2.Hasta el tope
—Este no...este me queda mal...no puedo ponerme esto me queda corto...mal, mal y mal —suelto un suspiro
Será que toda la ropa que me ponga hoy no me quedará bien o es mi punto de vista. Después de tanto modelar en el espejo decidí ponerme un vestido de color blanco ajustado a la cintura, pero desahogado en los brazos.
De verdad que ir a una fiesta nocturna vestida de blanco es un poco extraño, pero como es mi color favorito no me importará.
Al terminar de arreglarme, me miro otra vez en el espejo que está en unas de las esquinas de mi cuarto, en donde se refleja mi cuerpo entero. Estoy vestida de blanco con unos zapatos de tacón bajo y con un maquillaje moderado que aparenta como si no tuviera, pero me siento insatisfecha porque observando detenidamente a través de mi vestido resalta una pequeña barriga (como quisiera haber nacido como mi hermana sin preocupaciones por el físico, tendré que ir al gimnasio mas seguido a quemar grasas) de pronto interrumpe mis pensamientos una llamada de Tani diciendo que ya había llegado a la fiesta.
Con el apuro se me olvidó el asunto de mi vestimenta y salí para verificar donde se encontraba mis padres; ellos estaban en la sala donde Sol los entretenía con los cuentos de su experiencia en la universidad. Aprovecho y salgo por la puerta trasera de mi casa que me llevaba directo al patio, cruzando una pequeña reja encontré mi carro estacionado en la entrada (claro todo esto fue con la ayuda de mi hermana)
Me dirijo a casa de Rafael donde trato de estacionar el carro cerca de la entrada, pero todos los espacios están ocupados, cuando creí darme por vencida encontré uno, pero al salir del auto mi tacón izquierdo se atora con la rejilla de una alcantarilla.
Hoy de verdad que tengo mala suerte.
Tratando de sacarlo veo una sombra detrás de mí.
—¿Quieres que te ayude?
—Dios...que susto
—Creo que no doy tanto miedo.
Para serte sincera en vez de miedo das gusto. La oscuridad de la noche no me dejaba ver perfectamente, pero con el resplandor de la luna pude ver algunos rasgos de su cuerpo era muy alto que a su lado se podría decir que soy una enana, su cabello era ondulado con una tonalidad de color castaño claro y su rostro era lo que más me cautiva por sus ojos grises.
No es normal encontrarse a una persona con ojos grises en donde vivo, seguro que debe ser extranjero.
Cuando me miró a los ojos me sentí perdida en su mirada como si me llevara a un pasaje a lo desconocido. Tratando de desviar mi mirada sintiéndome intimidada.
—Te apareciste detrás de mi sin previo aviso crees que eso no me asustará. Gracias por ofrecer tu ayuda, pero no la necesito.
—Bueno si no necesitas mi ayuda te la pierdes —alejándose
—Si serás, yo no necesito de tu ayuda —al gritarle pierdo el equilibrio y caigo sobre espalda, tocándole su trasero.
—Si tanto querías tocarme me lo hubiese pedido con antelación.
Entonces si te lo pidiera me dejarías
Luci no pienses en eso que te pareces a una pervertida.
—Créeme, esto es un malentendido.
—Si lo es, ¿por qué no me sueltas? —me aparto a la velocidad de la luz y observo como mi zapato ya no esta atorado solo tiene un rasguño del roce, pero nada serio.
El chico del cuál yo no sabía ni su nombre siguió su camino y yo al percatarme que estaba bien me dirige hacia la fiesta adelantándome.
Pero hasta cuando él piensa seguirme.
Cuando entro a la casa estaba todo iluminado con bolas de colores, con la música demasiada alta. En donde estoy, no parece ser la casa de Rafael más bien un club nocturno. En el centro de la sala había un grupo que bailaban alegremente. Al verme entrar pararon y empezaron a saludar.
—Oh Luci llegas tarde
—Lo siento chicos
Rafael cuando vio al personaje que venía detrás de mi se puso contento y empezó a abrazarlo.
—Andrés pensé que no vendrías, ¿por qué llegas tarde?
—Tuve un percance con una pervertida —desviando su mirada hacia mí y con una sonrisa pícara. No podría hacer nada más que encoger los hombros y sonreír, me alegro tanto de estar en un lugar semi oscuro porque debería estar roja como un tomate.
Uno de nuestro grupo le dice:
—¿Rafael quién es? Preséntanos.
—Este es mi primo que acaba llegar de Alemania, se llama Andrés Briver.
—Por cierto, primo felicidades.
—Pensé que te olvidarías que hoy es mi cumpleaños.
—A qué te sorprendí. —Sí.
—¡Qué! Hoy es tu cumpleaños y no nos dijiste.
—Chicos no se los he dicho antes porque no quiero que a la salida de la escuela ustedes me bañen de agua.
—No espera esa es la tradición y como nos a engañado te toca ahora.
—Entiendan estamos dentro de una casa no pueden hacerlo ahora.
—Tienes razón aquí no, pero en el patio sí.
Se formó el desorden Rafael empezó a correr por toda la casa para no ser capturado y cuando lo cogieron lo cargaron, y lo llevaron al patio. Mientras yo y las mayorías de mis amistades estábamos llenando los cubos, vasos, pomos, etc...de agua.
Créeme es una gran maldad que en el día de tu cumple te hagan tal cosa.
Lo que me sorprendió fue lo rápido que se trasladó la fiesta que estaba adentro para el patio -con música y bebidas- empezamos a echarle los cubos de agua fría y el empezó a maldecir el día en que nació, hasta cuando terminamos y se quiso vengar echándonos agua también.
Ya saben de pronto se formó la fiesta del agua.
Estaba empapada y cansada de tanto correr y bailar por el patio de pronto siento una mirada penetrable y cuando observo era Andrés que no me quitaba la vista ni por un segundo. No me lo puedo creer es el único que no está mojado, ese es el beneficio de ser el chico nuevo -de pronto me viene el recuerdo de cuando me dijo pervertida- la única palabra que me venia a la cabeza era:
"venganza"
Nota de la autora:
Como quisiera ahora mismo estar en una fiesta de esas. Trataré de actualizar seguido para que mis queridos lectores no se queden con la intriga.
Los mejores deseos para todos de parte: J.S
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top