27. | Acaso Son... ¿Celos? |
MARATÓN: (2/2)
●Capítulo 27.
~Narrador: Charlie.
El silencio que inunda la casa es tan incómodo de repente que ninguno parece saber que decir. Pero gracias a todos los Santos Ruby lo interrumpe:
—¡Ey Nick! —saluda sonriente hacia él acercándose a la puerta. Ryan se aleja y vuelve al sofá.
Miro a Leía sin entender, ella me hace una mirada como para que me acerque.
—¿Cómo estás? —le pregunta Ruby ante su silencio y... Su cara de culo.
Me acerco hasta ellos.—Yo me encargo.—digo hacia Ruby.
Ella me sonríe.—Okey, sigo con las pizzas tranquilo.
—me dice mientras va a la cocina.
—Hola.—lo saludo aún sin entender su presencia aquí.
—Venía a dejarte esto que me mandó mi mamá para ti y tu hermana.—indica por las bolsas— Estaba de paso.—las levanta para que las tome, en ningún momento me mira.
—¿Qué es? —pregunto sin entender.
—No tengo la bola mágica.
Puedes fijarte tú.—contesta con frialdad volviendo a elevar las bolsas para que las tome.
Chasqueo la lengua.—Pasa.
Niega.—Liam me está esperando.
—Es un minuto Nick.
—insisto.
Necesito hablar con él para saber cómo está.
Suspira frustrado cerrando los ojos un momento.
—Un minuto.
Abro la puerta un poco más, él ingresa. No saluda y tampoco hace contacto visual con nadie. Que modales.
—Ahora volvemos.—digo en general y observo a Nick para que me siga hacia la habitación.
Comienzo a caminar y siento sus pasos detrás de mí, al entrar a la habitación cierro la puerta con cuidado.
—No hagas mucho ruido que Chloe está durmiendo.
—aviso hacia él volteando para verlo.
Pero el muy cabronazo comenzó a dejar las bolsas sobre la cama al lado de Chloe haciendo demasiado ruido con las mismas. Dios.
—¡Nick! —susurro.
Voltea a verme.—¿Y por qué se duerme tan temprano? Eso no es mi culpa.—se queja.
—Los niños generalmente se van a dormir temprano.
—digo con suavidad y sarcasmo.
—Ah.—se encoje de hombros—Bien, ahí está todo.
—Pero... ¿qué es? —me acerco a las bolsas intentando ver— Y por favor baja la voz.
—Eres tú el que está hablando.
Volteo los ojos indagando más en el interior, me encuentro con una cantidad de ropa de nena. Incluso ropa para mí... ¿y esto?
—¿Qué es esto? —volteo a verlo rápido.
—Supongo que ropa.
—Nick... Hablo en serio.
—vuelvo a observar las bolsas atónito. Es demasiada—¿Tú mamá manda esto para nosotros?
Asiente sin decir nada.
—¿Es un regalo? —vuelvo a preguntar incrédulo.
—Sí.—responde sin más.
No puedo salir de mi asombro volteando a ver la cantidad de bolsas que hay sobre la cama. De por sí son muchas, y no solo son muchas si no que también son grandes. Esto es increíble.
—No... no puedo aceptarlo.
—digo volteando a verlo.
—Es un regalo Charlie.
Los regalos no tienen devolución.
Además, mi madre va a ofenderse bastante si rechazas esto.—dice rápido.
—Pero es que... es... Es demasiado. Nunca... nunca nadie me había regalado tanta cosa junta.—digo aún sin poder creer volviendo a ver las bolsas.
—Bueno, siempre hay una primera vez para todo. Que lo disfruten.—dice volteando para tomar el pomo de la puerta y salir.
—¡Espera! —hablo con rapidez antes que de otro paso.
Voltea a verme.
—¿Qué? Estoy apurado.
—Primero, gracias por traer esto...
—Me quedaba de paso.
—interrumpe.
Volteo los ojos.—Y segundo...
Quería hablar contigo un momento.
—¿Hablar de qué?
Hago una mueca.—De... de... de ti.
—¿De mí?
Decido ir al hueso.
—¿Pudiste ir... al cementerio?
—trago saliva con fuerza.
Nick suspira mientras pone mala cara, sin embargo responde:—Sí.
Me toma por sorpresa. Creí que no había ido después de esa conversación que escuché con Sarah en la tarde.
—¿Y fuiste... Tú solo?
—Como todos estos últimos años.—contesta con simpleza—Bueno, gracias por preguntar pero en serio tengo que irme.—contesta con frialdad.
Y ahí estamos otra vez...
Otra vez poniendo esa coraza.
—¿Qué te ocurre?
Su ceño se frunce.
—¿Qué me ocurre de qué?
—No lo sé, parece que quieres salir corriendo...
—me acerco hasta él—
¿Ni siquiera puedo saludarte?
—¿Saludarme? —eleva una de sus cejas.
Doy otro paso más quedando ya cerca de su rostro.—Sí, saludarte.
—Ya lo hiciste.—su mirada baja a mis labios.
—Estoy hablando de otra clase de saludo.—me acerco todavía más haciendo que nuestros labios hagan un leve roce.
Nick sonríe por lo bajo mientras me esquiva el rostro.—No te confundas Charlie.
Mi ceño se frunce.—¿Qué?
—Nuestro plazo ya terminó.
—indica.
—¿Y?
—Que ya está.
—¿Y lo qué pasó anoche?
—inquiero con rapidez—
Incluso hoy en la mañana.
—Pues estuvo muy bien.
—me mira a los ojos— Pero solo fue eso, ¿no? Creo que está bastante claro para ambos.
En serio. Si será idiota.
—Puedes ser más específico.
—me cruzo de brazos.
—Que solo fue sexo y ya.
Un momento de debilidad, tanto para ti como para mi.
—dice con rapidez.
Lo miro sin decir nada.
—¿Que sí estuvo bien? Sí, fantástico. Pero ya está, ¿no?
Sigo en silencio, así que él sigue hablando:
—Creo que te dije más de una vez que a mi no me van los tipos.—dice con simpleza.
Río con ironía por lo bajo, lo miro directo a los ojos.
—Pues eso no parecía cuando me chupabas la polla está mañana y jadeabas como loco cuando te montaba.
Nick traga saliva con fuerza.
Niego con la cabeza.—Puedes irte. No quiero quitarte más tiempo, que tu amigo te espera.—estiro mi brazo por detrás de él abriendo la puerta, mi rostro queda a centímetros del suyo.
Noto su nerviosismo enseguida.
Se aclara la garganta.—Sí, Liam. Y probablemente alguien con quien pasarlo bien esta noche.—guiña un ojo mientras sale de la habitación.
Mi mandíbula se tensa por completo. AAAAAAAAAAAAAAAAAA cabron de mierda.
Salgo de la habitación cerrando la puerta, y enojado me acerco hasta la cocina tomando el lugar de Ruby quien me deja la masa ya casi lista.
—¿Nick te vas? —le dice ella antes de que el idiota cruce la puerta.
—Sí, Liam me está esperando.—responde él con frialdad.
Claro, Liam y alguna vieja que se le cruce por el camino... Le doy unos fuertes golpes a la masa llamando la atención de los que estamos acá.
—La masa ya está Char.
—susurra Leía por lo bajo con algo de temor.
—Aaay, ¿y por qué mejor no llamas a Liam y se quedan aquí con nosotros?
—le propone Ruby.
Enseguida levanto la mirada.
POR DIOS NO. Ruby la mira a Leía y le guiña un ojo.
Ahora entiendo.
Observo a Leía que se pone más colorada que la salsa que está preparando.
—¿Pueden Charlie? —me pregunta Ruby abriendo los ojos en grande.
Parece que la pelirroja quiere hacer de cupido.
—No hace falta.
—interrumpe Nick—
Ya tenemos cosas que hacer nosotros.
Claro que no corazón.
—Sí, no hay problema.
—digo rápido— Pueden quedarse si quieren. Llama a Liam y dile que venga.
—digo hacia Nick mirándolo directamente.
Si él quiere jugar, yo puedo jugar mejor.
Ruby aplaude entusiasta.
—¡Siii! Vamos llámalo Ni, estoy segura que dirá que sí.
Y aquí estamos... Todos.
Yo, Leía, Cody, Ruby, Ryan, Liam... (que accedió enseguida a venir en cuanto Nick le envió un mensaje) Y por supuesto... el idiota.
Estamos en el sofá, algunos sentados sobre algunas sillas.
Ya estamos comiendo las pizzas mientras tomamos algunas cervezas y escuchamos música.
Hablamos de cosas al azar, más bien la que lleva el ritmo de todo es Ruby, y lo agradezco.
Ya que el aire se siente bastante tenso por algún motivo.
Leía y Liam. Claro está.
La tensión entre ellos es por sí de más, están sentados uno al lado del otro. Y ambos lucen como dos niños cuando se gustan y no saben que hacer.
Cody parece algo malhumorado. Desde un primer momento no le cayó bien Nick, más que nada sabiendo el prontuario que se carga y se sabe de él en los medios. Incluso conociéndolo puede que esté molesto porque Ruby lo haya invitado.
Ryan... Bueno Ryan creo que tiene más de un motivo para sentirse algo intimidado. Nick no fue para nada agradable con él aquella vez en la discoteca. Y justamente ahora cada tanto lo agarro mirándolo, y no de buena manera.
¿Huelo celos? Me encanta.
Y bueno yo estoy incómodo por los motivos que ya son de puro conocimiento. Más que nada estoy cabreado, sumamente cabreado por lo que Nick me dijo en la habitación.
¿Cómo una persona puede comportarse de una manera un día y al otro día de otra?
Y encima de eso pasarme por la cara que se irá a revolcar con alguna... Asshhhhhh lo detesto.
Por eso Ruby es la única que parece pasarlo bien. Y la única que le pone onda a la situación.
Cuando terminamos de cenar Liam y Cody me ayudaron a lavar algunas cosas sucias.
Cada tanto observo a Nick que no deja de teclear en su teléfono, parece aburrido y con ganas de irse.
Le daré algo para que se divierta.
—¿Y si jugamos a algo?
—digo de repente de manera impulsiva cuando terminamos de lavar.
Charlie, y tú que eres una persona pensante...
¿Qué te anda ocurriendo?
—¿Volvemos a los juegos de mesa? —Ruby levanta uno con entusiasmo.
Juegos de mesa que por cierto trajo Ryan.
Niego acercandome al sofá.
—No, uno más divertido.
—¿Cómo cuál? —pregunta Liam volviendo acomodarse al lado de Leía.
—Podría ser " Verdad o Reto ", " Yo nunca nunca " —sigo pensando— O también cinco minutos en el paraíso, o siete. No recuerdo cuántos eran.
Ruby enseguida mira a Leía, pero rápidamente vuelve a mirarme:—¡Sí, me gusta! ¡Cualquiera de los tres!
—¿Están todos de acuerdo? —miro a todos, específicamente a Nick, que me mira un leve segundo y luego vuelve su atención a su teléfono— Podríamos empezar con yo nunca nunca.
—Claro.—Ruby sonríe entusiasta acomodando unos vasos en el centro— La noche es larga, después podemos seguir con los otros.
—¿Y qué tomamos?
—pregunta Cody.
—Solo cerveza.—digo rápido.
Siento la mirada de Nick.
Todos nos ubicamos más cerca de la mesa ratona.
Cada quien ya tiene su vaso listo.
—¿Las reglas están claras no?
—digo hacia todos.
—¿Cómo eran? —pregunta Ryan— no recuerdo la última vez que jugué a esto perdón.
—No pasa nada.—le sonrió—
Si hiciste tal cosa debes beber, y si no simplemente no lo haces.
Él asiente entendiendo.
—Gracias Charlie.
—No hay porqué.—vuelvo a sonreírle.
—Bien, ¿quién empieza a decir algo? —pregunta Cody cuando atrae a Ruby a sus piernas.
—¡Yo! —levanta la mano ella entusiasta— A mí nunca nunca me pareció alguien lindo o linda de esta habitación.
Esta Ruby...
Liam toma, Leía también.
(ella está tomando gaseosa)
Cody igual, Ruby también, yyy Ryan.
Observo a Nick que simplemente deja su vaso reposando sobre su rodilla, no hace nada.
Tomo un trago, y ojalá no piense que es por él. Aunque si es por él, pero no quiero que piense que es por él... Bueno, se entiende.
—Liam, sigues tú...—indica Ruby.
Liam parece pensar, hasta que algo nervioso suelta:
—Yo nunca nunca tuve ganas de besar a alguien de esta habitación.
Todos tomamos. Todos excepto Nick. Agrrrrrr si será imbecil. En todo momento de todas maneras me mira a mi.
En serio hay veces que lo odio.
—Mi amor, ahora tú.—le pide Ruby a Cody dejando un beso sobre su mejilla.
Cody habla:—Bueno, hay que reformular la pregunta.
Yo nunca nunca besé a alguien de esta habitación.
—dice con simpleza.
Al ángulo.
Liam toma con algo de nervios, Leía ni hablar.
Ruby y Cody toman mientras se ríen entre ellos. Ryan no toma. Y Nick tampoco...
Nick tampoco...
Ya verá.
Rápidamente doy un sorbo a mi vaso. Todos me miran enseguida. Leía abre los ojos en grandes, incluso Liam me mira sorprendido.
—¿A quién besaste amigo?
—indaga Cody.
Mi mirada va un momento hacia Nick. Quien tensa su mandíbula por completo... Ja, no soy tan cabron. Bueno quizás con esto ahora sí, pero se lo merece.
—A Ryan.—respondo simple.
Enseguida todos lucen más sorprendidos. Ryan, quien está a mi lado, me mira confundido.
—¿En qué momento nos besamos que no me di cuenta? —bromea soltando una risita.
—Ahora.—me acerco y le dejo un suave beso sobre sus la labios.
Eso lo toma por sorpresa, sin embargo me corresponde enseguida intentado profundizar, pero me alejo rápido mientras le dedico una sonrisa. Él también me sonríe.
—Wow.—dice Liam— A eso le llamo tener agallas.
Todos echan a reír por la situación. Todos menos él, quien me mira sumamente serio.
Ups, ¿acaso alguien está molesto? Mejor dicho... ¿celoso?
—Okey, cambiemos de juego.—Ruby dice con una sonrisa de oreja a oreja—
Cinco minutos al paraíso.
—propone.
—Yo debo irme.—Nick se levanta de su lugar dejando con fuerza el vaso sobre la mesa.
Todos lo miran.
—¿Vienes? —le pregunta a Liam.
—Ey quédate, lo estamos pasando bien.—le responde su amigo.
—Bueno, quédate. Debo irme, alguien me espera.—dice colocándose su chaqueta.
CABRON. CABRON Y CABRON.
—No me digas que te llevarás mi auto otra vez...—le dice Liam con cansancio.
Nick voltea sus ojos.—Iré en Uber. Adiós.—dice en general mientras va hacia la puerta, la abre y prácticamente casi sale corriendo.
Leía enseguida me mira.
La típica mirada que compartes con tu amiga dando a entender algo.
—No sé adónde pretende ir sin su billetera.—Liam se levanta tomándola de la mesa ratona mientras niega con la cabeza.
—Deja que se la lleve Charlie.
—dice rápido Leía.
Liam me mira y no duda un segundo en extender su brazo para darme la billetera de Nick.
—¿Podrías ir tú? Me estoy orinando.—rápidamente camina hacia el baño.
Niego con la cabeza levemente.—Ahora vengo chicos.—digo hacia los demás saliendo de mi casa.
Voy bajando las escaleras rápidamente, hasta que me topo con él que las viene subiendo mientras se remueve los bolsillos del interior de su chaqueta.
—¿Buscas esto? —me detengo, enseguida levanta su mirada para verme.
—Sí.—contesta serio.
—Pues, tómala.—extiendo mi brazo.
Él también lo hace para agarrarla, pero enseguida guardo la billetera en el interior de mi bolsillo trasero de mis jeans.
—¿Qué haces? —pregunta malhumorado.
—Tendrás que venir por ella.
—No estoy para juegos Charlie. Tengo que irme.
Bajo un escalón.—¿Adónde?
—Eso no te incumbe, dame mi maldita billetera.
—abre su mano y esquiva mi mirada.
—¿Te vas a follar con alguna tipa? —bajo otro escalón para tenerlo más cerca.
—Sí, ahora dame mi billetera.
—insiste.
—¿Y si no quiero?
El que se acerca ahora es él.—Deja de jugar conmigo, ya encontraste a alguien con quien divertirte.—señala con la cabeza hacia mi piso— Vete y deja de tocarme los huevos.
—¿Qué pasa? —me acerco todavía más—¿Te molestó verme besando a otro?
Ríe por lo bajo.—Ya quisieras.
—¿Te molestó ver como mis labios besaban los labios de otro tipo jodidamente bueno?
—lo provoco.
Se queda en silencio mirándome directamente a los ojos. Puedo notar su tensión corporal.
Me termino de acercar por completo.—¿Te molesta saber que en un chasquido ya puedo follar con quién se me de la gana? No eres el único que sabe jugar a esto.
Que te quede claro.—dejo un rápido beso sobre sus labios tomándolo por sorpresa.
Me alejo y agarro su billetera para poder devolvérsela y que se vaya a la mierda.
Pero me toma por sorpresa cuando me agarra por la muñeca y me hace caminar con él escaleras abajo.
No entiendo adónde va, hasta que llegamos al piso de abajo y abre una puerta del pasillo. Específicamente la del portero.
Me mete y cierra la puerta con fuerza. El lugar es sumamente chico así que quedamos enfrentados y sumamente cerca.
Su mano se aferra a mi cuello y me acerca a sus labios.
—Ese imbecil de mierda ni aunque quisiera podrá hacerte gemir como lo hago yo.—me termina de acercar y me besa.
No, en serio. Este chico está siendo mi debilidad.
Me besa con tanta desesperación, con tanta urgencia, con tanta hambre, con tantas ganas... Que me está dejando sin aire.
Su lengua juega con la mía de manera posesiva, mientras ahora una de sus manos va hacia mí cabello tirando suavemente de él. Me besa tan desesperado, y yo no puedo más de tanto disfrute.
—Eres tan imbecil.
—digo entre besos mordiendo sus labios.
—Tú eres el imbecil.
—también muerde mi labio mientras ahora desciende sus besos por mi cuello haciéndome soltar un jadeo.
Sus manos se aferran a mi cintura, apretando mis costados. Luego las vuelve a subir tomando mi rostro con ambas manos mientras me vuelve a besar. Ya no puedo ni pensar.
—Ni se te ocurra follartelo.
—exige celoso sobre mis labios.
—Ni se te ocurra irte a follar con otra.—redoblo la apuesta bajando mi mano tomando su miembro.
Él sonríe ante eso soltando un leve jadeo.—¿Y si no qué?
—Me vas a conocer.
—digo celoso.
Vuelve a sonreír de manera ladina.—¿Aún hay más de ti por conocer? —pasa su lengua por el costado de la comisura de mis labios.
—Muchísimo más.—lo tomo por la nuca para seguir besandolo.
Un beso que no quiero que acabe. Mierda...
Nick se está volviendo mi completa adicción y no hay forma alguna de ocultarlo.
Me deja de besar y vuelve a rodear su mano sobre mi cuello sin alejarme de sus labios.—Tienes una orden.
—vuelve a exigir.
—Tú también tienes una.
—digo perdido por sus besos.
Nick sonríe por lo bajo y se acerca dejando un suave pero delicado beso sobre mis labios, luego de eso mete su mano en mi bolsillo trasero y toma su billetera. Se va.
¿Adicción dije?
Corrijo, se volvió mi perdición absoluta.
Lo que sigue a continuación estará disponible en el capítulo 28.
~~~
NOTA DE AUTOR/AR: ASAAAJDJJSSJSJSJ bueno.
Creo que por ambas partes ya vamos reconociendo que ninguno tolera ver al otro con alguien más. Eso es un gran paso. Y en serio...
TOOODO lo que se viene ahora a partir de reconocer ciertas cosas. Agárrense.
🙈😎💗
Muchísimas gracias por el apoyo y sus lindos comentarios.
Gracias por leer, besosssssssss
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top