10. | Esto Me Gusta |
⚠️ Advertencia contenido +18.
Capítulo 10.
~Narrador: Charlie.
Me toma por tanta sorpresa que no sé ni que decir o hacer. Solo siento su mirada sobre mí, su mano que aún está rodeando mi cuello, y su cercanía tan demandante.
Sonríe ligeramente.
—¿Quién está nervioso ahora? —pregunta de manera provocativa mirando mis labios.
También sonrío ante eso.
—¿Entonces reconoces que te pongo nervioso?—me acerco más, mis labios casi rozan los suyos.
Y muero por besarlos.
Su mano libre sube hasta mi rostro, y con su pulgar acaricia de manera muy sutil mi labio inferior, yo estoy inmóvil.
Estoy tratando de lucir serio, o incluso de una manera provocativa hacia él.
Sin embargo estoy nervioso, muy. No sé si porque sea justo él, o alguna otra razón.
Pero no está mal, no está nada mal.
—Tienes unos lindos labios.—dice de repente mientras su pulgar sigue ahí.
Ahora deja de acariciar y toma mi barbilla para que lo mire con más atención.
Yo estoy perdido en sus ojos, perdido en su boca, perdido en sus palabras que de alguna forma parecen embriagarme.
—Puedo imaginar estos labios en muchos sitios.
—susurra prácticamente sobre mis labios, pero no sé rozan, están a punto de hacerlo.
Muerdo mis labios, e inconscientemente abro la boca esperando que me bese.
—Quedará en tu imaginación.—susurra y se aleja rápidamente, lo miro altamente confundido:
—Termina de ducharte, mañana debes levantarte temprano.—y sin más abre la puerta yéndose rápido.
Y yo estoy aquí, con la boca abierta como si una foca esperara comer algo. MALDITO CABRON DE MIERDA.
Al otro día dejo a Chloe con Lauren, y llevo al instituto a Alexander.
Estoy cabreadisimo, y espero no cruzarme a cierto imbecil hoy.
¿Cómo se atreve a hacer una cosa así?
Ayer apenas me dejó como un idiota ahí en el baño, me terminé de duchar y fui a dormir enojado de pies a cabeza. Me levanté y cuando pasé por su cuarto pude escuchar gemidos de una chica. Idiota...
Hablaré con Sarah sobre esto, ella me dijo que ante cualquier cosa que ocurra a su alrededor le avise.
Y pues, no es nada adecuado que traiga chicas aquí como se le de la gana... Sí, voy a hacer eso. No es por ningún motivo en especial ni nada, solo estoy haciendo mi maldito trabajo.
Cuando volví a la casa, fui directo a la cocina. No hay nadie, así que aprovecho y le dejo a Sarah un mensaje:
" Hola Sarah, ¿qué tal? Disculpe las molestias, quería comentarle que con Alexander está todo más que bien. Pero como usted también me encargó otra cosa con respecto a su hijo más grande Nicholas, quería decirle que él constantemente está trayendo chicas a la casa. Y no sé si eso es de lo más conveniente ahora, una vez más perdón las molestias... "
Envio el mensaje decidido.
Cabreado voy hasta la nevera para servirme un vaso de agua, mientras tomo de este pasa alrededor de un minuto y me entra un mensaje, es ella:
Sarah: " Hola Charlie, no es molestia para nada. Cuando sientas necesario hablarme puedes hacerlo. Con respecto a Nick hiciste muy bien en decirme esto, Lauren no me comentó nada. Ella suele consentir a ese chico, dios mío. Le dije una y mil veces que deje de hacer eso, no solo porque es peligroso por su carrera si no por una cuestión lógica de respeto a la casa. Ya mismo hablaré con el. Gracias cariño... "
Sonrío con satisfacción mientras guardo el teléfono.
Leía y Chloe entran a la cocina conversando y riéndose entre ellas.
—¿En qué andan ustedes?
—pregunto recargando mi cintura en la mesada.
—¡Mira esto Char! —dice Chloe entusiasmada hacia mi mientras se acerca y me muestra un cuaderno— Tiene todo recetas de cosas deliciosas. Es de Leía.
—Wow.—tomo el cuaderno en mis manos— Debe ser una reliquia.—digo hacia Leía.
Ella asiente colocándose un delantal.
—Lo tengo desde pequeña.
—sonríe mientras cuenta— Cada vez que aprendo una receta nueva lo escribo ahí detalladamente con imágenes y demás.
Paso hoja por hoja.
—Se nota, está muy bonito.
—Y si no te molesta me gustaría que Chloe me ayude con una de esas recetas.
—dice hacia mí.
Chloe me mira poniendo cara de cachorro indefenso.
—Está bien.—le devuelvo el cuaderno— Pero no toques la cocina ¿sí?
—No te preocupes.
—dice Leía— De todo eso me encargo yo.
Chloe aplaude entusiasta.
—Iré por mi delantal.—dice saliendo rápido de la cocina.
Leía me mira con ternura.
—¿Tiene su propio delantal?
Asiento hacia ella sonriente.—Se lo compré hace un tiempo.
Leía sonríe en respuesta mientras comienza a buscar las cosas necesarias para su preparación.
—Permiso...—se escucha una voz atrás de la puerta de la cocina, luego una cabeza se asoma, es Liam.
Sonrío hacía él.—Pasa.
Él ingresa.
—¿Qué tal Charlie?
—saluda.
—Bien, ¿tú cómo estás?
—Excelente.—observa la mesada— ¿Estás por cocinar?
Niego rápido.—La cocina no es muy lo mío, en realidad la que está por cocinar es...
—miro hacia mi costado y Leía está agachada y escondida detrás de la mesada, mi ceño se frunce—Leía está por cocinar.
Ella me mira mal y nerviosa, parece susurrar algo por lo bajo y se levanta para así tener visión de Liam.
—Ho...hola.
—Ey, hola.—la saluda Liam sonriente— ¿Eres ayudante de la cocinera?
—En realidad es la hija.
—digo rápido.
—¿Lauren es tu madre?
—pregunta sorprendido.
Leía asiente nerviosa mientras se esconde un mechón de pelo detrás de la oreja.
—Claro, sabía que trabajas aquí porque lo dijeron el día de la fiesta. Pero no dijiste que eras su hija.
—Y también cocina delicioso como ella.—vuelvo a decir.
Liam la mira expectante.
—¿Qué estás por hacer?
Miro a Leía para que responda. Ella me mira, observa la mesada, y vuelve a mirar a Liam.—Unas, unas galletas de chocolate y...—se traba al hablar y busca ayuda con mi mirada.
—¿Qué necesitabas Liam?
—le pregunto.
—Nick me envió a buscar algo para tomar.—dice aún con su mirada curiosa hacia Leía.
—¿Y por qué no viene él a buscarlo? —pregunto.
Levanta los hombros.
—Viste como es Nick.
—Sí, un imbecil.—susurro por lo bajo.
Pero Liam parece escucharlo y ríe ante eso, sin embargo su vista aún está en Leía.
La última sólo mira hacia la mesada.
—¿Puedo agarrar algo?
—Liam señala la nevera.
—Claro.—respondo.
Él asiente y va hacia la nevera, agarra unos refrescos y voltea a vernos.
—Nos vemos después.
—sonríe.
Le sonrió en respuesta y él simplemente sale de la cocina. Cuando lo hace Leía suelta un gran suspiro.
—¿Por qué hiciste eso?
—se queja tímida mientras se cubre el rostro.
—¿El qué? —pregunto con ternura tomando sus manos para que me mire.
—Prácticamente le dejaste mi currículum o algo así.
—se abraza a si misma con timidez— Por dios, que vergüenza. Pensará que soy una desesperada.
Niego con la cabeza y me causa aún más ternura.
—¿Te gusta?
Me mira rápido.—No.
La miro con obviedad.
—En serio...—vuelve a decir.
Elevo una de mis cejas.
—Leía...
—¿En serio tanto se me nota? —dice en un tono bajo.
Riendo me acerco y la abrazo.—Haremos algo al respecto.
Automáticamente se aleja y me mira.—¡No, no, no! Por favor Charlie, no.
—¿Por qué no?
—¿Tú viste quien es él? ¿Lo lindo e interesante que es?
Ni en un millón de años se fijaría en alguien como yo.
—dice negando con la cabeza volviendo su atención a los utensilios.
—¿No viste cómo te acaba de mirar? —me coloco a su lado.
Me mira.—¿Qué? —pregunta sorprendida.
Elevo una de mis cejas y sonrío con picardía.
En ese mismo momento Chloe ingresa a la cocina ya con su delantal puesto.
—¡Estoy lista! —avisa sonriente.
Me quedé con ellas haciendo tiempo hasta que sea el horario de salida de Alexander. Era gracioso verlas cocinar, se divertían mucho e incluso gracias a la ayuda de Leía, Chloe estaba aprendiendo cosas nuevas.
Faltaban algunas pequeñas cosas para que sus preparaciones ya vayan al horno.
—Hermosa, puedes leer en el recetario cuánta azúcar y esencia de vainilla le ponemos? —le pide Leía— No lo recuerdo.
Estaba perdido en mi teléfono husmeando en Instagram, en cuanto Leía dice eso llevo mi atención a Chloe. Leía sigue en lo suyo mientras mi hermana hace una mueca y me mira:
—Mi amor...—digo hacia ella antes de que pueda decir algo.
Pero es inútil, ella deja el cuaderno de Leía sobre la mesada y sale corriendo de la cocina.
—¡Chloe! —voy tras ella.
La veo meterse al primer baño que hay en uno de los pasillos.
Siento los pasos de Leía atrás de mí.
—¿Qué ocurrió?
—pregunta preocupada.
Le hago una seña con la mano para que espere y me acerco a la puerta del baño, golpeo levemente.
—Chloe...
—Quiero estar sola un rato.
—pide al otro lado.
—¿Segura?
—Sí Char, ya voy.—vuelve a contestar.
Le hago una seña a Leía para que volvamos a la cocina, ella me sigue confusa. Al entrar a la cocina ella espera una respuesta de mi, suspirando tomo un poco de agua y la miro.
—¿Qué ocurrió? —vuelve a preguntar.
—Chloe no sabe leer.
Leía levanta las cejas en sorpresa.—Lo... lo siento.
Lo siento muchísimo.—se disculpa rápido— No quería hacerla sentir mal yo...
—Ey, tranquila.—me acerco y acaricio su brazo— No es tu culpa, no sabías esto.
Ella hace una mueca, y parece querer indagar más, sin embargo se queda en silencio.
—Es una larga historia.
—suspiro en grande— Ya te contaré. La cuestión es que no puedo pagar un colegio y...
—¿Y algo público?
Suspiro una vez más.—Es más complejo que eso.
—¿Tiene que ver con tu historia? —pregunta con sutileza.
Asiento sin decir nada.
—Cuando quieras sabes que puedo escucharte.—dice amable.
Sonrío hacia ella.—Lo sé.
—resoplo frustrado— Siempre tuve que trabajar para que no nos falte nada, me da mucha rabia saber que nunca pude tener el tiempo necesario para ayudarla a que pueda aprender a leer.
Es algo fundamental.
—Charlie tranquilo. No es tu culpa, no puedes estar en todo.—se acerca hasta mi y me abraza, luego se aleja para verme:— Esa niña es hermosa, la criaste prácticamente solo seguramente. Así que no debes castigarte así a ti mismo.
Un nudo se forma en mi garganta, pero trato de dejarlo a un lado.—A ella le encanta la cocina, pero más ama dibujar. Por eso cada que podía con el poco sueldo que ganaba le compraba sus cuadernos y colores, al menos para que pueda hacer cosas.
—Y eso es hermoso.—sonríe.
—Ahora tengo un poco de tiempo libre, voy a hablar con ella para ver si quiere aprender. Las veces que quise enseñarle se negaba. Entenderás.—digo cabizbajo.
Ella asiente rápido.—Yo te voy ayudar, no te preocupes.
La miro.—Eres demasiado buena Leía.
—Y tú eres asombroso, realmente te admiro.
—sonríe.
—Que linda.—acaricio su mejilla.
—Bueno, pensaré que te gusto.—dice irónicamente intentando levantarme el ánimo.
—¡Ay mírate tú! —suelto una risita mientras me acerco para abrazarla.
Unos pasos se escuchan a nuestro lado, nos dejamos de abrazar para ver a Nicholas.
—Leía, ¿nos puedes dar un minuto? —pide serio.
Ella asiente.—Claro.
Va saliendo, pero antes que lo haga le hablo:—¿Puedes fijarte Chloe?
—Sí, no te preocupes.
—sonríe hacia mi y sale dejándonos solos.
Cuando me mira y se acerca un poco, automáticamente me invade la imagen de nosotros ayer en la noche en el baño. Sus palabras, su mano en mi cuello, su tacto sobre mis labios, su cercanía, el roce de sus labios con los míos...
Alejo esas imágenes rápido recordando cómo se fue dejándome ahí parado como un patético. Adopto una actitud seria.
Me cruzo de brazos.—No sé que tienes para decir pero que sea rápido, tengo que ir a buscar a tu hermano.
—esquivo su mirada.
—¿Fuiste tú con el cuento hacia mi madre no? —indaga serio.
Esta vez lo miro.
—¿Cuál cuento? —me hago el desentendido.
—No te hagas Charlie...
—se interrumpe rápido—
Charles.
—En serio no sé de qué estás hablando... Nicholas.
—remarco su nombre.
—Fuiste tú quien le dijo que traigo chicas aquí. Lauren no lo haría, ¿por qué mierda te metes en mis cosas? —esta vez se acerca más.
Suspiro en grande.—Yo no fui Nicholas.—vuelvo a repetir. No voy a delatar a su mamá de lo que me encargó.
—Que sea la última vez que estés comentando a mi madre lo que hago o dejo de hacer.—amenaza.
Volteo los ojos.—¡Te he dicho que yo no fui!
Ríe entre dientes.
—¿De qué te ríes?
—De ti.
—¿Y por qué? —pregunto con seriedad.
Se acerca un poco más.
—Porque te encantaría ser una de esas chicas que llevo a mi habitación.—dice burlón mientras voltea y sale de la cocina.
AAAAAAAAAAH.
SI SERÁ UN JODIDO IMBECIL DE MIERDA.
Pasan algunos minutos y salgo de la cocina para ir a buscar a Alexander. En el camino me cruzo a Leía con Chloe. Me agacho a su altura.
—¿Mejor? —digo hacia ella besando su frente.
Ella asiente.—Sí, quiero terminar de hacer las galletas.—toma con firmeza la mano de Leía.
—Tengo que ir a buscar a Alexander.—digo hacia Leía—¿Puedes...
—Tranquilo, aquí nos quedamos. Para cuando vuelvan van a poder degustar de nuestra gran receta, ¿no es así hermosa? —dice hacia Chloe.
Me quedo tranquilo con eso y voy en busca del mocoso junto al chófer. Una media hora después ya estamos nuevamente en la casa.
Alexander tira su mochila sobre el sofá.—Vete a duchar, así vamos a natación.
—le digo.
—Ya sé.—dice con pereza subiendo las escaleras.
Niego con la cabeza y me siento en el sofá suspirando en grande. Una notificación suena en mi teléfono, lo agarro para ver un mensaje de Nolan:
"¿No vamos a hablar más o qué? "
Volteando los ojos dejo el teléfono a un lado sin contestar. Mi vista se dirige hacia la mochila de Alexander, tiene el cierre medio entreabierto así que la tomo para poder cerrarla. Pero antes la abro para ver que tenga todos sus útiles en orden. Por suerte los tiene, pero mi mirada se dirige hacia un papel algo arrugado, curioso lo tomo y lo abro.
" Chloe, quieres kdidsiks——— "
Sea lo que sea que iba a preguntarle a mi hermanita, parece que se arrepintió.
Me causa ternura y me siento algo mal por leer esto, así que rápidamente lo guardo como estaba y tomo su mochila para llevarla a su habitación.
Cuando estoy en el pasillo, escucho unas voces hablar desde la habitación del idiota del año. Mi curiosidad es más grande así que me acerco a pasos lentos para poder oír.
—No sé que pretendes pero deja de hacerlo.—dice Liam.
—No pretendo una mierda Liam, si sabes que a mi no me van los tipos.—le responde Nicholas.
—¿Entonces que pretendes con él? Vi cómo te acercaste a él en la cocina y le dijiste eso hace un rato.
—Nada cabron, no pretendo nada. Solo me estoy divirtiendo.
—Diviértete de otra forma, él parece un buen chico. No lo jodas.—le dice Liam.
Bastó eso para que me suba una ola de rabia. Sumado a lo que pasó anoche en el baño, y lo que me dijo en la cocina...
¿Así que divertirse? Este me va a conocer en serio.
~Narrador: Nick~
—¿En serio no quieres comer nada? —pregunta Lauren a mi costado. Estoy en el balcón de mi habitación sentado en una de mis tumbonas.
Niego.—Estoy bien, no te preocupes. Ve a descansar, ya es tarde.
Ella asiente.—Tú también descansa. No te quedes hasta tarde.
La miro.—Tranquila.
Ella asiente una vez y voltea para irse, antes de salir dice:—Cualquier cosa te dejé un plato de comida, solo lo calientas en el microondas si más tarde te da hambre.
Asiento hacia ella sonriendo levemente. Lauren sale dejándome solo. Suspiro en grande bebiendo un trago de cerveza, la había escondido de ella.
Generalmente las noches me suelen gustar mucho, pero cuando estoy solo es un calvario. Mi mente divaga por tantos lados, y por lados donde me hace mierda.
Quiero olvidar eso, o al menos tratar de sanar...
¿Pero cómo?
Mi teléfono suena a mi lado con una notificación, tomo otro trago de cerveza mientras lo agarro, es Boris.
Boris: "¿Paso a buscarte? Fiesta en lo de Kaia. "
Suspirando frustrado decido no contestar y dejar mi teléfono a un lado. Las fiestas, el alcohol y demás mierda es lo único que me hace no pensar. Y ahora no puedo hacer nada de eso, el auto control que tengo que tener es por sí de más.
Recargo mi cabeza en el respaldo simplemente sintiendo el aire fresco de la noche chocar contra mi rostro, cierro los ojos intentando relajarme.
Me quedo unos minutos así.
—¿En qué tanto piensas?
—pregunta una voz a mi costado.
Algo asustado abro los ojos mirando de dónde viene esa voz. Veo a Charlie parado a un costado del ventanal que separa mi balcón de mi habitación.
—¿Qué mierda haces aquí?
¿Y cómo entraste?
—me levanto rápido.
—Por la puerta.
—contesta con simpleza.
—Vete, no tienes nada que hacer acá.—dictamino.
—Es que... —entra más hacia el balcón— Quiero hablar contigo sobre algo.
—¿No puede ser mañana?
Es bastante tarde.
—Creo que esto no puede esperar.—dice acercándose más.
Trato de mantenerme serio.
Y que los nervios estupidos que me invaden de repente no me delaten.—¿Qué es lo qué quieres?
Su cercanía ahora es total, trago saliva con fuerza.
—A ti.
Una de mis cejas se levanta.
—¿Quieres más dinero?
Ríe entre dientes.
—Te aseguro que lo que menos busco ahora de ti es dinero.
—me mira de arriba a abajo, para luego mirarme directo a los ojos.
—¿Entonces qué?
—¿No lo imaginas?
—también susurra ladeando un poco su cabeza.
—Iluminame.—digo con ironía.
No sé que pretende, no sé a que quiere jugar. Pero no voy a perder, estoy a un paso más adelante que él.
Su mano se ubica en mi pecho y me estampa contra la pared, eso me toma por real sorpresa. Sin embargo trato de mantener mi postura.
—Pareces nervioso.
—dice ahora cerca de mis labios.
Niego mirando su boca.
—Para nada.
Noto como relame sus labios, su cuerpo está sobre el mío.
Puedo sentir su calor, su aroma que es jodidamente delicioso.
Ríe entre dientes mientras su mano sube ahora a mi rostro, con total sutileza acaricia mi mejilla con uno de sus dedos.
Este pasa por mis pómulos, por mi mandíbula, como analizando cada facción de mi rostro. Hasta que el recorrido finaliza en mis labios.
—Tú también tienes unos bonitos labios.—dice en un susurro mientras su pulgar acaricia mi labio inferior— Podría morderlos.
Simples palabras y me inquieta en un segundo. Trato de mantener la compostura, trato de no salir de mi eje. Charlie ladea un poco la cabeza y acerca su rostro a mi cuello, sus labios dejan un delicado beso en la zona.
—También hueles muy bien.
—vuelve a dejar otro beso con una lentitud extrema, provocandome completamente.
Es suficiente para que el aire se ponga pesado en un segundo, para que mi tensión corporal aumente de manera efusiva.
—¿Qué estás haciendo?
—susurro.
Esta vez aleja su rostro de mi cuello y me mira directo a los ojos.—Lo que quieres, ¿o no es así?
Me llevo una gran sorpresa cuando su mano desciende a mi entrepierna y desliza su mano acariciando mi excitación.
—Yo creo que sí quieres.
—sonríe de manera provocativa haciendo referencia a lo duro que me estoy poniendo.
—Soy de carne y hueso...
—digo de manera obvia tragando con fuerza.
Niega levemente.
—No te mientas Nicholas.
Quieres mucho esto.
Su mirada va hacia abajo, mi excitación es por sí de más. Su dedo se mete por entre medio de mis pantalones chándal, juega con el elástico y me mira.
—¿Recuerdas lo que te dije?
—vuelve a susurrar casi rozando mis labios.
No puedo decir nada, no me sale decir nada.
—Sé que lo recuerdas muy bien...—esta vez su dedo juega con el elástico de mi bóxer—Dilo, quiero oírte.
Mi mandíbula se tensa.
Es demasiado.
—Quiero oírte Nicholas.
—el dedo que juguetea con el elástico de mi bóxer roza mi piel, provocandome un escalofrío.
—Que dos chicos pueden divertirse mucho.—miro sus labios.
Asiente.—Ajá.—sonríe triunfante— ¿Y qué me pediste en el baño? —su dedo que sigue jugando en el elástico, también acaricia mi piel.
—Que me lo demuestres.
—Es lo que haré.—susurra volviendo a meterse en mi cuello, deja un suave beso nuevamente en la zona.
Siento ahora su mano meterse por adentro de mi ropa interior, sin dudarlo toma mi miembro en su mano. Suelto un leve jadeo en sorpresa, me mira y me sonríe. Esa misma mano la lleva a su boca mientras se pasa un poco de saliva, vuelve a tomar mi miembro para comenzar a masturbarme.
—¿Así está bien? —susurra agitado sobre mis labios.
Asiento levemente. Charlie acelera ahora más sus movimientos provocandome soltar unos gemidos, gemidos que reprimo enseguida.
—Quiero escucharte Nicholas.—dice sin dejar de mover su mano.
Realmente no me sale decir nada, solo estoy dejándome sentir el placer que me está ocasionando su mano.
—¿Te gusta así? —susurra ahora volviendo a mirarme.
Nuevamente no respondo. Solo lo miro.
—Bueno, quizás esto te guste más.—dice y puedo ver como saca también su miembro, lo acerca al mío y toma ambos rodeandolos con su mano comenzando a hacer una fricción completamente y jodidamente deliciosa.
—Aah...—suelto un gemido sonoro.
Él no deja de moverse.
—¿Esto si te gusta?
—dice sobre mis labios sin dejar de hacer la fricción.
Estoy sin palabras.
Charlie se sigue moviendo, la fricción sigue y se siente tan pero tan bien. Él suelta algunos gemidos, yo no puedo evitar también hacerlo.
—Bésame.—exijo en un jadeo perdido por el placer tan exquisito que me está provocando.
Charlie sonríe y suelta mi miembro, por lo tanto también el suyo. Con su respiración altamente agitada se acomoda los pantalones. Lo miro sumamente confundido.
Se acerca a mí nuevamente.
—¿Quién se divirtió con quién ahora?
—suelta elevando una de sus cejas mientras se aleja de mi y sale rápidamente de mi habitación.
Lo que sigue a continuación estará disponible en el capítulo once.
~~~
NOTA DE AUTOR/AR:
🧍♀️
¿Nada para decir no? Jajajajaja. Como les dije, aún no vieron nada.
Confíen en mí que no saben tooooodo lo que se viene, se van a sorprender.
Gracias por sus lindos comentarios, son lo más.
Gracias por leer, besossssss
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top