18.Nueva experiencia
Lucia Ferrey׃
Si te dijera que le devolví el pulóver y Salí de su casa como sí nada hubiera pasado. ¿Me creerías?
No, verdad.
Para ser sincera esos eran mis pensamientos pero en ese momento mi cuerpo en otras palabras tenía voluntad propia. Mis manos no dejaban de recorrer su cuerpo y mis labios no de despegaban de los suyos, además me era imposible salir ya que él me agarraba con tanta fuerza como si no quisiera que me vaya. Sus manos empezaron a levantarme la blusa que llevaba puesta, acariciando mi espalda de arriba hacia abajo haciéndome estremecer por completo.
Rápidamente me separo de él susurrándole al oído ―A todo le llega su momento ―se dio cuenta que le estaba diciendo las mismas palabras que me dijo cuando nos conocimos. Así que aprovecho y le doy un pequeño beso en el lóbulo de su oído.
―No seas injusta, éstas repitiendo mis palabras.
―Creo que las puedo usar a mi beneficio ―le digo con una sonrisa traviesa y le guiño el ojo.
Trato de cambiar el tema de conversación así que le digo.
―Andrés tengo prácticamente la garganta reseca me podrías dar un poco de agua ―le digo evitando sus ojos que por un momento me miraron confusos.
Ya lo sé, soy pésima diciendo mentiras incluso con lo mínimo sin importancia, pero creo que él ya se dio cuenta de eso.
Nos dirigimos hacia la cocina que no se encontraba muy lejos de la entrada. Esta casa a diferencia de su apariencia por fuera por dentro todo es de madera con un contraste moderno, me encanta este estilo es muy cómodo.
Estaba entretenida observando la casa y no me había fijado que Andrés me estaba entregando un vaso con agua.
―Sabes qué estamos solos en casa, ¿no? ―con solo decir eso ya estaba atorada con el sorbo de agua que había tomado. Mojándome la blusa.
―Lucia es normal que seas así de despistada ―agarra un paño y me empieza a secar la blusa.
Acaso lo que acabas de decir era una indirecta o me equivoco.
―Ya te dije que yo no soy normal ―le respondo con una voz ronca y con los ojos llorosos de tanto toser.
Agarra el vaso depositándolo arriba de la mesa y se acerca a mí arrinconándome junto a ella.
―¿Por qué será que desde que te vi has estado mojada? Tanto te gusta exhibirme tu ropa interior ―me dice mordiéndose su labio inferior.
¿Pero de qué habla? Fue ahí donde me fijé que mi blusa estaba media transparente.
―Créeme que esto no fue a propósito.
No faltó decir nada más y me cargo subiéndome a la mesa. Mis manos estaban ocultando mi ropa, hasta que Andrés me las quita para observar mejor. Así que yo vuelvo a ocultar con las manos.
―Vamos Lucia si antes ya te había visto así. No seas cruel y muéstrame mucho más de lo que ya he visto.
Sin pensarlo dos veces empezamos a besarnos, mientras él me besaba por todo mi cuerpo llevándome a otro nivel, sus manos acariciaban mis muslos de abajo hacia arriba. Levantando muy lentamente la falda que llevaba puesta.
No sé en qué momento el ambiente en la cocina se volvió caliente, pero no faltaba nada para cruzar esa línea de pasión.
—Tanto te gusta que te toque —dice Andrés con un tono serio y dulce a la vez.
—No me gusta —le digo para tratar de evitar lo que es posible que suceda.
Unos de sus dedos rozan por mi ropa interior y de tal sorpresa automáticamente encierro mis piernas con mucha fuerza dejando su mano inmóvil.
—Parece que tu cuerpo reacciona muy rápido, pero yo te voy hacer cambiar de opinión.
Ha estado sucediendo desde que llegué a esta casa todo lo contrario de lo que ya tenía pensado hacer. ¿Acaso esto es una burla del destino o qué?
Aunque no quiera aceptarlo, pero esto ya va más allá de mis límites. Mi corazón no falta mucho para que ya salga de mi pecho cada vez que me toca siento que me derrito; no puedo creer que ahora me esté tocando esas partes privadas que a ninguno he dejado que me tocara, pero ya no tengo conciencia para combatir esos pensamientos, incluso es todo lo contrario en estos momentos lo estoy deseando hasta mi cuerpo está reaccionando a cada uno de sus movimientos.
―Parece que lo estás disfrutando ―su vez es baja pero a la vez influente haciéndome excitar cada centímetro de mi cuerpo.
―¿Para qué quieres que te lo diga? ―le digo conteniéndome.
Al decirle sus dedos hicieron contacto con mi piel, haciéndome estremecer de placer y a la vez evitando gemir mordiéndome mi dedo índice.
―Déjame escuchar tu voz, que esos gemidos son la respuesta a mi pregunta ―se me acerca apartando mi mano de mis labios, diciéndome― No te cansas de ser una pervertida, mira lo húmeda que estás con solo tocarte ―y le respondo con un beso con lengua profundo.
―Sigue así que me gusta ―creo que he perdido toda mi cordura. Antes para mi admitir las cosas me costaba mucho trabajo y ahora mírame estoy en este estado por Andrés es inevitable que tarde o temprano me vuelva loca.
—Viste como te hago cambiar de opinión tan rápido, no siempre me puedes evitar Lucia.
La velocidad de sus dedos en mi parte inferior hace que rápidamente llegue a un absoluto estado de placer que me es imposible evitar mis gemidos.
―Mierda… Andrés... Para, detente ―le digo a través de gemidos y súplicas— estoy al venirme.
—Ese es tu castigo por mentirme.
No faltó decir nada más y ya me había hecho venir explorando nuevas sensaciones de miles de formas diferentes, sintiendo una satisfacción impredecible, consumiendo todas mis fuerzas haciéndome derribar sobre la mesa estando agitada y húmeda en muchos sentidos.
Estoy sin palabras como he podido permitir que pasara esto, sé qué ya es muy tarde para arrepentirme pero a la vez me siento culpable.
Saben qué es lo que más me aterra es que en este momento entre su abuelo por esa puerta y me vea encima de la mesa pasando el mayor orgasmo con nuestros cuerpos agitados, nuestros labios mezclándose con nuestro aliento a necesidad de seguir y sobrepasar esa pared de tener una extremada intimidad.
Después de calmarme un poco recupero el aliento y trato de pararme, pero aún así las piernas me tiemblan dando un poco de dificultad para caminar.
Hasta que me doy cuenta de que no era la única excitada después de todo lo que ha pasado.
—Estás bien —le digo tocando su duro miembro.
—Lucia cada vez te vuelves más atrevida —aunque sus palabras sean una burla en su cara refleja que lo está disfrutando.
No soy una esperta en esto, pero con solo tocarla me di cuenta de que eran verdad las palabras de Andrés anoche.
—Por si no lo has notado corres peligro estando junto a mi.
Oh dios en estos momentos como quisiera haberle creído.
Se encuentra apoyado a la mesa besándome y masajea salvajemente mis senos, mientras que yo me deleito en observar aquel paisaje tan excitador, sintiendo una gran satisfacción.
Ya estábamos a otro nivel de placer cuando de pronto escuchamos en sonido de unas llaves tratando de abrir la puerta.
—Andrés que hacemos de seguro que es tu abuelo —le digo con los nervios de punta.
—Termina con lo que empezaste, no me dejes en este estado —su voz agitada y llena de lujuria me impulso a ser más rápida que antes.
—Oh dios... Ya estoy en mi límite —habla contrayéndose por completo.
Cierra los ojos mordiéndose su labio inferior, se agarra de la mesa y se viene en mi mano. Nuestra agitación se siente por toda la cocina interrumpiendo aquel silencio incómodo.
Para ser sincera nunca llegué a pensar que esto me pasaría algún día. Siempre he estado tratando de evitar a los hombres que han tratado de llegar ha este nivel, incluso con mis novios no me sobrepasa con nada más besos.
No lo quiero aceptar pero este alemán de ojos grises tiene el don de llevarme a otro nivel, si antes era con solo una mirada, después pasó a ser besos y ahora esto. Tengo el presentimiento de que pronto me perderé con solo tocarme. Pero lo que más me maravilla es que no tengo miedo puedo hacer esto sin ponerme nerviosa, incluso hace un instante quise sentir y tocar más cosas de su cuerpo.
Esto acaba de ser una experiencia con mucha adrenalina.
*Nota de la autora*
Hola a todos, muchos me han pedido acción y aquí las tienen. Espero que me disculpen por la demora, pero la verdad era porque quería que este capítulo sea estupendo, así que me he estado dedicando a darle mejoría.
Aquí les traigo una pregunta y espero que me la respondan con toda sinceridad.
¿Cuál era el mayor peligro para Lucia?
En este momento ya me estoy imaginando sus caras, pero me gusta darle interés al asunto.
En estos días me han hecho una entrevista sobre esta novela, así que quiero compartirla con ustedes se encuentra en el tablero de mi perfil por si tienen curiosidad.
Ya estoy esperando publicar con ansias el siguiente capítulo. Hasta la próxima ~~~~~~~~~
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