Capítulo 14

Miraba los árboles y casas del vecindario. Recordaba sus ojos, y su tierna y coqueta sonrisa; pensé en lo feliz que había sido a su lado.

<< Joey no ama a su esposa. No la ama >>

<< Está aquí, solo conmigo >>

Eso me hizo volverme loca y llenarme de ilusiones y sueños locos sin sentido.

<< Si mi familia y Antonia lo supieran... >>

Tomaba desayuno con mi Nina; no pude callarme toda la felicidad que sentía y todo lo que habíamos hecho con Joey ayer y se le conté todo. Solo me guardé algo, el que él estaba casado.

Mi Nina me sonrió y escuchó con entusiasmo todo lo que yo le iba contando de Joey y de todos lugares, a los que habíamos ido.

De pronto ella me miró y me preguntó:

_ ¿Cuántos años tiene ese muchacho? – me puse nerviosa y solo me tendí a responder...

_...49. Es un poco mayor...

Nina se quedó callada. Sentí su silencio y vi la expresión en su rostro...

_ Pero hija, es un hombre mayor

_ Lo sé, pero eso a mi no me importa Nina. Es muy tierno y agradable, además de muy guapo. Sé que te agradara cuando lo conozcas – volvió a sonreírme.

_ Bueno si es así, y si eres feliz, yo también lo soy

_ Gracias mi Nina...

_ Cambiando un poco de tema hija. No has llamado a tus padres para decirles que estás bien – mi sonrisa cambió.

_...

_ Además es necesario que hables con Pandora y hagas las paces con ella

_ No Nina, no puedo hacer eso...

_ Pero ¿Por qué no hija? ¿Qué fue eso tan grande que pasó entre ambas para que tu decidieras venirte a quedar conmigo por un tiempo? – la miré con tristeza y con un nudo en la garganta, le conté todo...

Ella más que sorprendida, le causó enfado lo que Bastian y Pandora me habían hecho y yo triste, ella tomó mi mano.

_ El tiempo te dará la razón hija y cuando te sientas recuperada, podrás olvidar y perdonar a tu prima...

Yo triste, solo la miré y sonó mi celular...

Joey: Juntémonos en la playa, en una hora. Te espero tan bella como ayer...

Sonreí de ilusión y dicha al instante y Nina me miró.

_ ¿Qué pasó hija? – le sonreí de oreja a oreja.

_ Era Joey. Me envió un mensaje

_ ¿Y qué te dice?

_ Me dice que nos juntemos en la playa, en una hora. Quiere verme Nina, Joey quiere verme

_ Por lo que me has hablado de él, se ve que es un buen hombre. Se le nota que está interesado en ti – le sonreí.

_ Bueno, es mejor que vaya ya a alistarme, pero no sé qué usar

_ ¿Cómo que no sabes que usar? si tienes mucha ropa. Solo vístete como mejor te sientas

_ Es que quiero verme linda para él – Nina me sonrió.

_ Calma, no te impacientes, lo que uses te verás bonita para él...

Me bajé del taxi y fui hasta la playa. Me saqué las zapatillas y caminé por la arena. Esperaba solo a verlo.

De pronto lo vi sentado en la arena, también descalzo. Miraba con serenidad el mar y yo miré perdidamente. Él me vio y se colocó de pie y yo feliz, corrí a sus brazos.

Él me tomó en sus brazos y nos sonreímos más que felices y luego él me miró con destellos.

_ Estás muy linda hoy – le sonreí con pudor y él me destelló con sus profundos ojos celestes.

Descalzos, caminamos por la tranquila y solitaria playa. Los dos amábamos sentir los pies sobre la arena y que el agua los mojara.

Joey tomó mi mano, sonreímos y el agua mojándonos los pies, miramos con afán el sereno mar.

_ ¿Siempre la relación con tu prima ha sido difícil?

_ Si, desde que éramos niñas. Nunca lo comprendí, pero, Pandora siempre me ha detestado y envidiado y aún no sé por qué.

_ Porque tú eres muy distinta a ella, ella puede ser la mejor de su clase, salir con todos los hombres que quiera, pero no tiene esa ternura, inocencia y bondad que tú tienes, además eres muy bella

_...

_ Todo eso amo de ti Stephanie

_... Joey...

Solo pude concordar y Joey acarició mi mejilla, mientras que las olas rompían junto a ambos.

_ Disculpa mi indiscreción, pero ¿Aún te duele lo que esos dos sujetos te hicieron?

_... No sé si es tristeza, pero siento mucha rabia con ambos. Nunca creí que mi ex me engañaría con mi prima, es algo chocante. Me siento como una tonta por no haberme dado cuenta antes

_ El único tonto y canalla fue ese tipo. No supo valorarte y amarte, como tú te lo merecías

_ ¿Y tú si sabrías hacerlo? – me miró perdidamente enamorado y acarició mi mejilla.

_ Créeme que ya lo estoy haciendo linda...

Atónita, el corazón se me iba a salir del pecho y Joey me besó larga y apasionadamente. Mi alma se estremeció por él y ambos nos besamos con deseos y amor.

Dejamos de besarnos y los dos con la respiración agitada y el corazón acelerado, yo tomé su mano y la presioné en mi pecho. Joey miró su mano en mi pecho y me miró locamente enamorado.

_ Tú has cambiado mi vida con tu música y tu linda sonrisa, la que me regalaste el día en que te conocí...

No se pudo controlar al yo decirle aquello y volvió a besarme. Me aferró con ternura a sus brazos y sostuvo mi cabeza con sus manos.

Abrazados, miramos otra vez el mar y él volvió a apegar su cabeza junto a la mía. yo sonreí con dicha.

_ Te prometo que en estos días te haré muy feliz niña mía

_ ¿Es una promesa?

_ Si, es una promesa – le sonreí con anhelos y él contempló con afán mi sonrisa.

Tomados de la mano, caminamos descalzos por la arena. No podíamos dejar de sonreír.

Miré su mano tomada de la mía y esbocé una sonrisa. Joey me miró.

_ ¿Qué pasa? – preguntó sonriéndome con ternura.

_ Es que tus manos son muy grandes, cubren a las mías – él se rió y luego, dulce, besó mi mano.

De pronto sonó mi celular. Era un número desconocido, y sin más contesté la llamada.

Abrí los ojos al escuchar la voz de Bastian.

_ ¿Dónde estás? Quiero verte, ya no soporto a tu prima. Solo quiero estar contigo...

Furiosa, Joey me miró atento, frente a quien era el que me estaba llamando.

_ ¡Deja de molestarme y no vuelvas a llamarme! – irritada y nerviosa le corté la llamada.

_ ¿Era él cierto? – me preguntó. Sabía que así era.

_ Si...

Solo a eso me limité a responderle y tensa, quise seguir caminando, y volvió a sonar mi celular. Lo miré perpleja y nerviosa, él actuó.

_ Dame el celular

Yo sin pensar, se lo pasé. Joey molesto, contestó él la llamada por mí.

_ Deja de molestar a Stephanie. Ella ya no tiene, y no quiere, hablar nada más contigo

_ ¡¿Y tú quien rayos eres?! ¡¿Por qué contestas el celular de mi novia?!

Joey enfadado, le cortó sin importarle lo que Bastián le había dicho y este apretó los puños de ira.

Yo sorprendida, Joey me miró.

_ Con esto, no volverá a llamarte – le sonreí y no me pude contener y lo abrasé, lo que a él le derritió por completo.

_ Gracias, de verdad muchas gracias por lo que acabas de hacer por mí – él me sonrió.

_ Tranquila, no tienes nada que agradecer niña mía. ese canalla se merece eso y aún más...

Aún frente a la orilla de la playa, nos colocamos los zapatos y Joey me miró.

_ ¿A dónde te gustaría ir? – pensé en un lugar en especial y le sonreí.

_ ¿Te gustaría ir a un parque de diversiones que se llama Fantasilandia? – me sonrió.

_ Si, porque no, pero ¿No seré un poco mayorcito para ir a un lugar así?

_ Claro que no. Es un parque de diversiones, con juegos extremos. Es apto para todas edades – sonrió apenado.

_... Bueno, está bien, me has convencido. Espero eso sí, que no me dé un infarto en la cima de la montaña rusa – le golpeé su hombro.

_ ¡Tonto! ¡No lo digas ni en broma! – él soltó una carcajada y luego me abrazó y besó mi frente.

A las afueras de Fantasilandia, vimos las enormes filas para ingresar a los juegos. Vimos también la gran montaña rusa y luego yo miré a Joey. Él con sus lentes de sol, me sonrió con ternura.

_ No puedo creer que hare esto – dijo con risa y yo solté una carcajada.

_ ¿En serio nunca has ido a un parque de diversiones?

_ Si, muchas veces, cuando era un niño – volví a sonreírle.

_ Te prometo que nos divertiremos mucho – él volvió a sonreírme

_ Te creo, confió en ti hermosa...

Compró las entradas y yo más que feliz, me tomé de su brazo y entramos al parque de diversiones.

Joey me preguntó:

_ ¿A qué juego nos subimos primero?

_ A ese – le indiqué con el dedo el del barco pirata - ¿Te gusta? – Joey sonrió y me tomó de la mano.

_ Vamos a ese entonces...

Sentados en el barco pirata, nos apretamos la mano y nos sonreímos.

_ ¿Estás nervioso?

_ Si, un poco

Nos reímos y el juego comenzó a funcionar; lento, de arriba hacia abajo.

Eufóricos, el barco comenzó a balancearse más rápido y los dos mareados, nos miramos y estallamos en risas.

Nos gustaba aquella sensación de adrenalina y el barco sin parar, subió y bajo más y más rápido; todos levantamos las manos y la adrenalina se nos salió casi por los poros, gritamos a la par.

Nos bajamos del barco pirata y sin contenernos la risa, Joey me sonrió.

_ ¡Soy tan feliz contigo!

Grité a viva voz y Joey tierno y feliz, me cargó en sus brazos y me dio una vuelta. Los dos nos reímos inmensamente felices.

Corrimos a la montaña rusa y Joey tras de mí, no dejaba de reírse y yo grité su nombre a los cuatro vientos.

Miramos con detención aquella montaña rusa.

_ ¿De verdad quieres subirte a este juego?

_ Si, es lo que más quiero – acarició mi rostro y luego nos besamos.

En la fila, esperamos ansiosos por que fuera nuestro turno. Miré a los demás tras ambos y vi que había una larga fila.

Era nuestro turno y más que ansiosos, y nerviosos también, nos subimos. Nos colocaron el cinturón de seguridad y yo suspiré con nervios. Joey miró a los demás esperar su turno y respiró, también nervioso. Me miró y me sonrió.

_ ¿Nerviosa?

_ La verdad, sí. Me da hasta un poco de susto

_ Tranquila. Haz cuenta que es el avión que tomamos los dos – le sonreí.

_ Entonces tendrás que sujetar fuerte mi mano

_ No la soltaré

Nos miramos perdidamente y la montaña rusa comenzó a andar y los dos entramos en suspenso. Mi corazón latió rápido y muy contento de que él tomara mi mano.

Estábamos a punto de dar la primera vuelta y los dos expectantes, de pronto caímos y gritamos con toda euforia.

Grité y grité y Joey se reía frente a mis gritos y yo con mi adrenalina a todo dar, me sentí inmensamente feliz, porque él iba conmigo.

Subimos a la cima de aquella gran montaña rusa y los dos desesperados, miramos al vacío y gritamos con locura

Dimos la última vuelta y los alucinados, ya solo queríamos bajarnos de aquel carro.

Un poco mareados, nos reímos y Joey me ayudó a bajarme del carro.

_ ¿Estás bien?

_ Un poco mareada, pero bien ¿Y tú?

_ Yo, bueno, también un poco mareado, pero estuvo genial. Lo disfruté ¿Y tú?

_ También... debo confesarte algo...Siempre soñé en subirme a la montaña rusa contigo

_ ¿En serio?

_ Si. Ahora pensarás que si soy una loca de verdad – me sonrió con ternura.

_ Ven aquí – me abrazó – Tu tierno sueño si se hizo realidad ¿Ves?

_ Oh mi Joey. No dejes de abrazarme por favor

_ No lo haré...

Caminamos contentos por todo el parque; veíamos a los niños y parejas correr a subirse a los juegos y Joey me miró con destellos.

_ Mira Joey. Esas son las sillas voladoras

_ Se ve muy entretenido ¿A ese quieres subirte?

_ Si, vamos...

Por suerte la fila no estaba tan larga, como la del juego anterior, y los dos tomados de la mano, íbamos a ingresar, junto con un pequeño grupo, pero uno de los encargados nos detuvo.

_ ¿Solo ustedes dos van a ingresar al juego? – yo me sostuve del brazo de Joey y él respondió.

_ Si. Somos solo los dos

_ Perfecto, allá hay dos asientos para padre e hija...

Incomodo y molesto frente a lo que el encargado nos había dicho, yo lo miré y reaccioné con enfado.

_ ¡¿Cómo se te ocurre decirle eso a mi novio?! – Joey me miró perplejo y el encargado se tensó por completo. Él se alejó.

_ No estoy para esto... - la angustia se hizo presente.

_ ¡Joey, espera!

Corrí tras de él y él se detuvo... No estaba cómodo y yo lo pude notar...

_ Lo siento. No pensé que pasaría algo así

_ Yo sabía que no debía venir

_ ¿De qué estás hablando?

_ Este es un parque de diversiones, para niños y jóvenes, no para un hombre mayor como yo

_ Vamos. No puedes ofenderte porque un tonto te dijo eso – frunció el ceño.

_ Te aseguro que muchos creen lo que ese sujeto me dijo, que yo soy tu padre... - lo miré quebrantada.

_ Y no me agrada en lo absoluto

_... Pero ¿Qué te importa lo que digan o piensen los demás? A mi no me importa y lo sabes

_...

_ ¿Por qué tienes que agobiarte con algo tan absurdo como eso?... La estamos pasando tan bien ¿Qué no te das cuenta? – me miró en seco.

_ Tenías razón aquella vez. Era y es mejor que dejemos todo esto hasta aquí y no volvamos a vernos más... - se me hizo un nudo en la garganta y se me llenaron los ojos de lágrimas.

_ ¿Qué estás diciendo Joey?

_ Lo mejor es que ya no salgamos más Stephanie. Yo me iré en unos pocos días y no quiero darte falsas esperanzas. Estoy casado y así lo seguirá siendo...

Sus crueles palabras me hirieron rotundamente y con los ojos humedecidos, las lagrimas escurrieron por mis mejillas y bajé la cabeza, por su parte, él se sintió podrido y como un poco hombre por dentro por herirme, como ya lo había hecho.

_... Entonces, así será...

_...

_ Que tengas un buen viaje y una "linda vida allá en Londres" ...

Sin voltearme me alejé de su lado, y salí del parque de diversiones sin importarme nada. Solo quería llegar a mi casa...

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