24. | Algo De Mí |


ADVERTENCIA:
Contenido. ya saben qué.

Capítulo 24.

       ~Narrador: Charlie.

Sus ojos me siguen escaneando con real sorpresa, observo por detrás de él y hay una oscuridad absoluta. Nick se refriega los ojos y apoya una de sus manos sobre el costado de la puerta intentando tener estabilidad. Mi mirada se dirige a su otra mano, sostiene una botella de vodka.

Carajo.

—Nick...—digo con cuidado y miedo.

Niega levemente mirando hacia abajo intentando seguir manteniéndose en pie, no me mira:—¿Qué... ¿qué mierda ha... haces aquí? —pregunta apenas pudiendo hablar.

Sí, lo vi ebrio muchas veces...
¿Pero cómo ahora? Pasó algunos limites, y esta vez no siento enfado, siento muchísima lástima por él.

—Vine por ti, vine a verte...
—doy un paso más— No mereces pasar tu cumpleaños solo.—intento tomar su brazo para que se sostenga de mi.

De inmediato esquiva mi agarre moviéndose hacia atrás, un poco tambaleante.
Ahora me mira:—¡No me toques! —grita llorando— No... No m... No me toques y... ¡Vete! A la última persona que quiero ver es a ti.
—finaliza intentando limpiar sus lágrimas. Le da otro sorbo a su botella.

Niego rápido.—¡Pues no pienso dejarte solo!
—un nudo se forma en mi garganta— ¡Así no quieras verme, así quieras estar aquí solo hundiendote en esta mierda...!—señalo la botella—Lo siento pero no me pienso ir.—bajo el pastel al suelo.

Nick lo nota, lo mira. Enseguida vuelve a mirarme.
Su respiración es agitada, sus ojos están sumamente hinchados y rojos de tanto haber estado llorando.
Incluso en la oscuridad puedo notar sus grandes ojeras... Su estado es deplorable.

Vuelve a romper en llanto.
—Saca eso de aquí.—dice en referencia al pastel—
Por favor... Por favor que me hace mierda.—solloza con fuerza.

No puedo evitar soltar una lágrima, la limpió rápido y a pasos lentos ingreso a la casa.
Él ahora está mirando hacia abajo, como intentando respirar bien y no permitiendo que lo vea llorar.

—Aquí estoy...—digo una vez cerca— No voy a dejarte solo, si quieres que me vayas tendrás que sacarme a patadas. De otra manera no lo haré.—digo con seriedad.

Su mirada sigue clavada en el suelo. Esta vez la levanta de a poco, me mira. Me mira directo a los ojos, esos hermosos ojos que tanto me gustan y podría mirarlos por horas... Ahora me miran con tristeza, con rabia, con impotencia...

—Yo no te importo.—suelta por lo bajo tensando su mandíbula.

—Sí, sí me importas.—digo rápido acercandome más—Por algo estoy aquí.—sin romper el contacto visual mi mano desciende a su mano, con cuidado y lentitud le retiro la botella de la mano.
Él ahora está inmóvil mirándome.

Parece no entender absolutamente nada de lo que está ocurriendo. Está ido.

—Ahora vuelvo.—le digo en un susurro y con demasiado temor de que me saque, acerco mi mano a su mejilla y dejo una leve caricia sutil.

Volteo para poder deshacerme de la botella.

—No me dejes solo, por favor.
—dice volviendo a sollozar detrás de mí.

El pecho se me comprime.

Rápidamente salgo de la casa y echo todo el contenido que restaba de la botella al jardín. Una vez vacía la voto a la basura con furia. Me acerco rápido a la puerta y tomo el pastel en mis manos, ingreso y cierro la puerta. Cuando me doy la vuelta Nick está sentado en el suelo agarrándose la cabeza.

Noto que detrás de él hay un pasillo, voy hacia ahí y este me dirige hacia una cocina. Al entrar guardo el pastel en la nevera, rápidamente vuelvo a salir y voy con él.
Cuando estoy al frente suyo me agacho a su altura, y coloco una de mis manos en su brazo.

Asustado levanta la vista, cuando me ve vuelve a lucir sorprendido.—Pen... pensé que te habías ido.—dice titubeante.

Niego levemente y vuelvo acariciar su mejilla, esta vez para limpiar el resto de sus lágrimas.—No voy a dejarte solo.—digo con respecto a lo que dijo anteriormente.

Sus ojos vuelven a cristalizarse de inmediato.
—Abrázame. Por favor.
—rompe en un llanto desgarrador.

Sin dudarlo un segundo más me acerco a él y lo rodeo con mis brazos. Seguimos en el suelo así que él se acomoda sobre mi como un pequeño niño asustado. Acaricio su cabello y dejo un beso sobre su frente.

—Fue mi culpa Charlie...
—llora desconsolado.

Niego mientras algunas lágrimas descienden por mis mejillas.—No, no fue tu culpa.

—Yo lo maté, yo fui el responsable.—no puede parar de llorar—Nunca debimos subir, nunca.

No tengo idea de que me habla. Pero estoy seguro que carga con una culpa hace años que lo carcome y destruye por completo, pero que nada tiene que ver él en eso. Simplemente decidió echarse la culpa y ya. Y no es justo.

—Solo fue un accidente cariño.—digo sin saber apretandolo hacia mi con más fuerza.

Niega sobre mi hombro.
—Fue mi culpa... Fue mi culpa.—repite desconsolado.

Nos quedamos algunos pocos minutos así. En esa misma posición. Y él repitiendo todo el tiempo que fue su culpa.
Yo solo me quedé aquí, acompañando su dolor, dejando que se desahogue.
Pero ya no puedo verlo así...

—Ven, hay que ir a ducharte... Estás muy mal Nick, tienes mucho alcohol encima. Puede hacerte mucho daño.—digo intentando levantarme.

Niega tomando mi brazo.
—Quiero quedarme aquí.
Aquí contigo. Por favor no me dejes solo otra vez como la otra noche.—dice sollozando.

—No voy a dejarte solo.
No voy hacerlo. Me quedaré aquí contigo, todo el tiempo que sea necesario.—esta vez tomo con mis manos su rostro con cuidado, él me mira.—¿Vamos? Estaré contigo cada segundo.
—reafirmo.

Minutos después ya estamos en un baño de la casa. Hay electricidad. Simplemente él pareció decidir estar en la oscuridad máxima. Me costó muchísimo arrastrarlo hasta aquí, incluso estamos en un baño del piso de abajo.
Pero está tan ebrio que no puede hacer un paso solo.

Ahora está sentado en el retrete, esperando a que yo termine de colocar la temperatura justa para la ducha.—Quiero mi botella.
—dice de repente.

—No, basta de alcohol por favor.—volteo a verlo— Ya está, ya puedes ducharte.

Niega.—No quiero, solo quiero tomar algo...—intenta levantarse pero no puede, así que se vuelve a sentar— Tráeme un cigarro, o llama a Boris para que me traiga alguna bolsita de algo.
Toma mi teléfono y llámalo.

Una lágrima con rabia ahora decide descender por mi mejilla. Me hace mal verlo así, me hace mal que se quiera autodestruirse tanto.
Y que realmente nadie parece notarlo, y todos simplemente lo naturalizan.

Este chico necesita ayuda.

Niego rápido.—No llamaré a nadie.—me acerco del todo y comienzo a tomar su camiseta para sacarsela, él se deja pero estoy seguro que ni sabe en donde está.

—Quiero algo Charlie, por favor tráeme algo...—comienzo a deshacerme de sus jeans—
Necesito meterme algo.

Mi mandíbula se tensa.
Otra lágrima vuelve a salir y la limpió rápido, ahora me termino de deshacer de sus zapatos. Ya está desnudo, pero sigue sentado, estiro mi brazo para que tome mi mano.

—¿Vamos?

Él suspira y recarga su cabeza sobre los azulejos.
—¿Adónde? ¿A tener sexo?
—ríe con tristeza.

—No, a ducharte. Vamos, ven aquí. Por favor hazmelo fácil.—tomo su mano, él la toma y como puede se levanta. Cuando se endereza queda muy cerca de mí, demasiado.

Una de sus manos va a mi mejilla.—¿Por qué lloras?

Niego rápido.—No estoy llorando.

—Sí, sí lo haces.—su pulgar limpia el resto de mi lágrima—No me gusta que llores.

—Nick, a la ducha por favor...
—digo en un tono de voz suave.

—En serio Charlie, no me gusta verte llorar.—su mano va hacia su pecho—Me duele acá cuando te veo hacerlo.

—Tranquilo...—termino de limpiar cualquier rastro de lágrimas— Estoy perfecto, ahora ingresa a la ducha.

Caminando algo mareado da unos pocos pasos e ingresa.
Gracias a dios. La ducha ya lo moja por completo, él recarga sus brazos sobre los azulejos para tener estabilidad. Sus ojos se cierran. Doy unos pasos hacia atrás porque el agua me salpica.

—No te vayas.—vuelve a decir.

—Aquí estoy.

Minutos después ya estamos en una habitación. Que no tengo idea de quién es, pero Nick ya está vestido. Ahora parece un poco más espabilado, eso no significa que ya no esté del todo ebrio.
Yo estoy sentado sobre una cama, se acerca hasta mi con una toalla en la mano y se sienta a mi lado, suelta un gran suspiro.

—¿Te sientes mejor?
—pregunto con suavidad.

Niega levemente sin responder. Hago una mueca, y sin pensarlo con cuidado le saco la toalla que tiene en la mano. Él me mira confuso, tragando saliva con fuerza la llevo hasta su cabello y comienzo a secarselo. Para ayudarlo. Increíblemente él se deja.

—¿Quieres un café?
—pregunto sin dejar de pasar la toalla con delicadeza por su hermoso cabello.

Él no dice nada, solo tiene los ojos cerrados.

Por una parte es mejor que ya no esté del todo ebrio, pero por otra parte ya me asusta. Por decirlo de alguna manera. Ahora que ya está en casi todo sus cabales puede que reaccione y se dé cuenta que yo no tengo porque estar aquí. Y que ahora sí me saque a las patadas.

—Creo que... —trago saliva con fuerza mientras mis manos no dejan de moverse—Qué igual debes tomarlo.
Y después tomar mucha agua para...

Me toma por sorpresa cuando detiene mis movimientos y me toma por la muñeca, lo miro sorprendido. Ahora también me mira.

—Nick...

Y me toma más por sorpresa cuando con cuidado me hace levantar de la cama y me hace sentar sobre sus piernas. Trago saliva con fuerza y me pongo nervioso de inmediato cuando sus fuertes brazos rodean mi cintura, su frente se apoya sobre la mía. Sus ojos vuelven a cerrarse.

—Continúa.—pide— Me gusta, me relaja.—sus manos acarician mi cintura— No recuerdo la última vez que alguien hizo eso por mí.

Mis labios se muerden inconscientemente. Luce tan vulnerable, tan afectado, pero a la vez... Tan hermoso.
Nicholas me está... Me está volviendo loco.

Vuelvo a tragar saliva con demasiada fuerza, aún sintiendo sus manos acariciar suavemente mi cintura. Levanto los brazos llevando la toalla nuevamente a su cabello, ya no está mojado.
Solo húmedo.

—A Chloe le encanta cuando también le hago esto.—digo por lo bajo pasando la toalla con suavidad.

—Hiciste un gran trabajo con esa niña.—expresa por lo bajo aún con los ojos cerrados.

Gracias... Ha... Hago lo que puedo.—la toalla ahora va a su frente, la paso con cuidado.

—Van a salir de esta situación en la que están, estoy seguro.—afirma ahora abriendo los ojos mientras me mira.

Dejo de pasar la toalla porque su cabello ya está casi seco.—Mientras mi hermana sea feliz no importa en donde estemos.

Él asiente levemente algo pensativo. Sus ojos van hacia arriba, como a su cabello, hace una mueca. Río entre dientes por eso.

—¿Qué?

—¿Ya está? —pregunta.

—Sí.—afirmo ahora acariciando su cabello con mi mano— Ya está seco.

—¿Y si vamos y lo vuelvo a lavar así vuelves hacer esto?

Vuelvo a reír levemente
mientras niego.—No, ya está.
Ahora hay que ir por el café.

Nick solo me mira. Pero me mira de una forma como... ¿Cómo no pudiendo creer lo que ve? Como si todo esto le resultara tan extraño y llamativo.

—¿Vamos? —llevo mi mano a su rostro, acaricio una de sus mejillas.

Nick vuelve a cerrar los ojos ante mi tacto. Mi dedo ahora recorre su nariz, sus cejas, sus pómulos... Todo con cuidado, con sutileza.
Hasta que llegan a sus labios, mi dedo pulgar acaricia su labio inferior. Ahora abre los ojos y me mira, estamos tan, tan cerca.

Quiero besarlo.

—Hay que ir por el café.
—digo nervioso levantandome de sus piernas.


Ya estamos en la cocina.
Nick está detrás de mí sentado en una banqueta, cada tanto que lo miro se toca la cabeza.

—¿Te duele?

Me mira.—Un poco.

Suspiro y me acerco a la nevera, por suerte hay una jarra de agua. Tomo un vaso y le sirvo.—Toma mucho.—vuelvo a voltear cuando noto que el agua caliente ya está—
¿Tienes algún analgésico aquí?

—No lo sé.—escucho como agarra el vaso.

Le hago el café. Tomo el azúcar y le dejo todo en frente. Me siento al frente suyo.

—¿No te hiciste uno para ti?
—pregunta agarrando la taza.

Lo miro confuso.—Estoy bien así.

Parece tragar saliva con fuerza.—¿Y... ¿y el pastel?

Ahora lo miro con sorpresa.—Está en la nevera.

Me mira.—Traelo. Y puedes hacerte un café si quieres también.—dice por lo bajo dando un sorbo.

Mi sorpresa es tanta que no sé que decir o hacer.

¿Quiere compartir un café conmigo mientras comemos el pastel que hace años rechaza comer porque le hace recordar una herida sumamente abierta?

Con cuidado, y con una leve sonrisa por mi parte me acerco hasta la nevera y lo agarro. Lo dejo en el centro de la mesada. Él lo mira, enseguida baja su mirada a su taza de café. Haciendo una mueca también agarro una taza para mi y me hago uno.
Vuelvo a tomar asiento, no sin antes traer dos cubiertos.

Deslizando uno con cuidado se lo paso y lo dejo al lado.

—Era mi favorito.—suelta de repente— ¿Cómo lo supiste?
—ahora me mira.

—Hice algunas preguntas.
—le doy un sorbo a mi café.

—Lauren.—responde también tomando del suyo.

—No te enojes con ella. Te quiere muchísimo.

Niega levemente.
—Jamás podría enojarme con ella.

Sonrío levemente ante eso.
—¿La quieres mucho no?

—Es una gran persona.
—responde tomando el cubierto que le dejé al lado.

Lo miro atento. Parece nervioso nuevamente, como que no sabe que hacer. Sí agarrar un bocado o no.
Probablemente por un simple pastel le estén pasando mil cosas a la vez por la cabeza.

Decido ayudarlo y también tomo el mío.—Vamos a la vez.

Nick me mira, parece querer sonreír pero se retracta algo nervioso.

—Yo amo lo dulce, y esto tiene una muuy buena pinta.—digo ya saboreando, lo miro—¿Vamos juntos?

Nick asiente levemente, y al mismo tiempo llevamos nuestros tenedores al pastel.
Pinchamos un pedazo y lo llevamos a la boca. Está delicioso. Automáticamente lo miro, él saborea y parece tragar con dificultad.

—No te creo que Lauren lo haya hecho mal.—intento aligerar el ambiente— porque esto está jodidamente delicioso.—vuelvo a cargar mi tenedor y me llevo otro bocado— Ahora entiendo porque es tu favorito.

Nick me observa, y esta vez sí sonríe levemente.—¿Lo ves?
Es riquísimo.—él también vuelve a cargar su tenedor dando otro bocado.

Minutos después nos terminamos MEDIO PASTEL.
Sí, está tan delicioso.
En el medio hubo algunos silencios, pero no eran incómodos. Por suerte Nick se terminó todo su café, incluso cuando terminó de llenarse con el pastel se terminó casi toda la jarra de agua. Siguiendo mis indicaciones para que el alcohol se limpie por completo.

De repente siento su mirada curiosa sobre mí, como escaneando mi rostro.
—¿Qué? —pregunto también tomando agua.

Sonríe muy por lo bajo mientras me señala el rostro.
Mi ceño se frunce.

—¿Qué pasa? —mi mano va hacia mi mejilla.

Nick suspira y se levanta de su lugar, rodea la mesa y observo como toma una servilleta. Con mis cejas juntas por la confusión él se acerca por completo metiéndose entre medio de mis piernas. Lleva esta hacia el costado de mí boca, limpiando.

—Te quedó chocolate.—dice aún limpiando.

Que vergüenza.

—Se ve que te gustó demasiado.—dice en tono de chiste, pero aún con la voz apagada.

Aún está triste.

—Pues eso que sobró me lo voy a llevar a casa.—digo en broma cuando termina de limpiar.

Él sonríe levemente.
—Ya está.—me mira directamente a los ojos. Y yo vuelvo a ponerme nervioso por su mirada tan pero tan penetrante. Por su cercanía, y sobre todo cuando su mirada baja a mis labios.

—¿Quieres... ¿quieres qué te muestre la casa? —pregunta con algo de... ¿nervios?

Asiento levemente.—Claro.

Se aleja un poco.—Sígueme.

Los próximos minutos me llevó a recorrer cada sector de la casa. El living... el jardín... Pero la noche está tan fresca que ingresamos rápido.
Al subir arriba me mostró algunas habitaciones. Es una casa bastante amplia y bonita, luce algo hogareña.

—Aquí viviamos antes con mi papá y mi mamá. Hasta que pasó lo que pasó.—me dice por lo bajo antes de que ingresamos a una habitación.

Era bastante obvio. De todos modos estaba esperando a que él pueda decirlo y hablar sobre esto.

—Esta... esta era su habitación.—dice abriendo la puerta con cuidado. No entra, se queda ahí— La que compartía con mamá.

—¿Por qué no ingresamos?
—le pregunto a su lado.

—Porque hace mucho no lo hago.

Hago una mueca.
—¿Quieres ir a otro lado?

Esta vez me mira y niega levemente.—Quiero entrar...
¿puedes hacerlo conmigo?

Sonrío levemente ante eso.
—Claro que sí.

Él suspira, da un paso y ya está dentro de la habitación.
Yo estoy al lado. Su mirada recorre todo el interior, es amplia y muy bien decorada. Él ingresa más y se acerca hasta el ventanal, voy con él. Tiene una vista muy linda hacia el jardín.

—El día de mi cumpleaños me enfermé...—dice de repente aún con su vista hacia afuera— Hicimos un gran cumpleaños aquí, en este jardín.

Lo escucho atento.

—Mientras los invitados iban llegando yo estaba tan atolondrado, tan rebelde, era un niño que solo quería divertirse...—sigue diciendo—En un momento me acerqué a la mesa dulce sin que los mozos lo notaran.
Comi tantos pero tantos bocados de chocolate que me agarró una especie de patada al hígado, o no sé que mierda.

Yo lo sigo escuchando atento.

—La cosa es que mientras todos parecían pasarlo bien yo me desapareci un momento para ir al baño en donde estábamos hace un rato... Vomite todo, estaba tan, pero tan descompuesto.—recuerda mientras su ceño se frunce— Y encima por algo tan estupido.

—No es estupido. Eras un niño Nick, es lógico que para cualquier niño el exceso de azúcar es una bomba para el cuerpo.—digo con suavidad.

Él suspira.—La cosa es que no quería que mamá me vea así, se iba a enojar mucho. Así que en desesperación salí a buscar a papá, pero no lo encontraba, tampoco vi a Lauren...

Siento que viene la peor parte.

—Subi las escaleras buscando a papá, en un momento recuerdo que me invadió un mareo muy fuerte. Supongo que por tanto vomitar.
Así que cuando llegué al pasillo me iba sosteniendo por las paredes...

Sigo escuchando con atención.

—No sé de dónde salió esa mierda, pero se ve que algún invitado rompió sin querer un vaso de vidrio. Y como yo estaba tan mareado, perdí la estabilidad y me caí.
Mis manos impactaron en esos vidrios, automáticamente pegué un grito ahogado.—cierra los ojos con fuerza recordando.

Pobrecito.

—En ese momento, escucho a varias personas subir. Todos estaban en el jardín, así que no sé quiénes eran. En cuanto vieron la sangre todos empezaron a gritar por una ambulancia, no pasó ni cinco segundos y alguien me toma en brazos. Era mi papá...
—lo último lo suelta con dificultad.

Dios mío.

—Los vidrios me hicieron muchísimo daño, así que papá me metió a su auto con desesperación para llevarme al hospital. De lejos escuchaba el llanto de mamá pidiendo venir con nosotros, pero papá estaba tan desesperado y asustado que se subió y arrancó enseguida a conducir.

Siento que no quiero escuchar lo siguiente.

—Mi llanto no cesaba.
Me miraba las manos e incluso tenía algún otro vidrio aún clavado...—traga saliva con fuerza—
Le pedía a gritos a papá que se apresure, él lo hizo y...

Mierda.

—Chocamos contra un camión de frente.—suelta por lo bajo.

Mi pecho se comprime.

—Papá murió al instante.
Yo estuve en coma algunos días, porque estaba adelante.
—suspira mientras se muerde los labios con fuerza—Me hicieron tres puntos en la cabeza, por el momento del impacto. Y dos puntos en la mano, por lo de los vidrios.—indica.

Estoy atónito.

Nick suspira y sin decir nada sale rápido de la habitación.
Lo sigo asustado.

Pero por suerte solo está en el pasillo. Mirando hacia el suelo, me acerco hasta él a pasos lentos.
—Fue aquí donde papá me tomó en brazos por última vez.

Una lágrima se desliza por mi mejilla, la limpio rápido.
Él voltea a verme, sus ojos vuelven a estar cristalizados.

—¿Y sabes qué es lo peor?
—suspira—
Por todo el tema de la denuncia y todo lo judicial, nos enteramos que el conductor de ese camión estaba ebrio. Y en el momento del choque descarriló tanto que fue directamente a impactar más a mi lado...

Carajo...

—Pero papá hizo una maniobra rápida en el momento, y el camión impactó todo con él.
—una lágrima se desliza por su mejilla—Me salvó la vida.

No sé que decir.

—Hubiera deseado que sea al revés...

—Nick...

—Hubiera deseado que ese camión impacte del todo en mí. Morirme yo, y que papá aún esté aquí.

—Nick por favor...

—Si yo no hubiera comido esos estupidos dulces, si no me hubiera descompuesto, si no me hubiera mareado...
—empieza a soltar todo con rapidez y rabia— Si no me hubiera caído sobre esos vidrios...—empieza a sollozar—¡Si no le hubiera pedido a gritos a papá llegar rápido a un hospital! Él... él estaría aquí ahora conmigo.—rompe en llanto cayendo de rodillas al suelo.

Automáticamente me agacho con él y lo tomo en mis brazos. Él se deja.

—Lo siento tanto...
—lo abrazo con más fuerza.

—Es mi culpa.—vuelve a decir.

—No, no es tu culpa.
Por favor deja de castigarte de esa manera Nick, por favor.—pido también sollozando— Solo fue un maldito accidente, nada más.

—Jamás me lo perdonaré. Jamás.—dice aún en lágrimas.

—Tienes que sanar Nick. Tienes que perdonarte y sanar, por favor.—lo abrazo con más fuerza mientras recarga su cabeza en mi pecho terminando de llorar.


Después de que pudo tranquilizarse un poco.
Se fue al baño para mojarse la cara y tomar agua. Yo lo esperé afuera, supongo que necesitaba un momento solo.

Ahora estamos en su habitación. Sí, su habitación.
Es algo tan intimo que me haga pasar aquí.

—¿Eras fanático de Toy Story?—digo sonriente mirando un pequeño póster que hay a un costado.

—Lo sigo siendo.—dice con ironía—La 2 es la mejor.

Volteo a verlo.—A mi me gusta más la 1.

—Odio a ese niño.
—dice acomodando su cama.

Echo a reír.—¿Por qué?

—Me hace acordar a Alexander.—dice irónico.

—Ay Nick. Ax es un amor al lado de esa bestia.
—me acerco hasta la cama.

Me mira.—¿Te quieres ir o...—su mirada va hacia la cama—¿Quieres dormir aquí?

No sé que decir ante eso, así que solo lo miro.

—Tranquilo, no voy a dormir contigo si es que te incomoda.—termina de acomodar la cama—
Iré a un cuarto de huésped.

Pero quiero que te quedes conmigo...

—Las sábanas están limpias no te preocupes.—me mira— Creo que es algo tarde para que te vuelvas.

Asiento levemente.—Sí.

—Entonces... ¿te quedas?
—vuelve a preguntar.

—Sí.

Él asiente terminando de acomodar las almohadas correctamente.

—Pero duerme conmigo.
—digo sin pensar.

Enseguida me mira algo sorprendido. Rápidamente sonríe por lo bajo.—¿Tienes miedo? —pregunta con ironía.

—No.

Vuelve a sonreír.—Está bien.
Dormiré aquí.

Se nota que Nick siempre tuvo comodidades. Porque por más que sea una cama de " Niño " Es bastante amplia.
Así que con bastante nervios me acomodo y me acuesto.
Él hace lo mismo a mi lado.

—¿Quieres que te preste algo de ropa? —pregunta de la nada ante el silencio.

Niego.—Estoy bien así, gracias.

Nuevamente otro silencio.
Pero con él los silencios no son incómodos, con él son tranquilos. Solo se puede oír nuestras respiraciones y el muy poco ruido que se cola por la ventana desde el exterior.

Segundos después siento como se mueve y queda de costado, mirándome de perfil.—¿Charlie?

—¿Hum?

—Gracias.

Esta vez lo miro.—¿Por qué?

Sonríe muy por lo bajo.
—Tú sabes porqué.—se acerca un poco más.

Ahora él que se pone de costado soy yo. Estamos cara a cara, y muy cerca.

Nuevamente sin pensar levanto mi mano con cuidado y la llevo a su mejilla. La acaricio, él cierra los ojos ante eso. Está tranquilo, está cómodo. Y eso me deja tranquilo a mí.

—Feliz cumpleaños.—le digo sin dejar de acariciar su mejilla, mientras esta ahora pasa a su cabello.

Nick suspira.—Bésame.

Abre los ojos, me toma por sorpresa así que dejo de acariciarlo. Él se acerca más, y nuestros labios ya se rozan.

—Bésame Charlie.—vuelve a pedir.

Y no tiene que volver a pedirlo, rompo la pequeña distancia que nos separa y lo beso.

Pero esta vez no es un beso caliente y urgido. Es un beso lento, es un beso con movimientos tan deliciosos, pero a la vez... Tierno.

Mi brazo se rodea en su cuello, su mano va hacia mi cintura acercandome por completo a él. En ningún momento dejamos de besarnos.

—Lo siento.—digo entre besos por lo de la última vez en el garaje.

—Shhh.—me silencia esta vez quedando encima de mí, pero sin apoyar del todo su peso.
Su frente se apoya en la mía—No quiero hablar ahora.
—vuelve a besarme.

—¿Y qué quieres hacer?
—mis brazos acarician su espalda.

—Hacerte el amor.

Sus labios viajan directamente ahora a mi cuello. Sonrío ante eso.
Vuelve a mis labios.
Ahora me besa con fervor, con hambre, con ganas de sentirme.

De a poco le voy retirando su camiseta, cuando queda en cuero soy yo quien lo empuja para colocarme a horcajadas encima suyo. Prácticamente con su mirada me está comiendo. Bajo mis besos a su abdomen, besando cada parte, sintiendo cada centímetro de su piel.
Tan suave y tan linda.
Algunos jadeos de su parte ya se pueden oír.

No pasa demasiado para que ambos ya estemos completamente desnudos.
Nick está detrás de mí.
Sus labios están sobre mi espalda, besando con tanta delicadeza todo el recorrido hasta llegar a mi trasero.
Que también lo besa, lo muerde. Mis gemidos no tardan en salir.

Nick se posiciona en la zona, y entrando de a poco me hace soltar un gemido sonoro.
Mi cabeza se apoya sobre la almohada, sonrió con placer.
Nick comienza a moverse lentamente para que me acostumbre, una vez que lo hago comienza a moverse más. Mis manos se aferran con fuerza a las sábanas...

—Te sientes tan bien.
—expresa totalmente jadeante.

—Sigue así...—digo en gemidos.

Nick se sigue moviendo.
Sus manos se ubican en mi cintura para tener estabilidad, cada tanto también en mi trasero.
Puedo escucharlo tan pero tan excitado, disfrutando tanto esto que me hace perder la cordura... ESTO SE SIENTE TAN PERO TAN BIEN.

Coloco mejor mis rodillas sobre la cama, Nick aprovecha eso para rodear sus grandes brazos sobre mi cuello. Sin dejar de entrar en mi, sin dejar de moverse, con una de sus manos toma mi rostro para que lo mire. Hacemos contacto visual.

—Eres hermoso.—dice jadeante para luego besarme.

—Tú lo eres.—respondo moviendo también mi trasero. Él se mueve con más fuerza, con movimientos ahora más rápidos.

Y sí, otra vez estallamos en un orgasmo jodidamente exquisito.

Nos acostamos a la vez respirando pesadamente.
Lo miro, sus ojos están cerrados mientras intenta controlar su respiración tan alborotada. Yo estoy igual.

Sin embargo vuelvo a quedar de costado y me acerco hasta él, coloco una de mis manos en su pecho. Me sorprende cuando él la toma y la acaricia, sin embargo no la mueve de ahí.

—Me vuelves loco.
—dice de repente.


Lo que sigue a continuación estará disponible en el capítulo 25.

                    ~~~

NOTA DE AUTOR/AR: Bueeeeeeno. Como que otra vez muchas emociones encontradas en un solo cap no? Jaja hermosxs. como siempre les digo SE VIENE TAAAAANTO todavía.
El verdadero, se vienen cositas. 🙈🙃💗
gracias por su apoyo!
ESPERO ESTAR CUMPLIENDO SUS EXPECTATIVAS. Son lo más.
Gracias por leer, besossssss

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top