"Nadie podrá apagar el sol que hay en ti", eso escribió mi amiga cuando le pregunté del por qué era así. Soy bastante alegre en los momentos más tristes y más miserables que me daban la vida según sus palabras. Sobre todo las personas. Pues, amo conocer gente nueva, aprender y convivir con ellos. Me parece muy interesante la forma de vivir de una tercera persona porque sé que no es igual que la mía y necesito nuevas experiencias, por así decirlo.

          Pero en estos últimos días de mayo, he vuelto a decaer.

          "¿Qué me está pasando?", es lo que me pregunto cuando siento que estoy en mi punto más bajo de la vida. Después pienso por varios minutos las razones de esas estúpidas decaídas y pues... Hay varias razones, demasiadas, pero siempre llegan a la misma conclusión: personas.

          ¿Y esas personas tienen nombre?

          Sí y aquí están:

          - Francesco

          - Mayte

          - Marie

          - Ernesto

          - Viviana

          - Arthur

          Ordenados desde el más antiguo hasta el más reciente. Y lo peor de todo es que sigo manteniendo contacto con algunos de ellos y, ¿por qué? Porque quiero ser como esas personas que están bien todo el tiempo y que no les afecta convivir con las personas que les hicieron mucho daño.

          Pero para eso hay un proceso y este es el mío:

          Desde el 1 de junio, comenzaré a escribir cada noche sobre ellos hasta olvidarlos o superarlos, y cada cinco días habrá una actualización sobre el listado y el por qué de los nombres siguen ahí.