8. Situaciones y sentimientos
Off había ido a la recámara que había alquilado Bas pero cuando llegó, él no estaba ahí. Sin embargo, tal parecía que su ex pareja había sospechado que en algún momento iría a verlo pues había una nota sobre la cama que decía su nombre.
"Amor mío: salí de compras a la ciudad de Alejandría porque me dijeron que había una exclusiva tienda con impresionantes trajes para novios. Recuerda que nuestra boda es dentro de poco y como sé que te gusta mucho Egipto, quiero usar un traje tradicional de este país. Si no llego a dormir me quedaré en un hotel de Alejandría. Volveré pronto, extráñame mucho. Te amo... Bas, tu hermoso prometido".
Off leyó la nota y mentalmente agradeció que esa noche Bas estaría lejos. Salió de la habitación y se dirigió a la de sus amigos. Tenía mucho que pensar, la actuación que había tenido Gun allá abajo había desencadenado una serie de sentimientos que no sabía que tenía o que más bien nadie más había logrado provocar. Estaba molesto y celoso, pero al mismo tiempo afligido y no dejaba de sentirse culpable sobre todo por lo que New le había dicho antes de partir a escuchar la maravillosa y flamante historia de amor que ahora se gestaba entre el odioso de Singto y el faraón milenario.
Quería darse de golpes contra la pared al descubrir que Gun en realidad no le era del todo indiferente y que si había actuado como un patán era porque sencillamente era una idiota. Se sintió asustado cuando un hombre que se suponía que debía estar muerto le exigía amarlo. Aquello no era ni lógico y mucho menos normal, pero estaba sucediendo. Además, Off realmente no había tenido mucha experiencia en relaciones románticas, su única pareja había sido Bas y solo por agradecimiento a su padre y no precisamente porque sintiera amor por el muchacho.
Pero ahora que venía a Gun con alguien más, sentía su sangre hervir. Estuvo a punto de separar a Singto de Gun a golpes y tomó toda su fuerza de voluntad detenerse él mismo. No había sido nada agradable ver como los dulces y carnosos labios del faraón antiguo rozaban contra la boca del entrometido hijo de Akhenaten, y cada vez que cerraba los ojos, ese terrible recuerdo atormentaba su mente.
¿Por qué Gun lo había besado? ¿Tan pronto se había olvidado de él?
Mientras Off se hacia esa preguntas Gun regresaba a su habitación, después de haber estado una hora en el bar con los amigos de Off. Se sentía muy cansado física y mentalmente. En su cabeza no dejaba de repetirse la tontería que había cometido de besar a Singto.
Él mejor que nadie sabía que eso no había estado bien, que no había sido lo correcto que lo viera por donde lo viera ese había sido el peor error que había cometido en la vida. En primera, porque no quería ilusionar a Singto y en segunda porque sabía perfectamente que nada podría pasar entre ellos. Singto no era el hombre que lo despertó de su largo sueño, de haber sido así, ahora estaría más que feliz porque por fin después de miles de años sería un hombre amado. Pero Singto no era Off, con él no sentía una conexión ancestral. Estaba seguro que más allá de la maldición que habían lanzado sobre él, el vínculo que tenía con el arqueólogo extranjero era real. Lo supo en cuanto lo vio a los ojos por primera vez, Off era su otra parte, su complemento, su otra mitad. Pero éste ya había entregado su corazón a alguien más y no había nada que pudiera hacer.
Con el ánimo por los suelos, caminó hacia la ventana y se sentó en el alfeizar de la misma para contemplar la luna. El astro se podía apreciar en todo su esplendor brillando orgullosamente en el nocturno cielo de Egipto, además, el cielo estaba despejado, sin ninguna nube de por medio que impidiera ver las estrellas y el propio satélite natural.
Entonces, empezó a meditar sobre los pocos días que le quedaban. Iba a desaparecer para siempre y sinceramente no quería. Pero era su destino y tenía que aceptarlo. De pronto, sintió un mareo y al estar tan cansado y con poca fuerza cayó al suelo de la habitación completamente inconsciente.
Off no sabía qué hacer.
Era la primera vez que se sentía así. Su corazón estaba triste y enojado a la vez, pero su mente y su orgullo lo dominaban diciéndole que tenía que dejar de ser tan idiota y centrarse en lo verdaderamente importante, su trabajo.
Sin embargo, no tardó mucho tiempo para que su impulsividad lo llevara a salir de la habitación para ir a buscar a Gun y preguntarle qué era lo que había pasado en la recepción del hotel con Singto. ¿Por qué lo había besado y por qué había pasado todo el día con ese sujeto?
Iba subiendo las escaleras mientras preparaba el discurso que le diría al faraón.
Cuando llegó al quinto piso tocó la puerta pero no recibió respuesta. Antes, New le había enviado un mensaje diciéndole que él y Tay saldrían a caminar y que Gun ya se había ido a descansar. ¿Acaso ya estaba durmiendo? Volvió a llamar a la puerta pero obtuvo el mismo resultado.
Respiró profundamente y giró la perilla para entrar. Solo iba a comprobar si Gun dormía o si simplemente estaba ignorando los golpes en la puerta. Pero, inmediatamente después de abrirla, pudo ver el cuerpo del antiguo monarca tirado en el suelo muy cerca de la ventana.
—¡Gun! —Off gritó asustado al encontrarlo de esa manera— ¡Gun! —lo volvió a llamar mientras lo tomaba en brazos para depositarlo en la cama. Fue entonces que notó que tenía fiebre. Su cuerpo estaba caliente y tenía que hacer algo rápido para contrarrestar esa situación.
Corrió al baño por una toalla y agua fresca. Cuando volvió con Gun descubrió su pecho y empezó a pasar la toalla húmeda por esa parte de su cuerpo y por la frente. Estaba demasiado preocupado por el joven rey que no pudo evitar culpar a Singto de que Gun estuviera mal.
Tal vez el idiota hijo de Akhenaten lo hizo estar bajo el sol por mucho tiempo y sin nada de beber, o tal vez le había dado comida que lo había hecho sentir mal. ¿Y si lo había drogado para intentar secuestrarlo y las cosas habían salido mal? Sobre su cadáver si permitía que ese hombre se llevase nuevamente a Gun a alguna de sus patéticas aventuras.
Sin ser muy consciente de lo que hacía, su dedo índice comenzó a delinear el suave y bello rostro del faraón. Gun era hermoso en toda la extensión de la palabra. Los antiguos egipcios, en especial los de la élite del gobierno, incluidos faraones, sacerdotes y otros funcionarios, llevaban a cabo extrañas pero muy eficaces rutinas para cuidar su cabello y su piel.
Se sabía por la evidencia arqueológica encontrada hasta el momento, que los antiguos pobladores del país consideraban su belleza física como un regalo de los dioses, así que hacían todo lo posible por mantenerla con el paso del tiempo. No obstante, Gun era joven, la información que se tenía de él en las inscripciones encontradas en su tumba indicaban que, al momento de su "entierro" Gun apenas había cumplido los veinte años, por lo que su belleza era meramente natural.
Según las cosas en el antiguo Egipto, Gun había asumido el trono siendo ya muy mayor. Había habido reyes que siendo niños tomaban tan importante cargo en su país, así que se esperaba que la edad de Gun guiara al reino a la prosperidad, la expansión y el éxito. Pero sus parientes tolemaicos tenían otros planes para él.
Pobre y hermoso faraón, tan joven y tener la responsabilidad de dirigir una de las naciones más importantes del mundo antiguo. Sentía pena por su situación, pero admiración de no dejarse vencer por las circunstancias de su tiempo. Gun era fuerte y muy querido por su pueblo. Era el arquetipo perfecto de un semidiós que era como lo veían sus vasallos.
Siguió con su labor de bajarle la fiebre hasta que poco a poco empezó a sentir fresca la piel de Gun. Observó la mesita de noche y notó que pasaban las tres de la mañana. ¿En verdad se había quedado tanto tiempo contemplando la belleza de ese joven egipcio? Sí, y algo en el fondo de su ser le decía que no era la primera vez que hacía algo así. Solo que no recordaba el momento en el cual se había comido al antiguo rey con la mirada.
Off recogió todas las cosas que necesitó para el cuidado de Gun y cuando volvió a la habitación se puso cómodo a su lado. No lo pensó mucho, en realidad él también estaba agotado y la preocupación que sentía por él no lo dejaba marcharse. Sí, bien pudo acomodarse en la otra cama, pero no quería.
Algo muy fuerte en su interior le decía que lo correcto era dormir a su lado y mantenerlo entre sus brazos hasta el amanecer.
Y así lo hizo.
Los rayos de Ra entraban traviesamente por los espacios abiertos de las cortinas en la habitación donde dormían Off y Gun, prácticamente habían permanecido en la misma posición toda la noche y ahora la luz del día amenazaba con perturbar su reparador sueño. La noche había sido tranquila y no fueron molestados por nada ni por nadie. Era como si un dios hubiese planeado todo para dejarlos pasar esa noche juntos sin ningún incidente de por medio.
Gun intentaba despertarse pero algo no lo dejaba abrir los ojos. Se sentía muy cansado y sabía que si los abría, probablemente la luz lo molestaría en el correcto caso de que ya fuese de día. Quiso girar si cuerpo, pero un bulto encima de él no le permitió moverse. Poco a poco guio sus manos hacia dicho obstáculo y pudo notar que se trataba de un brazo.
Se quedó petrificado e inmediatamente abrió los ojos. La luz le importó poco pues se llevó la muy agradable sorpresa de que la persona dormida a su lado era Off y no Singto. Por un breve segundo había pensado que tal vez el egipcio se había metido a su cama y eso lo hizo estremecer. Sin embargo, quién estaba abrazándolo protectoramente era el hombre que lo había liberado de su sueño.
La cuestión era ¿Qué hacía Off ahí y cuándo había llegado? No podía recordar mucho de la noche anterior salvo que se había acercado a la ventana para contemplar la luna mientras pensaba en lo que había ocurrido en el lobby del hotel y nada más.
De pronto, sintió que el cuerpo de Off también se movía y eso empezaba a ponerlo nervioso. No sabía qué hacer y mucho menos que decir, aunque quien evidentemente necesitaba una muy buena explicación era él y no el arqueólogo extranjero. ¿Había pasado algo entre ellos anoche? La probable respuesta era no. Off seguía con su ropa e incluso con sus zapatos puestos. A él en cambio, solo le faltaba la camisa.
—¿Ya estás despierto? —preguntó Off quien permanecía con los ojos cerrados.
—Si —fue la simple respuesta de Gun. Esperaba que fuera Off el que hablara respecto a lo que hacía ahí, pero fue él quien volvió a romper el silencio— ¿Por qué estás aquí? —preguntó con cierta prudencia.
—Anoche quería hablar contigo —explicó Off sin separarse del menor— pero cuando entré a la habitación tú estabas tirado en suelo, al parecer te habías desmayado y cuando te levanté noté que tenías fiebre —dijo después— tal vez ese estúpido paseo con Singto te sentó mal, es malo estar bajo climas tan extremos, el calor pudo haberte debilitado.
Gun pudo notar el ligero desprecio con el que hablaba Off respecto al pobre Singto. Era evidente que no era santo de su devoción, pero no lograba comprender por qué Off tenía cierta enemistad con el egipcio.
—La verdad es que no —como pudo, Gun se levantó de la cama saliendo de la calidez de los brazos de Off— me gustó mucho ese paseo —afirmó viendo a Off a los ojos.
—No lo dudo, pero probablemente te dio fiebre por estar tanto tiempo al sol —contraatacó Off.
—Mentira, Singto no dejó que eso pasara —mientras más atacaba Off al egipcio, Gun lo defendía.
—¿Qué hay entre ustedes? —preguntó directamente el tailandés.
—¿A qué te refieres? —él lo sabía, pero no quería hablar de eso con Off. Era evidente que había actuado por despecho y eso lastimaba su orgullo.
—Creo que sabes muy bien de lo que estoy hablando Gun, así que dime la verdad —exigió Off con la esperanza de que el otro le dijese que nada. Que solo había sido un impulso y que no tenía un significado más profundo.
—Bueno, si eso es lo que quieres —Gun se alejó cuando se percató que Off se levantaba de la cama esperando una respuesta— Singto me ama, me confesó sus sentimientos y creo que estoy empezando a sentir lo mismo por él.
—¿Ah sí? —fue la pregunta fría de Off.
—Sí —respondió desafiante Gun.
—¿Y qué pasó con todo aquello de que yo era tu alma gemela y que deberíamos estar juntos porque fui yo él que te despertó? —volvió a cuestionar Off cada vez más molesto al saber que Gun sentía algo por Singto.
—Tú mismo lo dijiste, rompiste mi maldición y eso fue todo —el faraón colocó sus manos en la cadera— y te lo agradezco mucho Off, pero tomaste la decisión de no amarme y no te culpo porque ya tienes a Bas, eso lo entiendo, pero entonces si no es contigo tengo que buscar el amor por otro lado —finalizó Gun al borde del llanto, pero se contuvo.
—¿Buscar el amor en otro lado? —repitió Off sin poder creerlo.
—Agradezco que me hayas despertado de mi profundo sueño, tal vez la maldición estaba equivocada y cualquier persona podía despertarme, no necesariamente mi alma gemela —iba a agregar algo más pero el arqueólogo lo interrumpió.
—Ya veo que estás muy agradecido porque así pudiste conocer a Singto ¿Cierto? —y aunque Gun quiso negarlo, Off no se lo permitió. El mayor salió de la habitación azotando la puerta sintiéndose derrotado.
—No Off, te doy las gracias por haberme permitido conocerte, eso ha sido lo mejor de todo esto —susurró mientras por fin dejaba salir las lágrimas que tanto había luchado por mantener en su sistema.
New y Tay se encontraban desayunando en el restaurante del hotel en compañía de Akhenaten, Singto y Bas. La pareja permanecía callada escuchando el parloteo de Bas, sintiendo pena por los egipcios que se notaba mantenían una conversación con él por mera cordialidad.
—¡Off, mi amor! —El joven rubio levantó la mano para llamar la atención del tailandés— ¿En dónde estabas? No vi tus cosas en mi habitación, ¿No te has mudado aún?
—¿Qué haces aquí Bas? —preguntó Off con seriedad ignorando las preguntas de su ex pareja.
—Llegué hace rato por eso sé que no dormiste en la habitación que alquilé para los dos —indicó Bas.
—Me quedé con Gun porque por la noche le dio fiebre —respondió Off con sinceridad tomando asiento a un lado de New, lo más alejado de Bas que evidentemente estaba molesto al escuchar que Off había pasado otra noche más con Gun.
—¿Cómo sigue? —preguntó Singto preocupado mientras se ponía de pie.
—Está mejor —respondió Off sin dar más detalles.
Pero Singto salió del restaurante para ir a buscarlo. No iba a estar tranquilo hasta que no supiera que verdaderamente Gun estaba bien.
Así que apresuró en llegar hasta la habitación del faraón.
Gun había preparado la ducha porque quería darse un largo y relajante baño. Había sido maravilloso despertar en los brazos de Off, pero terriblemente decepcionante cuando lo encaró sobre sus sentimientos por Singto. Había mentido, y no sabía porque. Bueno, en realidad si lo sabía, pero era una excusa patética. Tan solo no quería que Off pensara que no era digno del amor de alguien más. Quería hacerle ver a Off que aunque él no lo quisiera alguien más si podría hacerlo, y agradecía el amor de Singto, pero él jamás podría corresponderle.
—¡Gun! —escuchó el desesperado grito de Singto en la habitación.
—Estoy en la ducha Singto ¿Qué se te ofrece? —respondió el faraón rezando para que el otro hombre no entrase.
—¿Estás bien, cielo? —el egipcio usó un mote cariñoso cuando escuchó a relajada voz del chico de su sueños.
—Estoy perfectamente bien ¿Por qué lo preguntas?
—Off nos ha dicho que se quedó contigo toda la noche por que tenías fiebre —contestó Singto.
Así que Off les dijo que había pasado la noche con él. Por las palabras de Singto no solo se lo dijo a él ¿Quién más estuvo presente? ¿Y qué habían pensado sobre eso? En su época, solo personas muy allegadas a él podían compartir su cama, y tenía que ser por una razón lo suficientemente válida como para permitirlo. Por ejemplo, cuando enfermaba, su padre era el único autorizado para quedarse toda la noche con él.
—Me siento mucho mejor, gracias por preocuparte —le dijo para tranquilizarlo.
—¿Cómo no voy a preocuparme cielo? No quiero quedar viudo antes de tiempo.
Gun quedó helado. Había sido un gran error haber besado a Singto. Sin duda alguna había alimentado una ilusión que no podía corresponder. El egipcio que lo amaba estaba hablando de boda cuando él lo único en lo que podía pensar era su amor no correspondido, y en que podría tendría que regresar muy pronto al lado de Anubis y Osiris.
—Tranquilo Gun, te espero abajo en el restaurante ¿De acuerdo? —dijo al no escuchar respuesta de éste.
—De acuerdo —contestó el faraón bajando su mirada.
Después de media hora, en la mesa solo quedaba Singto esperando a "su niño bonito". New y Tay había decidido ir al mercado para comprar souvernirs mientras que Bas había arrastrado a Off y a Akhenaten a una tienda en donde vendían accesorios para bodas. Boda que según Off, no se iba a realizar nunca.
—¡Gun, aquí! —gritó Singto al verlo aparecer en la puerta del restaurante. Llevaba puesto un pantalón de lino negro con una camisa sin mangas color blanco. Su padre siempre le había dicho que el color blanco era usado por la realeza con el fin de mitigar los estrados del sol sobre la piel —te ves hermoso— le susurró al oído.
—Gracias —respondió el faraón sin poder agregar nada más. La ropa que usaba Singto jamás la había visto y le parecía incómoda y desagradable.
—¿Te parece si ordenamos? —el egipcio separó una de las sillas de la mesa para que Gun pudiese tomar asiento.
—Sí, muero de hambre
El resto de la mañana había pasado volando.
Eran cerca de las dos de la tarde cuando Off estaba a punto de asesinar a Bas porque este sencillamente no entendía con palabras directas que ellos no iban a casarse nunca.
—Entiende de una vez por todas que no me pondré eso porque no pienso casarme contigo —indicó mientras señalaba un traje de faraón antiguo que su ex pareja insistía que debía usar para su boda.
—Sé que estás nervioso, pero yo puedo ocuparme de todos los preparativos —Bas tampoco daba su brazo a torcer— solo quiero que te midas el traje para continuar con el resto de las cosas que nos faltan.
—No estoy nervioso Bas, pero mi paciencia empieza a acabarse —Off lo encaró de frente bajo la atenta mirada de Akhenaten.
—También la mía, ya te he esperado por mucho tiempo Off, es hora de que dejes tus jueguitos de escarbar en la tierra y prestes atención a lo nuestro —dijo en tono de advertencia.
Pero eso, lejos de asustar a Off lo hizo darse cuenta de que Bas realmente no valoraba su trabajo y que haber elegido la arqueología antes que él había sido la mejor decisión de su vida. "Escarbar en la tierra", como Bas decía, en absoluto era un juego para él. Su trabajo y su carrera lo eran todo en su vida, y un chico mimado que solo estaba encaprichado con él no iba a alejarlo de su verdadera pasión. Por mucho que fue el hijo del hombre que financiaba sus expediciones.
—Tú jamás serás mi prioridad —replicó Off y molesto salió de aquella tienda.
Su trabajo estaba en la cima de sus prioridades, no obstante, desde que había conocido a faraón Deai Mon I alias Gun, el chico también ocupaba gran parte de su mente durante todo el día. Y tan metido estaba en sus pensamientos que sin querer chocó con alguien en la calle.
—¡Auch! —gritó su víctima.
—Lo siento —indicó Off apenado.
—¿Off?
—Gun ¿Qué haces aquí? —preguntó sorprendido al verlo solo.
—Singto y yo decidimos venir al mercado pero empecé a seguir a un gato y me perdí —explicó Gun contento de ver a alguien conocido— era un gato blanco con ligeras manchas grises ¿No lo has visto por aquí?
A Off le pareció increíblemente tierno que Gun estuviera más preocupado por encontrar al felino que por buscar a Singto. Y sin pensarlo, lo tomó de la mano y lo llevó corriendo por las calles de El Cairo como si fueran dos ladrones escapando de la policía.
Gun lo siguió sin decir nada. Imaginó que Off sabía dónde estaba el gato y que lo llevaba con el minino. Era algo inaudito ver deambulando a un animal sagrado en las calles llenas de gente. En su época, los gatos vivían en el palacio y eran tratados con consideración y respeto porque nadie quería hacer enojar a Bastet, cuya misión era proteger el hogar y simbolizaba la alegría de vivir, pues la diosa con cabeza de gato y cuerpo de mujer era considerada la deidad de la armonía y felicidad y los gatos eran vistos como manifestaciones de dicha diosa.
—¿Y el gato? —preguntó Gun cuando llegaron a un callejón muy angosto.
—¿Qué gato?
—El gato que te dije que estoy buscando —contestó el faraón cruzando sus brazos— ¿Qué ha sido todo esto, no me trajiste aquí porque sabías donde estaba el gato?
—No sé dónde puede estar ese gato, esto ha sido un escape de Bas y Singto —respondió Off.
—¿Escapabas de Bas? —cuestionó Gun confundido.
—Sí —fue la respuesta sincera del arqueólogo.
—¿Y por qué? —quiso saber el antiguo monarca.
—Realmente no importa
—¿Qué hacemos aquí entonces? —Gun no entendía para nada el comportamiento de ese hombre frente a él.
—¿Siempre tienes que hacer tantas preguntas? —respondió el mayor con una pregunta.
—Sí, es necesario que yo sepa...
—¡Gun! ¡Gun! la voz de Singto lo hizo detener su explicación.
—Tengo que irme, Singto me busca —Gun se dio la vuelta pero Off lo detuvo— yo no escapaba de él, yo solo buscaba a ese gato.
—Gun... —Off lo llamó con dulzura y el menor no pudo evitar mirarlo a los ojos— por favor prométeme que esta noche nos veremos a solas en tu habitación.
Aquello fue una verdadera sorpresa para Gun. No solo por el tono suave y cálido que Off había usado para llamarlo, sino porque no esperaba que le pidiera una reunión a solas. ¿Qué era lo que Off pretendía con eso? No lo sabía, pero era consciente de que tampoco se podía negar, la curiosidad era mayor al riesgo que representaba dicho encuentro.
— Está bien, hoy por la noche —le dijo partiendo con rumbo a donde provenía la voz de Singto Munra.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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¿Qué será lo que Off tiene pensando decirle a Gun y por qué quiere verlo a solas?
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