VI
A Fran se le ocurrió la genial idea de que la niñera de su hija se tome unos dias y se centre solo en sus estudios universitarios y yo me haga cargo de su niña desde las doce de la tarde que era la hora donde salía su hija del jardín. Al comienzo me iba negar ya que no tengo en mi curriculum (ni siquiera tengo uno) el de cuidar a una niña de cinco años a excepción de acompañar a mamá cuidando a la misma niña cuando era más pequeña.
Sin embargo, al analizarlo mejor (o luego de hablar con el señor de plantas) me di cuenta que iba a gastar más dinero de lo que tenía al ser la planta de orquídea unas de las más caras y eso que me daba a mitad de precio, tambien que eso hacía que me alejara de casa. El primer día, que fue el martes luego de dejar su almuerzo a mamá llegue a recoger a Elly y almorzamos juntos en la casa de Fran, luego jugué y vi televisión un rato con ella y en la tarde fuimos al local donde Fran estaba desde las cuatro. Ese ha sido nuestra rutina y nos iba bien, ya que a Ellie no le gustaba hablar mucho y yo no sabia de que hablar con una niña pequeña.
Ahora íbamos a visitar a su papá, ella llevaba un vestido celeste con un peluche de unicornio de una serie de discovery kids en la mano y yo solo mi mochila vieja. Cuando llegamos un local de tres pisos nos esperó con un letrero grande entre el segundo y tercer piso que decía "SQUARE" Curso de oratoria y otro entre el primero y segundo con los talleres específicos que existían y los números para información.
Fran no habría logrado realizar este curso sin su socio que ayudó en lo económico principalmente. Ya que esto era una inversión grande. Calculando el precio de alquiler mensual del local estaba más de tres mil dólares, la implementación de las aulas con televisiones, algunos con proyectores, escritorios, computadores para la administración y que no decir del personal, contador, profesores y trabajadores de limpieza. Para mi ese socio suyo era millonario.
Elly con sus pequeñas manitos me incita a caminar, yo sigo parado sin moverme como pegado al piso y es que todavía no creo que mi amigo logre una de sus metas. La observo, se parece mucho a su padre, tiene el mismo color de cabello y la forma de la nariz, pero lo que más resalta de que comparte sangre es el lunar que tiene debajo del mentón. Ella me mira con el ceño fruncido que hace que se forme una arruga en su nariz, mostrando lo molesta que le pone estar parada. Empecé a caminar agarrando de la mano hasta la entrada donde recibían a las personas que venían por información del curso o su inscripción. Saludamos a Clarisse que estaba sentando en su escritorio escribiendo algo en la computadora y ella solo nos regalo un gesto y nos pidió que esperamos en las sillas a Fran que se encontraba recibiendo a los inspectores de defensa civil de la municipalidad para el permiso del funcionamiento del local como centro de educación.
—Elly ¿quieres una manzana? —le preguntó Clarisse.
—Shi —la niña se levantó de su asiento y me miró pidiendo en silencio si podía aceptarlo. Fran le había enseñado a no aceptar de desconocidos cualquier cosa.
—Vaya Elly.
—Primero vaya a lavarse las manos para darte —le aclaro y ella se fue corriendo al baño que había en el primer piso. Le seguí y le esperé afuera.
Cuando llegó Fran con los inspectores nos encontró a los dos sentados en la silla para visitantes. Elly ni bien lo vio se levantó y se lanzó a su papá con la manzana en mano, el lo cargo y despido a los dos hombres cargando a su hija. De alguna manera me identificaba con Eileen por la manera que viví mi infancia, extrañaba esos años y hubiera hecho todo lo posible para detenerlos lamentablemente el tiempo es a lo único que no podíamos tener poder.
Observamos videos de dibujos animados con Elly en mi teléfono. En estos días había visto más dibujos animados que en cinco años, gracias a la niña; cuando llegaron una pareja de adolescentes. Había venido varios desde que estaba aquí, algunos con sus padres pero lo que hizo que levantara mi cabeza fue escuchar una risotada que no era tosca, sino femenino y de algún modo dulce. La chica tenía entrelazada su brazo con el del chico y se acercaron a la recepción donde Clarissa los recibió, y ahí se soltaron. Los tres conversaban de algo que no pude lograr escuchar aunque debería ser del curso. Fran se acercó en un momento a saludarlos y con su buena labia conversaba con la pareja hasta que los tres pares se dirigieron a mi dirección aunque el del chico movía su cabeza a otras direcciones como si buscara a alguien, no pude disimular que los observaba a pesar que solo miraba a alguien en especial y cuando los ojos de la chica me observaron se abrieron más de lo normal por unos segundos para luego centrar su atención en Fran nuevamente.
—¡Estas puka! —la voz de Eileen hizo que me centrara en ella que señalaba con su mano a mis cachetes. Los toque y pude sentir que estaba caliente, lo empeoro la atención que recibí.
—¿Qué es puka, Elly?
—Es rojo en quechua ¡Rojo! Como mi vestido —me enseño. Luego empezó a explicarme lo que le enseñaba su maestra en el jardín sobre los colores en quechua y como ella ya se los sabía. Era la primera vez que hablaba más de una frase y le deje que se explaya.
Sentí que me observaban, no tuve el valor de voltearme, de ver quien era y pasar más momentos bochornosos.
—¿De qué color es mi bastón? —escucho decir. Lo observo, es uno de los jóvenes con el que hablaba Fran.
—¡Yuraq! ¡Yuraq! —grita emocionada Elly, sabiendo que para ella estaba dirigida la pregunta. Yo solo puedo preguntarme que hace una persona joven con un baston, hasta que le miro a los ojos y es que no observo sus ojos directamente sino unos lentes negro y deduzco que es ciego, recordandome que observe a un chico el lunes a un chico escribir en Braille.
—¿Te gusta el quechua?
—Me encanta, al igual que el inglés —responde la niña.
—Entonces te gustan los idiomas ¿quieres que te enseñe uno?
—¡Shiii! —respondió efusivamente. El chico saca un cuaderno chico de su bolsillo y un lapicero que no salía tinta, le vi que anota algo y luego saca una regla que tenía un montón de agujeros rectangulares que vi también el otro día.
—Toca, luego de mi —le enseñó el cuaderno, había unos cuantos relieves en la hoja.
—Esto significa blanco, el color de mi bastón. —Ellie también pasó su mano por encima de la hoja y le escuché hablar bajito "Fantástico".
—Blanco. —repitió, pasando de nuevo sus dedos por esos relieves.
—Esto significa negro, rojo y azul, —dijo pasando sus dedos, luego la niña lo hizo.
—¿Te lo aprendiste?
—Shiii.
—No creo, yo me demore un tiempo en aprenderlo, pero puedes seguir pasando tus dedos hasta que aprendas. —arrancó la hoja de su cuaderno y se la entregó a Eileen.
Luego su mirada se dirigió a mí, me asustó un poco porque no podía verme.
—Puedo escuchar tu respiración, —se le asomó una sonrisa —ahora se nota más agitado.
—Eres el chico de Rosa Campuzano. —le dije.
—Si y tu un famoso orador —iba a replicar —estuviste en una charla TED mano.
Imposible, eso solo lo sabe Fran y la gente que me miro en la televisión por tres minutos y hasta eso, creo que ya lo habían olvidado.
—Gracias por lo que hiciste por Eileen —la niña estaba sentada entretenida con lo que le dio el chico.
—No hay de que, solo ayudó a algo que ella está conociendo.
—Nunca le vi tan embelesada en algo.
—Es una niña todavía, se asombran siempre con pequeñas cosas.
—¿Cómo te llamas?
—Hansel Melgar Sanchez.
—Eduador Cardenas Moreno.
—Ya lo sé. —respondió.
—Hans tenemos que irnos, tengo clases. —la chica que lo acompañaba se acercó. Todo el momento me ignoró y ahora era más evidente. Vestía un polo con una frase "Te metes con una, te metes con todas", unos pantalones jeans sueltos bordados con flores que lo contrastaba con la chaqueta de cuero que tenia puesta, las botas militares y la gargantilla que se escondía entre los mechones de cabello de la cola que tenía hecho un desastre, sinceramente.
—¿Qué observas? —su voz seca llena de cinismo hizo que dejara de mirarla. ¿acaso no había logrado disimular?
—Te hice una pregunta, ¿No vas a responder? —me iba a poner nervioso y recordé una de las tácticas de mis profesores para salir de apuros.
—Es que no se puede admirar la belleza de una mujer sin ser un acosador. ーla vi sonrojarse y no si por el "halago" o la furia, la cosa es que se callo.
—Vámonos. —dijo luego de unos segundos.
El chico se despidió de todos con un gesto de la mano y salió del local siguiendo a su acompañante.
—¿Quién es esa niña? —la voz de Eileen hizo que dejara de mirar la salida.
—No sé.
—No me gusta, él se llevó a mi amigo.
—A mí tampoco. —Mentí en una parte. Era curioso como lo consideraba su amigo a pesar de solo interactuar unos minutos.
Escuché una risa que era muy diferente a la de hace una hora y lo pude visualizar fácilmente que venía de Fran que se acercó a nuestro espacio.
—Utilizando los métodos para salir de situaciones incómodas. Gran crack.
—Se aprende del maestro.
—Papi, se leer esto. —Elly se robó la atención de Fran y le explicó lo que aprendió en esos minutos.
¿Puede alguien desear encontrarse con una persona que no le trato bien que digamos?
Algunos dirán que eso sería masoquista pero cuando estás en la oscuridad y observas un pequeño rayo de luz que puede ser efímero lo perseguir a toda costa sabiendo que podrías caer en un abismo más profundo en el intento.
Uno de mis capítulos favoritos hasta ahora:)
Hansel es un personaje importante en esta historia y Elly es una niña que esta robando mi corazón.
Que les pareció estos dos capítulos?
Nos vemos la siguiente semana:)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top