11. | Ahora Sí |


●Capítulo Once.

       ~Narrador: Charlie.

No pude dormir en toda la noche gracias a ese
" Encuentro " Con Nicholas.
En cuanto volví a la habitación y me acosté no paré de dar vueltas en la cama. Menos mal que Chloe y yo tenemos camas separadas, pobrecita, la hubiera despertado con lo inquieto que estaba.

Sinceramente al hacer eso solo quise provocar algo en Nicholas, jugar con él y hacerle entender que no es él único que está jugando aquí.
Detesto, detesto que se esté burlando en mi propia cara.

Detesto saber que porque sabe que soy gay sí o sí él tiene que gustarme.
De alguna manera parece querer demostrar su hombría o algo así. Al menos es lo que me hace sentir, quizás me equivoco, no lo sé.

Pero no contaba con el pequeño gran detalle de que ese juego que quise hacer me gustó, y me gustó muchísimo.
Me quedé con ganas de todo, de todo y más. Y de besarlo. Mierda, muero por besarlo.

Y no me puede pasar eso, no con él. No con alguien como él. Pero... ¿cómo evitarlo? 

Al otro día hago mi día normal, por suerte no me lo cruze. Sobre todo por el hecho de que tuve que estar fuera de la casa la mayoría del tiempo. Así que con Alexander volvimos recién a la tarde.

—Estaré en mi habitación.
—dice suspirando subiendo las escaleras.

—¡Por favor duchate!
—le digo.

Él asiente y cuando levanta la mirada se choca con Chloe que viene bajando las escaleras, ella lo esquiva acomodando su cabello y llega hasta mí.

—Hola Char.—sonríe y me abraza.

—Hola mi amor.—también la abrazo mientras Alexander voltea a verla confundido y luego sigue subiendo.

—¿En dónde estabas? —le pregunto mientras vamos a la cocina.

—Ayudando a Lauren.
—cuando entramos vemos a Leía cocinando para la cena.

Chloe va hacia la mesada mientras se dispone a dibujar, me acerco a Leía.

—Que bien huele eso.
—sonrío hacia ella.

—¿Creés que le falta sal?
—pregunta cargando el cucharón de un poco de salsa.

La agarro mientras la pruebo, niego rápido.—Así está perfecto.

Ella sonríe ampliamente y sigue cocinando.

—¿Alguna novedad? —me cruzo de brazos. <la novedad: Nicholas>

Niega.—Todo bien. Sarah llamó hace un rato preguntando cómo estamos, y sí está todo en orden, habló con mamá. Dijo que estuvo llamandote pero no atendías.

Mis ojos se abren en grande.
—¿Qué? —automáticamente tomo mi teléfono notando que tenía una llamada perdida de ella— Carajo...
Me llamo una vez y no la atendí.

Leía ríe entre dientes.
—Tranquilo, ella sabe que estás con Alexander. No te preocupes.

Suspiro.—Hoy estuve un poco distraído.

—¿Y eso por qué?

Las imágenes de anoche me invaden como flashbacks.
Yo encima de Nicholas, su delicioso aroma, su mirada penetrante sobre mí, su... bueno.

Niego.—Nada, cosas.

Leía me mira confusa.
—Okey.
—sigue cortando verduras.

—Que raro que estés preparando la cena tú. Siempre lo hace tu madre.

—Sí, es que mamá me pidió sí podía reemplazarla porque será poco para hacer, ya que Nicholas se fue. Ella tiene que lavar algunas cosas.

La miro enseguida.—¿Qué cosa?

—Que mamá se tenía que encargar de otras cosas y...

La interrumpo rápido:—No, no. Antes de eso, ¿que Nicholas qué?

—Se fue.—hace una mueca—
Escuché como le dijo a mamá que se iba unos días, ella intentó convencerlo que se quede. Pero bueno, como te dije, Nicholas es alguien complicado.

¿Pero adónde se fue? ¿Y por qué? —indago curioso.

—No lo sabemos. Él suele hacer esto, solo se va y ya. No dice mucho.

—¿Pero no se supone que tiene que estar en la casa? Por lo que tengo entendido Sarah le dijo que debe mantenerse quieto y sin levantar el perfil.

—Supongo que eso lo arregla con ella, sinceramente no sé que decirte. Ahí ya prefiero no meterme.

Esa noche me fui a dormir lleno de dudas.
¿Se fue por mi culpa? ¿Quizás lo atormente o algo así?.Él me dejó en claro en más de una oportunidad que no le gustan los tipos, quizás se sintió algo invadido por mi...

Pero a la vez no creo ser tan importante en su vida como para que se vaya a vaya saber dios en dónde para alejarse de todos. Nicholas es alguien totalmente impredecible.

Los días fueron pasando.
La rutina siguió normal, no hay novedades de Nicholas.
Una tarde le pregunté a Lauren si él se había comunicado con ella y dijo que sí, pero sólo le dijo que estaba bien.

Viernes.

—Siento que no te veo hace como un año.—Cody me abraza.

—Exagerado.—suelto una risita correspondiendo su abrazo.

—Ven, ya reservé una mesa.—dice mientras entramos a un restaurante.

Lo sigo confuso.
—¿Reservaste una mesa?

Asiente mientras voltea a verme un segundo.

—Esto lo vale.—llegamos hasta la mesa y nos sentamos.

Observo a mi alrededor, es bastante lindo y algo lujoso.—Me hubieras dicho que nos veríamos aquí tonto. Me hubiera puesto algo más acorde.

—¿Qué dices? —su ceño se frunce— Así estás perfecto.

—¿Y por qué tanta cosa? Te noto algo nervioso.

Suspira y lo noto tragar saliva con fuerza.

—Es que... —remueve su cabello con nervios, su vista se úbica detrás de mí— Ahí está.

Confundido volteo a ver lo que mira, una chica muy guapa y sonriente se acerca hasta nosotros. Cody se levanta enseguida.

—Hola.—la saluda nervioso y se acerca dejándole un beso en los labios.

—Hola bebé.—le responde sonriente y alegre— Perdón la demora, en la peluquería tardé horas y horas.

—Está bien, no pasa nada.
—le responde Cody— Estás hermosa.

—Gracias cosita.—pellizca su mejilla.

—Mira, él es Charlie mi amigo que tanto te hablé.
Charlie, ella es Ruby.
—nos presenta.

Me levanto.—Es un placer.
—extiendo mi mano hacia ella.

Pero ella la esquiva y me abraza.—Es un placer conocerte Charlie, eres mucho más bonito en persona.—sonríe— Tienes unos rulos muy lindos, que envidia.—se sienta al lado de Cody.

Intento reprimir una risita ante eso y también me siento.

—Bueno, muchas gracias.

—¿Ya ordenaron algo? —nos mira.

Cody niega.—Te estábamos esperando a ti.

—Ay que amores.—hace un leve puchero—¿Señor mozo, podría tomarnos la orden por favor? —levanta su mano en alto.

Un mozo la ve y se acerca mientras nos toma los pedidos. Me siento algo incómodo de repente, no sabía que Cody estaba de novio. Y mucho menos que nuestra salida era para que me presente a su novia.
Sin embargo el restaurante es muy bonito, la comida parece buena así que me dispongo a disfrutar la velada.

—Cuéntame de ti Charlie.
—pide entusiasta Ruby mientras ya estamos comiendo de nuestra cena.

—No hay mucho para contar sinceramente.—sonrío con timidez.

—¡Oh vamos! Esos ojitos me dicen que esconden muchas cosas.—se lleva un bocado a la boca.

—Eeh...—suelto una risita nerviosa.

—Charlie trabaja de niñero.
También tiene una hermanita muy dulce y antes trabajaba conmigo en el restaurante.—aclara Cody por mi.

Ella asiente.—¿Cuantos años tiene tu hermanita?

—Diez.—respondo llevando más comida a mi boca.

—Owww, es muy chiquita.
—dice con ternura— Y yo ya estaba pensando llevarla a una discoteca.—echa a reír.

Eso también me hace reír.
Lo que fue el resto de la cena estuvo bastante bien.
Se comió delicioso, ahora estábamos esperando el postre.

—¡Por dios! —exclama de repente Ruby algo asustada. La miro enseguida.

—¿Qué ocurre? —le pregunta Cody asustado.

Ella se toca los labios, toma su bolso y saca su espejo de mano para verse.—¡Se me salió el gloss! Ya vuelvo chicos, iré al baño.
—toma su bolso y se levanta con rapidez tratando de caminar rápido con sus grandes tacones.

Cody me mira haciendo una leve sonrisa de labios cerrados, yo estoy en completo silencio intentando reprimir una risita.

—¿Qué?

—Nada.—digo rápido.

—Tu mirada me dice algo.

Niego con la cabeza.—¿Desde cuando tienes novia? No me dijiste nada.

—Aún no es mi novia, pero bueno, se podría decir que estamos saliendo.—dice sonriendo levemente.

Me quedo en silencio asintiendo levemente.

—¿Qué? —insiste.

Suelto una pequeña risita.
—Nada, en serio.

—Te conozco Charlie.

Suspiro.—No lo sé, no es el estilo de chica que creo te puede gustar.—digo buscando las palabras adecuadas— ¡No me malinterpretes por favor! Ella es preciosa, e incluso parece muy dulce. Solo es algo...

—Sí, ya lo sé. Es muy distinta a nosotros y nuestro entorno. Pero es linda y tú lo dijiste, es muy dulce. Alguien como ella no estaría con alguien como yo. Eso dice muchas cosas.
—dice bebiendo de su vino.

—¿Y por qué no estaría con alguien como tú? Si eres hermoso y estás súper sexi.
—digo con ironía.

—Cállate.—niega con la cabeza algo tímido.

—Hablo en serio. Por lo poco que pude percibir de ella parece agradable.—digo con sinceridad.

Él asiente.—Lo es.

—Ahora, tengo una duda.
—Cody me mira expectante—
¿Cómo vamos a pagar todo esto? Además, ¿viste todo lo que se pidió? De lo mejor incluso.

—No te preocupes, de eso me encargo yo.—dice bebiendo otro trago.

—Cody, te gastarás todo tu sueldo en una cena.—digo en un susurro— ¿Por qué no fuimos a otro lado?

—¿Llevar a Ruby al restaurante donde trabajabas? ¿Te parece?
—susurra.

—¿Y qué tiene?

—¿Charlie?—una voz me habla a mi costado.

Volteo para ver a Liam mirándome, cuando me reconoce sonríe.

—Ey hola.—se agacha y me saluda.

—Hola Liam.—lo saludo confundido—¿Qué haces aquí?

Él abre un poco sus brazos.
—Es mi restaurante, bueno, mío y de mi padre.—aclara.

Mis cejas se elevan en sorpresa.—No sabía. Que bien, felicitaciones. Está todo muy lindo.

—Muchas gracias.—sonríe mirando a Cody.

—Oh el es Cody, es mi amigo.
Cody el es Liam es...—no sé que decir, je— El dueño del restaurante.—digo con simpleza.

Liam echa a reír.—Un placer.

Cody asiente amable.

—¿Comieron bien?
—pregunta Liam hacia los dos.

—Perfecto, estuvo todo delicioso.—responde Cody.

—No se preocupen, hoy invita la casa.—me mira.

Lo miro sorprendido.—No Liam, no hace falta.—niego rápido.

—No acepto un no como respuesta.—responde.

Miro a Cody y él me mira esperando a que decida yo.
Estoy seguro que debe estar deseando que diga que sí.

—Es... está bien.
—digo con timidez—
Te lo voy a recompensar ¿si?

—No te preocupes, está todo bien.

Un disturbio se empieza a escuchar atrás de nosotros, los tres miramos hacia ahí.

" ¿¿¿Es Nicholas Nelson??? "

Se escucha decir a una chica.

" Oh por dios es él... " dice otra.

—Mierda.—dice Liam.

—¿Qué pasa? —me levanto.

—Vieron a Nick...

—¿Nicholas está acá? —le pregunto, pero no responde porque sale rápido hacia ese disturbio.

—Ahora vuelvo.—le digo a Cody. Él sólo asiente algo confundido.

Sigo los pasos de Liam.
De repente se armó como una especie de ronda, la gente del restaurante se levantó para ver la situación. Nicholas quedó atrapado entre medio de chicas que le ponen sus teléfonos en la cara intentando conseguir una selfie. Él parece algo incómodo y aturdido.
Como que lo tomaron por sorpresa.

—¡Por favor, después él se tomará todas las fotos que quieran! —Liam intenta calmar la situación alzando la voz— Pero no así, hay que calmarnos un poco.

No puedo creer estar haciendo esto.

Me meto entre medio de las personas y sin previo aviso tomo su mano, él me mira confuso. Lo atraigo hacia mí y lo hago caminar conmigo hacia el pasillo de los baños. Observo un segundo hacia atrás como Liam sigue intentando controlar la situación, y a quien le piden fotos ahora es a él.

Frenamos y volteo a verlo.
Él se deshace de mi agarre rápidamente y se recarga en la pared.—Parecía una avalancha de zombies.

—¿No vas agradecer?
—me cruzo de brazos.

—Gracias.—dice sin mirarme mientras se acomoda la ropa.

—¿Qué haces aquí?
—pregunto.

—Es el restaurante de mi mejor amigo.—toma su teléfono mientras comienza a teclear cosas.

—¿Y en dónde estuviste estos días?

—¿Te importa? —sigue sin mirarme.

—No.—digo rápido.

—¿Y entonces por qué lo preguntas?

—Curiosidad.

—Bueno, pues mejor métete en tus cosas y ya.—sonríe levemente cuando le entra un mensaje.

—¿Puedes aunque sea mirarme? Se supone que estamos teniendo una conversación.

—Yo no estoy teniendo ninguna conversación.
En más, ni siquiera sé que haces aún aquí, puedes irte.
—dice de manera desinteresada mientras sigue tecleando.

Mi mandíbula se tensa.—Eres un...

—¿Soy un qué? —esta vez me mira.

Me pongo nervioso ante su mirada, una vez más. No me sale decir nada, así que me quedo en silencio mirándolo.

—No pareces tan valiente ahora.

—¿De qué estás hablando?

—Tú sabes de lo que estoy hablando.—vuelve la atención a su teléfono.

—¿De lo que pasó el otro día entre nosotros?

Vuelve a mirarme.—Cállate.

—¿Qué pasa? —me acerco más— ¿Lo quieres olvidar o... —doy un paso más—
quieres repetirlo?
—mi atención se va a sus labios.

Unos pasos rápidos se escuchan a nuestro costado, me alejó de él rápidamente. Es Liam.

—Deben irse, ahora.—dice rápido.

—¿Eh? —pregunta Nicholas.

—Los periodistas ya están afuera. Alguien de aquí salió molesto diciendo que tuviste una mala actitud y que les hablaste mal, e incluso que maltrataste a alguien.

Mi ceño se frunce.

—¡Yo no hice esa mierda!
—dice rápido.

—¡Ya lo sé! ¡Pero sabes cómo es la gente! Deben irse ahora.
No sólo esperan por ti por el escándalo de la pelea, ahora también van a querer preguntarte por esto.

—¿Y por qué yo tengo que ir con él? —pregunto.

—Las chicas que estaban aquí te vieron con él venir hacia acá. Cuando salgas probablemente te acosaran con preguntas. De si conoces a Nicholas y cosas así. Sobre todo los periodistas.

Lo que me faltaba.

Liam mete su mano en sus bolsillos y saca unas llaves.—
Llévate mi auto.—se las pasa a Nicholas— Salgan por la cocina.

Nicholas les pasa otras llaves a Liam.

—Después te envío un mensaje.—le dice y comienza a caminar.

Yo me quedo inmóvil en mi lugar sin saber que hacer.

—¡Síguelo Charlie! —dice hacia mí.

Comienzo a caminar tras Nicholas.—¡Dile a mi amigo que tuve que irme!
—le grito a Liam y él solo asiente.

Llegamos hasta la cocina y pasamos una puerta. Dimos hasta afuera y un auto azul para nada llamativo está estacionado.

—Sube rápido.—indica Nicholas.

Me subo al lado del copiloto. Él se sube el lado del conductor, coloca las llaves encendiendo el auto. Cruzamos el estacionamiento y una vez que llegamos a la ruta, pasamos por al frente del restaurante. Observo por la ventanilla notando a varios periodistas que están en la puerta mirando expectantes hacia adentro.
Nicholas empieza a manejar a toda velocidad.

Me coloco el cinturón de seguridad con rapidez.
—¿Es necesario? —digo elevando un poco la voz.

—Quiero dejar a esos entrometidos de mierda atrás.—sus nudillos se ponen blancos de tanta presión que hace sobre el volante.

Lo miro confuso.—Nicholas...

No responde mientras ahora tensa su mandíbula y sigue aumentando la velocidad.

—¡NICHOLAS! —elevo mi voz— ¡PUEDES BAJAR LA VELOCIDAD POR FAVOR!

Un camión que viene detrás nos pasa tocando la bocina.
Todo el ruido me asusta.

—¡IMBECIL! —grita Nicholas hacia el conductor sacando la cabeza por la ventana.

¿A este qué mierda le pasa?

—¿¿PUEDES BAJAR LA VELOCIDAD POR FAVOR??
—digo ya asustado—
¡HABLO EN SERIO NICHOLAS!

Este reduce la velocidad y frena de golpe llevando el auto hacia el costado de la ruta. Suspiro en grande mientras me saco el cinturón de seguridad.

—¡ERES UN JODIDO IMBECIL DE MIERDA!

No responde, solo sigue con sus manos sobre el volante respirando pesado y mirando hacia el frente.

—¡Ni siquiera sé que mierda hago aquí! ¡Y encima ayudándote! —niego con la cabeza con rapidez y me bajo del auto.

Camino rápido alejandome un poco. Frustrado saco una caja de cigarros de mi bolsillo y tomo uno. Lo enciendo y comienzo a fumar. 

Me entra un mensaje, lo leo viendo que es Leía:

Leía: " Chloe ya se durmió, la dejé en tu habitación. No te preocupes, diviértete. Lo mereces... "

Sonrío ante eso y me quedo tranquilo. Pero lo que menos estoy haciendo ahora es divertirme.

—¿Tienes uno?

Me doy la vuelta y Nicholas está parado a unos pasos de mí. No digo nada mientras expulso un poco de humo.

—Los míos se ve que los olvidé en la mesa del restaurante.—dice caminando mientras se acomoda sobre el capó del auto.

A pasos lentos me acerco, tomo uno de mis cigarros y se lo paso. Lo agarra llevándoselo a los labios.

—¿Tienes fuego? —me mira.

Asiento levemente, tomo mi encendedor del bolsillo.
Me acerco y se lo enciendo.
En ese mínimo trayecto de cercanía siento su mirada, sin embargo trato de hacerme el idiota.

—Gracias.—dice una vez que ya está encendido y comienza a fumar expulsando mucho humo.

—¿No es peligroso que estemos aquí? Podrían verte.
—digo.

Niega volviendo a fumar.
—Tampoco soy Justin Bieber.

Levanto mis hombros.
—Tú eres él que está en este mundo.

—Solo son esos imbeciles que seguro algún cliente del restaurante llamó. Ya se van aburrir y se van.

Expulsando mi propio humo me acerco a pasos lentos y me siento a su lado.
La noche es fresca, pero no está mal. Es tolerable, e incluso está algo agradable.
Aunque está algo nublado, quizás llueva.

El silencio hace acto de presencia entre nosotros.
Sin embargo no es incómodo, como generalmente suelo sentirme ante eso. Solo se puede oír el ruido de los autos que van y vienen a nuestro costado.

—¿Qué hacías en el restaurante de Liam?
—pregunta de la nada.

Lo miro.—Estaba cenando con un amigo.

Asiente mientras sigue fumando.

—¿Y tú?

—Estaba aburrido y fui.

—No deberías haberlo hecho. Tu madre dijo que debes cuidarte y no exponerte tanto hasta que las cosas se calmen.—también fumo de mi cigarro.

Se encoje de hombros sin decir nada, niego con la cabeza.

—Nicholas...

—No quiero hablar de eso.

—Si no sabes de lo que te voy a hablar.

Esta vez me mira.—Pero puedo suponerlo, y no quiero.

Volteo los ojos.—Solo quiero disculparme.

Su ceño se frunce mientras me mira.

—Sí, quizás te sentiste algo  intimidado o no lo sé y...

Nicholas suelta una leve risita.

—¿Qué?

—¿Intimidado por ti?
—repite lo que dije— Vaya que te crees bastante eh.

—¿Eh?

—Y después el egocéntrico soy yo.

—No sé de qué estás hablando.

—¿Realmente piensas que estos días me fui de mi casa por lo que pasó contigo?
—indaga mirándome.

Bueno, no es que lo piense exactamente pero se me cruzó por la cabeza.

Ante mi silencio él vuelve a hablar.—No Charles, no me fui por ti ni nada de lo que tu cabeza esté pensando.

—Yo jamás dije eso.—digo a la defensiva. Maldito, ya hirió mi ego.

—Pero seguro lo piensas.
—niega volviendo a fumar.

—Aquí el único egocéntrico eres tú.—lo miro.

Él mira hacia abajo y parece sonreír levemente, pero se retracta enseguida volviendo a llevarse el cigarro a los labios.

Me aclaro la garganta.
—¿Volverás... ¿volverás a la casa?

Me mira.—Sí.

—¿Ya te tomaste tus días?
—pregunto irónico.

—Ya.—dice levantándose
— Así que vamos.
—indica con la cabeza.

Al volver a subir al auto el camino fue silencioso, esta vez bajó bastante la velocidad. Al llegar a la casa estacionó el auto de Liam en su gran garaje. Aún en silencio entramos a la casa, y fuimos subiendo las escaleras para ir a las habitaciones.

—Bueno.—lo miro— Que descanses.

Él simplemente asiente y voltea para irse. Yo me quedó con un signo de interrogación pintado en la cara.
Ni siquiera me agradeció nada. Si será...

Lunes nuevamente.

Arranca otra semana.
Y la rutina es la misma, lo bueno es que la próxima semana Sarah ya está de regreso y al menos ya no tendré que quedarme a dormir aquí. Me siento preso.

Estoy en el auto junto al chófer llevando a Alexander al instituto. Chloe prefirió quedarse con Leía. Al llegar bajamos, esperamos algunos minutos e ingresó. Como siempre, me quedo viéndolo verificando que realmente entre.

A veces la directora del instituto sale a recibir a los alumnos, hoy no fue la excepción. Pero cuando me ve, la veo acercarse hasta mi.

Ay no, ¿ALEXANDER QUE HICISTE?

—¿Charlie verdad? —me sonríe y extiende su mano— Soy la directora Jones.

Estrecho su mano de manera nerviosa.—Sí soy yo. Un gusto.

—Estoy al tanto de que estás a cargo de Alexander, ¿tienes un minuto?
Me gustaría hablar contigo sobre algo.

CARAJO.

—Eeeh, sí. Claro.—sonrío nervioso.

Le hago una seña al chófer para que me espere, él solo asiente. Camino detrás de la directora entrando al gran instituto, por dentro es más bonito que por lo que se ve de afuera.

Llegamos hasta su oficina y me permite el asiento al frente de su escritorio.

—¿Te gustaría tomar un café o algo? —invita de manera amable mientras se sienta.

Niego rápido.—No, no gracias. Así estoy bien.—digo con nervios— ¿Qué... ¿qué ocurrió con Alexander?

Ella sonríe por lo bajo.
—Alexander no hizo nada.
E incluso es un gran alumno, tengo las mejores referencias sobre él.

Me siento aliviado.—Eso es genial.

Asiente mirándome.—En realidad te llamé por otro motivo Charlie, no por Alexander.

Mi ceño se frunce.

—Estoy al tanto de la situación de tu hermana menor, y déjame decirte que ya logré ubicar algunos profesores particulares del instituto para que puedan asistirla. Y así prepararla para que ella pueda ingresar al instituto.—toma unos papeles de su mesa y los coloca en el centro— Chloe ya tiene su beca asegurada para ingresar aquí.

La escucho hablar y no puedo salir de mi asombro.
En más, hasta incluso estoy intentando procesar tanta información junta.

—¿Qué? —es lo único que me sale decir.

—Por supuesto necesito de tu autorización y consentimiento, tendrás que firmar algunos papeles.
Charlie, el instituto es de prestigio, contamos con los profesores más preparados para poder ayudarla.

Ella explica y yo la escucho atónito.

—E incluso el profesor o profesora particular podrás elegirlo tú. Mandé a preparar algunos perfiles de nuestros mejores maestros.—saca otros papeles más— El o la profesora tomará evaluación de lo aprendido en tu hermana y determinará en qué curso podrá ingresar ella. ¿Entiendes?

Sigo sin palabras.

—Depende su avance, y lo aprendido podrá ingresar a un curso con niños de su edad y adónde le correspondería ir. O si es el caso contrario deberá iniciar el ciclo electivo desde primer año como todos los niños.
—aclara con una sonrisa—
Cualquiera de las dos opciones está muy bien, ella entraría aquí y te aseguro Charlie que es una gran oportunidad.

Me cuesta asimilar todo.
¿Cómo puede tener tanta información de Chloe?

Pregunto lo primero que se me viene a la cabeza.
—¿Usted cómo sabe todo...
Todo esto? —estoy sumamente nervioso— ¿Quién hizo esto?

Ella hace una mueca.
—Me pidió que no dijera nada, me lo pidió una y mil veces. Pero me parece un gesto tan lindo que te lo voy a decir, espero y no sé enoje conmigo. Fue Nicholas.
—sonríe levemente.

De inmediato me levanto de mi lugar, sigo atónito. Ella me mira confusa.

—¿Pasa algo? —pregunta.

—Yo... yo aprecio muchísimo todo esto directora Jones.
—digo titubeante— Pero mi hermana no estudiará aquí.
Permiso, tengo que irme.

Sin esperar a que diga algo salgo rápido de la oficina.
Enfurecido de pies a cabeza subo al auto.

No puedo creer esto.

Al llegar a la casa voy directo hacia las escaleras, me encuentro a Leía en el camino.

—Ah Charlie, ¿tienes...

—Ahora no Leía.
—digo esquivandola yendo hacia la habitación de Nicholas.

La puerta está cerrada, la abro sin pedir permiso y lo veo besándose con una tipa.
Por suerte están vestidos.

—¿Qué mierda haces? —me mira enojado.

—Que se vaya, tengo que hablar contigo.—digo por la chica y lo miro furioso.

Él parece notarlo. Así que también algo cabreado mira a la chica y le dice algo al oído, ella asiente y camina para salir. Antes de salir me mira mal, cierro la puerta de un portazo.

—¿Qué mierda te pasa ahora? —pregunta.

—¡A TI QUE MIERDA TE PASA! —me acerco hasta él peligrosamente— ¿PORQUÉ MIERDA TE METES EN MI VIDA? ¿Y SOBRE TODO CON MI HERMANA? ¿EH?

Hasta que parece entenderlo.

—¿En serio reaccionas así por esto?

—¿ESTO? ¿TE PARECE POCO ESTO? ¡IMBECIL! —mi voz se eleva.

—Sabía que probablemente no iba a gustarte del todo, pero tampoco me imaginé esta reacción.—dice tranquilo.

—¿Por qué lo hiciste eh?
¿por qué? Además, ¿cómo mierda te enteraste? —sigo exaltado.

—Demasiadas preguntas. ¿Podrías simplemente agradecerme y ya?

—No, no. ¡CLARO QUE NO!

—¿Pero porqué estás tan nervioso? —pregunta confundido.

Un nudo se me forma en la garganta. Mis ojos se cristalizan de inmediato.

Nicholas me mira confuso.
—Charlie...

—Eres un imbecil... —no puedo evitar soltar algunas lágrimas— Esto es demasiado peligroso... es...—y esta vez suelto a llorar.

—¿De qué estás hablando?
—me pregunta esta vez preocupado.

Me cubro el rostro intentando contener las lágrimas. Se me vienen mil cosas a la cabeza y todo es demasiado, pero demasiado.

Siento sus pasos acercarse a mi, y de la nada su mano se ubica en mi hombro.
Con su otra mano me toma las manos que tengo cubriendome el rostro, me las retira para que pueda mirarlo.

—Tranquilo.—dice con una voz sutil.

Y sin previo aviso, tampoco sé porque lo hago pero lo abrazo. Mis brazos se afirman fuerte alrededor de su cintura, y me sorprende sentir sus brazos rodearme.

Lo que sigue a continuación estará disponible en el capítulo doce.

 
                       ~~~

NOTA DE AUTOR/AR: Bueno, sí. Se viene, y se viene fuerte. EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO...
Solo les digo que estén atentxs 🙈😈🥰 jfudjddioss
Ya quiero que lean todo.
Muchas gracias por sus lindos comentarios! Gracias por leer, besossssss

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