Capítulo nueve
—Gunnie, no es necesario que vayas.
Gun se paró en seco sobre sus pies. Oh, de ninguna manera. No oyó eso.
—Voy a mirar a mi compañero regresar, y es todo lo que tengo que decir de eso.
La mano de Off se puso en su hombro y lo hizo girarse.
—Gunnie...
—No, Off. Necesito ir.
—No, bebé, no necesitas.
Gun abrió la boca para discutir, pero Off puso un dedo en sus labios.
—Solo escucha. Si voy a ganarle a James, necesito concentrarme. No
puedo hacerlo si me estoy preocupando por ti. Y me preocuparé si estás ahí. No puedo evitarlo. Eres mi compañero y mi responsabilidad.
Gun sacudió su cabeza. No era un completo idiota. Gun conocía sus limitaciones, no era un guerrero, lo sabía, pero podía estar ahí y ser los ojos de Off.
—No quiero ser una carga para ti. Pero necesito ir y ayudar. Puedo
cuidar tu espalda. Puedo...
—Nunca serás una carga. Eres...
Gun suspiró.
—Pero soy una carga, si no puedes confiar en mí.
Los labios de Off se posaron en los suyos. Solo cuando Gun estaba cayendo en él, Off se echó para atrás.
—No tiene nada que ver con la confianza. Te confiaría mi vida. Tampoco te estoy llamando enclenque, solo que no eres tan fuerte como James. Es un hecho. Sé que morirías intentándolo, pero es solo eso, Gunnie, no puedo tomar esa oportunidad.
—Yo... Yo...
Guau. No podía no ir y preguntarse cómo estaba Off, preguntándose si las cosas habían salido bien. Tenía que ir y tener un ojo en su compañero. Si pudiera solo mirar, saber que Off estaría bien. Podría permanecer fuera de la batalla, si eso hacía sentir mejor a Off, pero...
—Prométeme que permanecerás aquí. Necesito que hagas esto por mí, Gun.
Gun no estaba seguro de querer hacerlo, pero no podía prometerlo y mentir, no a Off, así que cruzó sus dedos y asintió.
Afortunadamente, Off pareció satisfecho con eso.
—Te llamaré tan pronto todo termine, ¿de acuerdo?
—De acuerdo.
Off lo besó una última vez y se dirigió hacia la puerta del frente del
condominio.
—¿Off?
El gran hombre se detuvo con la mano en la manija de la puerta.
—¿Si? —volteó su cara a Gun.
Te amo.
—Ten cuidado.
Off sonrió.
—Lo tendré. Jane subirá en un segundo. Cierra la puerta una vez
que entre.
Gun fue hacia la puerta y miró a Off bajar las escaleras.
Lee y Jane estaban de pie al final de las escaleras. Lee agitó los brazos y Jane subió las escaleras. Dio un paso en el portal y se volteó para ver a Lee y Off irse en la camioneta de Off.
Cuando las luces traseras de Off desaparecieron a la vuelta de la esquina, Gun azotó la puerta.
—¿Cuánto les daremos antes de seguirlos? —preguntó Jane.
Gun rió quedamente.
—Jane, si me gustaran las mujeres, creo que tendría una pela con Lee por ti.
Besó la pecosa nariz de Jane.
Ella lo abrazó.
—Estoy nerviosa mierda, pero necesito ir. Gunnie. Sé que son fuertes y capaces y toda esa mierda, pero necesito ir.
Gun suspiró. Sabía cómo se sentía ella, pero no podía llevarla. Lee nunca lo perdonaría. Y Off estaría enojado como el Infierno. Era
suficientemente malo que Gun fuera a desafiar a su compañero e ir, pero no llevaría en su sano juicio a un desarmado, no-lobo a una batalla por el dominio. Ella no tenía las habilidades de rápida curación que los lobos tenían.
—Jane...
—No te atrevas.
Se soltó de su abrazó y lo miró.
—Bien. Dame las llaves y vamos. Yo conduzco.
Arrebató las llaves de las manos de Jane. Pensaría en algo para cuando estuvieran allí.
Sabía condenadamente bien que no lo iba a dejar ir solo, más de lo que lo haría. Si la dejaba, encontraría una manera de seguirlo, porque eso era exactamente lo que él haría. Una cosa que podía decir de Jane, era fácil de entender.
Jane subió al asiento del pasajero y le lazó una mirada indecisa.
—¿Estás seguro que no quieres que yo maneje? Gun gimió y encendió el motor.
—Sí.
Dio marcha atrás, de algún modo arreglándoselas para subirse sobre la cuneta.
Jane agarró su cinturón de seguridad, poniéndoselo, mordiéndose el
labio.
—No digo nada. Sólo tennos ahí de una sola pieza.
Encontrar una manera de frenar a Jane era... espera. Frenar. Eso era lo que iba a hacer, tenía que encontrar un modo de amarrarla.
—Jane, ¿hay algún tipo de cuerda en el carro?
—¿Para qué necesitamos cuerda?
—¿Un arma?
—No. No a menos que allí haya algo que podamos usar como arma en la camioneta.
Ahora, eso era una idea aún mejor, la encerraría en la camioneta. Gun golpeó la cuneta cuando tomó la esquina muy rápido, haciendo chillar a Jane.
—Uh, Gun. Odio ser grosera, pero cariño, realmente manejas como mierda.
Sip, ella se iba a quedar en la camioneta por eso. Se suponía que ella estaba de su lado.
Off y Lee salieron de la camioneta y miraron alrededor. Estaban medianamente arriba en la altitud. Allí estaban bastante fuera. Ayudaba a centrar sus pensamientos. Podía oler algunos lobos, todos a través de los árboles. Incluso podía captar la esencia de James.
—Lo huelo.
Lee se quitó la camisa, la lanzó contra el fondo de la camioneta y empezó con los zapatos.
—Sí, yo también. ¿Estás listo para esto chico? Sabes, que no...
—No empieces con esa mierda Off. Hemos sido amigos por casi treinta años. ¿Alguna vez no he estado ahí cuando me has necesitado?
—Nop. Ni una vez.
Y eso era realmente todo lo que había que decir. Sabía que Lee estaría hasta el final. Off se quitó sus botas y las puso sobre el fondo de la camioneta.
—Apúrate. Entremos y veamos que quiere.
Terminaron de desvestirse en silencio y caminaron a través de los
arboles lado a lado.
James igualmente todavía estaba en forma humana. Permanecía de pie en medio del círculo de sus Betas, los otros cuatro hombres ya se habían transformado. El resto de la manada, en su mayoría en su forma humana, permanecían fuera de camino.
Push esperaba, completamente vestido, en una línea de lobos. Abuelita estaba a su lado, su mano en la de él. Push atrapó la mirada de Off y le dio un asentimiento.
Off asintió de regreso.
Algunos lobos cerca de Abuelita y Push se dispersaron, rodeando a los Betas, gruñendo.
James les sonrió.
—Cómo puedes ver, he estado a la altura y cumplí mi parte del trato.
Devolví a la abuela del patético Alfa.
Miró alrededor, después levantó su nariz, olfateando. Le frunció el ceño a Off.
—¿Dónde está? ¿Dónde está Gun?
—Esto es entre tú y yo. Gun ya no tiene nada que hacer en esto. James gruñó.
—Quiero al Omega. Te dije que lo trajeras.
Off le tendió los brazos.
—Vénceme y puedes tenerlo.
Lee se bufó de él.
Uno de los lobos, Jaron, gruñó y se lanzó hacia Off y Lee. Tres de los lobos de Push lo interceptaron.
—Aquí vamos.
Lee cambió y brincó al combate. Inmediatamente, uno de los otros Betas hizo lo mismo, seguido por dos más de los otros miembros de la manada.
James los miró, encogiéndose de hombros.
—Parece que de hecho tienes seguidores. Voy a castigarlos una vez que te mate.
James cambió.
Off le siguió, de hecho, arreglándoselas para terminar de cambiar antes que James.
Los ojos de James se abrieron de sorpresa. Sin una advertencia él y sus dos Betas restantes cargaron contra Off.
Off removió al primer lobo fácilmente, atrapándolo por la garganta. El cuello del hombre tronó entre sus dientes. La sangre fue por todos lados. El lobo borboteó y Off lo dejó ir. Cayó al piso y cambió de regreso a su forma humana instantáneamente intentando curarse a sí mismo. La atención de Off lo dejó. No iba a ser más un problema. El hombre no era lo suficientemente fuerte para cambiar otra vez y reintegrarse a la pelea.
Un dolor cortante destelló en un costado de Off donde los dientes del otro Beta se habían encajado.
Mientras Off estaba intentando desplazar al Beta, James fue por su garganta.
Off brincó fuera de su alcance.
James gritó agudamente y se dio vuelta listo para defenderse.
Fuera por el rabillo del ojo, Off pensó que había atrapado un destello de pelaje rojo. Es mejor que ese no sea Gunnie. Ignoró el segundo de pánico y se aprovechó de la distracción de James. Fue por la garganta del Alfa. Tenía a James inmovilizado en el piso, el otro lobo todavía en su espalda, cuando Lee se le unió, encargándose de la peste aferrada a su espalda.
James lloriqueó y permaneció debajo de los dientes de Off.
Off lo dejó ir y retrocedió un paso para la rendición del hombre.
Cambió, permaneciendo sobre James.
—Te quiero fuera de aquí. Quiero que tomes a tus Betas y dejes Suwut. Si veo a alguno de ustedes de vuelta aquí, te mataré cuando te vea.
James miró alrededor, divisando a sus Betas vencidos. Hundió su cabeza en derrota.
Off miró, notando al resto de la manada permaneciendo alrededor.
—¿Alguien tiene algún problema conmigo siendo Alfa?
Todos sacudieron sus cabezas.
Un hombre en la parte trasera gritó.
—Bienvenido a la manada.
Otro encontró su mirada y asintió.
—Siempre y cuando mantengas a Gun como Omega, puedes quedarte.
Off sonrió.
—Considero que puedo hacer eso. Para aquellos quienes aún no lo han oído, Gun es mi compañero.
Un hombre mayor rió.
—Bien, tal vez puedas mantenerlo lejos de los problemas.
—No contaría con eso, pero lo intentaré.
Hablando de Gun... Off miró alrededor. Estaba seguro que había visto pelaje rojo. Olfateó el aire.
James brincó del piso, dientes descubiertos, gruñendo.
Off reaccionó por instinto. Su mano derecha cambio, atrapando arriba a James por la garganta. Sus garras recorrieron de un extremo a otro el cuello de James. Se debatió sosteniéndolo allí por algunos segundos. El hombre ciertamente merecía sangrar hasta la muerte, pero Off no era tan cruel. Podía lamentarlo después, pero lanzó a James lejos, permitiéndole al hombre cambiar para sanarse a sí mismo.
—Está es tu última advertencia, James. La próxima vez te mataré.
James volvió a cambiar, atragantándose con su sangre. Miró arriba hacía Off, con los ojos abiertos y asustados, y asintió.
Jaron y uno de los otros Betas vinieron y le ayudaron a levantarse. La manada empezó a aplaudir.
Off sonrió y miró a Lee. Lee se encogió de hombros.
—Creo que debiste matarlo.
Off bufó.
Abuelita se estiró y abrazó su cuello.
Off se dio un paso atrás, los ojos abiertos.
—Uh, Abuelita, estoy desnudo.
Ella rió quedamente y palmeó su espalda.
—Sí, cariño, puedo verlo. Mi Gunnie es un hombre suertudo.
Lee y Push le sonrieron.
Push se aproximó al hombro de Lee.
—Casi es la misma sombra que el pelo de Gun.
Off gimió y se alejó de ellos. Iba a vestirse e irse a casa. Necesitaba llamar a Gun y dejarle saber que...
Off parpadeó y miró al hombre desnudo en frente de él. Oh si, ese era definitivamente Gunnie. Conocería ese trasero en cualquier lugar. Dio un paso hacia el hombre y lo agarró por la parte de atrás de su cuello.
—Pensé que te había dicho que permanecieras en casa.
Gun chilló, esas pestañas rojas se agitaron y sus ojos ámbar suplicaron.
—¿Lo hiciste?
—Oh, demonios sí, lo hice. ¿Te gustaría explicar por qué me mentiste?
Gunnie miró sobre él a Lee.
Off volteó su cabeza a tiempo para ver la sonrisa de Lee y sacudir su cabeza.
—No me mires por ayuda.
Volvió a mirar a Gun y levantó una ceja.
—De hecho no mentí Off.
—¿No?
—Tenía mis dedos cruzados detrás de mi espalda.
Off abrió su boca después la cerró. ¿Qué demonios quería decir eso? Escuchó a Lee, Abuelita y Push riendo detrás de él. Y repentinamente la ridiculez lo golpeó. Realmente, realmente debió haber esperado algo como eso.
Rió quedamente, envolvió su brazo alrededor de los hombros de Gun, y los hizo moverse hacia sus carros. Entre más pronto tuvieran ropa encima, mejor.
—Recordaré eso. No funcionará otra vez. Besó la frente de Gun.
Gun resplandeció.
—Sin embargo lo hice bien, ¿no es así? De hecho no entré en la batalla, y permanecí fuera del camino... la mayor parte.
Off sacudió su cabeza. Si, por lo menos Gun había permanecido fuera de problemas. Eso en sí mismo era su mayor hazaña.
Off estrujó a su compañero.
—Sí, Gunnie, lo hiciste bien.
Cuando llegaron a la camioneta, él y Lee tomaron sus ropas del fondo
y se vistieron. Sorprendentemente, Gun recogió su ropa de su camioneta también. Debió haberse desvestido allí también. Off se preguntó brevemente como había llegado Gun allí y porque no se había quitado la ropa en el vehículo en el que había llegado, pero rápidamente desecho eso a favor de mirar a Gun vestirse. Maldición, el hombre se veía bien brincando alrededor intentando ponerse los pantalones. Off se puso sus propios pantalones y se estiró para agarrar el hombro de Gun antes de que cayera.
Gun se subió los pantalones y los abrochó.
—Gracias.
Cuando finalmente estaban vestidos de nuevo, Lee palmeó a Gun en la espalda.
—Demonios, Gunnie, estoy impresionado de que Jane no te haya seguido.
La cara pálida de Gun se puso más pálida y sus ojos se abrieron ampliamente.
—Gunnie, ¿qué es ese ruido de traqueteo? —preguntó Abuelita.
¿Ruido de traqueteo? Off escuchó y de seguro... Gun dejó caer su cabeza en sus manos.
—Deje a Jane en la camioneta.
Off parpadeó,
—Tú, que... —no pudo evitarlo, empezó a reír. Aún no podía imaginarse. Entonces Lee cayó contra él, carcajeándose. El hombre se estaba riendo tan fuete que no pudo mantenerse de pie. Lo cual no ayudó de algún modo a la risa de Off. Muy pronto él y Lee cayeron uno sobre el otro, riendo completamente como tontos.
El pobre Gunnie no sabía si reír con ellos o llorar.
Abuelita y Push no tuvieron problema en decidir, se unieron al lado de la risa.
Algunos minutos después y un par de caras llorando de la risa, Off y Lee se pusieron uno al lado del otro en el fondo de la camioneta con sus piernas colgando por la puerta trasera.
Abuelita se recostó y besó la mejilla de Off, y después la de Lee.
—Push me llevará a casa chicos. Gracias Off, estoy muy orgullosa de decirte mi nieto.
Ella se enderezó, abrazó a Gun y palmeó su espalda.
—Te amo cariño.
Estaba riendo cuando camino alejándose.
Push tomó su mano y se despidió con su mano.
—Los veo luego chicos.
Todos, Off, Lee y Gun se despidieron.
Lee se enderezó, la última risa cedió, y palmeó a Gun en la espalda mientras reía.
—Lo hiciste bien.
Ahora, si fuera tú, me daría las llaves y alejaría mi trasero.
Gun miró a Off, una ceja arqueada.
Off sonrió, a punto de reírse otra vez, se enderezó y abrazó a Gun. Tomó las llaves de la mano de Gun y se las lanzó a Lee. Besó a Gun en los labios y lo condujo a la camioneta.
—Vamos bebé. Ni el infierno tiene tanta furia. Y tengo planes para tú trasero antes de que Jane tome un trozo de él.
Gun entró rápidamente en la cabina sin una palabra. Recargó su cabeza en el hombro de Off mientras Off encendía la camioneta y conducía camino debajo de la montaña.
—Gracias, Off.
—De nada, amor.
Gun acarició con su nariz el hombro de Off. Estuvo callado por un gran tiempo, después preguntó.
—¿Cuánto tiempo crees que Jane permanezca disgustada? Off rió quedamente, sacudiendo su cabeza.
—Gunnie, eres único en tu tipo.
🔥 𝕭𝖑-𝖋𝖎𝖈𝖘
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