22. | Con Nadie Más Que Conmigo |
•Capítulo 22.
~Narrador: Nick.
Suspiro en grande en cuanto Charles cruza la puerta. Vuelvo a dar otra calada a mi cigarro mientras los flashbacks de lo que acabamos de hacer hace minutos en este escritorio vuelven...
Cierro los ojos un momento.
NO PUEDE SER.
Tomo mi teléfono. Como digo, no soy una persona para nada pensante. Voy y lo hago, lo pienso y lo hago. Asi que voy directo a su contacto para llamarlo.
¿Por qué rechazó otra vez pasar la noche conmigo?
Hago una mueca antes de apretar en llamar, me retracto enseguida y dejo el teléfono a un lado.
¿Qué carajos estaba por hacer?
Literalmente cruzó la puerta hace segundos. Vuelvo a dar otra calada a mi cigarro.
NO PUEDE SER.
Me levanto con algo de bronca. En serio no me puede estar pasando esto.
Es imposible.
Apago el cigarro e ingreso al baño. Me acerco al lavabo y me mojo el rostro con agua fría, suspiro sosteniendome por los costados. Me quedo ahí, mirando hacia abajo, mientras las gotas de agua recorren mi rostro completo.
Me observo al espejo.
Me miro los labios, labios que fueron besados tan intensamente por él...
Trago saliva con fuerza observando mi cuello. Recordando sus suaves labios paseando por ahí...
Niego rápido tomando una toalla mientras me retiro el resto de agua.
—No Nick no.—hablo solo como un estupido tirando la toalla con furia a un lado.
Suspirando me siento en el retrete. Recargo mi cabeza en los azulejos y solo me viene él a la mente. Otra vez.
Ya basta.
—¿¡Qué mierda pasó acá!?
—se escucha al otro lado de la puerta.
Carajo, cierto.
Volteando los ojos me levanto y salgo del baño.
Liam recorre con la mirada su oficina, específicamente el escritorio. Tiene sus brazos en jarra sobre su cintura.
—¿Hace falta que pregunte que pasó aquí? —pregunta.
—¿En serio quieres saber la respuesta? —recargo mi peso sobre el costado de la puerta.
Suspira.—Cabron, al menos ordena, ¿no? Tengo papeles importantes.—se agacha agarrando lo que cayó al suelo—¿Puedes ayudarme?
Vuelvo a voltear los ojos y me acerco. Comienzo agarrar unas carpetas, lápices, y demás cosas.
—No pienso agarrar eso.
—expresa con asco detrás de mí—¿Ni siquiera lo tiraron?
Volteo a ver, señala el preservativo que quedó sobre el apoyabrazos del asiento. Sinceramente quedé tan atolondrado que ni noté que no lo voté a la basura.
—Que quisquilloso.—me acerco agarrandolo mientras lo tiro a la basura.
—¿Te gustaría agarrar uno así mío? —se queja guardando las cosas en sus cajones.
—Que asco.—suspiro y me siento. Solo eran algunas cosas esparcidas, tampoco para exagerar.
Liam también se sienta al otro lado. Se hace un silencio.
Pero enseguida se rompe cuando suelta una risita por lo bajo.
Mi ceño se frunce.—¿Qué te ocurre?
Niega.—Nada.—ubica sus brazos detrás de su cabeza sonriendo.
JA. Como si no lo conociera.
—¿Lo hiciste apropósito no?
—pregunto.
—¿Y a ti qué te parece?
—Imbecil.—escupo con seriedad.
Echa a reír.—Como si no lo hubieras aprovechado cabron. Y además... ¡En mi jodida oficina!
Niego.—Eres un idiota.
—Te olvidaste de algo...
—¿Qué? —digo tomando mi teléfono.
—Mira...—levanto la mirada, él señala hacia arriba a un costado. Específicamente a una cámara. Mis ojos se abren en grande.
—¡Mierda!—exclamo rápido y asustado.
—Tranquilo, tranquilo.
Solo yo tengo acceso a esa cámara...—saca su teléfono— Y voy a borrar eso ahora.
—Quiero ver que lo haces.
—me levanto rápido y me acerco.
—Relájate.—observo como abre la aplicación. Adelanta y adelanta y ahí aparece Charles entrando a la oficina.
—De ahí en adelante borra todo.—digo rápido.
—Es lo que estoy haciendo, relaja las nalgas.—teclea y se deshace del archivo, suspiro con tranquilidad y vuelvo a mi asiento.
—¿Qué hacía aquí?
—le pregunto.
—Vino junto a...—suspira en grande— Leía.
—¿Leía? ¿La hija de Lauren?
Asiente sonriente y pensativo.
—¿Qué pasó? ¿por qué sonríes así como idiota?
—Porque soy un idiota.
—juega con un lápiz mientras niega con la cabeza.
—No entiendo.
Exhala profundo.—La hubieras visto. Estaba... preciosa.
Mi ceño se frunce.—¿Leía?
Asiente.—Lo es. Siempre me pareció muy bonita y algo... intrigante. Pero ahora vino tan... No sólo el cambio físico, si no...—suspira— Ella.
Estaba tan... No sé, tan segura. Tan...
—¿Te gusta Leía?
—interrumpo.
—¿Te gusta Charlie? —eleva una de sus cejas.
Volteo los ojos.—¿Otra vez con lo mismo? ¡Te he dicho que no! Además, no me respondas con una pregunta.
—¿Sabes adónde está Charlie ahora? —inquiere.
Mis hombros se encogen.
—No sé y no me importa.
—Se fueron a una discoteca con Leía y unos amigos.
—avisa.
No digo nada mientras asiento levemente.
—¿Vamos? —pregunta de la nada.
—¿Para qué?
Sus hombros también se encogen.—Es la Bresh.
Es una fiesta bastante buena.
No digo nada nuevamente.
—Charlie estará ahí...—trata de convencerme.
—Si quieres ir para ver a Leía, ve. No cuentes conmigo.—me levanto yendo hacia la puerta.
—Ah, ¿así eres? ¿después de toooodo lo que hago por ti? —también se levanta.
Volteo a verlo.—¿Qué es esto?
¿Un pase de facturas?
—No es un pase de facturas. Simplemente te estoy pidiendo un favor, y yo hice muchos por ti. Eres mi amigo, ¿no?
—No entiendo para que quieres ir...
—Por... porqué sí.—dice titubeante.
Suspiro y solo lo observo.
—Follaste en mi oficina cabron, acabas de pasarlo de maravillas. Es lo mínimo que merezco, ¿no?
—Eres tan irritable a veces.
—suspiro profundo—
Vamos. Apurate antes de que me arrepienta.—digo saliendo de su oficina.
Ya estamos en la discoteca.
Ingresamos, al decir simplemente nuestros nombres nos dan lugar al VIP.
—Ni sé te ocurra beber de más, ¿oíste? —eleva Liam su voz detrás de mí.
—No tengo ganas de beber igual.—respondo caminando hacia un apartado, me siento en uno de los sofá.
—Que raro.—también se sienta a mi lado observando alrededor.
—Si vas a buscar a Leía búscala por abajo. No creo que esté aquí arriba.
—tomo mi teléfono para pasar el tiempo.
—¿Por qué asumes que la estoy buscando?
—Porque eres demasiado obvio.
Suelta una risita.—¿Quieres que hablemos de ti?
—No.—lo corto enseguida.
Pasa alrededor de una media hora en dónde solo estamos sentados aquí como idiotas.
Liam se pidió una cerveza, yo no. Solo estoy fumando.
La música es buena y la gente sobra por todos lados, incluso aquí en el VIP.
—¿Nick? —la voz de una chica se escucha al frente.
Levanto mi vista encontrándome a una pelirroja muy guapa.
No tengo idea quién es.
—¿No me recuerdas? ¡Nos cruzamos en el evento de tu mamá! Fue hace unos meses.
¡Soy Ruby! —sonríe ampliamente.
Hasta que sí, la recuerdo.
Quise ligar con ella esa noche porque pues ese evento estaba de lo más aburrido. Pero me rechazó.
De manera sutil, pero lo hizo.
¿Rechazarme a mí? Pfff.
—Ah, hola.—saludo desinteresado.
—¿Y tú eres Liam verdad?
—saluda sonriente a mi amigo.
—Sí, es un gusto.—Liam se levanta y la saluda con un beso en la mejilla—¿Cómo me conoces?
—Bueno, lógico.
Eres bastante conocido, además, fui hace poco a tu restaurante a comer con mi novio y su amigo. ¡Todo muy delicioso! ¡Te felicito!
—vuelve a sonreír.
Me cae mal tanta simpatía.
Que se vaya de una vez.
—Bueno, muchísimas gracias.—dice con sinceridad Liam.
—¿Y qué hacen aquí solos?
¿Se nos quieren unir a mí y a mis amigos? —pregunta amable, lleva un trago en su mano.
Liam niega.—No, no hace falta. No queremos molestar, estamos bien aquí.
—Ow, está bien.—hace una mueca— Si se arrepienten estamos a dos mesas más adelante, por allí.—señala un sector y Liam observa.
Yo solo vuelvo mi atención a mi teléfono.
—Claro, sí. Mejor iremos contigo, estamos muy aburridos los dos aquí, ¿no Nick? —dice Liam de repente moviendo mi pie con el suyo.
Confundido lo miro y mi ceño se frunce, abre los ojos en grandes... ¿y a este qué le pasa?
—Bueno, vamos.—sonríe Ruby mientras empieza a caminar.
Liam mueve la cabeza para que lo siga. Volteando los ojos por milésima vez en la noche me levanto y los sigo.
Tan bien que estábamos aquí, tranquilos y sin gente.
—Mis amigos son súper buena onda.
—vuelve a decir Ruby y no puedo evitar ver su trasero.
Segundos después llegamos a otro sector del VIP, similar adónde estábamos recién.
Pero ahora con algunas personas ahí. No reconozco a nadie, beuno mejor dicho reconozco a una.
¿Esa es Leía? Wow.
Con razón el cabron decidió venir aquí en cuanto Ruby señaló.
—Traje algunos conocidos, si no les molesta.—dice Ruby mientras ingresa más y se sienta en las piernas de uno de los tipos.
—Ho...hola señor Nicholas.
—saluda con timidez Leía.
—Leía...—saludo.
—¿Se conocen?
—pregunta Ruby.
—Trabaja en mi casa.—le respondo mientras me siento.
Observo como Liam se sienta al lado de Leía sonriendo con algo de timidez, e incluso coquetería. Ya está, lo perdimos.
—Nick, el es Cody. Mi novio.
—lo presenta sonriente.
Asiento con la cabeza hacia él, el tipo hace lo mismo.
Pero me mira algo mal.
¿Y este qué? Vuelvo a observarlo y le veo cara conocida...
Ah sí, ya recordé. Es el tipo que estaba en casa de Charles aquella vez. Supuestamente el amigo.
—Sírvete lo que quieras.
—indica el tal Cody sobre las bebidas de la mesa.
Niego.—Estoy bien así.
Vuelvo a tomar mi teléfono cuando caigo en cuenta que aquí falta alguien.
Si aquí está Leía, Charles también debería...
¿En dónde está?
—Perdón la tardanza, había mucha fila en el baño.
—su voz se escucha de repente.
—Y además después tuvo que esperarme a mí.—dice alguien detrás de él riendo.
Levanto la vista. Charles ingresa al VIP sonriendo, y un tipo entra junto a él.
En cuanto me ve luce sumamente sorprendido, e incluso se queda tieso un momento. Hasta que parece reaccionar y se sienta al lado de Ruby y su novio. El tipo que vino con él se sienta a su lado.
—Los estaba por presentar pero ustedes ya se conocen ¿no? —dice Ruby por mi y Charles.
Charles asiente mirándome, está al frente de mí.
—Trabajo en su casa, nada más.
¿Nada más? JA.
—Bueno, entonces solo me queda presentarte a mi hermano Ryan.—vuelve a decir Ruby— Ry, él es Nicholas Nelson, Nick él es Ryan. Mi hermoso hermanito.
Solo lo observo. El tipo se levanta y extiende su mano hacia mí para estrecharla.
—Un placer.—dice esperando que la tome.
Solo asiento en modo de saludo y vuelvo mi vista a mi teléfono.
Media hora después
Ruby y su novio se fueron a la pista de baile mezclándose entre toda la gente de la discoteca. En el VIP solo quedamos Liam, Leía, Charles, el tipo ese y yo.
Liam y Leía no paran de hablar entre ellos. Parece que se olvidaron de su alrededor, solo hablan entre ellos y nada más.
¿Charles y el tal Ryan? Hablan entre ellos también.
Risitas de más, conversaciones en el oído de vez en cuando... Y yo aquí como idiota. Muevo mi cuello de un lado a otro porque de repente me siento algo tenso, y no sé porqué.
Tomo un vaso de vodka que hay en el centro de la mesa pequeña y tomo un trago.
Siento la mirada de Charles enseguida, también lo miro y elevo una de mis cejas.
Pero... de repente pasa algo que me llama poderosamente la atención. El tipo pasa su brazo por el respaldo de Charles, y se acerca un poco más a él mientras le habla más cerca.
¿Y esto?
Suspiro en grande mientras me vuelvo acercar a la mesa, tomo nuevamente el vaso de vodka y le doy otro trago.
Lo dejo en su lugar con fuerza y me acomodo mejor en mi asiento haciendo algo de ruido.
Siento como una garganta se aclara, levanto mi vista y sé que viene del tipo este.
Me mira.—¿Cómo está Alexander? —me pregunta aún con su brazo detrás de Charles.
Mi ceño se frunce y no digo nada.
Este parece algo incómodo, mira a Charles que solo está mirándome algo mal. Luego vuelve su vista a mi.—Ah claro, quizás no lo sabes...
—vuelve a decir.
No me interesa lo que tenga para decir así que tomo mi teléfono pasando el rato en cualquier puta mierda de aplicación.
—Soy el profesor de natación de tu hermano.—vuelve a decir.
Esta vez lo miro. Me sonríe con amabilidad, observo a Charles.
SI SERÁ CABRON.
—Genial.—es lo único que digo volviendo mi atención al teléfono.
No pasa ni un minuto y siento como ambos se levantan a la vez, los observo.
—Ahora volvemos. Iremos a bailar un poco.—avisa el idiota tomando de la mano a Charles, sin decir más salen del VIP.
Inconscientemente mi vista va hacia Liam y Leía, los dos me miran como algo expectantes.
E incluso con algo de... ¿miedo?
—¿Qué? —escupo con frialdad.
Liam levanta las manos en señal de inocencia.—Nada.
Leía se levanta mientras se acomoda su vestido.—Iré... iré al baño. Tomé demasiada agua.
Liam se levanta de inmediato.—No puedes ir sola. Vamos, te acompaño.
—No hace falta en serio.
—dice ella acomodando su cabello con nerviosismo.
—No me molesta.—le sonríe.
Leía asiente con timidez mientras va caminando, Liam camina detrás de ella. Antes de salir del VIP me hace una seña para que deje de beber.
—Vuelvo en un minuto.
Ojo con lo que haces.
—dice con seriedad.
Sacudo mi mano restándole
importancia mientras mi mirada está en un punto fijo.
—Nick, hablo en serio.
—vuelve a decir antes de irse.
Una vez que me quedo solo suspiro en grande.
Un suspiro que no sabía que estaba reteniendo... CARAJO.
Siento un malestar impresionante, un calor que sube por toda mi nuca.
Pero no es nada físico, si no más bien emocional.
No sé cómo explicarlo porque ni yo lo entiendo, no sé que carajo me ocurre.
Pero desde que vi a Charles con ese tipo...
MIERDA.
Me levanto de golpe y salgo del VIP, nuevamente estoy actuando impulsivamente.
Me acerco hasta la baranda y coloco mis manos, desde aquí tengo visión hacia abajo y prácticamente toda la discoteca.
Es imposible poder ubicarlo.
Pero lo hago.
Lo ubico.
Lo veo bailando junto a él.
Pegados, sonriendose, el imbecil diciéndole cosas al oído. Charles riéndose por eso. Mi mandíbula se tensa por completo, mis manos se aferran a la baranda con demasiada fuerza. Mis nudillos prácticamente están blancos de tanta presión que hago.
Prefiero dejar de ver esa situación de mierda y trato de volver al VIP. Pero un mareo me invade, bebí muy de golpe algo demasiado fuerte y además sin tener nada en el estómago.
—Nick, Nick... ¿te tomas una selfie? —un tipo se abalanza sobre mí.
—¡NO! —escupo con furia.
De repente veo todo algo borroso. Las luces de colores, la música tan alta, mi mareo... Todo es demasiado.
Y sobre todo recordar recién a ese idiota tomando a Charles de la cintura...
¿desde cuándo tanta confianza?
Una mano toma la mía y me hace caminar hasta el VIP. Cuando me siento y levanto la vista reconozco que es Ruby.
—¿Estás bien?
—pregunta preocupada.
Me refriego los ojos con fuerza.
—Parece algo mareado.
—escucho a su novio decir detrás de ella.
—¿Puedes traer un poquito de agua bebé? —le pide Ruby.
Suspiro en grande.
—No... no quiero nada. Estoy bien.—digo esquivandola volviendo a tomar el vaso, me lo termino dándole un gran trago.
Ruby me lo saca de las manos.—Perdón, pero creo que no deberías seguir bebiendo.
Echo a reír mientras busco en mi chaqueta mi caja de cigarros. Tomo uno y lo enciendo comenzando a fumar. PUEDEN IRSE TODOS A LA MIERDA.
—¿Qué pasa? —escucho la voz de Liam, le pregunta a Ruby. Ya que la pelirroja sigue parada al costado de mí viéndome algo preocupada.
—Creo que está un poco ebrio.—le dice.
Liam suspira y se acerca hasta mi.—¿Qué te dije? Me fui solo un puto minuto Nick.
—¡No eres mi jodida madre!
¡Puedes dejar de tocarme los huevos! —grito con furia llamando la atención de algunas personas.
En ese mismo momento observo a mi costado como Charles y ese cabron también ingresan. Charles al verme niega con la cabeza notando ya toda la situación.
Me levanto de mi lugar y me acerco hasta el tal Ryan, quien me mira algo confuso.
—Muchas gracias.—le digo sonriente quitándole de sus manos su botella de cerveza.
Le doy un trago.
—Nick...—Liam dice detrás de mí.
—¿Qué? —mi voz sigue alta—
¿No puedo beber ahora?
¡Estamos en una discoteca! ¡Hay que pasarlo bien!
¿O no Charles? —lo miro directamente señalandolo con la botella.
Él niega nuevamente.
Le susurra algo a Ryan, el idiota solo asiente.
Luego observo como se despide de los demás.
Se acerca hasta mi y me saca la botella de la mano, se la devuelve a Ryan.—Vamos.
—dice con seriedad.
—¿Perdón? —le pregunto cerca.
—Salgamos por atrás.
—escucho a Liam decir—
No pueden verlo así.
Liam me empuja con sutileza saliendo del VIP. Caminamos hasta la parte trasera de la discoteca evitando a todas las personas.
—¿Y Charles? —pregunto caminando apenas.
—Viene detrás de nosotros.
¿puedes seguir caminando por favor? —dice Liam enojado.
Echo a reír.—¿Por qué estás enojado? Deberías estar feliz, estás con la chica que te gusta, ¿no?
Liam niega.—Eres imposible, en serio Nick.
Llegamos hasta la calle.
De forma inmediata y rápida me mete a su auto. Suspiro en grande echando mi cabeza hacia atrás. Segundos después Charles ingresa al auto del lado del conductor.
Coloca las llaves y comienza a conducir.
Lo miro de perfil.—No sabía que sabes conducir...
—Cállate.—suelta con frialdad.
Suelto una leve risita.—¿Tú también enojado? —vuelvo a reír— ¡Todos se enojan con Nick! Siempre Nick Nick y Nick.
Charles no dice nada, solo sigue conduciendo.
—Nick esto, Nick lo otro, Nick acá, Nick allá... ¡Nick eres el puto culpable de la muerte de tu padre! ¡Ya me tienen todos hartos! —elevo mi voz nuevamente sumamente ebrio. Enseguida siento la mirada de Charles sobre mí.
—¿Qué dijiste? —pregunta atónito.
Una puta lágrima se desliza por mi mejilla, la limpió con rapidez y me acomodo mejor sobre el asiento.—Nada.
Apurate que me estoy orinando.
Silencio de su parte.
El camino fue así, silencioso.
Pocos minutos después llegamos a mi casa.
La gente de seguridad nos abre la puerta. Charles maneja hasta nuestro gran garaje, una vez que estaciona apaga el auto y suelta un suspiro.
—Debes ducharte, tomar mucha agua, y luego un café.—repite con cansancio—
Yo debo ir a casa.
—sin decir más baja del auto.
Sin dudarlo demasiado abro la puerta con rapidez.
Me bajo y otro mareo me invade, sin embargo lo sigo. Está yendo hacia afuera del garaje, pero soy más rápido y lo tomo por el brazo para que voltee y me mire.
—¿Me dejarás solo?
—pregunto con vulnerabilidad.
Me mira tensando su mandíbula.—Eres grande Nicholas. Debes aprender a comportarte. No siempre estará alguien para rescatarte. Todos tenemos nuestras vidas.—remarca.
No digo nada y solo lo miro a los ojos, mi agarre ahora va a su mano. La acaricio levemente. Él observa eso, luego vuelve a mirarme.
—Debo irme. Al menos ya estás en casa sano y salvo.
—se suelta de mi agarre y voltea para seguir caminando.
—¿Te irás a follar con el otro?
—elevo mi voz.
Voltea enseguida mientras su ceño se frunce.
—¿Qué?
Me acerco hasta quedar de frente a él, muy cerca.
—¿O ya te lo follaste?
Niega con la cabeza.
—Estás demasiado borracho y ni siquiera sabes lo que dices.
—Responde.—mi mandíbula se tensa. Mis celos hablan por mí. Ya no puedo negarlo.
—¿Qué mierda quieres qué responda? —junta sus cejas en confusión.
—¡Si te lo tiraste o no!
—mi voz se eleva tomándolo por sorpresa.
Charles niega con la cabeza.—Eres tan estupido. En serio.
—Tú, tú eres el estupido.
—digo agitado.
Ríe con ironía.—¿Yo?
—Sí, tú. ¿se supone que teníamos un trato no? No debíamos estar con más personas. ¡Se ve que ya lo rompiste! ¡Y encima con ese estupido cara de nada!
—¿Es lo único que te importa verdad? —también se acerca más— Bueno Nick, si tantas ganas tienes de romper este pacto e ir a follarte a cualquier tipa que se te cruce ve y hazlo. ¡Ya encontraste la excusa perfecta! —su voz también se eleva, voltea para seguir caminando.
No dejo que lo haga y vuelvo a tomarlo del brazo, esta vez cuando lo volteo lo tomo del rostro y lo beso tomándolo sumamente por sorpresa.
Lo beso con tanta desesperación, con tanta urgencia, con tantas ganas de hacerle entender tantas cosas.
Mis manos se aferran a su rostro. Sigo besandolo pero él me detiene alejándose un poco, sus manos se vuelven dos puños sobre mi pecho.
—¿Qué mierda te pasa?
—pregunta encima de mis labios.
Trago saliva con demasiada fuerza.—Me gustas Charlie, me gustas demasiado.
Lo que sigue a continuación estará disponible en el capítulo 23.
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NOTA DE AUTOR/AR:
Perdón la hora!!
nsjdjdksksklsla Buenoooo, uno parece que también lo aceptó. Y no solo lo aceptó, si no que también se lo dijo... AAAAAAAAA las cosas que se vienen hermosxs. Ni se imaginan.
Muchísimas gracias por su apoyo y sus tan lindos comentarios, los valoro mucho!
Gracias por leer, besossssss
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