Capítulo Cuatro
Off dejó el hotel la mañana siguiente y llevó sus cosas al condominio de Gun. Gun vivía cerca del trabajo y la oficina del agente inmobiliario estaba solo una calle abajo del trabajo de Gun. Aunque hacía frio afuera, decidieron caminar y dejar la camioneta de Off en la casa de Gun. Eso le dio a Off una oportunidad de ver realmente el pueblo de manera lenta, confirmando una vez más que Suwut era un lugar agradable.
—Oh vamos por una taza de café.
Gun señaló cafetería, Café Noctem, unos metros delante de ellos. Gun estaba prácticamente saltando.
Off estaba casi asustado de ver lo que la cafeína podría hacerle. Gun había estado burbujeante toda la mañana. Off lo había atribuido al sexo matutino, al principio, pero ahora no estaba tan seguro. Quizá Gun siempre era tan vital. Bien podía ser una persona madrugadora. Off no era un gruñón en las mañanas, pero ciertamente tampoco era tan alegre y luminoso como Gun. Tal vez el café ayudara a despertar a Off. Lo necesitaba si iba a continuar con su compañero.
—Está bien, de acuerdo ¿Siempre caminas al trabajo?
Gun asintió, sonriendo.
—Sip, excepto cuando el clima es malo. Me gusta caminar. Por eso me mude a mi condómino, está cerca de la tienda.
—Otra vez, ¿Qué es lo que haces?
—Soy florista.
La sonrisa de Gun era contagiosa.
—¿Un qué?
Off preguntó mientras mantenía la puerta de la cafetería abierta, permitiéndole al hombre más pequeño entrar primero.
—Tú sabes, flores. Tengo una florería.
Un florista. Fue un poco sorprendente al principio, pero entre más pensaba en eso, en cierta forma era algo que le ajustaba a Gun. Era alegre, una persona optimista, las flores parecían ir con su personalidad.
—¿Cómo te metiste en eso?
Gun se encogió de hombros.
—Era de mi abuela. Cuando se retiró, yo me encargue. Me gustan las flores.
Se acercó al mostrador, ordenó un expreso doble, y entonces se volvió hacia Off.
—¿Qué quieres Off? ¿Quieres una dona o alguna otra cosa? Lo siento, no tuve tiempo de preparar el desayuno. Lo haré mañana, lo prometo.
—Está bien, no soy una persona de desayunar. Solo tomo una taza de café normal.
Off nunca había entrado en esas sofisticaciones de los latte y semejantes. Café negro y solo, era lo de él. Intentó darle a Gun algo de dinero para pagarlos, pero Gun negó con la cabeza y lo rechazó. Off no discutió. Creía firmemente en la filosofía de "lo que es mío es tuyo". Ahora eran compañeros, él también le compraría cosas a Gun, eso los igualaría.
Dejaron Café Noctem y caminaron las tres cuadras hasta el negocio de Gun, solo disfrutando la compañía del otro. Hablaron sobre el pueblo y los compromisos de Off para el día.
Después de cruzar la calle, Gun tropezó y el expreso voló por todos lados. El vaso cayó haciendo ruido unos metros delante de ellos.
Afortunadamente no se salpicaron con el líquido caliente.
—Uf.
Volteó y examinó el piso por donde estaban caminando. Off miró también. No había nada allí. Cuando regresó a mirar hacia atrás la cara de Gun estaba más roja que su cabello. Off reprimió las ganas de reír. Algo le decía que iba a estar viendo muchos incidentes como ese. El hombre no había bromeado cuando dijo que era más bien torpe.
Gun sonrió tímidamente.
—Al menos esta vez no lo avente sobre alguien.
Off aventó su cabeza hacia atrás riendo.
—Oh Gunnie, no lo hiciste.
—Oh sí, lo hice. Dos veces de hecho. El segundo chico no fue tan comprensivo como la señora y su hermana de la primera vez. Ahora intento asegurarme de permanecer lejos de otros cuando camino.
Off mordió su labio para detener la carcajada.
—¿Quieres de mi café?
—Nah. Probablemente habrá un poco en la tienda. Suponiendo que haya recordado comprar café.
Gun inclinó la cara reflexionando.
Era un aspecto adorable que hacía sonreír a Off.
Jane iba a amar a Gun. Dios, Lee va a matarme. Gun y Jane juntos iban a meterse en muchos problemas. Off empezó otra vez a reírse entre dientes.
—No es tan divertido Off.
Las mejillas de Gun todavía estaban rosas. Off tomó la mano de su compañero.
—No es eso, solo estaba pensando que tú y Jane van a amarse. Ustedes dos van a mantenernos a mí y a Lee ocupados.
La frente de Gun se arrugó, su cabeza ladeada ligeramente.
—¿Quiénes son Jane y Lee?
—Lee es mi mejor amigo y compañero de negocios. Jane es su
compañera.
Off tomó el último trago de su café y lanzó el vaso a un cesto de basura cercano sin detener sus pasos.
Gun meció las manos de ambos.
—¿Qué tipo de negocio tienes?
Off se detuvo un momento, dejando de mover sus brazos. No pensó que Gun hubiera notado que había empezado a mecer sus manos.
—Tenemos una compañía constructora.
—¿Eres un contratista?
—Sí y no. Lo soy, pero tenemos nuestro propio personal que hace la mayor parte del trabajo. No tengo personas contratadas para aires acondicionados y calentadores o plomeros, nosotros los contratamos. Lee y yo supervisamos el sitio del trabajo y algunas ocasiones, nos ensuciamos las manos y ayudamos. Lee y yo empezamos como electricistas antes de decidir iniciar nuestra propia compañía.
—Y, ¿haces el trabajo eléctrico?
Gun parecía interesado sinceramente.
Off no pudo evitar sonreír. Que novedad era. La mayoría de los hombres con los que había salido no les importaban los detalles aburridos de su trabajo. Ellos querían saber una cosa, si Off había hecho mucho dinero. Sí, lo había hecho y esa era la razón por la que había roto con la mayoría de ellos. No es que hubieran sido muchos, la mayoría fueron cosas de una noche.
—No, usualmente no. Tenemos electricistas. De vez en cuando ayudo. De hecho Lee ayuda más que yo. La contabilidad y dirigir los sitios de trabajo toma la mayor parte de mi tiempo.
—¿No es peligroso ser electricista?
Gun sonaba preocupado. Off se encogió de hombros.
—Supongo que no más que cualquier otra cosa.
Gun apretó la mano de Off e intentó volver a mecer sus brazos.
—Bien, no estoy preparado para perderte.
Off tensó su brazo, deteniendo el movimiento de Gun.
—Bien porque aún no estoy preparado para dejarte ir.
Y no lo estaba. Había estado medio asustado de no tener un compañero. No daría a Gun al mundo. Off ya estaba muy apegado a él.
Gun chocó su cadera contra la de Off y golpeó su cabeza de lado contra el hombro de Off.
—Bien.
Gun se detuvo, volteando a verlo.
—Aquí estamos.
Off miró el letrero y sonrió.
—¿Florería "Gunnie"?
Gun se encogió de hombros.
—Abuelita la nombró así cuando era un bebe. Un poco lindo, ¿eh?
—Sí, realmente lindo. ¿Eres su único nieto, o eres el mayor o algo así?
—Soy el único. Abuelita me crió. Mis padres murieron cuando tenía tres meses de edad.
Cuando hablaba sobre su abuela su cara entera se iluminaba.
—De hecho me acabo de mudar. Estuve viviendo con abuelita hasta el noviembre pasado. Me iba a mudar antes, pero entonces perdimos al abuelo hace dos años y no la quería dejar sola. ¿Sabes? Pienso que no está tan vieja; no es como si estuviera achacosa o algo así, pero bueno, sí, ella es todo lo que tengo.
Besó la frente de Gun.
Tenía que amar a un hombre que obviamente adoraba a su abuela.
—Así que, ¿Cuándo conoceré a tu abuela?
—¿Esta noche? —la sonrisa de Gun casi era cegadora—. Puedo cocinar la cena para todos nosotros.
—¿Qué tal si los llevo a ti y a tu abuela a cenar?
Una mujer morena y cuarentona asomó su cabeza fuera de la puerta de la tienda.
—¿Gunnie? La señora Sanders de la casa de huéspedes de la calle de arriba quiere hacer un pedido y no quiere hablar conmigo.
Miró a Off y le tendió una mano.
—Hola, soy Jennie.
Gun agitó la mano de Off que no estaba tendiendo a Jennie.
—Este es Off. Es mi compañero.
Jennie abrió la boca, sus ojos abiertos y entonces juntó sus manos.
—Oh Dios. Encantada de conocerte. Ella volteó a ver a Gun.
—¿Lo ha conocido abuelita?
Gun negó con la cabeza.
—Aún no. Estábamos discutiendo eso. Ve y dile a la señora Sanders que ya voy.
Jennie vaciló, le hizo un guiño a Off y regresó rápidamente a la tienda.
Gun suspiró dramáticamente, pero no había nada más que afecto en su expresión.
—Ese es el problema con una mujer que me conoce desde que tenía dos. Apuesto que pone a la señora Sanders en espera y llamará a abuelita.
Off rió y besó la nariz de Gun.
—Ve y trabaja. Te recogeré a ti y a tu abuela para la cena esta noche.
¿Todavía tienes mi número de celular?
—Sip. Lo programé en primer lugar en el mío esta mañana.
—Bien.
No es que pensara que Gun podría necesitarlo, pero prefería estar seguro. James definitivamente era del tipo vengativo.
—Si pasa cualquier cosa... si necesitas lo que sea, llámame. Tengo algunas entrevistas pero todo el día estaré en el área. Estaré listo como a las tres.
Gun asintió.
—Solo intenta detenerme.
Le dio a Gun un último beso y caminó hacía la agencia inmobiliaria para encontrarse con el agente, sonriendo todo el camino.
Gun flotó hacia Florería "Gunnie" sonriendo de oreja a oreja.
Jennie besó su mejilla y alejó el teléfono cuando caminó hacia el mostrador principal.
—Quiero detalle Gunnie. Y abuelita está en la línea dos, después de que hables con la señora Sanders.
—Sabía que llamarías a abuelita. Le dije a Off que lo harías.
Gun intentó arrebatarle el teléfono pero Jennie se burló y lo aprisionó contra su pecho.
—Yo no lo hice.
Sky salió de atrás, la parte superior de su rubia cabeza asomando por encima de un gran arreglo de flores que puso en el mostrador.
—Nop, yo lo hice. Gunnie, cariño, es guapo.
Ella volteó el arreglo hacia Gun y movió sus cejas.
—¿Está tan bueno como parece?
Gun sacudió la cabeza, riendo ahogadamente. Oh hermano.
—Se ve bien. Me gustan las margaritas y los tulipanes juntos. Y si él lo es, no es que sea de su incumbencia.
Gun agitó diabólicamente sus pestañas, y extendió su mano por el teléfono.
Jennie articuló la palabra —detalles— y se lo pasó.
Gun presionó el parpadeante botón en el teléfono que tenía un número sobre él, su mirada no se apartó de sus empleadas.
—Hola señora Sanders. Disculpe por tenerla esperando. ¿Qué puedo hacer por usted?
Gun separó sus manos, cerca de 30 centímetros. De acuerdo era una exageración —Off solo tenía alrededor de 20 centímetros— pero Jennie y Sky se estaban divirtiendo al bromear, que no pudo evitarlo.
Los ojos de Jennie se abrieron cómicamente.
Sky rió disimuladamente y corrió a la parte trasera de la tienda.
Gun escuchó que empezó a hablar excitadamente y vio la parpadeante luz naranja —la etiquetada con el número dos— en el teléfono fijo. Golpeó su mano contra su frente. Grandioso. Como si el realmente quisiera que abuelita supiera el tamaño de Off.
—Si señora Sanders. Puedo tenerlo listo en dos horas. Rápidamente se despidió y presionó el botón de la línea dos.
—Hola abuelita.
—¿Treinta centímetros? Buen Dios, Gunnie —dijo abuelita, con la voz muy divertida.
Sky empezó a reírse estridentemente y colgó el teléfono. Unos segundos después asomó su cabeza por el marco de la puerta y sacó su lengua.
Gun le sacó la suya también riendo.
—Gunnie dime sobre él. ¿Lo quieres cariño? ¿Es guapo? ¿Tiene trabajo? ¿Cuál es su nombre cariño?
Sonrió tanto que la cara le dolió, solo de pensar en Off.
—Abuelita es maravilloso. Alto, oscuro y guapo. Realmente alto, como de uno noventa y cinco. Sus hombros son taaaaan anchos.
Gun tembló al pensarlo.
—Tiene su propia compañía constructora Abuelita. Se llama Off y es
de Otapol. Y es realmente lindo. Me rescató de James y sus matones.
Abuelita gimió en el teléfono.
—Gunnie, ¿Qué estabas haciendo con James y esos rufianes?
La excitación de Gun disminuyó un poco. Esa era una vieja pelea entre él y Abuelita. Ella no podía entender porque tenía que hacer algo con James.
—Abuelita, realmente no puedo evitarlos. James es mi Alfa, tengo que
escucharlo.
—Tu abuelo nunca habría aguantado esos disparates, y tú tampoco
deberías.
Gun suspiró.
—Abuelita, no son tan fuerte como lo era papi. Pero Off lo es. Él no va a dejar que James me fastidie. Tal vez eso ayudara.
—Entonces ya lo quiero. ¿Cuándo conseguiré conocer a este joven hombre?
—¿Qué tal esta noche? Off quiere llevarnos a cenar para poder conocerte.
—Suena como un hombre considerado. Y de hecho me encantaría conocerlo cariño. Otra vez, ¿Cuál es su apellido? Sabes que solía conocer algunos lobos en Otapol, tal vez...
¿Su apellido? Oh hombre. No tenía idea de cuál era el apellido de Off.
Que embarazoso.
—Uh, Abuelita, Otapol es grande. No conoces a ningún pariente de Off. El es de los alrededores.
—Bien. Supongo que lo sabremos esta noche. ¿Dónde te encuentro?
—Nosotros pasamos a recogerte alrededor de las siete.
—¿Tú manejas? ella preguntó vacilantemente.
—Abuelita, no he tenido un choque por casi cuatro meses.
Ella se mofó. Gun suspiró.
—Off manejará. Te recogeremos.
—En ese caso, te veré como a las siete. Te amo Gunnie.
—También te amo Abuelita.
» Gun se las ingenió para lograr tener uno de los arreglos de la señora Sanders hecho y estaba a punto de empezar otro, pero ya no podía aguantarse. Tenía que llamar a Off. Bajó sus tijeras y la cinta floral y saltó por la puerta hacia el teléfono en la pared. Marcó el número del celular de Off, que de hecho había memorizado, y se recargó contra la pared aún lado del teléfono.
—¿Hola?
Gun tembló por la tersa, y sexy voz arrastrada. Probablemente podría correrse solo escuchando hablar a Off. ¿Mmmmm?
—¿Off? —Gun preguntó vacilantemente.
—Sí, ¿Gunnie?
Off sonaba feliz. Gun giró las espirales del cordón en su dedo, desenrollándolas y enrollándolas otra vez.
—Uh, esto va a sonar realmente estúpido, pero ¿Cómo te apellidas?
—Jumpol. ¿Cuál es el tuyo?
—Atthaphan.
Señor, esa voz era sensual. Gun se retiró de la pared, volteando a mirar alrededor del cuarto. Tal vez podría trabar la puerta y tener a Off hablándole sucio.
—Gunnie, creo que he encontrado un gran lugar para construir una casa. Te llevaré a verlo después de la cena de esta noche.
¡Oh! Off quería que viera donde iba a construir su casa.
—Seguro, me encantará verlo.
—Si te gusta, podemos hacer una oferta y empezar a hablar con los arquitectos. Piensa sobre qué quieres en una casa.
Gun giró alrededor, apenas deteniendo un grito feliz.
Off quería su ayuda.
—¿Quieres decir que quieres que te ayude a diseñarla?
—También va a ser tu casa Gunnie.
Gun giró, haciendo una pequeña danza feliz. Esta vez no intentó detener la risa.
Off rió ahogadamente.
—¿Qué sobre tu Abuelita? ¿Va a ir a cenar con nosotros esta noche?
—Sip. Abuelita dice que cenar sería adorable. Está realmente emocionada por conocerte. Eso fue lo que me hizo pensar sobre tu apellido. Abuelita quería saber cual era. Me sentí como un verdadero tonto por no saber. Digo, parece algo que deberíamos saber, ¿cierto? Oye, ¿cómo va tu reunión? ¿Te gusta el edificio de oficinas por dentro tanto como por fuera?
—Todavía estoy mirando, hasta ahora está bien. Creo que el edificio va a servir, solo necesito verificar unas cosas más.
—Oh. ¿Te estoy molestando?
Gun estaba caminando —de acuerdo dando vueltas— alrededor y la siguiente cosa que supo, fue que estaba estrellado contra la pared por el teléfono.
—Demonios.
—¿Gunnie?
—Sí, estoy aquí.
Bajó la vista hacia el cordón enrollado y apretado a través de su pecho. ¿Cómo se las había arreglado para enredarse tanto? Giró hacia el otro lado y estuvo cerca de caer en su trasero.
—Rayos. ¡Jennie!
—Gunnie, no me estas molestando amor. Me gusta hablar contigo, si estás seguro, todo está bien, debo regresar con el agente inmobiliario.
—Sí, sí. Yo, yo sí, yo um... rayos.
—Gunnie, ¿Pasa algo malo?
Gun lanzó un suspiro. Iba a sonar como un descerebrado diciéndole a Off lo que había hecho. ¿Cómo se metía él mismo en estas situaciones?
La risa de Jennie interrumpió cualquier explicación que pensara
ofrecer.
Gun frunció el ceño.
—Para de reír y ayúdame Jennie.
Tal vez si se sacudía... Ahora, ¿Cómo se las había arreglado para hacer un nudo de la maldita cosa?
—¿Gunnie?
—Uh, estoy algo atado con el cordón telefónico.
—Tú, uggh, ¿no tienes un inalámbrico?
—No, tenemos uno de los viejos teléfonos de pared con cordón largo en la parte trasera de la tienda. Estaba, eh, girando un poco—. Respingó Gun.
—¿Girando?
Off susurró, el humor era evidente en su tono. Para darle crédito, se contuvo tanto como pudo —lo cual fue como cinco segundos— entonces estalló en carcajadas.
Gun gimió.
—Realmente no es tan divertido Off.
—Si es divertido. Nunca me voy a aburrir, ¿o sí, bebé?
🔥 𝕭𝖑-𝖋𝖎𝖈𝖘
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