Lucia Ferrey׃
En estos momentos me encuentro caminando apresuradamente por los pasillos de la escuela arreglándome cada aspecto de mi apariencia.

He salido de aquella aula con los nervios de punta preguntándome. ¿Por qué he caído? Sí yo me prometí a que personalmente me encargaría de cambiar las reglas y resulta ser que le seguí el juego.

Lo peor de todo es que no me entiendo a pesar de todo, deseo estar otra vez en sus brazos y perderme en su mirada. Él debe de tener algo, con solo una mirada me ha hipnotizado de tal forma que no sabía ni como hablar.

Estaba otra vez en mi mundo cuando veo que alguien se me acerca.

—Puedo hablar un momento contigo —me dice la adversaria que tuve en la competencia de tenis. Creo que se llamaba Rina.

—Claro dime.

—Te tengo que agradecer en todo momento he estado influenciada por los malos comentarios de mis compañeros y solo pensaba en ganar.

Recuerdo lo que le dije en el campeonato׃

—No importa ganar o perder, lo que importa es disfrutar el juego como sí fuese el último. Así que ignora esos malos comentarios y cree en ti misma.

Ese comentario lo aprendí hace poco conmigo misma. Ser la oveja negra de la familia y estudiar una profesión sin tener una expectativa del futuro y lo peor estar influenciado por los comentarios negativos de tu propio padre. Es lo que me ha impulsado a seguir adelante y demostrarle lo lejos que puedo llegar, pero todo esto podré tenerlo solamente creyendo en mí misma.

—Me enseñaste lo que de verdad es jugar. Así que voy a callar a todos esos comentarios infantiles y restregarles que no soy la única que perdí en un juego, ellos también. Muchas gracias desde ahora voy confiar en mí misma —me dice las últimas palabras abrazándome bien fuerte (como habrá sido el entrenamiento de esta chica que tiene una gran fuerza)

Sigo mi camino cuando de pronto siento a alguien detrás y luego me da un gran abrazo, haciéndome sentir una calidez varonil cubriendo toda mi espalda y después me dice —¡Felicidades campeona!

Ok, parece que en el día de hoy se conmemora como "El día de los abrazos"

Me giro y veo la cara sonriente de Rafael, detrás a Tani y por último Andrés. —Lo hiciste genial mi campeona —me dice Rafael llevándome del brazo. Me giro y le digo a Tani —Te lo suplico ayúdame con él.

—Lo siento Luci pero es todo tuyo.

—Oigan tampoco soy tan malo. No te voy a secuestrar, así que despreocúpate —habla Rafael con tono de súplica hasta que llegó a un alto nivel de convencimiento y le seguí la corriente.

Me lleva hacia el patio y nos sentamos en las gradas, que en ese momento estaban vacías y le pregunté —¿Dime, qué es lo que quieres?

—¿Cómo sabes qué te quiero pedir algo?

—Muchos años siendo amigos es imposible no saber qué me quieres pedir algo y de seguro tiene que ver con Tani.

—Luci quieres qué te de un consejo, porque no te dedicas a ser adivina.

—Buena opción mientras tenga clientes como tú, que frecuenten muy seguido para así tener un trabajo más fácil.

—El problema que le quiero dar una sorpresa a Tani ya que pronto será su cumpleaños.

Conozco a Rafael y Tani desde la secundaria y siempre me han puesto en una posición bastante difícil ya que me tengo que dividir en dos partes. Cuando empezó la preparatoria Rafael comenzó atraerle poco a poco a Tani, pero desde ese entonces ella ha tenido problemas familiares y solo tiene ojos para su trabajo de medio tiempo y sus estudios, verla en una fiesta era mucho decir.

A demás él no dejó de tener esa costumbre de ser un mujeriego a donde quiera que vaya. Entonces yo siempre he estado en el medio ayudando a ambos, porque por un lado era Rafael queriendo tener algo con ella y por otro era Tani no queriendo involucrar a nadie con sus problemas, pero fascinándose cada vez más con él.

He sido la consejera del amor con ambos desde hace mucho tiempo, ya pronto me cambiaré de nombre y me pondré "La consultora de asuntos amorosos". A pesar de no tener muchas experiencias, trato de ayudar con lo que sé.

—¿Creés qué secuestrándome delante de ella no sospechará?

—Tienes razón, pero necesito un consejo.

Me levanto del asiento y trato de analizar el problema.

—Veamos, y si le hacemos una fiesta sorpresa —le digo bastante entusiasmada

—Pero... ¿En dónde?

—Buena pregunta en su casa no puede ser y en la mía mis padres me pueden sorprender en cualquier momento con sus presencias, así que es un lugar inseguro.

—Acuérdate que cumple en la semana de la excusión.

—Si no ganamos que tal llevarla a un lugar agradable. También queda bastante tiempo para pensarlo.

—Entonces cuento contigo y con Andrés para que me ayuden con la celebración.

¿Por qué tenía que decir su nombre? Todo me iba de maravilla hasta que dijo su nombre. La verdad que tenemos varios cabos sueltos que debemos que resolver, pero mi valentía se agotó convirtiéndola en absoluta vergüenza.

En este momento me pregunto ¿Qué pensará de mí? Puedo ser una persona muy egoísta, pero todo lo hago para no salir lastimada de cualquier decisión que pueda tomar. Tengo el presentimiento que con él voy hipnotizarme con su mirada y tomar la decisión menos adecuada.

En el transcurso de nuestra conversación nos sorprende la llegada de Tani con Andrés y disimulo mi expresión dándole un gran abrazo (ya que es un día especial) —Has hecho un gran trabajo en el juego, felicidades —me lo dice con tanto sentimiento, que de pronto mis ojos se vuelven cristalinos a punto de llora. Ella es de las pocas personas que saben por lo que he pasado.

—Pero por culpa de tu amigo, no me deja ni hablar contigo —tratando de desviar la conversación.

—Yo no tengo la culpa solo que ella me prefiere antes que a ti —comenta Rafael como si tuviera la razón.

—Saben que les brindo mi mayor tiempo a ambos, así que por favor no discutan.

¿Crees que me hicieron caso a mis palabras? Pues no, siguieron discutiendo, pero ya estoy acostumbrada estas discordias entre ellos como si fuera sus únicas maneras de comunicarse (los conozco de hace mucho tiempo y aún no entiendo ese tipo de relación)

Me separo de ellos y me siento a un lado para observar el espectáculo que tenían en medio de las gradas formando ecos por toda la escuela con sus gritos.

Cuando de pronto veo una sombra que se me acerca y me susurra. —Cuando me vas a brindar también una mayor parte de tu tiempo.

Esa voz me hace sentir como si me hubieran dado electro shock en todo el cuerpo, haciendo latir fuertemente ese órgano vital para el ser humano y esa persona solo podía ser Andrés.

—Cuando crea que en serio te lo debas de merecer —le digo y lo único que recibo es una radiante sonrisa de su parte.

¿Mis palabras son una burla para él? Cada vez que le digo algo se ríe o me reta. ¿Qué es lo que piensa de mí? Cómo puede ser que conozca tan bien a su primo, pero me es imposible saber que pasa por su mente y me pone nerviosa e insegura hasta de mí.

Como sí, su espontaneidad no tuviera límites.

Nota de la autora: 1/2

Aunque la personalidad de Lucia sea difícil de sobrellevar, ayuda a sus amigos para que formen vínculos tanto de amor como de amistad y eso es unas de las cualidades que admiro tanto de ella y por lo que vemos las personas que les rodean piensan de la misma forma.

¿Cómo podrá Andrés despertar en ella esos sentimientos qué tanto le cuesta creer?

Aquí les traigo otra actualización para que disfruten ~~~~~~~