deja sobre ahí las cosas que compró.
—¿En verdad has hecho eso? Incluso, ¿Es eso posible? —no salgo de mí asombro.
—Con dinero sí. Le pagué a uno de los de seguridad del lugar, accedió enseguida.
—observo como acomoda las cosas y echo a reír— ¿Qué ocurre?
—En realidad la manta es para que nosotros nos sentemos en ella, no solamente las cosas.—aclaro intentando no volver a reír.
—Ah. —su ceño se frunce.
Me causa ternura así que me levanto y le hago una seña para que haga lo mismo. Corro un poco las cosas y extiendo en grande la manta, dejo las cosas sobre ella y me siento. Lo observo para que también se siente, lo hace con cuidado.
—Ahora sí.—sonrio hacía él.
—Compré para preparar sándwiches.
—dice a mí lado.
—Perfecto, me encanta.—digo entusiasta sacando las cosas y comenzando a preparar. Nick también me ayuda.—
¿Por qué reservaste esto para que estemos solo los dos?
Acomoda el pan.—Para que los intensos periodistas no nos toquen los huevos y podamos estar tranquilos.
—Tu y tú vocabulario.—echo a reír mientras ya termino mí sandwich y le doy un mordisco. Observo a Nick que aún batalla con el suyo.—¿Necesitas ayuda?
Niega rápido concentrado.—Ya termino.
No puedo evitar reír mientras sigo comiendo.
—Te estoy escuchando.
—Ese sandwich no podrá contigo, vamos.
—digo en ironía con la boca llena.
—Callate.—termina. Yyyy bueno, al menos es comestible. Le da un mordisco de lleno.
Lo miro y observo que le quedó un poco de mostaza al costado del labio, echo a reír ante eso.—Te quedo algo.
—¿Qué? —pregunta con la boca llena.
—Tienes...—me señalo el labio, pero Nick frunce el ceño. Volteando los ojos me acerco un poco y se lo limpio.
Su ceño sigue fruncido.—¿Qué?
—le pregunto.
—Eso fue asqueroso.—vuelve a comer.
—¿Por qué? —echo a reír.
—Eso estaba en mí boca lleno de saliva.
—vuelve a comer.
Lo miro sin decir nada elevando mis dos cejas, tomo un trago de coca cola.
—Y después soy yo él que tiene el sexo en la cabeza.—él también toma un trago de coca.
Echo a reír notando ese detalle, no compró alcohol. Solo latas de coca cola.
Y así siguió nuestro almuerzo/merienda.
Entre conversaciones sin sentido, sandwiches de por medio, e increíblemente compartiendo algunas risas. Después de comer y terminar otra lata de coca cola, nos tiramos acostados arriba de la manta.
—¿El día está lindo verdad?
—pregunto hacía él, no lo veo pero lo tengo muy cerca.
—¿Qué clima te gusta más? —pregunta.
—Creo que el verano, aunque también me gusta el invierno. Como para estar en casa y tirarte a ver películas todo el día.—mi mirada está en el cielo, realmente está despejado— ¿Y a ti?
—El verano. Aunque a decir verdad me da igual.—noto como se acomoda acercándose un poco más a mí.
Cierro los ojos un momento disfrutando de este momento. Disfrutando del día, disfrutando de la compañía de Nick y de este particular pero lindo momento que compartimos juntos. Y que a decir verdad aún sigo algo sorprendido por todo esto.
Pero tampoco quiero ilusionarme de más.
Pasa que... El solo hecho de que haya querido pasar su tarde libre conmigo... Haya organizado esto, pagado para tener un espacio para los dos solos, simplemente compartir unos simples sandwiches entre medio de conversaciones sin sentido...
¿Por qué lo hizo? ¿Por qué hace esto? Simplemente para pasar el rato, ¿O hay algo más?
—¿Por qué te gusto? —su pregunta me saca de mí nube de mis pensamientos tomándome por sorpresa.
Abro los ojos y volteo a mirarlo, me está mirando. Estamos muy cerca. Un cosquilleo me invade.
—Porque... Porque sí.—digo nervioso.
—Me gustaría saber el porqué.
—¿Y por qué quieres saberlo?
Nick suspira relajado mientras está vez vuelve a mirar hacía él cielo, yo sigo observándolo de perfil. Noto pequeñas pequitas en su mejilla que antes no se las había visto, incluso sus pestañas son tan largas y bonitas.
—Porque eres la primera persona a la que le gusto.—suelta directo.
Echo a reír levemente.—Que cosas dices.
Está vez me mira.—Hablo en serio.
Mí ceño se frunce y lo miro esperando a que continúe.
—Las personas a mí alrededor solo se me acercan por interés, por dinero, por ser el hijo de la gran Sarah Nelson...—expresa lo último con ironía— Siempre lo noté, hasta incluso me lo hicieron saber.
No digo nada esperando que siga hablando.
—¿Por qué te piensas que mí único verdadero amigo es Liam? Lo demás todo es falso y de plástico.—arruga su nariz como si odiara todo.
Suelto un suspiro sin saber que decir, está vez mí mirada vuelve hacia arriba.
—Pero tú no.—dice de repente.
Dios...
—Tú eres lo único real que tengo.
Lo que sigue a continuación estará disponible en el capítulo 35.
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Nota de autor/ar: Perdón la demora y la hora!! Chicxsssss AAAAAAAAAAH si se vienen cositas, y cuando yo les digo así saben que no miento. 🫣😍😉 Muchísimas gracias en serio por su apoyo y sus tan lindos comentarios, no saben lo que me incentiva. Lo valoro muchísimo!! Gracias por leer, besossssssss
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