26. | A Mi También Me Importa |
Maratón: (1/2)
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< fresitaahre >
Donde subo datos, y cosas que por acá no puedo subir.
•Capítulo 26.
~Narrador: Charlie.
El pecho se me comprime enseguida al ver como Nick se deja abrazar por su madre, ella luce tan sorprendida que lo sostiene como si no quisiera soltarlo jamás.
No sé que cosas le dice Nick, porque lo hace muy por lo bajo, pero si puedo escuchar a Sarah responder: " No fue tu culpa hijo, por favor ya deja de castigarte con eso "
Todo en un llanto desconsolado.
—Creo que deberíamos dejarlos solos...
—susurra Leía detrás de mí.
Asiento levemente, y cuando estoy por girar enseguida Nick deja de abrazar a Sarah y se echa hacia atrás, como reaccionando de lo que acaba de hacer.
—No.—le dice él.
—Por favor, ven conmigo.
—le súplica Sarah.
Nick vuelve a negar.—Mucho menos iré contigo.—suelta con frialdad mientras la esquiva y sube rápido las escaleras.
—¡Nick! —Sarah lo llama llorando.
—Vamos Char...—Leía rodea mi brazo para movernos de ahí.
Cuando volvemos a la cocina quedó algo mal por la situación de recién. Leía se acerca a la nevera sirviendo dos vasos de jugo. Vuelvo a sentarme en una de las banquetas sumamente pensativo.
¿Por qué se lleva así con ella?
¿Por qué parece odiar a toda su familia después de ese accidente?
—Ten.—Leía me deja el vaso y se sienta junto a mí.
Suspiro.—No lo entiendo.
—niego levemente—
¿Tú sabes algo?
—¿Sobre qué?
—De porque se llevan así.
Porque Nick la trata de esa manera, e incluso a veces también noto que Sarah le habla algo mal a él...
—discuten bastante—
Es lógico que no tienen buena relación.—digo rápido.
Leía también suspira.
—Sinceramente no lo sé.
Sé que algo ocurrió entre ellos, pero la razón no la sé.
—¿Fue después del accidente del papá de Nick verdad?
—inquiero rápido.
Leía parece pensar.—Creo que sí, pero no estoy muy segura. Yo también era muy chica cuando ocurrió todo.
Vuelvo a suspirar tomando un poco de jugo.—Quien debe saber todo es tu mamá.
Leía niega suavemente.
—La cantidad de veces que yo quise preguntarle algunas cosas, jamás me dijo nada.
Ella es muy reservada con toda la historia de los Nelson, los aprecia tanto que respeta su intimidad.
—Y está muy bien pero...
—resoplo— Necesito saber que pasa.
—Lo único que te puedo decir es que tengas cuidado.
La miro atento.—¿Por qué?
—No lo sé, son cosas demasiado personales y por lo que pudimos ver... Acá hay cosas que ocurren en frente de nuestras narices que parecen no ser muy buenas.
Es una herida muy abierta para toda esta familia, e incluso lo es más para Nick.
—Por eso mismo necesito saber...—suspiro en grande— Le, me importa, y me importa
en serio.—digo con seriedad.
Leía sonríe levemente estirando su mano para tomar la mía.—Lo sé, se te nota demasiado. Pero como te digo, con estas cosas hay que tener cuidado. Ir de a poco. Es sólo un consejo.
Lo que restó de la tarde me quedé junto a Leía. Hasta que Lauren nos dice que Chloe nos pide por mi y Leía, enseguida me asusto así que rápidamente subo las escaleras con ella siguiendome. Ingresamos al cuarto de cine y no hay nadie.
—¿En dónde están?
—pregunto asustado.
—Tranquilo, probablemente están en la habitación de Alexander.—dice Leía saliendo del cuarto. Rápidamente la sigo.
Caminamos hasta ahí y la puerta está cerrada, golpeo tres veces y no escucho respuesta.
—Voy abrir.—digo rápido y abro la puerta, ingreso yyy... Nada, no hay nadie.—
—¿EN DÓNDE ESTÁN?
—elevo mi voz asustado.
—Olvidé decirles que están en el jardín tomando la merienda...—Lauren ingresa a la habitación.
—¡Mamá! —Leía se toca el pecho. También se asustó.
—Es que salieron prácticamente corriendo.
—dice rápido.
Suelto un suspiro de relajación.—Gracias Lau.
—paso por su lado dejando un beso en su mejilla.
Al llegar al gran jardín los ubicamos enseguida.
Están tomando la merienda que Lauren les preparó, y en medio hay muchos cuadernos y libros.
—¿A ustedes les parece estar aquí con este frío? —digo irónicamente abrazandome a mi mismo mientras me acerco a ellos.
Alexander voltea los ojos.
—Le dije que está muy fresco, pero la muy terca quiso salir igual.
—¡No me digas terca!
—se queja Chloe— Tú eres un gallina que le tiene miedo a un poco de viento.
—Niños...—hablo intentando calmar la situación.
—¿Para qué nos llamaron?
—Leía toma asiento al lado de ellos.
Abrazo a mi hermana por detrás dándole calor, cuando noto que tiene puesto un gorro de lana muy bonito.
—¿Y este gorro? —me siento al lado suyo.
—Alexander me lo regaló.
—contesta con simpleza agarrando unos cuadernos.
Enseguida mi vista va hacia él, quien parece ponerse nervioso enseguida.
—Era de mi compañera de instituto, se lo olvidó un día que vino aquí. Y pues se lo regalé. Mi compañera dijo que ya no lo quería porque tenía otros mejores.
—dice rápido.
El ceño de Chloe se frunce por completo.—Me dijiste que tú me lo compraste...
Alexander niega rápido tomando un poco de chocolatada.—No, era mentira.
Chloe abre su boca en grande en indignación.—Dijiste en el cuarto de cine que lo habías comprado especialmente para mí.
—Yo nunca dije eso.—dice nervioso volviendo a tomar de su chocolatada.
Leía y yo intercambiamos miradas divertidas.
—¡Eres un mentiroso!
—Chloe se enoja.
—Mi amor...—digo intentando tranquilizarla.
—¡No Char! ¡Es un mentiroso! ¿Y sabes qué?
—se saca el gorro rápidamente tomándome por sorpresa— No quiero esto que es de tu compañerita.
—dice sumamente enojada dejando el gorro sobre la mesa mientras se levanta de su lugar.
—Chloe...—vuelvo a decir.
—¡No, no!
—se cruza de brazos enojada mientras sus pelos están todos revueltos— Mejor, mejor me iré con Lauren.
—y sin más le echa otra mirada enojada a Alexander y se va.
—¡Chloe...! —Leía la llama, pero no hay caso. Ya volvió a entrar a la casa.
—Que carácter.—niega con la cabeza Alexander comiendo una galleta.
Leía parece querer reprimir una risita.—Iré a ver como está.—dice mientras se levanta y revuelve el cabello de Alexander.
Este se corre mientras vuelve acomodarlo y sigue disfrutando de su merienda, yo me quedo en silencio mirándolo.
—¿Qué? —pregunta con frialdad y la boca llena.
—Primero traga, y segundo...
¿se lo compraste tú verdad?
Niega rápido llevándose otra galleta a la boca.
—Ax...
—¡Que no! —voltea los ojos y enseguida se pone nervioso— Y no me llames así.
Ni sabe mentir. Me recuerda a alguien.
—Bueno, de todos modos se lo llevaré no te preocupes.
—agarro el gorro y comienzo a guardar sus cuadernos.
Alexander niega rápido.
—Espera...
—¿Qué pasa?
Me saca el cuaderno de la mano, corre algunas páginas hasta dar a una.—Esto...
esto aprendió a escribir hoy.
—indica.
Sonriendo levemente vuelvo a tomar el cuaderno leyendo lo que dice: " charlie leya lau los kiero mucho "
Miro a Ax:—¿Tú la ayudaste?
Vuelve a tomar de su chocolatada.—Intenté.
Suspiro en grande volviendo a leer lo que escribió mi hermana:—Muchas gracias.
—digo con sinceridad— Gracias por querer ayudarla.
Es muy lindo eso de tu parte.
Traga saliva con fuerza.
—Solo... solo lo hago porque... porque tengo tiempo libre nada más.
—Ajá, claro. Está muy bien.
—termino de guardar los cuadernos de Chloe en su mochila— De todas maneras gracias.
—Guardale el gorro también.—dice rápido.
Sonrió ante eso.—No te preocupes.—tomo el gorro y también lo guardo— ¿Sabes? Quería...
Un ruido se escucha desde una puerta, específicamente desde adentro de la casa.
Los dos volteamos rápidamente para ver, pero no hay nada.
—Habrá sido el viento...
—digo volviendo mi atención a él— Estaba pensando algo y quería preguntarte algo.
—¿Qué cosa?
Tengo que tener demasiado cuidado. Ya sé que no me tengo que meter de más, lo sé. Lo tengo clarísimo, pero ya me siento tan involucrado de alguna manera u otra que no lo puedo evitar.
—¿Cómo te sientes?
—pregunto directamente.
Su ceño se frunce por completo.—Bien.
—¿Seguro? —insisto con suavidad.
—No me duele la cabeza ni nada.
Sonrió levemente ante eso.
—No... no hablo de eso. Que bueno, que está muy bien que estés bien físicamente...
—digo rápido— Hablo de lo emocional.
—¿Emocional?
—Ax, eres un chico inteligente. Creo que sabes a lo que me refiero...—digo tomando una galleta— Permiso.—le doy una mordida como para entrar en confianza.
—Estoy bien.—responde sin entender mi pregunta.
Suspiro y decido ir al grano pero con cuidado.—¿Sabes? Yo... yo también perdí a mi mamá de muy chico, tenía tu edad.
Alexander me presta atención.
—y Chloe... Chloe era una bebé. Era tan chica...
—trago saliva con fuerza—
Sé lo que se siente perder a alguien muy cercano, lo sé en carne propia...
—digo con suavidad—
Sobre todo cuando se acercan estas fechas tan... tan especiales.
Alexander me sigue escuchando.
—Es... es entendible que no quieras o no puedas ir... ir a... a dejarle unas rosas a tu papá. Debe ser muy difícil para ti.—mi voz sigue saliendo con suavidad— Pero quiero que tengas presente que él... Él siempre estará contigo, sé qué suena algo muy cliché y hasta incluso tonto. Pero te puedo asegurar con una mano en el corazón que las personas que amamos por más que ya no estén físicamente... Siempre lo están. Siempre están a nuestro lado.
Alexander responde:
—Mi papá no está muerto.
Lo miro estirando mi brazo con cuidado para poder acariciar el suyo:—Haces muy bien en verlo de esa manera.
Alexander niega con la cabeza.—Que no es por eso...
—suspira—El papá de Nick no es mi papá.
Enseguida junto mis cejas en confusión... ¿¡QUÉ!?
—¡Char! ¡Chloe ya quiere irse! —se escucha la voz de Leía desde la puerta.
Alexander me mira como esperando a que pregunte algo más, pero sinceramente me quedé sin palabras.
—Te veo luego.—le digo dejando una caricia en su mano sumamente confundido.
Él sólo asiente volviendo a comer de su merienda, me levanto y camino sumamente pensativo hasta entrar a la casa. En el camino me cruzo a Sarah, quien está hablando con Chloe. Mi hermana luce sonriente escuchándola.
Me acerco.—Mi amor, aún no podemos irnos... La señora Sarah me necesita en casa.
Sarah se endereza, ya que estaba agachada hablando con Chloe:—No te preocupes Char...—su mirada luce sumamente triste— No saldré a ningún lado, y si lo tengo que hacer le diré a Lauren si puede mirar a Alexander.
Asiento levemente tomando la mano de Chloe.—¿Segura?
Ella asiente levemente.
—Vayan a casa. Con el chófer por supuesto, está muy fresco afuera.
—Muchas gracias señora Sarah.—dice Chloe.
Ella le sonríe.—No es nada cariño.
—Nos vemos el lunes.—digo hacia ella.
Sarah asiente.—Enseguida te llega la transferencia de lo de hoy. Muchas gracias Charlie.—sonríe.
No puedo creer que me hayan convencido para esto.
Específicamente Ruby, quien insistió diciendo que lo único que hago es trabajar y que merezco divertirme de vez en cuando.
—¡Bajen un poco la música!
¡No quiero que los vecinos se quejen! —digo amasando unas pizzas. Leía está a mi lado ayudándome.
Sí, estamos en mi casa pasando un poco el rato.
No suelo hacer este tipo de
" Juntadas " así en mi casa, más bien nunca. No solo por una cuestión de cuidado hacia Chloe, si no también porque básicamente desde la secundaria que no tengo un grupo de amigos estable.
Los únicos que me quedaron fueron Ally y Cody, pero bueno, de una ya conocemos la historia.
Estamos con Leía, Ruby, Cody y Ryan... Que cada tanto no deja de echarme alguna que otra mirada. Y por supuesto, Leía lo nota.
—Parece querer desnudarte con la mirada.—susurra a mi lado preparando la salsa.
Automáticamente la miro intentando reprimir una risita.—¡Leía!
—Perdón. Se me escapó.
Niego con la cabeza mientras sigo amasando.—No creo que sea tan así.
Enseguida siento su mirada de.
—Y yo nací ayer.
—dice irónica.
Los chicos están jugando un juego de mesa entre ellos mientras se parten de risa.
—¿Seguro que no necesitan ayuda? —Ruby se levanta riéndose acercándose hasta la cocina.
Niego.—No te preocupes, ustedes son los invitados.
—Hubiera sido más fácil encargar algunas pizzas por el delivery.—sugiere— No paras de trabajar un segundo eh.
Río levemente ante eso.
—Leía...—susurra Ruby hacia ella.
—¿Qué pasó? —pregunta ella tímida.
—Traje algo para ti. En un momento que los chicos se descuiden te lo muestro.
—guiña un ojo hacia ella.
Leía parece ponerse nerviosa enseguida, e incluso algo tímida.
—¿Qué le has traído?
—pregunto curioso.
—Ah, sorpresa.—sonríe ampliamente fregando sus manos entre sí.
En ese momento el timbre de casa suena.
—No sé preocupen, yo abro.—dice Ryan levantándose del sofá.
—Muchas gracias.—le digo mientras sigo estirando la masa.
Se escucha la puerta abrirse, y un silencio inunda la casa.
Leía me codea por lo bajo.
Levanto mi vista y veo a Nick parado en la puerta con muchísimas bolsas en sus manos.
Okeeeeey...
¿Qué está ocurriendo?
Lo que sigue a continuación estará disponible en el capítulo 27.
~~~
NOTA DE AUTOR/AR: A pedido de ustedes dos capítulos en un día. En un rato les subo el otro, y déjeme decirles que en el próximo se prenden las cosas 🙈😉😎 Y BASTANTE.
Gracias por leer, besossssssss
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