My hero 2


En una habitación sumida totalmente en la oscuridad, un erizo azul de ojos esmeraldas despertaba como todos los días para comenzar con su fuerte y atareada pero monótona rutina o eso era lo que quería lograr, sin embargo, tiene un pequeño impedimento.

Mira el techo sin moverse ni siquiera un musculo, la razón de su falta de movimiento es un pequeño erizo del mismo color de púas y de ojos durmiendo en su pecho cómodamente como si de un minino se tratara.

Desde su rescate el pequeño no se separa de él ni un minuto, es como una pequeña garrapata azul, pero tampoco lo culpa; llevaba meses encerrado, encadenado y sufriendo el maltrato de ese horrible doctor eggman, de solo recordarlo gruñe levemente.

Zonic es el encargado de custodiar las diversas versiones de sonic prime, porque él es primordial en todas esas dimensiones, pero algo que detesta es vigilar las versiones negativas, y tener que ver a una versión sufriendo a niveles traumáticos como el pequeño en sus brazos, esas escenas lo llenó de cierto rencor, al final decidió ir por él y no piensa dejarlo solo ni un momento.

Por tal razón se queda recostado, mirando el techo, esperando que llegue una hora prudente para poder despertarlo, ya que despertar al pequeño a las 3 de la mañana no le parece prudente, aunque eso implica que perderá el entrenamiento que siempre realiza en la mañana. De igual forma puede hacer la que toca con todos sus camaradas.

Suelta un suspiro y espera hasta que el sol pueda salir.

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Camina por los pasillos de la zone cop, un paso firme y pecho en alto gracias al título que posee. A su lado, pegado a su brazo derecho, una copia de él caminaba siguiéndole el paso. Mantenía los ojos en el suelo y las orejas abajo.

Todos los días era igual para ellos, Sonic no se separaba de su copia mayor, aunque eso significara ir con él a su trabajo. La idea de estar solo lo llenaba de miedo.

Al llegar a su oficina el mayor toma asiento en su lugar, mientras que el contrario busca estar a su lado de alguna manera. Para esto se mete debajo del escritorio.

­—Sonic, sabes que tengo un sillón para que puedas descansar— le habla mirando debajo

El menor niega —prefiero quedarme aquí— susurra

Su contrario solo suspira y se levanta a traer unos cojines, los coloca bajo el escritorio para que Sonic esté más cómodo.

—Gracias— susurra apenado ante tal acción

—está bien, pero deberás salir de allí en algún momento—

—Comandante— escucha que lo llaman y alza la cabeza —dígame que no es verdad que se entrometió dentro de los universos negativos—

—Si mayor— se levanta de su asiento —es exactamente lo que hice—

—comandante, sabe muy bien que en las reglas dictan no interponerse con los universos negativos, traerían grandes consecuencias para las demás dimensiones, perdiendo el equilibrio de los destinos— habla un oso, con el rango de mayor, este traga algo grueso al ver como el comandante lo fulmina con la mirada, pero no por eso pierde su posición

—estoy consciente de eso, mayor, pero de todas formas a quien rescaté iba a morir— habla de forma seca y un tanto molesta ante el regaño —sacándolo de su dimensión y desapareciéndolo del mapa da el mismo resultado, no cambié nada más que eso, si es lo que le preocupa, eggman sigue gobernando ese lugar, su línea de tiempo sigue en marcha—

El comandante mira seriamente al oso de mayor rango, quien respira profundo ante

—de ser así, se la dejaré pasar, pero, si me llego a enterar que si hay efecto, usted responderá— habla con un tono más autoritario

—si mayor— asiente

—bien— se da la vuelta y se retira de allí

Zonic da un gran respiro de exasperación, sentándose en su silla, sabía que pasaría pero aun así es molesto para él. Observa al erizo menor que está sentado a su lado, bajo el escritorio. Suspira y acaricia su cabeza como si se tratara de un niño, aunque realmente lo es.

—estas seguro que no quieres sentarte en una de las sillas, o en el sillón?— le pregunta de nuevo.

Este niega y se abraza un poco a él, es como tener una mascota. El azul mayor suspira, va a costarle convencerlo.

—Comandante, su café— entra alguien más a la oficina, una eriza rosa con un traje similar al de zonic.

—gracias— dice mientras comienza a revisar unos documentos, el papeleo de siempre —a— detiene a zamy antes de salir después de dejar el café —puedes por favor, traer otra taza, más leve, con dos de azúcar, un poco de leche y unos chilidogs?— esto sorprende a la oficial, confundida se le queda viendo —no son para mí— aclara

—Claro comandante, ahora regreso— se retira

El erizo comienza con su trabajo, tomando un sorbo de su café negro y bien cargado. A los minuto entra zamy con lo que le pidió, dejándolo en la mesa.

—Gracias— le dice sin verla —sonic— el mencionado, ya alertado por el olor, sale de su escondite sorprendiendo a zamy, quien no sabía que se encontraba allí, zonic le pasa el plato y la taza tomándolos y se vuelve a esconder

—entonces es verdad, usted...— susurra zamy dudosa de preguntar

No es normal que su comandante haga un acto tan imprudente.

—Si— responde leyendo algunos papeles

—pero por que....— trata de preguntar

—¿no tienes que trabajar?— corta la conversación de forma abrupta

—ahh... este, si comandante, disculpe, con permiso— se retira rápidamente, tensa ante lo frio que se comporta el comandante, aunque es normal en él, sigue siendo un momento de pura tensión cuando está de ese modo.

El azul suspira y sigue trabajando, mientras que el menor disfruta de cada bocado de su comida, sintiéndose un poco feliz al recordar viejos tiempos, al instante también se entristece, porque esos momentos siempre los compartió con sus amigos, los cuales perdió por su propia culpa.

—Tranquilo, no es tu culpa— alza las orejas y ve al mayor, quien también lo observa —hay cosas que no se pueden solucionar, a pesar de ser muy veloz— acaricia la cabeza del menor y sigue su trabajo

El menor sonríe, más tranquilo y termina su comida y su café para luego dormir otro poco. Es lo único que puede hacer por ahora.

Cuando cae totalmente dormido, el mayor lo saca de su pequeño escondite y lo lleva a un pequeño sillón, el cual tuvo que desocupar de papeles, y lo recostó allí para que pudiera descansar.

No es bueno cuidando a otro, pero hace su mayor esfuerzo, quiso tomar esa responsabilidad.

Usa su chaqueta para abrigarlo y regresa a su trabajo.

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Estira un poco su cuerpo lleno de sudor después de un largo entrenamiento de combate con varios de sus compañeros, de entre ellos pocos le dan una verdadera pelea, como lo es zhadow por ejemplo, pero a la vez es muy útil.

Termina sus estiramientos y se prepara para darse una ducha pero antes de poder llegar es tirado al suelo por otro erizo azul.

Este acababa de despertar y al no ver al mayor se asustó tanto que estuvo recorriendo toda la instalación hasta que lo encontró.

—Espera, Sonic, estoy sudado— trata de apartarlo solo provocando que este se aferre más fuerte, al nivel de clavarle sus uñas en señal de desespero

Deja de intentarlo y mejor trata de calmarlo.

—Lo siento, no quería despertarte— acaricia su cabeza y espalda

—no vuelvas a hacerlo, por favor— escucha junto a leves sollozos de parte del azulado menor

—Está bien, lo prometo—

Mira hacia el techo esperando que el agarre afloje, en ese momento se da cuenta de todas las miradas sorprendidas y curiosas de todos los oficiales.

—¿se les perdió algo?— los demás niegan y se retiran

Cuando el menor se suelta el mayor se levanta y toma su mano

—debo darme un baño, esperarás afuera, ¿está bien?—

—si— asiente siguiendo al mayor en las duchas, quedándose sentado afuera con una toalla en el rostro para que no vea nada indebido, aunque es más para que no vea el agua.

Zonic toma una ducha rápida, escuchando los susurros a sus espaldas, tampoco es la primera vez que hablan de él así, por lo consiguiente no le presta nada de atención.

Sale en cinco minutos, se viste y va por el menor.

—Ven, vámonos— se lo lleva

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A la hora de almuerzo, el comandante caminaba entre los pasillos, como siempre, en dirección al comedor, llevando pegado a su espalda, y sujetando su uniforme, el erizo menor. Todos los observan curiosos, sorprendidos y algo confundidos. No por la presencia del menor, esa noticia se había esparcido como agua, lo que los dejaba así era la actitud del comandante.

El mayor, sintiendo la incomodidad del menor ante tantos susurros y miradas, los ve a todos con el ceño totalmente fruncido en señal de advertencia, haciendo que eviten la mirada y se retiren de inmediato. Resopla y retoma su camino, pasando lo mismo en la cafetería.

Niega levemente y va a pedir su comida.

—¿Lo de siempre?— pregunta la cocinera, el azul mayor asiente

—¿Sonic? que te ¿gustaría?— jala al menor tomándolo de la muñeca con cuidado, acercándolo al lugar para ver que elegir, el mira todo y señala lo que parece ser un puré de papa, también unas salchichas en salsa, cosa que el mayor pide por él, ya que se ha dado cuenta que no desea hablar con nadie más.

Los de al rededor, se sorprenden, viendo la amabilidad de zonic, eso es lo que los tiene tan atentos a los movimientos de ambos, después de todo, solo conocen la personalidad fría y calculadora del azul mayor. Este toma ambas bandejas, después de pagar claramente, y camina con el menor detrás tomando lugar en una mesa apartada para no ser molestados. Sonic come tímidamente, pero come, el mayor igual, observándolo de vez en cuando, atento a cualquier molestia que posea.

—comandante— un erizo negro se sienta frente a ellos, dejando caer su bandeja de golpe, asustando al menor, este se apega al erizo azul mayor por el susto, y el mayor fulmina al moreno —disculpe— dice "apenado"

—¿Qué quieres zhadow?— sigue su comida, calmando al pequeño con una caricia en la cabeza

—este.... bueno.... quería saber que pensó sobre mi propuesta de salir...—

—No— cortante

—pero... Comandante— baja las orejas, ya es la décima vez que le responde así en lo que va de la semana.

—No me gusta salir, lo sabes, y ahora tengo una responsabilidad— mira de reojo al pequeño, el cual baja las orejas sintiéndose mal por serle una carga, cosa que olvida cuando el mayor vuelve a darle una muestra de cariño, esto siendo mal visto por el azabache —además, no quiero tener pareja, ¿debo explicarlo siempre?—

—No comandante, permiso— se levantó molesto ante otra negativa, pero al hacerlo de forma brusca tiró su vaso con agua

Sonic, al verlo, soltó un pequeño chillido al igual que un ratón ante ver ese líquido expandirse por la mesa, de inmediato comenzó a temblar y se hizo bolita. Zonic toma una servilleta y seca el agua, para luego abrazar a sonic con fuerza tratando de calmarlo de su ataque.

—Mírame— zonic toma su mejilla y le levanta la mirada, haciendo que ambas esmeraldas choquen —todo está bien, yo estoy contigo ahora— con esas simples palabras logra calmarlo de a poco volviendo a buscar el calor de su pecho.

Zonic suspira, le acaricia la cabeza y luego mira con furia a todos los presentes metiches que se quedaron viéndolos, haciendo que se retiren del lugar. Luego a zhadow, el cual, se mordió el labio bajando las orejas, y se retiró intimidado, no fue su intención, pero la mirada de zonic significada, vete o date por muerto.

Es una mirada que puede ser la última.

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Después de un largo día, ambos erizos entran a casa. El mayor dejando sus cosas en una pequeña mesa. El menor, esperándolo.

Zonic decide ir a recostarse un momento al sillón, está un poco estresado y bastante cansado con los sucesos del día. No esperaba que tener que cuidar de otra versión suya fuera tan cansado.

Tapa su rostro y respira profundo buscando sacar el cansancio de su sistema.

El menor, se queda no muy lejos, observándolo. No quiere molestarlo, pero tampoco quiere separarse de él, tiene miedo de ser capturado en cualquier momento y metido nuevamente en esa capsula de cristal.

Pensarlo lo hace temblar.

Se acerca al mayor y se sienta en el suelo tomando uno de sus dedos de forma tímida. Zonic lo mira y decide subirlo sobre él, no le agrada que se siente en el suelo.

—Tranquilo, sé que fue un día tenso pero todo mejorará— palmea suavemente su espalda

—Gracias— susurra —siento darte tantos problemas—

—los problemas son naturales, solo hay que saber cómo afrontarlos— mira el techo —¿Qué te gustaría cenar? Puedo pedir algo— señala el teléfono

—bueno...— baja las orejas levemente

—chilidog será— dice instintivamente tomando lo que sería un teléfono para pedir la comida

Mientrasel pequeño se acomoda en su pecho disfrutando del calor de ese abrazo.

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