27.Prohibido tocarte
Andrés Briver׃
Estaba siendo guiado por las locuras de mi primo, que de pronto se le ocurrió la gran idea de ir a un club nocturno, invitando y animando al que no quería ir, como yo.
Después de rendirme en la batalla, vamos juntos y en el lugar nos encontramos con los demás.
Espera no me digas que él ha hablado con todos. Entre ellos se encontraba Javier que al verme, en el instante me saludó con mucha alegría.
―Hola, Andrés otra vez nos vemos.
Rápidamente lo miro con indiferencia y le digo ―Así es.
―Espera ―habla Rafael― desde cuando ustedes se han vuelto tan cercanos ―te equivocas.
La pregunta seria ¿desde cuándo este impredecible es tan cercano a mí?
―Desde esta mañana ―responde Javier.
¿Por qué siempre estoy rodeado de personas locas en mi vida? Ni tan siquiera quisiero ser un conocido de este tipo.
***
Nos vimos por la mañana porque no me confiaba dejarlo a solas en casa de Lucia. Ya me había molestado bastante su actitud de anoche y ahora visitando a Lucia a esa hora del día.
No me voy a quedar ocultándome como me lo pidió Lucia. Estaba entretenido con mis pensamientos cuando y la conversación se ha extendido más de lo normal. Pensé que Lucia lo votaría de inmediato, pero resultó ser lo contrario.
Me encuentro sentado en la cima del capo de su carro, masticando un chicle de menta, esperando a que salga. Este auto no tiene ninguna alarma, me muevo para comprobar.
―Rayos ―reprocho al no escuchar ningún sonido. Estaría de lo mejor que esto suene de alguna forma para que ese salga ya de ahí.
Si no sale en un minuto, tendré que intentar entrar, no me confió en Javier. Por eso estoy aquí esperándolo para decirle unas cuantas verdades en su cara.
Hasta que los veo salir y se despide de Lucia besándola en la frente. Con solo eso ya estoy apretando mis puños. Ambos no se dieron cuenta de mi existencia hasta que Lucia cerró la puerta y Javier al momento se dirigió hacia mí.
―¿Qué haces ahí? Puedes bajar de mi auto.
―¿Y tú que haces aquí? Puedes dejar de buscar a Lucia ―le digo eso y de pronto ya se estaba riendo.
―Más obvio no puedes ser, es evidente que te has pasado la noche aquí.
Es de eso de lo que se ríe tanto.
Se pasa la mano por su frente y murmura el nombre de Lucia varias veces.
―Está bien, no sé el error que está cometiendo Lucia al estar contigo, pero dejaré de interferir en su relación.
¿Qué?
Me bajo y lo enfreto.
—Error, el mayor error que ella ha cometido en su vida es confiar en ti. Yo no la conoceré tanto como tú, pero jamás le haría algún daño ―cuento hasta tres para no darle un puñetazo.
―Vaya, me sorprende. Al parecer lo sabes todo y la verdad es que no quisiera crear ningún enemigo y mucho menos con el novio de mi amiga.
¿Amiga, pero qué le pasa? Ya se volvió mal de la cabeza.
―Me he rendido de perseguirla ―suspira, abriendo la puerta de su auto para entrar― sabes que fue lo último que me dijo ―le niego con la cabeza― los besos de Andrés, son más excitantes que los míos.
De pronto me empiezo a reír, es en serio. Si fuera yo no se lo diría a mi adversario.
―Sé que no merezco su perdón, pero al menos permíteme estar junto a ella como amigo. Me he dado cuenta que de alguna forma quisiera estar alrededor de ella. No me importa si aunque sea fuera su amigo, así que déjame llevarme bien contigo ―sonríe, al verme completamente confuso― no hace falta que me respondas ahora, de todas maneras nos volveremos a ver ―con la misma se despide.
Pero que está pasando aquí, acaso todos están locos o soy yo que está mal de la cabeza.
Si Lucia quiere volver a ser su amiga, no me va quedar otra opción que aceptar, aunque me moleste.
***
Las luces de aquel lugar se movían al ritmo de la música que a su vez esta demasiada alta y las personas no paraban de bailar, cada vez el salón se llenaba más y nos encontramos con personas que conocíamos y por coincidencia de esas están Carla y su amiga.
Ya me estaba aburriendo, rechazando a las personas que querían bailar conmigo, hasta que llega Lucia con una vestimenta completamente diferente junto a Javier.
Me quedé sorprendido, no me esperaba tener su compañía esta noche. Pero esa sorpresa no me gustó al verla junto a Javier.
¿Javier la invitó o está tramando algo que no sé?
No sabía qué hacer al verla comportándose con tanta indiferencia conmigo.
―¿Acaso quién te invito fue Javier? ―tenía que sacar algún tipo de conversación y ya con decirle eso me sacaban las dudas.
Me mira como si estuviera completamente molesta y en mi pensamientos solo me preguntaba ¿el por qué de su actitud?
―No te importa saber ―aleja mi mano que acariciaba su muslo y me dice con un tono bastante serio― está noche ignorame.
Es evidente lo enfadada que está.
Me alejo y con solo ver su rostro de disgusto sin sentido, suelto una breve sonrisa.
―¿Estás segura qué no quieres que te toque? ―le digo provocándola mordiéndome el labio inferior y guiñándole.
Se pasa la mano por su frente suspirando.
―Así es o acaso quieres comprobar que no te dejaré tocarme ni una pulgada de mi piel en toda la noche ―trago saliva.
No sé lo que ha pasado para ponerla así pero antes que se termine esto tengo que saberlo.
―Eso veremos, acuérdate que soy amante a tus retos.
Desde que nos conocimos nos estamos retando, que ahora siga así, no me sorprende incluso es todo lo contrario, me encanta.
Vuelve Javier para traerle la bebida y lo miro de forma asesina para alejarlo.
―Lucia ―dice Javier― me voy a bailar, te veo más tarde.
―Si vete a bailar, que parece que te estás aburriendo ―le digo.
―¿Qué tal si te acompaño? Yo también me estoy aburriendo ―vamos Lucia ahora no empieces a usar a Javier, que sabes que él tiene sentimientos encontrados contigo.
―He… ―lo piensa― está bien.
Ella se levanta y se aleja sin mirar atrás.
―¿Te gusta Lucia? ―me pregunta Carla, que antes de la llegada de Lucia me estaba insistiendo para que bailara.
―De hecho, estamos saliendo.
―Es en serio, no lo parece. Más bien parecen enemigos que novios ―me hablaba pero no dejaba de quitarle la vista a Lucia que bailaba con Javier tomados de las manos.
―Lo siento Carla, ahora regreso y me dirijo hacia donde ellos se
encontraban.
La agarro del brazo y la alejo quedando en el medio del salón de baile. Me mira furiosa, señalando el brazo que la sujetaba con fuerza.
Me acerco a ella para que me escuchara perfectamente.
―Tranquila, no te estoy tocando ―sostenido parte de la chaqueta― solo estoy tocando la manga de tu chaqueta.
Solo mostraba unos labios sonrientes. Mis manos empezaron a recorrer por su cintura, rodeándola por completo.
―Como ahora, solo estoy tocando tu ropa y no tu piel.
Veo que se lame sus labios, dejándolos húmedo y a mí con deseos de besarlo, pero me contengo.
Se gira de espalda hacia mí, acercándose dejándome sentir su trasero rozar descuidadamente mí parte inferior. Voltea un poco su cabeza y me dice.
―Ahora estoy tocando tu ropa y no tu piel ―como le gusta burlarse de mí.
Bueno y ahí estaba bailando en el centro, y eso que antes no quería bailar con nadie me resultaba incómodo hacerlo, pero ahora bailo desenfrenadamente delante de todos, sin importarme que tipos de movimientos estoy haciendo. Estábamos bailando sin sentido al ritmo de la música. Ya que el ritmo era energético y nosotros estábamos bailando sensualmente pegados uno a otro sin tocarnos.
Sus movimientos se volvían cada vez más sensual y en mi mente lo convertía en eróticos, haciéndome crecer la erección que ya tenía desde el principio. Convirtiendo el baile en un castigo, evitando tocarla y hacerla sentir placer por mis dedos.
Mis mano acarician sus senos con suavidad mientras, le digo al oído.
―Si sigues calentándome de tal manera, voy hacerme la idea de que estás invitándome a tu tentadora compañía, no me quedará más remedio que perder el control y realizar una profanación.
Cambia de posición para mirarme directamente a los ojos.
―Ni se te ocurra, esta es tu condena por esta noche ―me miraba fijamente.
Ambos sudábamos por la alta temperatura que teníamos nuestros cuerpos al bailar, aumentando nuestros mejores pensamientos.
Tú siendo prohibida y yo con ganas de poseerte.
☆Nota de la autora☆
Bienvenidos sean todos a este capítulo de fuertes declaraciones.
Como ya lo había dicho en unos de mis avisos. Les diré que estoy actualizando esta historia sin tener un horario fijo por la simple razón de que no me puedo contener para publicarlo cuando ya lo tengo listo. Espero que me entiendan.
Es difícil, lo sé. A veces no puedo contener toda esa locura que habita en mi mente y lo reflejo en mis historias. Pero ya es algo que está en mí. Me emociono tanto escribiendo que disfruto hasta éstas últimas palabras.
Bueno sin más rodeos, los invito a mi próximo capítulo que publicaré pronto.
Hasta la próxima ~~~~~~~~~
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