20.Sorpresa

Lucia Ferrey:
A veces no logro ni reconocerme como soy capaz de hacer semejante cosa en casa de Andrés e incluso estando a punto de que su abuelo nos viera, a penas entró y ya nosotros estábamos en la sala como sí no hubiera pasado nada, pero tengo que admitir que he descubierto que toda esa adrenalina me gusta experimentarla y mentiría si dijera que no quisiera que se
me vuelva a ocurrir.

Voy entrando a mi casa y me encuentro a mi padre en la sala fumando disfrutando de cada colada que aspira. Trato de evitarlo, pero me es imposible ya que me llama.

―¿Lucia dónde estabas? ―dice con un tono bastante molesto.

―Papá ya te lo había dicho.

―Por si no lo sabes, tu amiga llamó preguntando por ti. ¿Dónde estabas?

Maldita sea la suerte que tengo, Tani en estos momentos has arruinado la vida de tu amiga. Ya no sé ni que decir mi corazón parece que se va a partir en miles de pedazos en el día de hoy, ya ha sufrido bastante.

―No me vas a responder y para el colmo mira tú blusa lo mojada que está. Te dije que llevaras un paraguas.

Bueno querido padre si te dijera que estoy así por alguien más y no por la lluvia. Aunque eso sería una larga historia de la cuál no tengo la confianza necesaria para explicártela.

―Solo salí a devolverle unas cosas a un amigo…

―¿Qué amigo, es a Rafael? ―interrumpe mis palabras.

Ya empezó con el interrogatorio como si yo fuera una criminal. Cuando me va a dejar respirar en paz, si yo tuviera la seguridad de que diciéndole la verdad no se va a enojar ya se lo hubiera dicho, pero siempre tengo que inventar excusas para conversar con él con una total normalidad.

―Mira papá es un amigo y después de eso iba para casa de Tania, pero no me dio tiempo así que preferí volver, por eso ella llamó aquí.

No sabes cuánto me duele no decirle que ese amigo quiere ser su yerno, pero a estas alturas todavía no sé qué tipo de relación tenemos, y si le digo aunque sea su nombre estoy segura que lo empieza a investigar como si fuera un fugitivo.

―Que no me digas el nombre de ese amigo es bastante sospechoso.

―Solamente no tengo ganas de decírtelo.

―No importa tarde o temprano lo sabré de algún modo. Sabes que esto se lo diré a tu madre, ¿no?

―Díselo no estoy escondiendo nada. ¿Dónde está ella?

―Aún está en el cuarto, sin querer hablar conmigo.

Te lo mereces por querer hacer mi vida a tu conveniencia.

Entro a mi cuarto y de inmediato llamo a Tani.

―Hola.

―Tani tenías que llamar al fijo de la casa.

―Te llamé muchas veces al móvil, pero nunca me respondiste. ¿Qué paso? ¿Por qué no viniste?

―Iba a ir a tu casa, pero me tardé mucho en casa de Andrés.

―¿Algo sucede entre ustedes? —bueno parece que se dio cuenta.

―¿Por qué lo preguntas?

―Es obvio que entre ustedes hay química, además esto no te lo he dicho, pero el día del partido de tenis los vi besándose.

―¡Qué! En serio.

―Sí, te estuve buscando por toda la escuela ese día y entonces me acordé que te gusta siempre estar en esa aula desolada cuando tienes mucho en que pensar, así que fui a buscarte antes de que Rafael me lo pidiera y ahí fue cuando me di cuenta que ustedes tenían algún tipo de relación. Aunque después volví a entrar y hacerme cómo que no había nadie en el aula para que Rafael no se diera cuenta, aún sabiendo que estaban detrás de la puerta.

―Tani sabes que no fue mi intensión ocultarte eso. Solo que estuve insegura por mucho tiempo y me era imposible tomar algún tipo de decisión.

―Lo sé, después de lo que pasó con el estúpido de Javier, es lógico de estar así de insegura. Pero hay algo que tengo duda ¿cómo es eso de que estuviste insegura, acaso él te hizo cambiar de opinión?

Una sonrisa sale de mi rosto amargado y de pronto me pongo a pensar en todo lo que ha sucedido hasta ahora. Es el único al que he dejado llegar tan lejos, he incluso hasta he visitado su casa y hemos hecho cosas que nunca en mi vida pensé que haríamos. Pero cómo es posible que me haya hecho cambiar de opinión, aunque no quisiera aceptarlo es verdad que me ha llevado a un laberinto sin salida.

―Cómo quisiera decirte que no, pero ya es muy tarde para negarme.

―Oh por dios, estoy sin palabras, no lo puedo creer. Como es posible que esa Lucia de antes que demostraba siempre desinterés hacia los demás, la que decía que el amor es solo una ilusión, haya cambiado de parecer tan rápido.

―Oye no es para tanto aún sigo pensando que el amor es una ilusión y todavía sigo sin tener confianza en las personas.

―Está bien, te entiendo, pero aún sigo petrificada.

―Deja de burlarte de mí, ¿quieres?

***

Ya han pasado prácticamente dos semanas y lo único que he hecho ha sido estudiar. Los profesores quisieron hacernos pruebas en todo el mes de diferentes asignaturas. A penas he tenido tiempo para verme en el espejo. En estos días Andrés y yo estamos un poco distantes, aunque creo que es mi culpa porque me pidió estudiar juntos y me negué por completo, pero si estudiamos juntos estoy segura de que lo que menos haremos sería estudiar.

Además soy el tipo de persona que me gusta concentrarme en los estudios estando sola, pero él lo entendió al momento.

Salgo de la escuela agobiada, pero a la vez des estresándome porque ya era viernes. Cuando me encuentro a Javier entre costado en su auto con sus manos cruzadas, buscando a alguien con la vista.

Será posible alguna vez despegarme de él, aunque lo tengo que aceptar aun sigue teniendo ese contraste de ser sexy y elegante a la vez, con su corto cabello castaño con sus vetas rubias, que dice él que son naturales, pero hasta el día de hoy sigo diciendo que es mentira. Me acerco y le pregunto.

―¿Qué haces aquí, estúpido?

―Todavía sigues llamándome así, he venido a buscarte.

―¿Cómo sabes que estudio en esta escuela y que iba a salir a esta hora? ¿Además para qué me buscas?

―Espera una pregunta a la vez, sé que estudias en esta escuela porque le pregunté a tu padre y me dio el permiso de invitarte para ir a una fiesta, hoy.

Creo que seguir discutiendo con mi padre por entrometerse en mi vida es un caso perdido.

―¿Hoy?

―Si es una fiesta para reunirnos con nuestros antiguos compañeros de clases de la secundaria.

―No voy ―le respondo sin pensarlo dos veces.

―¿Por qué no vas?

―Y todavía lo preguntas, ¿de quién es la culpa que termine la secundaria en otra escuela?

―Si ya lo sé, pero esta vez es diferente, nadie se va a burlar de ti.

―Prefiero prevenir que temer que lamentar.

―Luci ―saluda Rafael abrazándome por detrás― estoy feliz, esta vez estoy seguro de que aprobé el examen.

―Bueno lo creeré cuando vea la nota.

―No seas tan mala.

―Eres Rafael ―pregunta Javier― no te acuerdas de mí.

―Oh Javier como me voy a olvidar de ti.

―¿Desde cuándo ustedes se conocen? ―como siempre mi maldita curiosidad no termina.

―Nos conocimos en un partido de baloncesto, gracias a Javier ganamos de un empate.

―Así es, por cierto tu eres el… ―duda por un momento― novio de Lucia.

Por dios dame paciencia con este chico, los escrúpulos de él se fueron para el latón de la basura sin permiso.

―¿Novio? Lucia tienes novio y no me contaste.

En estos momentos me quisiera desaparecer o simplemente hacerme la invisible. A donde quiera que pase Javier va arruinando mi vida. Ahora no sé ni que decir, si tan siquiera dijera el nombre de Andrés estaré bajo investigación por parte de su primo ya que su curiosidad es peor que la mía.

―Yo soy su novio ―dice Andrés rodeándome su brazo derecho por la cintura y besándome en el cabello― hay algún problema.

Nota de la autora

Sorpresa... He querido actualizar lo más pronto posible.

De seguro tienen curiosidad sobre el pasado de Lucia y Javier, pero solo les diré que por algo ella piensa de esa manera sobre el amor y todo por culpa de esos recuerdos que no puede olvidar.

Les diré que las personas nesecitan tener esperanzas sobre el amor, es imposible vivir una vida amargada solamente recordando el pasado, sin poder vivir el presente y dejar todo atrás.

Espero que esto les sirvan de experiencia. Hasta la próxima ~~~~~

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