Capítulo 20
Christopher
Ha llegado el día finalmente, hoy Ashley vendrá a vivir conmigo. Me encuentro animado, ilusionado por la idea de pasar más tiempo con ella. Se supone que en la noche ya tenga todo listo y pase a recogerla, aún queda la mitad del día para ese momento.
Salgo de la casa en dirección al coche, debo ir a reunirme con el equipo. Solo me queda una semana para matar a Ashley, pero sé que no seré capaz, no lo podré hacer. Debo tomar alguna decisión, algo para evitar que eso ocurra.
El camino se me hace eterno, la cabeza me da vueltas sobre qué acciones tomar, aunque ya lo tengo claro, no me queda de otra. A veces detesto que el cuartel esté en las afueras de la ciudad, me toma mucho tiempo llegar a él.
Entro por la puerta principal y me dirijo a la habitación, donde está reunido el equipo.
—Buenos días a todos— digo cuando los veo.
—Buenas jefe, nos hemos enterado de las últimas noticias— indica Ronald, el encargado de mi seguridad.
—Pues sí, las cosas se me fueron de control— noto las miradas encimas de mí, sé que les debo una explicación— Me he tomado esta misión muy a pecho, me involucré hasta el fondo, no obstante, logré mi objetivo, la agente está enamorada de mí, pero no conté con que yo también podía salir perjudicado de todo este juego, me enamoré de ella y no se cómo ni cuándo, solo sé que pasó y no puedo hacer nada— bajo la vista, entiendo lo decepcionados que puedan estar de mí.
—Lo entiendo— levanto la vista visualizando a Taylor, el más viejo de todos— Yo tampoco elegí sentir lo que siento por mi esposa, aún ahora, sigo amándola. La vida es así, en el corazón nadie manda—
—Bueno, ¿pero qué haremos?— indaga Mathew, el joven cibernético.
—Tienen que tomar su decisión, o se quedan bajo el mando de mi padre, el cual estoy seguro les ofrecerá más dinero, o pueden quedarse bajo mi mando, sabiendo que van a hacer lo correcto aún ganando menos— espero el apoyo del grupo, si rechazan la oferta me quedaré solo.
Percibo cómo cruzan miradas, entiendo que deben estar pensando y analizando las opciones. Les doy alrededor de un minuto para que se decidan, creo que es suficiente.
—Yo estoy con usted— escucho la voz de Robert, quien está al mando de los hombres de mi padre.
—Y yo— agrega Mathew.
—Yo también— suelta Ronald, una sonrisa se me dibuja, era lo que esperaba.
Observo asentir a Robinson, al final no tuvimos casi oportunidad de practicar la puntería, no obstante, fue de gran ayuda aquella vez que me enseñó a utilizar las armas. Solo queda Taylor, pero no tengo dudas de su fidelidad hacia mí.
—Sabe que yo también lo apoyo— al fin obtengo su confirmación, satisfecho de sus respuestas.
—Gracias, les agradezco su confianza en mí— llega la hora de anunciar mi plan, la parte más difícil de toda— Esta misión ha llegado a un punto en el cual ya no hay vuelta atrás, en este momento no tengo más que elegir entre mi padre y Ashley, es uno u otro. Con Ash descubrí cosas que no sabía de mí, me ha cambiado demasiado en este corto tiempo, por eso... es difícil decirlo, pero he tomado la decisión de deshacernos de mi padre—
Comprendo las miradas de parte de ellos, entiendo lo complicado que va a ser matarlo. Sin embargo, es necesario, conozco al señor Richard lo necesario como para saber que no se detendrá hasta ver a Ashley muerta, algo que no permitiré.
—¿Está seguro? ¿No cree que es muy precipitado?— anuncia el muchacho.
—Lo siento, es lo único que se me ocurre, mi padre no descansará hasta lograr lo que se propuso, tenemos que quitarlo del camino, sino él lo hará con Ash—
A partir de ahora será un largo recorrido hasta el final, será una batalla padre-hijo, cabeza con cabeza, ha llegado la hora de demostrar mi potencial.
—Está bien, ¿cómo le haremos?— pregunta Robinson inquieto.
—Aún no tengo nada planeado, solo algunas ideas, mañana en la mañana los quiero aquí a esta misma hora, les daré a saber lo que vamos a hacer—
Me despido de cada uno de ellos, agradeciéndoles el apoyo y la confianza que han depositado hacia mí. Entro al auto y lo pongo en marcha, pretendo regresar a casa.
La imagen de Ashley se me viene a la mente de nuevo, no puedo dejar de pensar en ella. Se ha robado mis pensamientos y mi corazón, ahora siento que es mi sostén.
Observo por el retrovisor y me percato de una furgoneta negra, que hace un tiempo se encuentra detrás de mi vehículo por la misma senda. Aún estoy a mitad de camino, en medio de la carretera. Intento verificar que no me esté siguiendo, por lo que cojo derecha en la intersección, desviándome así de mi recorrido habitual.
Mis esfuerzos han sido en vano, aún está ahí, a unos metros de mi coche, intentando pasar por desapercibido. Necesito averiguar quién es y por qué razón me sigue, así que detengo el auto a un lado de la carretera y me bajo de este.
La furgoneta se detiene como esperaba, puedo observar un hombre en el asiento del conductor, aunque no lo reconozco. Me coloco al lado de la ventanilla, dispuesto a interrogarlo, pero no puedo, siento un fuerte golpe en la parte trasera de mi cabeza, provocando que caiga al suelo.
Aún no pierdo la consciencia, puedo sentir a dos hombres arrastrándome hacia detrás del vehículo, todo está borroso. Las ideas se me revuelven, la vista se me dilata, todos mis planes se desvanecían, no sabía por qué me habían capturado, pero sí tenía claro que pasaba por alguna razón, el destino no quería que el corazón de Ashley y el mío se fusionaran en uno solo.
***
Ashley
Conduzco de vuelta a casa, salí del trabajo más temprano, ya que debo recoger mis cosas para cuando me busque Chris. Aún es temprano, pero no quiero atrasarme, tampoco sé cuánto me tome organizar todo.
Me entusiasma la idea de vivir junto a él, de tener una vida juntos. Estoy completamente segura de lo que siento por ese hombre, así como de lo que siente por mí. No pienso volver a cometer el mismo error, quiero compartir los momentos más felices y tristes de mi vida a su lado.
Antes de conocer a Christopher, mi vida era aburrida, no tenía sentido, prácticamente hacía lo mismo cada día, pero cuando lo conocí, sentía la necesidad de verlo una y otra vez, cuando hablábamos era el momento más lindo del día para mí. No puedo creer que después de todo lo que he pasado, haya conocido lo que es verdaderamente el amor, y menos aún, que ese amor sea correspondido.
Una llamada a mi teléfono me despierta de mis pensamientos, es el número de Chris. Seguramente querrá saber cómo va todo, o simplemente saber cómo estoy, hoy no hemos podido hablar.
—Hola— digo saludándolo animada.
—Escuche bien, si quiere ver a su novio con vida deberá hacer lo que le ordene— una voz ronca me hace frenar en seco, siento el corazón latir más deprisa.
—¿Quién es usted y qué quiere?— no entiendo por qué esa persona tiene el teléfono de Christopher, solo espero que sea una broma de mal gusto.
—Tengo a su pareja secuestrada, si tanto lo quiere, debe venir sola y desarmada a la dirección que le voy a dar— no puedo creer lo que estoy escuchando, necesito tener a Chis al frente mío y ver que todo esté bien.
—¿Dónde debo ir?— indico rápidamente, no me queda más opción.
—Le enviaré la dirección en un sms— suelta y cuelga, dejándome sin oportunidad de razonar al menos la situación.
Durante mi carrera de preparación me han preparado para situaciones como estas, pero es diferente, tienen a alguien a quien quiero, alguien que es muy importante para mí. Necesito hacer todo lo que me pidan, no soy capaz de perder al hombre que amo, menos después de proponerme vivir juntos.
Leo el mensaje que llega al teléfono, no reconozco la dirección que refleja la pantalla. Me guío por el GPS para buscar el lugar, queda un poco alejado, a 10 km de distancia, apartado de la ciudad.
Conduzco velozmente hacia el sitio, sin tiempo a pensar en lo que pueda pasar, sin miedo al peligro que esto pueda representar. Cada vez voy dejando más atrás la ciudad, me doy cuenta que aquí no hay casi casas, solo campos de tierra.
El aparato me indica que solo estoy a 500 metros, aunque todavía no alcanzo a visualizar alguna vivienda. Justo cuando solo me faltan 100 metros, observo una calle estrecha a mi derecha que debo tomar.
La casa es inmensa, pareciese que se trata de un lugar abandonado, la fachada se encuentra un poco deteriorada. Aparco el coche a un lado, dejo el arma sobre mi asiento y salgo decidida a sacar de ahí a Chris.
Por dentro el lugar está un poco sucio, las ventanas hechas pedazos, es fácil de concluir que aquí no ha vivido nadie por años. Se aprecian las telarañas en las paredes, el piso es resbaladizo por el polvo, es un asco de sitio.
Luego de atravesar la puerta principal, camino unos metros hasta que veo otra puerta a mi izquierda. Paso cautelosamente y dirijo mi mirada hacia la derecha. Hay demasiado espacio, mis ojos no pueden creer lo que están viendo.
La habitación es amplia, solo está ocupada por dos sillas, donde alcanzo a reconocer el cuerpo golpeado de Chris, inconsciente. Sobre la otra se halla un chico con una bolsa negra alrededor de su cabeza, no sé qué hace ahí. Situada entre uno y otro, se halla una mujer rubia. Su mirada está fija en mi posición, es evidente que aguardaba por mi llegada. De frente a donde está Christopher visualizo una mesa, sobre la que no yace absolutamente nada. Escoltando a la mujer observo a dos hombres, uno blanco rubio y otro moreno, supongo que sus guardaespaldas.
—Bueno bueno, acaba de llegar nuestra invitada— pronuncia elevando su voz la muchacha.
Camino despacio para acercarme más hacia donde se encuentran. Presiento que esto no va a ir nada bien, algo dentro de mí tiene claro que todo lo que suceda aquí no podré olvidarlo jamás. Los nervios empiezan a aparecer, el miedo, el temor de que suceda algo que nos separe al hombre que quiero y a mí para siempre.
—¿Quiénes son ustedes?— pregunto cuando me hallo a poca distancia de ellos, necesito entender lo que sucede.
—Despiértenlo— ordena la chica a los dos hombres que están a su lado.
—Esperen, no le hagan daño por favor— digo casi suplicando, no puedo dejar que sigan dañando a Chris.
—No te preocupes, si haces todo lo que digamos, nadie saldrá herido ni muerto de aquí—
Alcanzo a observar cómo el hombre moreno sostiene en sus manos un cubo con agua. Se lo pasa al otro muchacho y este se lo lanza al chico del que estoy enamorada. Siento una punzada dentro de mí por verlo en ese estado. Se despierta sin saber qué está ocurriendo, trata de removerse en la silla, pero es en vano, el amarre le impide levantarse.
Voltea su cara y sus ojos atrapan los míos, las lágrimas se me salen, no soporto verlo así, golpeado y herido de tal manera. Su pelo está revuelto, aunque a pesar de todo luce guapo.
—Ashley, ¿qué ocurre?— pregunta desconcertado, confundido ante la situación.
—Yo...— empiezo a decir, aunque no me permiten continuar, la muchacha rubia me interrumpe.
—Hola Christopher, por fin nos volvemos a encontrar—
Sus palabras hacen cambiarle el rostro, gira poco a poco su cabeza hasta dónde está ella, pareciera que no se cree lo que está viendo. Me siento estúpida, le habló como si se conocieran, aún cuando mi chico no me ha hablado sobre ella.
No puedo negar que me invaden los celos, esa joven es muy bonita, incluso más que yo.
—Tú... no puede ser posible— logra decir Christopher, completamente anonadado.
—Sí, yo, pensaron que había muerto, pero no es así, estoy viva, aquí me ves—
La cabeza me quiere estallar, necesito que alguien me aclare las ideas, que me haga saber qué significa todo esto.
—¿Quién es ella?— mi voz suena enojada, ya estoy harta de sentirme tonta.
—Ashley...
—¿Quién es Christopher?—
—Ella... ella es mi exnovia—
Bueno bueno, hola hola, salutes para todos. Recta final de este primer libro y muchas cosas se avecinan. Es hora de desenterrar misterios, desenterrar el pasado. Este es uno de los mejores capítulos hasta el momento, y digo hasta el momento, porque vendrán mejores. Así que... TIC TAC TIC TAC, el final se acerca...
¡Buona giornata para ustedes!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top