21.Momento incómodo
Lucia Ferrey׃
Me encuentro enfrentando una batalla de emociones. Nunca me esperé esta sorpresa y por más que yo quiera intentar parecer tranquila, no puedo. Observo cuidadosamente sus rostros y no estaba equivocada. Están peores que el mío.
Javier me mira con una expresión confusa y al mismo tiempo mira hacia Andrés de arriba hacia abajo.
¡Oye no me lo vaciles!
Acaso él creyó que era mentira lo que le había contado. Sé que no es la primera vez que le miento por la misma situación, pero me imagino que a la segunda no me había hecho caso.
―No lo puedo creer ―exclama Rafael con un rostro de asombro― como es que mi querido primo y mi querida amiga están juntos y yo no sé nada sobre el asunto ―ya estaba un poco molesto.
―¿Es tu primo? ―le pregunta Javier― es que no tienen ningún parecido.
Es en serio que el primer tema de conversación después de esta conmoción sea sobre el físico de Andrés. Aunque tengo que cuestionar el punto de vista de Javier porque ellos tienen de cierto modo un parecido. Ay, hasta ya quiero involucrarme en la conversación.
―Así es, se llama Andrés, sus ojos son de su madre que en estos momentos vive en Alemania.
―Espera un segundo prácticamente le has contado toda su vida ―me quejo por su actitud.
De pronto en Javier se refleja una agradable sonrisa, de la cuál no sé si es un poco hipócrita y lo saluda.
―Un placer en conocerte, me llamo Javier ―le brinda la mano para saludarlo de la cuál Andrés duda por varios segundos, pero al final lo saluda― Lucia me ha contado mucho sobre ti.
Eso es mentira, claramente lo único que le dije fue que tenía novio, pero ni tan siquiera le dije el nombre. ¿A qué estás jugando Javier?
―Oh en serio, en mi caso es todo lo contrario, no me ha contado nada de ti.
―De seguro todavía no tiene la confianza suficiente ―dice Javier tratando de molestar a Andrés, pero él cada vez está más relajado como sí quisiera demostrar una completa indiferencia.
Javier hasta cuando vas a terminar de burlarte. Esa confianza no la tengo gracias a ti y ahora que es lo que tratas de cuestionar.
―Por cierto Lucia vienes a la fiesta y no voy aceptar un no como repuesta, va a ser en la casa de Natalia y puedes llevar a tus amigos. ¿Quieres qué te vaya a buscar?
Acaso se le olvidó el significado de que tengo novio o le tendré que comprarle un diccionario.
―Te he dicho que no quiero ir… ―interrumpe Rafael.
―Entonces hoy hay fiesta ―algo me dice que me va animar para que vaya― por supuesto que iremos. Acabamos de terminar los exámenes de la semana y necesitamos relajarnos un poco. ¿A qué hora es?
―Cuando ya esté oscureciendo, no tenemos una hora exacta.
Se ve que Rafael está muy entusiasmado con la fiesta, pero como no lo estaría ya nos han matado a base de pruebas por todo el mes. Me he negado porque pensé que iría sola a la casa de Natalia y la última vez que fui ahí no tuve una buena experiencia.
Andrés me mira fijamente a los ojos cómo sí estuviera buscando una respuesta de mi parte, pero en cambio no digo nada. Es como que quisiera ir para distraerme un poco pero a la vez no quiero porque al ver de nuevo los rostros de las personas que tanto me lastimaron puede que me lleve a la depresión. Aunque quisiera hecharle en cara todo lo que he cambiado gracias a ellos.
―Bueno ya no me queda tiempo, y recuerda que te iré a buscar sino te veo en la fiesta ―dice Javier montándose de nuevo en su auto y después se despidió de nosotros.
Pero lo que molesta es que de esta vez también tengo una mala intuición de lo que pueda suceder en esa fiesta. Aunque de seguro iré para probar fuerza, como si me quisiera sentir bien conmigo misma.
―¿Sabes dónde se encuentra Tani? No la he visto desde que salimos del examen.
―Estaba discutiendo algo con los profesores cuando la vi, pero debe de haber terminado. Por cierto Lucia no te preocupes cuando la vea le diré que hoy toca fiesta sin descanso.
―No te hagas de muchas ilusiones sobre de esa fiesta, Rafael.
―¿Lucia quién es el que se acaba de ir? —la voz de Andrés ya no sonaba cómo la de antes.
―Es un amigo y compañero de clases de la secundaria ―con solo decirle eso arquea una ceja como si estuviera dudando.
A ver puede ser que no me crea, pero es la verdad en estos momentos él es solo un amigo o mejor dicho un conocido.
―¿Quieres ir a esa tal fiesta?
―Sí ―le afirmo con la total seguridad que le estoy mintiendo.
―Andrés deja el interrogatorio y quiero que me expliquen eso de que ahora son novios.
―Solo surgió ―confirma Andrés moviendo sus hombros hacia arriba.
¿Qué le pasa a él? Lo veo como que un poco distante y de pocas palabras. Normalmente él es así, pero cuando se relaciona conmigo trata de ser directo expresando cada una de sus emociones.
―Así que solo surgió y ustedes me lo iban a decir solo cuando aparezca la oportunidad también.
―Ya me voy ―da media vuelta sin despedirse de mí.
Me chocó un poco esa actitud, ya que no es normal en él.
―¿Qué ya te vas sin demostrar ningún tipo de afecto? ―dice Rafael sorprendido por la actitud de su primo.
―Acaso quieres que lo hagamos ―pregunta acercándose a mí y diciéndome en voz baja― no sigas ocultando la razón por la cuál ese tipo se apareció aquí, solamente para buscarte.
Rápidamente desvió mi mirada y trago grueso. Comienzo a tener esos nervios que me hace enfriar las manos como si estuviéramos en temporada de invierno.
―No te estoy ocultando nada ―recupero el valor y lo miro a los ojos― no hay motivo para que te comportes así.
―Aún no estoy seguro, pero eso veremos ―me da un cálido beso en la mejilla y con la misma se aleja junto con Rafael.
―Lucia los estaré vigilando a ambos en la fiesta ―dice Rafael con un tono bastante serio.
―Mentira si nada más de ver a Tania te olvidas que el mundo existe ―no me canso de burlarme de él.
***
La radiante luz del Sol se desvanecía a mediados que pasaba el tiempo. Las sombras de los árboles se desaparecía poco a poco hasta que llegó la noche.
Una noche en la que no sé como pueda terminar.
Ya estaba llegando un poco tarde a la fiesta, pero es normal que al principio esté un poco aburrida o al menos así me imagino que sea.
Bajo del auto con un look totalmente diferente a lo que nunca estoy acostumbrada a vestirme. Llevo un vestido de color negro completamente pegado al cuerpo, definiendo mis curvas junto con unos tacones no muy altos; mi cabello estaba suelto resaltando un poco de volumen y mi maquillaje se sentía un poco pesado con colores bastantes oscuros. Es imposible que alguien pueda reconocerme.
Solo quiero que vean en lo que me he convertido por tratar de evitar el infierno en el que antes vivía.
Entro a la fiesta y parece que llamo mucho la atención ya que muchos no me quitan los ojos, y ese era mi propósito para que vean que ya no soy la estúpida de antes.
★Nota de la autora★
Buenas, buenas terminamos con un ambiente bastante intenso.
Lucia quiere demostrar ese cambio que ha dado drásticamente.
Lo que ella no sabe es que no hace falta que trate de resaltar, ella ya es reluciente y solamente por su manera de ser. Solo hay que ser uno mismo para que ya otros tengan envidia de tu personalidad.
¿Qué creen que pasará en aquella fiesta?
Lo veremos en la próxima ~~~~
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